jueves, 21 de septiembre de 2017

Que Griezmann nos asista


Athletic 1 - Atleti 2

Cuando se te estropea el plan pero todo sale bien, a pesar de los Estradas Fernández de la vida. Mi miércoles, el Atleti. Tal cual.

Porque ayer mi amante, esposa y bilbaína compañera se alargó en sus tareas laborales y no pudo hacerme el relevo, como estaba previsto, con nuestras dos criaturas rojiblancas. Porque ayer salió el Atleti con Giménez y Gaitán por la derecha, Thomas y Saúl mandando en el centro del campo y un Correa que volvió a la titularidad junto a un Griezmann al que se le da bien San Mamés. El Cholo nos volvía a sorprender demostrando que en este equipo todos son titulares, que los planes pueden cambiar pero que, al final, el Atleti es el mismo. O mejor.

Después de los deberes y el parque nos subimos a casa, nos aseamos y nos pusimos cómodos para ver un poco los dibujos en nuestra única tele mientras esperábamos la llegada de mi costilla vizcaína. Puse el partido en el móvil y los del grupo de whatsapp "Atléticos de fondo" no paraban de comentar. Como siempre. El equipo no carburaba y, justo cuando empiezan las críticas a Gaitán, el argentino se inventa una jugada por la izquierda con un balón envenenado que el porterazo del Athletic roza lo justo con la yema de los guantes para que pegue estrepitosamente en el poste. Casi.

Me llama mi señora para comentarme que se alarga la reunión, que si me puedo encargar de las cenas. Pongo la radio en la cocina y empiezo a batir los huevos de las tortillas cuando el árbitro se inventa un penalti (luego lo vi en el resumen. Literal. Se lo inventa). Y Oblak vuelve a parárselo. Desde Milán parece que le ha dado al impresionante muro por ahí. Misterios misteriosos. Como el crecimiento de su pelo y la herida que se hizo en el codo sin que Estrada Fernández la volviese a liar. Porque el árbitro, a pesar de la victoria, fue sibilinamente perjudicial para nuestros intereses. Se inventó este penalti en contra, no pitó uno clarísimo a Griezmann (que se quedó protestando en lugar de seguir con la jugada al ver que no lo pitaba. En su descargo -en el del francés- también hay que decir que le habían anulado un gol legal y no dijo esta boca es mía). Descanso. 

Siento a las niñas en la mesa de la terraza y les planto las tortillas francesas en homenaje a un Griezmann que parece enchufado (por fin). Pongo la radio en el móvil y antes de que se lleven el primer trozo a la boca, gol. Golazo. Griezmann sirve un pase de fantasía a Koke que, de primeras, la deja atrás para que Ángel Corazoncito Correa marque su tercer gol en cinco partidos. Este año sí. El cuervo de San Lorenzo empieza a volar alto en el Atleti, a cumplir el pedido del Cholo, a convertirse en el delantero que es y que estábamos esperando. Y don Antuán... madre mía de mi vida y de mi corazón: El pase fantástico. 

Comienza la segunda parte y mensaje de la madre de mis criaturas. Que la cosa está complicada, que las acueste porque no llega al cuento. Dicho y hecho. Empieza la segunda mitad y les doy el jarabe de la tos, nos cepillamos los dientes y le curo a la mayor una heridita que le ha salido en la boca. Otra vez los dibujos y yo con el partido en el móvil. Gol. El gabacho de los pelos absurdos y las celebraciones infames, el tipo que va y viene, el crack que dejó de hacer lo que mejor sabe para especular sobre su futuro, lo vuelve a hacer. Pase impresionante para Carrasco que controla de forma magistral y la coloca pegada a la base del palo. Dos cero, hasta luego.

Pero no. Somos el Atleti. Se acaban los dibujos de las niñas. Les doy dos opciones: ir a la cama sin cuento o quedarse conmigo a ver el partido. Como era de esperar nos quedamos los tres en el sofá. Le explico a Lucía que hoy los nuestros son los de azul y rosa, que los de rojo y blanco son los de Bilbao, de los que nacimos nosotros. Y que esos son el equipo de los primos del Norte, que hay que animar a los de azul. María dice que ella va con el Atleti, "por supuesto". Y se quedan dormidas antes de que Ziganda saque a un chaval por banda izquierda, un tal Córdoba, que no deja de meter balones peligrosos al área. Al final, en el descuento, recorta distancias uno de los nuestros, Raúl García, después de que el árbitro anulase un gol en fuera de juego (esta vez sí, acertadamente) a un Iñaki Williams lejos de su mejor versión. 2-1. Final. Las niñas dormidas en el sofá.

Me las llevo en brazos a la cama y me pongo a ver las repeticiones. Llega mi Eva que es Cristina y mientras me cuenta sus complicadas reuniones tengo de fondo a la vikingada. Nada ha salido como había planeado y, sin embargo, ha sido mejor de lo esperado. El Atleti se mete arriba con tres puntos. Oblak vuelve a demostrar que es un porterazo. Griezmann ha dado dos asistencias de escándalo. Correa se confirma. Carrasco cuando no regatea suma y Giménez es como Saúl, un todocampista que cumple de sobra le pongas donde le pongas. Gol del Betis. En el 93. A ver quien se duerme con esta sonrisa que se me ha puesto ahora.

Aúpa Atleti.

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