jueves, 22 de septiembre de 2005

Real Sociedad 3 - ATLETI 2. Pesadilla en Anoeta


La noche no comenzó bien. Uno de mis mejores amigos y hermanos se despedía de Madrid para ir a vivir a La Rioja. Es uno de esos atléticos ocultos que disimula diciendo que lo que le gusta es comerse el bocadillo en el Calderón, pero al que le gusta ganar y animar a nuestro Atleti.
De modo que no pude ver el partido completo en casa. El teletexto de la casa donde nos reunimos daba la primera buena noticia. 0-1. Al poco rato parpadeaba el 0-2 y el subidón era mayúsculo. Nos fuimos a por las pizzas en el descanso mientras nuestras chicas hablaban de todo un poco y planificaban la próxima excursión a La Rioja para finales de octubre. En ese rato me escapé para entrar en un bar atlético y vi el gol de Kovacevic y el tiro al larguero de Torres. Barruntaba sufrimiento.
Acabamos de cenar y no pude resistir la tentación. Interrumpí la amistosa tertulia para ver cómo habían quedado y la sorpresa fue mayúscula: 3-2. No daba crédito. De vuelta a casa, en los programas deportivos de la radio todo eran elogios al juego del Atleti e incredulidad por las facilidades defensivas, por haberse echado atrás, por haberse suicidado con un 0-2 fácil nada más empezar el partido.
Bianchi dice que es la primera vez que le remontan un 0-2. Esperemos que sea la última.
Lo peor de todo es que la Real tampoco hizo un gran partido, que la derrota hay que atribuirla a la falta de confianza del equipo, a que aún no han asumido que son buenos y que puden aumentar la cuenta de goles a favor.
Joder, parece mentira que la directiva no se haya dado cuenta. Con tanto argentino en el equipo lo que necesitamos, además de un entrenador, es un psicólogo que les convenza de las posibilidades que tenemos.
A ver qué pasa contra el Geta en el Calderón. Allí estaremos, en vísperas de un largo viaje de trabajo a Brasil. A pesar de todo. Aúpa Atleti.

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