lunes, 4 de febrero de 2013

Más cerca del Barça, más lejos de los terceros

LIGA

Atleti 1 - Betis 0

"Hoy si que si. Me pongo los calcetines gordos, me hago un bocata y pitando al Calderón. A seguir ganando, a seguir soñando.". No soy muy de twitter, pero hacía tanto tiempo que no iba al campo que abrí mi cuenta (@santiriesco, gracias por seguirme) y lo grité al ciberespacio.

Hacía tanto que no me asomaba al estadio que llegué en la moto casi media hora antes de que empezara el partido. Las ganas que tenía, supongo. 

Y es que, además, me había levantado con la buena noticia del gol de Ronaldo y el único récord que le ha arrebatado a Messi, el de marcar a todos los equipos de la Liga. Incluso al suyo. Pero lo bueno no fue sólo eso sino que, además de los ademases, el gol sirvió para que los tres puntos se quedaran en Granada. Y claro, eso me animó a invitar a sonreír a todos mis contactos de Facebook brindando con una Alhambra 1925, que no es mala cerveza -dicho sea de paso-. 

Pero a lo que iba. A lo de ayer. Al partido en el que Simeone castigó a Mel escondiendo a Diego Costa en el banquillo. Un encuentro en el que la alineación venía adulterada y trastocada con la vuelta de Falcao acompañado de un Adrián que tiene que espabilar. Con Mario regresando de internacional a la medular acompañando al gran capitán, a Gabi. Con el pedazo de Koke por una banda y Arda "Truhán" por la otra incorporándose a un ataque en el que no paró de ladrar sin morder ni una sola vez (y tuvo tres ocasiones claras para marcar tres goles claros en la primera media hora). Atrás sorprendía el Cholo con Cisma en la izquierda de titular. El resto, como siempre: Godín y Miranda como cimientos defensivos y Juanfran por la derecha apoyando en las labores ofensivas. Bien. Aseaditos. Como el Betis.

La primera parte fue un querer y no poder. Con el turco fallando y Adrián escondido, con Falcao desaparecido y Mario provocando las exclamaciones del estadio por un control excepcional, un pase inimaginable... o un error infantil. 

El Betis, atado de pies y manos. Inoperante.

El bocata esta vez, no fue lo mejor, ni de lejos. Me apliqué una barra de pan con las sobras de la comida: pechuga de pollo al vapor con verduritas de régimen. Se me hizo una bola en el pecho... que no había forma de pasar con agua. Entre el frío y la tensión del empate a cero no tuve otra opción más que tirarme directamente al postre, a las roquillitas de anís y el chocolate con almendras. Mucho mejor. 

Arranca la segunda parte y todos esperamos un cambio urgente del Cholo. Tiene que sacar a Diego "Rantamplán" Costa, sea como sea. Está en racha, está confiado, está viviendo un momento dulce. Y si a eso le sumamos que Adrián parece que no quiere (incluso pudiendo) y que Falcao estaba absolutamente desasistido y errático en su regreso... vamos, que el Cholo no esperó mucho y quitó al ovetense para dar salida al brasileño. Córner y gol. Primera falta y tarjeta. El Betis se desquicia y se monta una tangana. Escupitajos, agarrones, entradas brutales, más tarjetas, cambios en el Atleti, cambios en el Betis, más entradas, más tarjetas, más desquicies.

Pues eso, que salió Costa y vimos otro partido. Y lo que es mejor. Ganamos.

Estamos a nueve del Barça y más lejos de los terceros. Soñar es gratis. Aunque sigo diciendo que lo nuestro es la Copa, a un partido, contra otro equipo de la ciudad o contra el Barça. Da lo mismo. Y la Europa League, ¿por qué no? Estaría muy bien despedirnos de esta competición continental ganándola por tercera vez para no volver nunca a ella porque estemos ocupados ganando la Champions. Soñar es gratis y, trabajando, los sueños se pueden hacer realidad.

Este jueves contra los rusos, acostumbrados al frío, de noche -otra vez- junto al río, entre semana... y yo no podré ir al campo porque estaré en Israel, trabajando, pendiente del Atleti, con mi camiseta, mi gorra y mi cuaderno de periodista.

Vamos, Atleti, vamos.

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