Estuve echando cuentas y me salían más de ocho horas a
la semana. De ahí para arriba. Ese es el tiempo que dedico al fútbol cuando el
balón echa a rodar. Porque si el Atleti juega en casa… que si vas, que si te
tomas algo, que si te desfondas animando, que si te vuelves afónico. Total,
cuatro horas no te las quita nadie. Luego mírate los resúmenes de los otros
nueve partidos de primera a razón de cinco minutos por encuentro. Tres cuartos
de hora de reloj-despertador. Que si te enganchas en la tableta y -ya que
tienes los cascos puestos, y tu cómplice en la vida está dormida, a tu vera,
ahorrándote esas miradas compasivas cada vez que el Atleti se cruza en tu camino-
te pones a ver los cinco mejores goles de la jornada, las cinco mejores paradas,
las declaraciones de los más destacados… y hasta los goles de Segunda. Otros
tres cuartos de hora. La una y media de la mañana. A esto hay que sumar la
lectura de crónicas, noticias y comentarios chuscos en distintas redes
sociales. Una horita más, fijo. Y, por supuesto, las conversaciones en wasá con
amigos rojiblancos y la peña virtual de los Riesco. Ya digo que me salen más de
ocho horas a la semana. Más que nada porque el Atleti también juega Copa y
Champions. Una jornada de trabajo, vaya. Y eso que tengo abandonado el blog que
abrí para contar cómo iba de mi enfermedad, de esto de hacer el indio.
He titulado “Vuelve el fútbol” pero en realidad a mí
el fútbol, como que no. En serio. Ya pueden jugar el enésimo partido del siglo
las dos superpotencias mundiales del balompié que, si no juegan los de rojo y
blanco, para mí tiene el mismo interés que la defensa de una tesis doctoral sobre
el crecimiento de las coles sin pesticidas agrotóxicos en Bruselas y sus
merindades.
Tenía que haber titulado “Vuelve el Atleti”. Este fin
de semana regresa la locura, mi pasión, el hacer malabares con el tiempo para
no desatender lo esencial sin dejar de disfrutar de lo importante. Porque el
Atleti, como decía en uno de sus spots, “me mata, me da la vida”. Y como
cantamos en el Calderón: “Muchachos, hoy viajamos juntos otra vez. Enamorado
del Atleti, no lo puedes entender”.
2 comentarios:
Hola Don Santi, ¿Qué tal le va todo?
Yo aquí, penando un poco y maldiciendo este puto verano que, por desgracia, jamás olvidaré. El caso es que hoy me he levantado mucho más animado de lo que lo estaba haciendo últimamente. Al leer tu post, ya tengo claro el por qué. Es verdad. Mañana vuelve nuestro Atleti. ¡Qué grande! Y qué bien me va a venir.
Un fuerte abrazo.
Don Tomi. Espero que todo vaya a mejor. Y que el Atleti sea también medicina, además de enfermedad. Un fuerte abrazo. Nos leemos.
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