miércoles, 28 de octubre de 2009

Marbella, qué tiempos

Marbella 0 - Atleti 2
La Copa, siempre lo he dicho, es una competición que me encanta. El año pasado, a pesar del Barça todopoderoso, la tuvimos muy cerca y no supimos aprovecharla y apostar por ella. Esperemos que Quique S. Flowers y los asalariados que visten la rojiblanca, se lo tomen este año en serio. Por de pronto hemos comenzado ganando en Marbella, una ciudad de infausto recuerdo por su relación con la familia Gil, con la intervención judicial, con los chanchullos publicitarios y con toda la porquería que envolvió (y sigue envolviendo) las altas esferas del club, el lugar podrido en el que se encuentran los propietarios y máximos accionistas que indebidamente se apropiaron de nuestros sentimientos.

Lo cierto es que ayer ganamos dos cero. El primero lo metió en propia meta un tal Troyano, auténtico virus para su equipo. El segundo lo anotó Maxi, que falta le hacía para recuperar la confianza. Una confianza que aún está a años luz de Sinama "Singol". El francés está obsesionado con no marcar. Lanzó una al palo nada más comenzar cuando lo fácil era marcar. Falló otras dos ocasiones sencillas porque se empeña en controlar el balón en el área pequeña cuando lo suyo es rematar de primeras... en fin, que Sinama no está fino.

Todo lo contrario que Reyes (que salió de inicio, al igual que Asenjo, Cléber y Jurado). El gitano está decidido a triunfar en el Atleti (a ver si es verdad) y Quique S. Flowers ha depositado su confianza en él. Al final le tuvo que quitar porque los marbellíes quisieron cambiar la dinámica del partido involucrando al Atleti en el juego sucio y en provocar para romper el partido. El utrerano tenía una tarjeta y Quique optó por no arriesgar dando salida a Simao que sirvió el segundo en bandeja a Maxi en la recta final.

El Kun salió por Sinama y tampoco.

Parece que los dieciseisavos los tenemos pasados. Aunque falta la vuelta en el Calderón.

Forza Atleti.

domingo, 25 de octubre de 2009

Santi vete ya


Atleti 1 - Mallorca 1

Lo mejor del partido, sin duda, el cántico escuchado dos filas de asientos más arriba. "Santi vete ya, Santi vete ya, Santi vete yaaaaaa". El cachondo en cuestión hacía chanza de la efímera estancia de Santi Denia en un banquillo desde el que quiso pasar a la historia cambiando de portero, dejando a Jurado en el banquillo y apostando por Domínguez. A mí, dicho sea de paso, me gustó mucho la alineación con Domínguez y De Gea; aunque hubiese sacado a Jurado y a Reyes desde el principio para que Asunçao y Maxi calentaran en la banda. Lo de Forlán y el Kun ya se sabe, este año aún no han cogido el punto sobrehumano de la temporada pasada. Quizá convendría poner a Sinama en punta (que es su sitio) para dar descanso al pequeño argentino.

Pues eso, que el irónico cántico del abonado del segundo anfiteatro me llevó a reflexionar sobre mi estancia en el Vicente Calderón. Sí, cierto que estuve con mi sobrino y que, aunque mis hermanos no pudieron ir, es una alegría encontrarse con la familia. Pero con esa tarde de sol y buen tiempo, con un cielo otoñal digno de postal, con mi chica embarazadísima en casa, con un montón de libros por leer, de pelis que ver, de conversaciones que continuar... qué mierdas hago yo viendo a una panda de sinvergüenzas arrastrándose por el césped, huyendo de la pelota y asegurando el pase al pie sin lanzarla más allá de cinco metros. Y el tipo de detrás que insiste: "Santi vete ya, Santi vete ya..." Mi amigo Evaristo, Atlético de los de toda la vida y llegado desde Salamanca para ver el espectáculo me dice que lo mejor es que nos vayamos. Y yo, erre que erre, que no, que nunca se sabe, que en la segunda parte nos van a sorprender, que cuando salgan Jurado y Reyes esto puede ser otro partido. Y vaya que si lo fue.

En la segunda parte sale Jurado desde la caseta. Otra mano, otro penalti, otro "u-ru-gua-yo, u-ru-gua-yo". Evaristo que se tapa los ojos con la chaqueta, mi sobrino que se pone de pie y aprieta la gorra en sus manos contra los dientes. De pronto me desconecto, miro a mi alrededor  y veo a 40.000 personas en vilo, con el corazón a punto de pararse, esperando que Forlán meta el segundo penalti de la tarde que nos haga jugar con ventaja en el marcador y con dos jugadores más en el campo. GOL. Entró. Evaristo sonríe, mi sobrino se me abraza, gritamos un poco pero: no hay cántico de celebración. No hay bufanda estirada sobre las cabezas con el atronador "Atleeeeeee-ti, Atleeeeeeee-ti". Algo no va bien.


En broma le comento a mi sobrino que ahora Santi meterá a Cleber para sujetar el partido y contener a los nueve del Mallorca. Dicho y hecho. Mi tocayo no se da cuenta de que estoy de coña, como el fulano de arriba que insiste con el "Santi vete ya, Santi vete ya...". Ahora empiezo a pensar que me lo está cantando a mí. Y no le falta razón. Y me entran ganas de hacerle caso. Y mi sobrino que deja de animar como el Frente Atlético la primera parte. Evaristo, experto en el Atleti desde los tiempos del Metropolitano, me dice que pinta mal. Yo hago de Rappel y profetizo que "el calvo" (Borja) nos va a empatar porque está hiperactivo y el negro (Webó) no puede con su nombre de la paliza que se ha metido. Aún así remata de cabeza rozando el larguero en una cantada de De Gea por alto.

El partido está acabado. Minuto 90. Todos pidiendo la hora en el Calderón, contra el Mallorca, contra nueve jugadores, ganando 1-0... y nos marcan un gol absurdo en un fallo defensivo habitual con la colaboración del joven guardameta al que yo tanto he defendido aquí. "Tío, el calvo" confirma mi sobrino. El campo se enfurece, entra en cólera, se mezclan y se solapan los gritos y cánticos de queja, de insulto de desesperación. El árbitro pita el final. Todos a casa a rumiar el desastre. Me llaman mis hermanos. Lo rumiamos juntos. No llegamos a ninguna conclusión. "Santi vete ya, Santi vete ya, Santi vete yaaaaa" resuena en mi cabeza durante toda la noche.


El martes comenzamos en la COPA (mira que me gusta a mí la Copa) contra el Marbella. No sé si se me habrá pasado ya el estado depresivo rojiblanco en el que me encuentro.

Somos nosotros, Atleti, somos nosotros.

 

jueves, 22 de octubre de 2009

Defensa en zona, o algo



Chelsea 4 - Atleti 0 (again)

Lo decía mi hermano el domingo contra Osasuna, lo escribía el Tomi en su blog, lo vemos en el Calderón en cada partido convertido en suplicio defensivo. Todos muy bien colocaditos atrás, como en un futbolín, cubriendo su zona y olvidándose de los contrarios que, como es lógico, saben de nuestra ineficacia con esta defensa zonal y nos abren las carnes. Exactamente igual que el año pasado. La única diferencia es que antes metíamos todo lo que tirábamos a puerta. Forlán, Agüero y compañía no están tan enrachados como la temporada pasada y, claro, esto se nota en la falta de resultados y deja al descubierto que el equipo no tiene un sistema adecuado.
Lo peor de todo es que ayer oía a Alejandro Mori (que sabe un rato del Atleti aunque sea un poco pelota con los dueños y suavice sus críticas con el "genio" Pitarch) y decía el periodista deportivo que Abel no va a cambiar nunca su defensa en zona, que eso es INNEGOCIABLE. Pues vale, Abel, pírate un rato y vete a bajar a otro Levante a Segunda, o a mantener al Castellón en mitad de la tabla de Segunda. ¿Acaso hemos fichado al de Velada para que hagamos una temporada aseada en la división de plata? ¿Quieren los dueños-ladrones que baje el equipo para malvenderlo y seguir forrándose el riñón?
El sábado, a las 18:00 contra el Mallorca de moda, a ver qué nos ofrecen en el Calderón. Tiene tan buena pinta que no dejaré de ir.
Vamos, Atleti.

lunes, 19 de octubre de 2009

Empaquetados para Stanford Bridge


Osasuna 3 - Atleti 0 (patatero)

Desde que he regresado de Madagascar todo han sido malas noticias. Mi mujer tiene el azúcar por las nubes y el embarazo se quiere complicar, mi hermana sufrió un atraco por parte de un malnacido que le provocó principio de estrangulamiento, mi madre ha estado ingresada con un misterioso mal que los médicos aún no han sabido bautizar, la hija pequeña de un buen amigo se cayó y ha estado en observación con fractura craneal, la mayor de otro gran amigo tiene el puñetero papiloma uterino... de modo que el Atleti era lo que menos me preocupaba ayer, mientras recuperaba fuerzas de mi periplo africano y trataba de poner en orden mis correos electrónicos, mi vida, mi quehacer diario.
Vamos, que ni vi el partido ni lo oí por la radio. 
Sin embargo, el jodido Atleti me tiene tan comida la moral que no pude resistir la tentación y llamé (uno a uno) a mis cinco hermanos para que me comentaran en directo la actualidad de los nuestros que estaban retransmitiendo por el Canal Plus que no tengo desde el Reyno de Navarra. Recojo aquí sus impresiones aún a riesgo de repetirme:
- "Es increíble. Como sigan defendiendo en zona nos meten otros tres. Qué coladero, chico".
- "Agüero está fundido. Y el sinvergüenza de Abel no tiene lo que hay que tener para sentarle y sacar a alguien que esté más inspirado... pero, claro, ¿a quién saca? ¿a Reyes?"
- "¿Cómo es que el portero de Osasuna no es internacional? Se lo está parando todo. Eso sí, tampoco es que se lo pongan muy complicado".
- "Han quitado a Simao y no me había dado cuenta ni de que estaba en el once titular... manda muchos huevos".

Y así sucesivamente. Lo mejor será que olvidemos cuanto antes lo de ayer y pensemos con fe (si es que nos queda algo) en el milagro ante el Chelsea. Y de estos tíos me creo todo, de modo que si ganamos haré como que no me sorprendo.


Agradecimientos
Durante mis 18 días por la gran isla africana de Madagascar el Atleti ha jugado un partido de Liga y otro de Champions. Aunque hemos estado muchos días sin agua corriente, sin luz eléctrica, sin cobertura de móvil y, por supuesto, sin internet, mis hermanos, sobrino y amigos, me han ido enviando mensajes con toda la información de lo que acontecía contra el Zaragoza y contra el Oporto en tiempo real. Gracias por hacerme sentir tan cerca de España, de vosotros y del Atleti. 
Me llegaron todos el mismo día. Me sirvieron para animarme en momentos de duro trabajo. El Atleti, es lo que tiene, que aún perdiendo contra el Oporto y sufriendo contra el Zaragoza en casa, siempre te da alegrías.

Vamos, Atleti, vamos.