jueves, 13 de septiembre de 2012

2010 y 2012: Dos años, dos hijas, dos dobletes.


Otra vez los mejores de Europa. Otra vez Supercampeones del continente. Otra vez damos una lección de fútbol en Mónaco. Si en 2010 repasábamos al Inter de Milán que lo había ganado todo al poco de nacer mi hija María; este año, 2012, al día siguiente de nacer mi hija Lucía, volvíamos a repasar en Mónaco al todopoderoso Chelsea de nuestro querido Fernando Torres. Nada menos que 4-1, con tres golazos de Falcao "maravillao". Ese colombiano del que un día escribí que era el sobrino de Dios y que pegó otros dos tiros al poste y al larguero en una de las mayores exhibiciones de remates que un delantero centro puede ofrecer en un partido de fútbol.

Si en 2010 mi hija María disfrutaba con tres meses del primer título de su equipo, del equipo del que es socia media hora después de inscibirla como madrileña en el Registro Civil, si mi María volvía a ver ganar un segundo título europeo a nuestro Atleti en menos de un año, este 2012 se ha repetido la historia. Esta vez ha sido Lucía, su hermana pequeña, la que siguiendo los mismos rituales que María ha nacido trayéndonos otra Europalí (y van dos) y otra Supercopa de Europa (y van otros dos). En total, mi hija la mayor, en dos años, ha visto ganar al Atleti tantos títulos europeos como yo en mis 41 años. ¡Manda huevos!

Y en estas andamos. Sufriendo, como dice el bueno de Carlos Fuentes en su blog "El rojo y el blanco" Llorando por las esquinas y golpeándonos el pecho porque los del "pupas" somos así, que nos gusta el rollo de perder y tal y tal. Jajajaja. Qué grande es el Atleti, coño. 

Mientras tanto, este domingo celebraremos  en el Vicente Calderón, a las 21:30, frente a un Rayito que ha empezado fuerte (y eso que Diego "Rantamplán" Costa se ha venido con nosotros) que somos los mejores de Europa, el equipo más potente del continente. Qué gustazo. Gracias, Atleti.

Para terminar esta entrada breve de celebración, gozo, felicidad suprema y máxima alegría elevada al doblete, una foto de nuestro delantero centro dedicada a la estulticia de su cérvido progenitor.




martes, 28 de agosto de 2012

Semana Grande con Lucía y Mónaco


Atleti 4 - Athletic 0

Recién acabada en Bilbao la Aste Nagusia (Semana Grande) se presentan en el Calderón, un lunes de mega-resaca, un grupo de chavales sin los colegas que siempre la lían: Llorente y Javi Martínez. Enfrente, los nuestros. Un grupo de gladiadores, un equipo de gente curtida, bien colocados por un obsesivo Cholo y con una alineación donde sólo aparece uno de los nuevos, el Cebolla Rodríguez; el resto aguanta el tirón un año ha. Que en los tiempos que corren en el equipo del río, del Manzanares, en el nuestro, es mucho más de lo que pudiera parecer. 

Día de estreno de curso y saludos en la grada. Intercambio de informaciones veraniegas y preocupación por los que no han venido. Se comenta el golazo de Falcao en la gira veraniega y el comienzo esforzado y madrugador contra el Levante. Quejas y más quejas contra los horarios, la directiva, los fichajes, los no fichajes... pero aquí estamos todos otra vez, con el abono renovado, un lunes a las diez de la noche, para rememorar la final de la Europa League de Bucarest donde les metimos tres a los del botxo. Claro que teníamos a Diego... y ellos a Llorente y a Javi Martínez. 

Anduve casi tres horas buscando cómplices para ocupar los dos abonos que mis hermanos dejaban libres. Al final se apuntaron los Javis de Villaverde. Padre e hijo. Y resultó que eran más atléticos que yo y que conocían a más gente en el primer anfiteatro del fondo sur que mi hermano y el menda lerenda. Un acierto, la verdad. Y animaron a tope. Así da gusto comenzar el curso.

Los nuestros
A mí me gustó el Atleti. Salió ordenado, sin demasiadas florituras, con Mario y Gabi más o menos organizados en el centro del campo. El turco, Arda, haciendo de Diego a su manera. Con exceso de balón y  un entusiasmo contagioso. Koke y Cebolla por las bandas. Con el canterano entonado y cogiendo confianza hasta el punto de hacer una jugada con disparo final desde la frontal del área que tuvo mucho mérito y demuestra que, el chaval, puede servir para la causa. Y la única novedad, el Cebolla, muy intermitente, poco participativo, aunque sin llamar en exceso la atención ni por lo bueno ni por lo malo (claro que, enfrente estaba el peor Athletic que hemos visto nunca en el Calderón). Atrás me gustaron los centrales. Miranda y Godín estuvieron expeditivos y no dieron ninguna concesión. Hasta el uruguayo se atrevió a ejercer de Beckenbauer en un par de jugadas. Filipe Luis Filipe volvió a recordarme que, cuando llegó, le juré amor eterno y hacerme "filipense for ever". Lástima que no finalizase con éxito las dos oportunidades que tuvo cuando se sumó al ataque (y se sumó mucho, como debe ser). A Juanfran se le vio aún sin recuperar. No forzaba (bien hecho), no llegaba (¿por qué salió?) y terminó el partido (yo le hubiera cambiado en la segunda parte). En fin, esperemos que llegue mejor a Mónaco.
Del portero poco podemos decir porque el belga apenas si tuvo que intervenir. A ver si mejora con los pies, que parece De Gea. ¿No entrenan con las extremidades inferiores nuestros cancerberos? Se echa en falta a Bastón, que ahora anda por el Madrileño.
Lo de Falcao merece capítulo aparte. Brutal el colombiano.

El partido
Amagaron en un par de ocasiones los de Bielsa y ya. Ese fue todo el bagaje de los vascos, navarros, riojanos y demás canteranos de Lezama. Le decía yo a mi hermano que algunos de los leones parecen mayores a pesar de que no han cumplido los 25. Y es que han debutado tan pronto en primera división y tienen tanto oficio... me gusta la política de cantera que lleva el Athletic donde importan más las formas, los valores, el fútbol, que todo el negocio, los falsos títulos y el rollo de las televisiones. Y eso sin hablar de cómo se vive el arte del balompié un día de partido en Bilbao. El que ha estado allí siempre quiere repetir. Doy fe.

El Atleti fue Falcao (con todo a favor se sumó Gabi, que es uno de esos futbolistas buenorros que sólo se gustan cuando el viento sopla a favor. Le cuesta soltarse la melena cuando la cosa está por decidirse o hay que remar contra corriente. Pero no se le puede negar que es un tipo comprometido, de la cantera, y del Atleti). Lo que venía diciendo. El colombiano -apoyado por un Arda entregado a la causa- iba y venía, subía y bajaba, pedía y daba, se ofrecía y se entregaba. Lo de siempre. Esta vez con acierto. Metió tres (el tercero de penalti, el segundo un remate acrobático con aroma a obra de arte y el primero en plan Juan Palomo al estilo de la rotura de marcador en Bucarest). Y falló otros tres. El comentario jocoso: "Menudo paquete el tigre este. Ha fallado tres goles cantados. A ver si saca a Diego "Rantamplán" Costa para solucionar esto. Y como si el Ole, ole, ole, Cholo Simeone nos hubiera escuchado. Cambio. Diego "Rantamplán" Costa hace el Rubén Cano y le regala un balón a Mario, o a Koke, o a no sé quién, porque ya íbamos 3-0 y eran casi las doce de la noche, y lo estrelló contra el portero. El rechace lo volvimos a coger. Ya digo, no sé si Koke, Mario, Gabi o cualquiera que pasara por allí y volvió a fallar. Pero el jugadón de "Rantamplán" fue espectacular, casi tanto como el derroche de entrega y corazón de este brasileño de cuerpo desgarbado que tan bien le venía a los colíderes Pucela y Rayo.

Y poco más que contar. 

Ya van tres años que empezamos en el Calderón con un 4-0 (Sporting, Racing y Athletic). Pareciera que la plantilla cumpliera órdenes del dúo prescrito con el fin de empujar la campaña de abonos mermada y manipulada por la prensa pesebrera del régimen. A ver cómo acabamos. La temporada pasada (otra vez, y van... buff, mejor ni echo la cuenta) volvimos a quedarnos fuera de Champions. Y no pasa nada, señores.

Jueves y viernes
La semana grande del Atleti se completará el jueves con el nacimiento de mi hija Lucía, nueva socia del Glorioso. Y lo hace, como su hermana María, el año que el Atleti es campeón de la Europalí. Esperemos que también repita como la mayor el título de supercampeón de Europa. Aunque esta vez lo tenemos más complicado. Eso será el viernes, en Mónaco, frente al Chelsea de nuestro querido y admirado Fernando Torres, un pedazo de delantero denostado por los medios vikingos del duopolio a pesar de haber marcado en la final de la Eurocopa de 2008, en la final de la Eurocopa de 2012 y de haber ganado -amén de las dos Eurocopas- un Mundial en Sudáfrica. Eso sin contar que ya es el tercer goleador en activo de la Premier League. En fin. Que no me importará perder ante el Niño Torres. Que no me importará volver a ser Supercampeón de Europa. Eso sí, los nervios por verle la cara a mi segunda hija, a Lucía, esos no se parecen a nada que me pueda provocar el fútbol, ni el Atleti, ni nada en el mundo.



lunes, 20 de agosto de 2012

El partido que empezó un domingo y terminó un lunes


Levante 1 - Atleti 1

A las 23:00 horas, sí a las once de la noche ha comenzado el Atleti la Liga 2012-2013 en Valencia, en el campo del Levante. Era domingo, 19 de agosto. El encuentro terminó al día siguiente, el lunes 20, a la una menos cuarto de la madrugada, con la alegría de ver a los nuevos y aspirando, como mucho, a quedar terceros en una competición absolutamente adulterada en la que el dúo prescrito y demás sinvergüenzas que pueblan los palcos de los equipos patrios ladran, pero no se tiran a la yugular. Yo lo tengo clarísimo, montaba una Liga de 18 y, cuando vinieran el Madrid o el Barça, sacaba a los chavales del madrileño y tiraba los precios para devaluar el partido. Vamos, que le regalaba los tres puntos y a otra cosa.

Pero volvamos a lo de ayer, o a lo de hoy. Vamos, al primer partido oficial de la temporada que empezó ayer y ha terminado esta mañana. Es increíble. Y seguimos tragando. Yo me tiro al monte.

Lo cierto es que este año, como estoy bastante hasta los mismísimos, no me he abonado a ninguna plataforma de televisión de pago. Que les den a las dos, como al Real Barça, como al PPSOE... no soporto más una sociedad donde se nos plantea siempre el duopolio para esconder que "la misma mierda es", que lo mismo me da que me da lo mismo, que tanto monta, monta tanto, que parece pero no es. Vamos, que no pienso pagar por ver el fútbol en la tele.

Y lo vi por internet. En mi teléfono. En la cama. Con los cascos puestos. Y no me dormí de milagro. Más que nada porque estaba atento a un Silvio que promete por la banda, a un Cebolla Rodríguez que sorprendió por su entrega, su actitud y su participación (también por cómo sangraba después del zurriagazo que le metió David Navarro -que, para colmo, pedía penalti-), a un Cata muy serio atrás en una defensa con tres centrales donde Miranda y Godín estuvieron tan correctos como él. Me fijé especialmente en Gabi y Tiago, eché en falta a Diego (como todos) y no entendía qué le pasaba a Adríán, despistado, gris, perdido, pensando en no sé qué, sin rascar bola. Lo mismo que Falcao, pero en el caso del colombiano porque no le llegaba un balón en condiciones (como siempre, va a por todos). Y luego está lo de Arda por la banda que de repente te traza una diagonal, o se mete por el interior, o la caga por no tapar el rechace y dejar que nos hagan un gol a los cinco minutos y después se saca un zapatazo desde fuera del área para clavarla en la escuadra y celebrar el gol como un atlético de toda la vida, como vengando el error que propició el primero, como quedando en paz.

En la segunda parte, cuando ya entraba el lunes, nuestro querido Cholo dio entrada a los dos chavalines que deberían estar durmiendo. Al bueno de Oliver se le notó que con 17 años aún no ha trasnochado mucho y apenas si entró en juego. Perdió tres balones casi seguidos. El chico no estuvo bien, pero tiene que ir cogiendo minutos, a ser posible fuera del Calderón, sin presión, para que se vaya soltando y nos haga olvidar muy pronto a Diego, a Schuster, a Alemao... para que cuaje en el olimpo de los centrocampistas rojiblancos por muchos años. Lo de Kader fue mucho mejor. Le dio mucha más profundidad al equipo. Muy bien el joven gabacho. Al final, un poco tarde, el Cholo se dio cuenta de que Adrián no estaba en el partido aunque sí ocupaba plaza en el campo y decidió cambiarlo por Raúl García. Mi amigo el "txitorra" viene de hacer una temporada poderosa en Osasuna. Creo que este año el Cholo le sacará partido.

Al final tuvimos la pelota pero no creamos oportunidades claras. Apenas si tiramos a puerta. Estábamos ahí, muy cerca, pero nada. Y si a esto le sumamos a un Munúa que debería haber sido expulsado en dos ocasiones... vamos, que se tiró a por Arda cuando tenía el balón atrapado y el turco estaba a años luz de lejos. Y luego levantó los pies para golpear a Godín sin venir a cuento. De locos.

Bueno, que no me enrollo más. Que esto ha sido el principio (domingo a las 23 horas) pero que seguiremos un lunes a las 22:00 (cuando el viernes tenemos la FINAL DE LA SUPERCOPA DE EUROPA). Hay que ser cenutrios para aceptar estas cosas. Se echa en falta una directiva de verdad, que proteja los intereses del club (futbolistas, aficionados y, sobre todo, la clase y el señorío que algún día tuvimos).

Y sin embargo. Yo te quie roAtleti, lo lo lolo lo lo lolo lo lo.

domingo, 13 de mayo de 2012

Yo estuve en Bucarest

Creo que ya se ha dicho todo sobre el último título (y van 24) que ha ganado el Atleti el miércoles pasado en Bucarest. Si no has leído una crónica decente y sin contaminar, te recomiendo que te pases por el blog de mi compañero y amigo José I. Fernández (http://ungrandesinmemoria.blogspot.com.es/2012/05/y-la-copa-la-levanto-falcao.html) para hacerte una idea. Juntos vivimos este día inolvidable y no es cuestión de repetirse. Además, él ha colgado un vídeo con el tercer y definitivo gol de la final grabado desde la grada donde puedes vernos celebrar el título cantando el campeones, campeones. Inolvidable. Gracias, Jose.

El motivo de este blog no es otro que despedirme de la temporada (aunque hoy nos queda jugar en Villarreal con la oreja puesta en Málaga y apoyando al mismo tiempo a mis dos equipos del alma, el Atleti y el Sporting, para conseguir entrar en Champions).

Mañana parto para Brasil. Voy a Marajó, una isla del tamaño de Bélgica en la desembocadura del Amazonas. Allí hay un grupo de hombres que se visten por los pies y que están dedicando su vida a mejorar la de aquellas gentes. Entre ellos un obispo español amenazado de muerte por denunciar con nombres y apellidos a los tipos que manejan las mafias dedicadas al tráfico de mujeres, de niñas y niños, para su explotación sexual en Europa. Increíble, pero cierto.

Voy con mis compañeros de TVE a grabar y contar aquella realidad. Tendremos que soportar altas temperaturas y una humedad cercana al 95%, nubes de mosquitos, murciélagos que te contagian la rabia, pasaremos muchas horas en barco, en canoa, en lancha... pero vamos convencidos de que nuestro trabajo servirá para algo. Sabedores de que haremos llegar su mensaje, su voz, su lucha a cientos de miles de españoles que verán el reportaje.

Me llevaré, como siempre, mi camisa y mi gorra del Atleti. Este año con la alegría de haber ganado la Europa League, con ganas de que nazca mi segunda hija, Lucía (cuando nació María, en 2010, también ganamos el mismo título. No sé qué será si en un futuro vienen gemelos. ¿La Champions?), y con el sabor amargo de que los dueños de la SAD volverán a desmantelar el equipo para seguir haciendo negocio a costa de nuestras ilusiones.

Y hasta aquí este post. Lo dicho, sólo quería despedirme y compartir un poco de la alegría que me traje de Bucarest. Un fuerte abrazo y Aúpa Atleti. SIEMPRE.

jueves, 3 de mayo de 2012

No me quiero enterar




Ayer mi hermano me mandó un "wasá" para decirme que ya estaba en el Calderón. El partido, la verdad, después del desastre en el Villamarín donde no supimos ganar... pues como que me daba una pereza infinita. Y más a las seis de la tarde de un miércoles que parecía domingo. Pero me armé de valor, me subí a la moto, y allí que me presenté para ver..., bueno, allí que me presenté.
Dos alegrías antes de comenzar el... lo de ayer.
En primer lugar, uno de mis veteranos vecinos de abono me da la enhorabuena porque conseguí entradas para Bucarest. Y yo, sorprendido, le pregunto que cómo lo sabe. "Te sigo en twitter, tío. Por cierto, a ver si actualizas el blog, que hace un huevo que no escribes". Y yo, entre alucinado y avergonzado, le pregunto su nombre de guerra en la red y me suelta: @javier_ruben02. Pues nada, a seguirle. Un alegrón encontrarme con él también en el mundo virtual.
Y en segundo lugar, mi colega bloguero Jose I. Fernández (Un grande sin memoria) se acerca hasta mi asiento en el primer anfiteatro del fondo sur y me confirma lo que ya me había adelantado por teléfono: "Ya tengo la entrada y el billete. Seremos compañeros de viaje para la final de Bucarest". Intercambiamos algunas informaciones y quedamos en vernos el próximo miércoles en el aeropuerto sin caer en la cuenta de que el sábado por la noche es el último partido de la temporada en el Vicente Calderón. Frente al Málaga. Y eso que todavía la Real Sociedad no nos había empatado en el minuto 90 después del quinto córner consecutivo propiciado por un Atleti metido bajo los palos del cedido "Timo" Courtois. Vaya desde aquí mi irónico y sincero agradecimiento al Chelsea por dejar que le fogueemos el portero un año más. Y mi más profundo desprecio a los dos sinvergüenzas que siguen viviendo a costa de nuestros sentimientos y nuestra historia forrándose el riñón mientras a nosotros se nos parte el corazón. A ver si el jeque del Málaga se encapricha el sábado con nuestro club.Y lo compra. Y les endiña a los dos del palco medio metro de tranca equina por el orto. Y ya puestos, que el miércoles ganemos otra vez la Europalí esa con la que nos anestesian para que no caigamos en la cuenta de que llevamos 16 años sin ganar (ni disputar) una Liga, 12 años sin ganar al Madrid, otros 16 sin ganar una Copa, y con sólo 4 participaciones en Champions en los últimos 12 años, desde que recuperamos la categoría que el duo prescrito y el difunto dueño de Imperioso nos hicieron perder por sus trapicheos políticos y empresariales. Quién lo iba a decir. El Atleti dos años en Segunda, el Atleti sin aspirar a la Liga, sin opciones siquiera para participar en la Champions...
Ayer, viendo el 0-3 del Madrid en San Mamés, me descubrí alegrándome porque ganaban a un rival directo. Y lo mismo me pasó antes cuando el Barça destrozaba al Málaga. Yo. Contento porque el Madrid y el Barça ganaban. Porque nos favorecía en una clasificación liguera ruinosa donde no sólo tenemos casi imposible entrar en la primera competición europea sino que aún habrá que ver si participamos de la Europalí esa que tanto nos disgusta y que sirve para lamer nuestras heridas.
Y hasta aquí la entrada de hoy, que me empieza a hervir la sangre y no quiero amargarme más de la cuenta antes de comerme las cuatro horas de vuelo a Bucarest (y otras cuatro de vuelta) para ver un partido del que sigo creyendo es mi equipo. No me quiero enterar.

Vamos, Atleti, vamos.

viernes, 27 de abril de 2012

María (2010) y Lucía (2012). Nacer y ganar


El año 2010 empezó con lo mejor que me había pasado en mi vida. Nació mi hija María. Mitad madrileña, mitad bilbaína, pero del Atleti desde el momento de su concepción y con carné de socia desde que nació. A María le cantaba yo el himno del Atleti las madrugadas de cólicos y dolores de oídos. Cuando sólo tenía tres meses, nuestro equipo ganó la primera edición de la UEFA Europa League en Hamburgo contra el Fulham inglés. En aquella ocasión no pude viajar. Vimos todos juntos el partido en casa de su madrina, también atlética y socia como nosotros. Y con sus tíos, y con sus primos. Todos del Atleti. Y lo celebramos con muchos cánticos y abrazos. Nos hicimos fotos. Lloramos de alegría. Y hasta María mejoró y pudimos ir a Barcelona a disputar la final de la Copa del Rey que se llevó el Sevilla y ganamos nosotros. Y hasta nos convertimos, este mismo año en que nació mi primera hija, en Supercampeones de Europa al ganar al Inter de Milán con un 2-0 rotundo en el estadio monegasco. 

Ahora, en 2012, María está esperando el nacimiento de su hermana Lucía. Vendrá dentro de tres meses. Después de que nuestro Atleti, su Atleti, juegue otra vez la final de la UEFA Europa League frente al equipo de sus tíos y primos de Bilbao, el Athletic, el hermano mayor de nuestro Atleti. Será en Bucarest, la capital de Rumanía, el próximo 9 de mayo. Unos días antes de que yo tenga que partir hacia el Amazonas brasileño. Con la suerte de que el viaje trasatlántico, previsto en principio para el 6 de mayo, se retrasó por causas externas hasta el 14. Ahora sólo falta que nos lleguen las entradas. Después, la fiesta rojiblanca. El éxtasis del fútbol. El triunfo de la vida, del Atleti, de mis hijas.

Platini y los malandrines mafiosos de la cosa ejecutiva y burocrática del negocio futbolístico sólo han dado 8.980 entradas a nuestro equipo. Y 1.350 son para los empleados de la SAD y los compromisos de los delincuentes que nos robaron el club hace casi 25 años. Otras 950 serán para las peñas y, el resto, o sea, 6.680, para repartir entre los más de 40.000 socios.
Mi hermana tiene un abono total con un número inferior al 11.000. Y yo tengo otro abono total. El lunes, 30 de abril, estaré como un clavo en las taquillas del fondo norte con un fajo de euros para comprar las entradas y pillar un vuelo a la final más rojiblanca de nuestra historia.

lunes, 16 de abril de 2012

Partido por teléfono


Rayo 0 - Atleti 1

Ayer jugaba el Atleti en Madrid, en el barrio de Vallecas, en ese campo con un muro en uno de sus fondos que le da un aire absolutamente periférico, obrero y muy de fútbol auténtico. Vamos, aquí al lado. Y nos vendían el partido como un derbi de titanes que se jugaban la posibilidad de entrar en Europa. Hasta de Champions hablaban algunos... en fin. Lo cierto es que el Rayito y el Atleti (o lo que sea la Sociedad Anónima a la que seguimos como si fuera nuestro equipo de toda la vida) tenían la posibilidad de asegurarse la categoría una temporada más. Y eso fue lo que se vio. Dos equipos muy duros que no pegaban tres pases seguidos, con unas defensas férreas y muy poca llegada.

La verdad es que el menda lerenda no tenía demasiado interés en verlo, pero como uno es así de cernícalo, jugueteando con el móvil busqué en internet como sin querer y acabé conectando con Vallecas en directo. Curioso, muy curioso, ver un partido que se está jugando al lado de mi barrio por teléfono retransmitido por dos mexicanos vía satélite a través de internet. Y me dio por pensar lo paradójica que es la vida. Para ver un partido que se juega en mi ciudad me tengo que conectar por internet con un país mexicano al que envían las imágenes desde Vallecas para que ellos me las reenvíen a mi teléfono en Villaverde. Vamos, que las imágenes llegaban después de atravesar el Atlántico en viaje de ida y vuelta. Y se veía fenomenal. Y se oía muy bien. En el teléfono, lo juro. Impresionante.

Y me enganché al partido justo cuando Curtois sacaba con la manopla un cabezazo a bocajarro de Tamudo que se colaba cerca de la escuadra. Paradón del belga cedido por los ingleses que el duoprescrito malvenderá a algún fondo de inversión catarí para que acabe en Concha Espina o algo. Poco más pude ver. Y ya digo que la conexión era buenísima y las imágenes y el sonido llegaban con nitidez. Pero es que no hubo mucho más a excepción de un remate de cabeza que Mario Suárez, sólo en el área pequeña, estrelló en Cobeño. El resto, pelotazos, más pelotazos, rebotes, más rebotes, a duras penas tres pases hilados en el centro del campo y más interrupciones.

En la segunda parte, y tras disfrutar de una sesión mexicana de anuncios televisivos, me entró el sopor. Bajé el volúmen del móvil y subí el de Buenafuente en su estreno televisivo. Así veía el partido y oía en la tele grande los diálogos de uno de los humoristas más críticos y excelsos en el arte de la televisión. No pasaba nada en el teléfono, cada vez se me iba más la atención a la televisión. Hasta que una jugada rapidísima con un patadón raso hacia Falcao en la línea divisoria y su amago en carrera hasta hacerse con la pelota justo a tiempo para regatear al pobre Cobeño (menuda salida) sirvió para meter el único gol del partido, para llevarnos los tres puntos, para que el Tigre volviese a rugir, para rentabilizar los 45 millones con el gol número 22 en Liga (el resto del equipo ha marcado los otros 22), para subir la cotización del colombiano que tiene los días contados en nuestra SAD (como Adrián, como Diego, como Arda, como...). Y ahí se acabó todo.

Seguí viendo el móvil mientras pensaba en el viaje que tenían que hacer las imágenes, en las paradojas de este mundo globalizado y ultracomunicado, en la alegría increíble que me había proporcionado ganar a un recién ascendido por 0-1, en como cambian los tiempos y, sobre todo, en los periodistas deportivos que al día siguiente hablarían del intento de tapón que Sandoval le hizo a Diego para evitar el contraataque en un saque de banda y que, otra vez, como siempre, no se hablaría nada del desmantelamiento económico y deportivo del tercer club de España por títulos, por masa social y por ingresos televisivos que este año, como los diez posteriores al ascenso de Segunda División (increíble que bajáramos...) volverá a estar lejos del tercer puesto que le corresponde por presupuesto. Aunque a Gil Marín le premien como mejor gestor deportivo... que tiene huevos la cosa.

No me amargo más. Tres puntos que suman 45. Ya estamos salvados. Ahora habrá que jugarse la temporada a una sola carta, a la Europalí. Y este jueves es el primero de los tres partidos que realmente hay que ganar. Será contra el Valencia, a las 21:05 (joder, qué horarios, es para matarlos), el jueves que viene, la vuelta en Mestalla y, si el Atleti quiere salvar la temporada, la final de Bucarest contra el Athletic vasco o el Sporting portugués. El resto, las cuentas de la lechera, hablar de puestos, clasificaciones, puntos, matemáticas y cábalas varias para entrar en Champions (hay que tener jeta) y en Europalí (no está nada fácil la cosa) son milongas. Las mismas que hablar de fichajes para la próxima temporada. Ya sabemos que saldrán diez jugadores y entrarán otra docena. Es la función de nuestro equipo, servir como agencia de compra-venta de profesionales. El resto, lo de ganar títulos, no es rentable para los bolsillos de los ladrones que tenemos en el palco.

En fin, Atleti, para lo que hemos quedado.

viernes, 13 de abril de 2012

Mi enfermedad

Llevo más de un mes desaparecido del blog. Excusas mil. Especialmente de ubicación. En este tiempo he estado en Costa de Marfil, Marruecos, Bilbao, Burgos, Salamanca y casi en Portugal. Siempre pendiente del Atleti. Por la tele, por los mensajes del móvil, por twitter @santiriesco, por feisbuc y en el Calderón, cuando andaba por la villa y corte coincidiendo con algún día y horario imposible de esos que les ha dado por regalarnos a los de la liga bancaria sin que el dúo prescrito diga esta boca es mía. Me cago en sus muelas.

El miércoles, a las diez de la noche oiga, desafié a la lluvia, al cansancio, al desastre liguero (veníamos de perder con el Levante -domingo a las doce del mediodía-) y no pude resistirme a la argumentación de mi embarazadísima esposa: "¿Y si ganáis?" Buff. No me imagino ganar a los vikingos después de una docena de años y estar viéndolo por la tele en casa. Me corto las venas. Total, que mis hermanos me cosieron a guasás telefónicos y acabé plegándome ante el ofrecimiento de un bocata descomunal de jamón del bueno en pan estupendo con una capita de tomate aliñado con ajo al punto. Todo acompañado por unas patatas fritas de marca, de las buenas, y un donuts de chocolate como colofón. Es que merecía la pena ir sólo por estar con mi familia y por el cenorrio previo al choque. Y para el Calderón que me enfilé.

Pancartas
Como mi abono está encima del Frente Atlético, pues no pude ver hasta el día siguiente las pancartas que fueron sacando los chavales. Pero ví las que había a mi alrededor. La de los dos turcos que siguen a Arda Turan con una sábana donde se lee "Forza Atleti. Arda", la de los que están deseando salir en el "Tomate" futbolístico de "Cuatro": "Manolos, os cambiamos un minuto de tv por nuestras novias" , una genialidad gaditana sostenida por un grupo de cachondos con un trozo del quince: "Uds. tenéis a Cristiano, nosotros una tajá como un piano... pisha". Y la que más hondo me llegó, una sencilla tela blanca con grandes letras en rojo colocada en la curva de las peñas históricas del club: "Mi enfermedad".
Hoy, buceando por la red, he visto el mosaico en el que participé levantando mi cartulina roja (cuando me toca la blanca, ni se me ocurre tocarla). Y he podido leer algunos de los mensajes que los chicos del Frente Atlético fueron sacando a medida que el partido se desarrollaba. De todos ellos, me quedo (y pongo aquí) el que mejor resume la actitud del Real Madrid (y de todos los equipos que han dejado de interesarse por los títulos, el fútbol y los valores tradicionales ligados a este espectáculo).


El cáncer
Sin duda el cáncer del Atleti es la S.A.D. gestionada por dos delincuentes como Gil Marín y Enrique Cerezo. Dos tipos siniestros que han sido condenados por haberse quedado con el club al convertilo en Sociedad Anónima sin poner un chavo. Una condena que no se ejecutó (vamos, que no devolvieron un duro y se quedaron con todo) porque el delito había prescrito (mierda de Justicia. Somos un país del cuarto mundo que nos creemos potencia. Damos pena).
Desde que estos delincuentes y ladrones de guante blanco, balances tuneados, paraísos fiscales y empresas interpuestas robaron el Atleti, nuestra enfermedad, esto se ha convertido en un verdadero cáncer terminal. Por el equipo pasan cientos de jugadores, entrenadores, intermediarios, chupópteros, rapiñeros, representantes, negocietes turbios... y los resultados son lo de menos. De hecho, no hay resultados. Da igual que no ganemos al Real Madrid en el Calderón desde hace 13 años, da igual que no entremos en Champions (este año es posible que ni siquiera alcancemos la Europalí si no eliminamos al Valencia y ganamos la final en Bucarest), no importa que cada temporada desmantelemos el equipo y fichemos ocho o diez futbolistas mediocres que tapan la progresión de los canteranos (igual de mediocres, pero más baratos y de la casa). El caso es trincar comisiones, llevarse la pasta que genera una S.A.D. disfrazada de club de fútbol que se aprovecha de los sentimientos de generaciones y generaciones de rojiblancos a los que nos cuesta acabar de creernos que esto ya no es el Atleti, que esto es sólo un disfraz, una tapadera, un negociete de dos colegas que se están forrando con nuestra enfermedad. Malditos hijos de puta. Tenía que decirlo.

Dicho lo cual. A seguir padeciendo, aunque ganemos, la dictadura de los sinvergüenzas. Y mientras, los atléticos, cruzados de brazos y cantando el "Madridistas, hijos de puta". A ver si nos damos cuenta, pronto y todos, de que los hijos de puta están en el palco, no en Concha Espina.

Otro día insistiré en el asunto de la competición adulterada (el Madrid nos saca ¡40 puntos! y el segundo al tercero ¡28 puntos!).

¿Dónde está mi Atleti?

lunes, 5 de marzo de 2012

Empate agridulce


Sevilla 1 - Atleti 1

Desde que mis hermanos se han apuntado al whatsapp (guasá, para entendernos) la comunicación fluye que es un primor. El sábado le mandaba uno de estos mensajes a mi hermano mayor: "¿Te vienes a ver el partido? ¿Pedimos algo al chino?" Y él me respondía casi a toque de móvil: "Voy, pero nada de cerdos agridulces. Prefiero queso, jamoncito y vino rico". Dicho y hecho. Cuando el árbitro expulsaba a Piqué sonaba el telefonillo. Entra mi hermano en casa y marca el Sporting el empate contra diez después de que Clemente sacara dos tíos ofensivos para remontar a un Barça que se llevó los tres puntos del Calderón dejándonos, encima, con la sensación de que los nuestros lo habían hecho bien. Lo dicho, estamos locos.

El sábado pasó algo parecido. La sensación fue agridulce, como la del cerdo del chino que mi hermano rechazó por el guasá. Nada más empezar el "tonto" Salvio marcó un golazo con un espectacular remate de cabeza más propio del ausente Falcao que del topolino argentino. El pase de Gabi fue magistral, pero su salto marcando los tiempos y el giro de cabeza conectando con el balón para colocarlo lejos de Palop fue, absolutamente inesperado. Abrazos en casa y gritos que no consiguieron despertar a mi hija del sueño. Parecía una noche dulce. Y mucho más viendo las ocasiones de los nuestros que, sin Diego y sin Arda estaban presionando y llevando mucho peligro. De nuevo el topolino argentino se sacó un zurriagazo empalmando otro balón que venía de la banda que no se coló porque el portero Ballantine's estaba en su sitio. "Me cae fatal Palop". Y así llegamos al descanso con mi hermano protestando porque no tengo sintonizados los canales de HD y hasta las tetas de queso, jamón y vino.

La segunda parte venía agria y terminó incluso con la amargura de las pequeñas lesiones de Tiago y Adrián. El topolino argentino, el "tonto" Salvio, dio la de arena después de las dos de cal de la primera parte. En un contraataque que no supo gestionar dedicándose a correr sin potencia y sin soltar el balón, se lo puso fácil a un defensa sevillista (a mí me pareció falta, pero parece que se la birló limpiamente) para que le robara la bola y le enseñase cómo se ejecuta con éxito un contraataque de los de toda la vida. El balón se desplaza hacia adelante, el jugador la controla y la desplaza hacia el más adelantado en la banda y éste la pone en el corazón del área para que un compañero fusile sin contemplaciones a un Curtois que, dicho sea de paso, le echó un par de huevos intentando tapar un zambombazo a bocajarro que le podía haber costado la esterilidad permanente. Gol de los palanganas. Empate.

Luego vino el gol anulado a Manu del Moral. Pero antes de esto, la exhibición de Navas que dejó a nuestro Filipe Luis con la lengua fuera. Me gustó mucho Juanfran, again. Me hizo gracia ver a un Reyes sobreexcitado tirándose, recibiendo y muy comprometido. Mirando continuamente a la banda de Míchel, Míchel, Míchel maricón para ver si le cambiaba. También me gustó la clase en los movimientos y el cariño con el que toca el balón el larguirucho Kanouté, la fuerza de Medel ("éste si que me cae mal", le decía yo a mi hermano. "Joder, si es que te cae mal todo el Sevilla. Como a mí". Risas. Más vinito).

En fin, que lo del sábado fue agridulce por esto mismo. Porque ya son cinco partidos sin ganar. Sólo cuatro puntos de quince posibles. Y que no marcamos casi goles. Cero al Valencia, cero al Racing, uno al Sporting, uno al Barça y uno al Sevilla. Sin embargo... ya ves, a mí me gusta el equipo. Veo que saben a lo que juegan, me parece que lo dan todo en el campo y, como dice mi hermano (que de esto sabe un rato largo) "ya empieza a notarse que van jugando de memoria, que van mecanizando algunos movimientos". Y, por lo visto, eso es muy bueno.

Yo insisto. Este año, con el calendario que tenemos por delante, y si las lesiones nos respetan un poco más, creo que quedamos terceros. Aunque ahora estemos muy lejos del Valencia. A mí me gusta lo que veo.

El jueves, a las 19:00, en el Calderón contra los turcos. Habrá que inventarse alguna excusa para escaparse del curro y de casa. Se admiten ideas.

Vamos, Atleti, vamos.

lunes, 27 de febrero de 2012

¿Y Messi? Gol. Ahí


Atleti 1 - Barça 2

No se había dejado ver el argentino durante todo el partido. Aparte del gol que metió ayudándose con la mano, que le valió una tarjeta, apenas si se le había visto hacer algunos regates y, sobre todo, protestar mucho. Más de lo que nunca se había visto protestar a este genio, por las incontables faltas que recibe. Pero vamos, que estábamos todos tan felices en el Calderón sin noticias de Messi, con una segunda parte recién empatada por Falcao en un remate que justifica con otro gol los 45 millones del ala y, con un Atleti que, después de una primera parte ultra-defensiva y con las líneas apretadas en un 4-4-2 que evitara mayores desgastes de los necesarios, había salido en tromba en la segunda parte mientras los blaugranas se preguntaban si realmente los rojiblancos eran los mismos de la primera parte o les habían hecho el truco de los coreanos y habían sacado a un equipo diferente.

La falta que clavó el genio argentino no fue tal. Andaba yo preguntando a mi hermano que dónde estaba Messi y, zas, gol. "Ahí", me suelta el tío como haciéndome ver que los genios, son genios aun en sus peores días.

Y luego a todo esto se sumó el partidazo de Víctor Valdés. El portero acababa de recibir los insultos y el desprecio de Maradona. Supongo que el suegro del Kun no vio el partido, pues el titular de Guardiola se hizo dos paradones que bastarían para que no volviese a hablar del cancerbero en toda su vida. Impresionante Valdés. Mi hermano, ya digo, un conocedor del fútbol patrio con muchas horas de Calderón a sus espaldas, pegó un bocinazo al aire cuando los altavoces del estadio desgranaban las alineaciones: "¡Guardiola, cagao, saca a Pinto!" Y Guardiola, que es muy listo, sacó a Valdés. Por cierto, estuvo muy inteligente el técnico del Barcelona quitando a Alves nada más recibir una amarilla (que debió ser roja) por agresión. Ni tiempo le dio al brasileño para dar ni media patada más, ni tiempo le dio al nefasto árbitro a compensar el error al no haberle expulsado. Y hablando del árbitro. Nos cosió a tarjetas. El sábado, contra el Sevilla no estarán Falcao ni Godín. Jodido lo tenemos.

Y poco más que contar de lo de ayer. Bueno sí, que como generosos atléticos amantes de nuestro equipo y del fair play, cedimos dos abonos a dos barcelonistas de la familia que son muy buena gente y que no disfrutaron tanto del triunfo como esperaban. Se portaron muy bien. Y la previa del partido fue estupenda, con caña, copa y mucha ilusión. Habrá que repetir.

Vamos, Atleti, vamos.

lunes, 20 de febrero de 2012

Nos roban dos puntos y no pasa nada


Sporting 1 - Atleti 1

Eguren se coloca el balón con la mano. Vamos, el control es absolutamente descarado. Y lo siguiente que hace -ante el alucine de Courtois que no da crédito- es empujarla dentro para empatar. No es excusa, pero es la cruda realidad. Ayer, en el Molinón, el Atleti se dejó dos puntos porque ni árbitro, ni juez de línea, vieron una mano escandalosa que permitió al uruguayo empujarla placenteramente a la red.

A todo esto, claro está, hay que añadir el empeño de nuestros delanteros en hacer internacionales y subir la cotización de todos los cancerberos de la Liga. El otro día medio país se enteró de que Toño era el portero del Racing. Ayer, media Europa puso en el mapa futbolístico a un extraordinario portero como Juan Pablo.

Pues bien. Nos meten un gol absolutamente ilegal y nadie del club dice ni mú. Y ojo, que no pido a Simeone ni a los futbolistas que hablen del árbitro. Eso no. Pero coño, que el presidente tiene que meter un poco de presión en este asunto. Que es que luego no nos respetan en ningún lado. Que es que nos pitan ya como a un equipo menor. Y lo vengo diciendo desde hace mucho tiempo. En el Calderón los árbitros no tienen miedo a pitar en contra nuestra a la más mínima duda. Les da lo mismo. Somos un equipo fácil de arbitrar.

Tarde de paracetamol
Andaba yo todo el fin de semana echando los pulmones por la boca y con un dolor de cabeza soberano y memorable. La verdad es que no me apetecía salir de casa a pesar del sol espléndido que lucía en la capital y la falta de viento que le curtiera a uno este fino cutis que Dios le ha dado. Pero, amigos, si no hay patatas fritas y coca-cola en casa no se puede ver en condiciones un partido del Atleti por la tele a las seis de la tarde. Dicho y hecho. Me vestí, vestí a mi vástaga, y nos fuimos los dos tan pichis a comprar en el chino del barrio, justo al ladito del bar de los vikingos donde hoy anunciaban el partido del Atleti. Y cargamos de chuches, patatas fritas, cebolletas y pepinillos de vinagre, queso tierno, unas galletitas saladas y cocacola sin cafeína para que mi hija pudiera apuntarse a la orgía de las burbujas sin poner en riesgo el descanso nocturno.

Al llegar a casa, hicimos como que no veíamos la cara sin cebolletas ni pepinillos pero con mucho vinagre de mi amada esposa, y preparamos la mesa con un banquete digno de mis mejores épocas de chiquillo. Sólo faltaban los bollos de la mítica y desaparecida pastelería de mi antiguo barrio. A todo esto mi Eva que es Cristina explicaba llevándose la mano a la boca que su cara no era de disgusto por las guarrerías con las que íbamos a acompañar el partido sino porque el nuevo embarazo le produce las mismas náuseas que el viejo. Y se fue a vomitar al baño.

Yo me metí un chute de paracetamol, un sobrecito para diluir las mucosidades y arrancarlas de mis pulmones sin que se lleven ningún trozo y a poner la tele.

Twitter
Mientras veía el partido (que no fue tan intenso ni espectacular como los anteriores, pero sí tan serio y apañado como desde que llegó el Cholo) me dio tiempo a encender el Twitter y conversar un rato con rojiblancos virtuales. Entre tuit y tuit me fui echando unas risas y poniendo alguna que otra gansada. Un buen rato, sí señor. De hecho, cuando empató Eguren, no vi absolutamente nada anormal hasta que un tuitero con ojo de halcón advirtió de la escandalosa mano. No le dí importancia. De hecho era el mismo tuitero que decía que los nuestros hoy no jugaban con tanta intensidad porque no habían cobrado el último mes. Pero a los cinco o diez minutos veo que los de GolTV se sacan de la manga una repetición desde otro ángulo y se ve, descaradamente, cómo el sportinguista para el balón con la mano para dejársela muerta en el pie antes de empujarla a gol. Me faltó tiempo para retuitear al colega rojiblanco y para acabar de creerme lo de que los sinvergüenzas del duoprescrito no les han pagado la última nómina.

Mucho que contar
El partido de ayer da para analizar muchas cosas: el primer gol en contra en Liga, la lesión de Arda y su fiesta nocturna con foto incluida (me llegó por twitter también), la lesión de Diego, la resaca romana, la intensidad de la doble competición, la falta de banquillo, el fallo arbitral que nos deja sin dos puntos, el tercer empate consecutivo, la próxima visita del Barça, los horarios intempestivos en casa (jueves a las 21:00 contra Lazio y domingo a las 21:30 contra Messi sin pensar que estamos en invierno, que el campo está junto al río, que el viernes y el lunes es día de labor...). ¿Será verdad que no cobran los chavales? ¿Es cierta la rumorología en torno al futuro de Adrián fuera del Atleti? ¿Por qué no viaja el presidente con la Sociedad Anónima Deportiva? ¿Se llevó ayer algún Goya Cerezo? En fin, que hay tantas cosas de las que hablar que prefiero callarme y seguir creyendo en un equipo empeñado en que descubramos a los grandes porteros que hay en nuestra Liga.

Reflexión final: Aunque perdamos el domingo con el Barça (que vaya usted a saber según estamos y según están) si el equipo sigue luchando, peleando con intensidad y buscando el gol como desde que llegó el Cholo, pueden contar conmigo. Es más. En esta línea -si es que están cobrando- no sólo nos metemos en Champions sino que acabamos terceros. Tiempo al tiempo.

Aupa Atleti. No digo más.

viernes, 17 de febrero de 2012

Ni Toños, ni Lazios... a pesar de los delincuentes



Llevaba tiempo sin asomarme por el blog. No hay excusa. Sobre todo porque he visto los dos últimos partidos del Atleti. El del infierno sin gol y buen juego donde nuestro equipo elevó al portero del Racing a los altares. Menudo descubrimiento para Del Bosque el cancerbero de los cantabrones. Se paró todo. Y eso que el Atleti hizo un partido al más puro estilo Cholo: seriedad, concentración, compromiso, sacrificio y lo que esto conlleva: muchas oportunidades y una goleada de escándalo que el susodicho Toño acabó por frustrar robándonos dos puntos que nos pertenecían por fútbol, oportunidades y hambre de triunfo.
También vi ayer el de la Europalí contra los romanos de la Lazio. La primera parte en casa de mi hermano. Nada más decir que el Klose era como Raúl, un gladiador del fútbol que va donde otros delanteros ni piensan y que busca donde otros futbolistas ni sueñan, ¡zas! nos endiña un gol en un despeje heterodoxo del joven belga que nada tiene que ver con el trabajo que habitualmente desempeña con solvencia bajo palos. "No pasa nada, el Atleti está sublime", aseguraba mi hermano. Ya digo, un experto en esto del gozar y el sufrir en rojiblanco. Y así fue.

Venían los nuestros de rendir pleitesía al Jefe del Estado Vaticano, a Su Santidad, a Benito XVI, y claro, traían con ellos la bendición de Dios que se ha dejado notar de la mano del Cholo. Dicho y hecho. El árbitro duda ante el fuera de juego de Adrián y, ante la duda, decide (por fin!!!) no pitar una posición dudosa que acaba en gol. Y luego el propio Adri le mete un espuelazo a Diego que tira a puerta sin que la bola coja dirección... y allí está el hombre de la fe, Falcao, para rematar el segundo, la remontada, el anticipo del siguiente, el premio a un delantero que brega, lucha, confía, cree, empuja, ayuda, defiende, remata y arrastra con una sobredosis de humildad que apabulla a los contrarios.

Y sí, son los mismos futbolistas que tenía Manzano. Incluso alguno menos (no está Reyes, ni Diego Costa, ni Pulido, ni Joel). Pero este Atleti huele distinto, corre distinto, pelea distinto. Y es que no hay más que verles las caras a los jugadores cuando saltan al campo. Están a lo que están. Al partido. A cubrir el hueco que deja el compañero, a ofrecerse dando opciones de pase, a correr como perros para echar una mano en defensa, a vaciarse en el contraataque para multiplicar el peligro y la posibilidad de marcar.

Podría estar aquí escribiendo sin parar de las virtudes y defectos de este nuevo equipo que el Cholo Simeone nos ha resucitado antes de que empiece la Cuaresma. Pero creo que lo más prudente es esperar. No echar las campanas al vuelo. Seguir poniendo una vela a Dios y otra al diablo. Y seguir animando (aunque pierdan, que perderán) siempre y cuando lo dejen todo en el campo. Como el pasado fin de semana en el Sardinero.

Así, sí. Así da gusto venir a currar. Y que le pregunten a uno qué ha hecho el Atleti (curiosamente ahora me lo preguntan menos), y jugarse una mala cara de la parienta por anteponer el partido a otros menesteres familiares, y estar dispuesto a volver a pasar frío junto al río a horas intempestivas aunque al día siguiente haya que currar. Este es mi Atleti. Ahora sólo falta que metan en la cárcel a los dos delincuentes que tienen secuestrada la gestión y la propiedad de la SAD, que vuelva a ser un Club de Fútbol y que volvamos a sentirnos tan orgullosos de los triunfos deportivos como de la institución. Yo esto ya se lo he pedido a Dios, aunque los mafiosos han contrarrestado mis oraciones visitando a su director general en el Vaticano. Me temo que lo llevamos crudo.

Y sin embargo. Te quiero Atleeeeeeti, lorololo lolo, te quiero atleeeti, lorolo lo lo lo...

lunes, 6 de febrero de 2012

Sin meter


Atleti 0 - Valencia 0

Desde que llegó el Cholo, y con permiso de Caminero, al Atleti no se la meten. Ni una pelota nos han colado entre los tres palos. Nada, que no nos marcan. Ni fuera ni dentro, ni cuando salimos a las tierras hostiles del norte futbolístico, ni a orillas del río que multiplica por diez la sensación térmica de frío. Y hablando de "sensaciones". No echo nada de menos al sobrino de la Faraona, ni a su pareja de hecho, la que pagó por no jugar en nuestro equipo, la que luego se besaba el escudo cuando no estaba retozando por la hierba, la que consiguió que echaran a Manzano y ahora a Marcelino, la que tiene el récord de haber sido eliminado de la Copa del Rey con dos equipos diferentes en una misma temporada. Pero no voy a hacer leña del árbol caído (justo lo que estaba comentando, que se caía mucho el gitanito de Utrera).

Pero volvamos a lo de ayer. Que no nos meten. El "cholismo" es lo que tiene, que de una defensa que nadie se fiaba, ahora todos seamos capaces de poner la mano en el fuego. De hablar maravillas de Juanfran lo mismo que lo hacíamos de Reyes en sus mejores momentos, de olvidar que Godín ha sido una calamidad desde que llegó, de no acordarnos de la falta de fuerza de Filipe Luis, de haber descubierto en Miranda un cerrojo que no da un balón por perdido; ni rifado. Pero esto es fútbol.

Pero es que ayer, nosotros, tampoco la metimos.

Llegaba el Valencia con la mente en la Copa pero consciente de que se jugaba ante nosotros una plaza en Champions. Vamos, que los de Emery tenían claro que el "cholismo" va en serio y que, casi con toda seguridad, a final de temporada, justo antes de la final de Copa a la que aspiran, habrá que ver quién la tiene más larga, la lista de puntos, digo. Y sacarán los dos la tabla de clasificación con los goles a favor y los goles en contra y los enfrentamientos directos y... el Valencia nos ganará por centímetros. Los justos y necesarios para dejarnos fuera de la Championlí y nos tendremos que volver a conformar con la Europalí.

Es cierto que el partido de ayer fue un auténtico coñazo. Un tostón, un aburrimiento. Tanto que, sin saberlo, me perdí conscientemente la primera parte mientras disfrutaba de una peli con mi señora embarazada. Le pasé los abonos a mi primo veterinario y creo que estuvo en el campo helándose de frío después de calentarse con los colegas a copazos para esquivar las "sensaciones" heladoras a la ribera del Manzanares con el aire entrando por los huecos que no alcanzan a tapar los videomarcadores.

Acabó la peli. Mi chica se acostó y apagué la tele y el disco duro. Me puse a buscar información en mi teléfono y acabé viendo en directo la segunda parte en una pantalla de apenas ocho centímetros. Y sí, un tostón pero con una emoción de infarto. Y si no que le pregunten a mi chica el susto que se llevó cuando me levanté del sofá gritando, sin soltar el teléfono-pantalla, al ver que un tal Rami sacaba con la punta del ciruelo (el interior del muslo dijo el comentarista) un balón que remataba Falcao por segunda vez y que se hubiera colado dentro, se la hubiéramos metido, si el valencianista no estuviera tan contento, alegre y empalmado al disfrutar de un campo, de una afición, de un equipo entregado y de un entrenador que nos ha devuelto la energía sin necesidad de viagras, "Manzanillas", ni "Flores" de un día (y dos copas, ojo).

Lo dicho, que acabó el partido con mucha intensidad, con un Atleti orgulloso al que le faltó un poco de tranquilidad, suerte y puntería. Y que este es el camino. Que aunque empatemos o perdamos, aunque se juegue un domingo de invierno a las 21:30 con alerta por ola siberiana de frío a las orillas del Manzanares, aunque yo no vaya al campo porque me parezcan un esperpento y un abuso los horarios dictatoriales a los que nos sometemos como borregos... pues eso, que a uno se le olvida todo y sigue creyendo que este es el camino, que este equipo sí me representa y que Gil y Cerezo son unos delincuentes que tienen que devolver lo que han robado.

Ahora, a meterla (y a que no nos la metan).

Vamos, Atleti, vamos.

martes, 31 de enero de 2012

Un gran lunes


Osasuna 0 - Atleti 1

Por poco me lo pierdo. Ayer tuve un día complicado de grabaciones, problemas informáticos, taller con el coche, compras en farmacias homeopáticas del centro atascado y clases nocturnas de inglés. Pero qué coño, fue un día maravilloso.

A primera hora de la mañana, a eso de las siete o así, el ordenador de casa dijo que se plantaba. Que hasta aquí podíamos llegar. Que si no tenía bastante con currar en la tele como para que, además, lo hiciera desde casa. Y decidió dejarme tirado. Total, que llamé a los del mantenimiento informático que tengo contratado y me tuvieron al teléfono casi una hora. El tiempo suficiente para irme dejando al puñetero ordenador pasando un test de sistema, o algo así, que mantenía toda la pantalla en azul esperando no sé qué fallo que jamás encontró. Y me fui a grabar. Toda la mañana y parte de la tarde haciendo entrevistas y planos para una secuencia que se me quedó colgada. Lo mejor fue que vino el director del programa con el equipo y nos explicó con un ejemplo nuestro trabajo: "Nuestro programa es como una buena comida. La gente se lo mete entre pecho y espalda en media horita, pero para preparar todo hay que poner antes los planos en remojo, elegir bien a los entrevistados que conforman los ingredientes, sazonarlos con buena música, pelar los planos para que no tengan hebras, cocer a fuego lento en el avid..." Y esa lección de televisión me ha valido más que todo el disgusto por la secuencia que me faltaba.

A toda leche me piré de allí para recoger en una farmacia de homeopatía un encargo para mi niña. En Radio Marca ya hablaban de que iba convocado Pedro y que -flipa- tenía muchas cosas parecidas a Fernando Torres. En fin... por eso el malagueño tiene 20 años, el Atleti no tiene un tercer delantero y el chico sigue jugando en Segunda B, pensé para mí.

Sorteé el atasco haciendo un par de pirulas sin multa y llegué al taller donde, por fin, me pusieron la bombilla del faro que llevaba tuerto un mes, me dieron presión a las ruedas y hasta me sustituyeron los limpias que me dieron el viaje a Bilbao este fin de semana. Y todo por el módico precio de 50 euritos. Hasta me fui contento. Claro, que mientras pensaba en el Atleti, mientras calculaba cómo sacar tiempo para editar un par de noticias y un post para el blog oficial del programa, caí en la cuenta de que tenía clase de inglés. ¡Mierda! Y no podía faltar porque ya me piré el último día con la excusa de una cena de amiguetes en casa. Pues nada, el día iba lo bastante bien como para no confiar en que el Atleti pudiera ganar sin mi ayuda. Y me enfrasqué en el "How are you? Fine, thanks" mirando de reojo a los nuestros. La clase terminó al tiempo que lo hacía la primera parte.

Corrí al salón y le pregunté a mi mujer el resultado: 0-1. Creo que ha marcado Godín casi al final de la primera parte. ¿Godín? repregunté sorprendido. Me parece que sí, dijo ella sin importancia. Y justo en ese momento repetían el gol del Diego uruguayo que menos había rendido en nuestro equipo. Del nuevo mariscal del área que ahora imponía su fuerza, su actitud, su concentración y sus ganas de contribuir al trabajo de equipo rascando una bola suelta en el área como una auténtica ave rapaz. Un gol de depredador, de concentración, de estar metido en lo que hay que estar metido.

Y mientras el corazón me bombeaba a toda velocidad, traté de racionalizar y enviar mensajes desde el cerebro del tipo: "Aún faltan 45 minutos. No pienses en Champions. Ni se te ocurra hacer cálculos con lo del Valencia. El Cholo conoce muy bien a la Lazio. A los vikingos les rompemos los cuernos..." y cosas por el estilo que cada vez iban acelerando más mi corazón agitado.

Mi hija dormía. Mi mujer, esperando a nuestra nueva criatura, vomitaba. Yo no podía dejar de mirar cómo Adrián y Falcao fallaban dos goles que podían haber sentenciado el partido. Y empezó una sucesión de faltas, tarjetas, empujones, interrupciones que me pusieron más en tensión todavía. Osasuna sacaba toda la artillería y comenzaban a asediar a Courtois que se hizo dos paradones de escándalo (El Chelsea se lo lleva fijo). Que acabe ya, por Dios. Y cuatro minutos de prolongación. Final. El Cholo y yo dimos un grito contenido. Él se retiró al vestuario. Yo me fui a la cama a descansar de un gran lunes.

Vamos, Atleti, vamos.

martes, 24 de enero de 2012

Cuando lo lógico es noticia


Real Sociedad 0 - Atleti 4

Se me han ido pasando los trabajos y los días y no he sacado un rato para contar lo que me pareció lo del sábado precisamente hasta hoy, 24 de enero, San Francisco de Sales, patrono de los periodistas. Me felicito y, de paso, aprovecho para repartir un poco de estopa a los que están destrozando esta bendita profesión de contar cosas.
Y digo esto porque, para nuestra desgracia, lo que debería ser algo normal, cotidiano, lógico y nada noticiable (que el Atlético de Madrid gane a la Real Sociedad) se ha convertido en la noticia de la primera vuelta en nuestro equipo (o lo que queda de él). Y claro, si uno se pone a repasar los números y ve que no habíamos ganado ni un solo partido fuera del Calderón y que únicamente habíamos arrancado dos miserables empates... pues sí, vale, es noticia. Pero no debería de serlo, que es a lo que yo voy. Y no debería de serlo porque el Atleti tiene 9 Ligas por sólo 2 de la Real Sociedad, y tenemos 9 Copas, y una Supercopa de Europa (mejores del continente) y una Intercontinental (mejores del mundo). Esto sin contar el presupuesto que, supuestamente, manejan los mangantes de lo que antes fuera un club de fútbol. Pero así son las cosas desde 1987. Nuestro equipo se va arrastrando por los campos, perdiendo su etiqueta de Glorioso y derrochando cada vez menos coraje y menos corazón; eso sí, ahora derrochamos fichajes, compras, ventas, traspasos, cesiones, Doyen "grups", y demás zarandajas de inversores ocultos que se lo llevan a pachas con los intermediarios, representantes y demás carroñeros que viven de la cosa futbolística rojiblanca.

El partido
Pero no me quiero desviar de lo que me trae aquí cada semana (o casi). El sábado disfruté lo justo viendo a un Atleti más metido en el partido. Parecido al que pude ver la semana pasada en el Calderón frente a un Villarreal sin argumentos y en caída libre. La Real venía de una buena racha, de siete partidos sin perder. Pero el Atleti, con el Cholo, tampoco ha perdido nada. Es más, no ha encajado ni un solo gol. Crucemos los dedos. Lo del sábado, ya digo, a mí me pareció un partido de intensidad, de presión, de estar con la cabeza en el partido, y sólo en el partido. Al final, ya sabéis, cuatro cero contra una Real que se tiró a tumba abierta con el segundo del Atleti quitando dos defensas y arriesgando el todo por el todo. Y claro, el Atleti con un Koke deseando mostrar el fútbol que tiene, con un Falcao hambriento de triunfo y con Adrián como mamporrero del gol frente a una Real desarbolada en defensa... pues golazo con vaselina y golazo tras combinación de primera.

Y como los goles y el triunfo y los puntos son lo que queda en los papeles, nadie se acordará de que el Atleti hizo 24 faltas, de que nos sacaron más de media docena de tarjetas y de que el árbitro estuvo en su sitio y nos dio lo que tantas veces nos han quitado.

Supongo que el Cholo algo tendrá que ver. Los jugadores son los mismos. La disposición táctica no varía demasiado. Lo que sí ha cambiado, y en eso no hay discusión posible, es la mentalidad. El Cholo debe de ser un motivador excepcional, un psicólogo argentino de los buenos, un atlético como nosotros, un tipo que -a pesar de los Giles y Cerezos, del duo prescrito de delincuentes en el palco- conseguirá entusiasmarnos, hacernos creer en nuestros colores y olvidar la mierda de gestión y dirección a golpe de tensión, de compromiso, de presión y de goles. Siempre a favor, por supuesto.

Dicho lo cual, sólo me queda desear que nunca más vuelva a ser noticia nuestro equipo por ganar a un rival de inferior historia, inferior presupuesto e inferior garra, coraje y corazón.

Lo del próximo lunes, en Pamplona, tampoco debería ser noticia. Por cierto ¿Jugará Raúl García? Si lo hace, espero que no nos marque... el Atleti... en fin... ya se sabe.

Ole, ole, ole, Cholo Simeone / / / Gil Marín, es Urdangarín.

martes, 17 de enero de 2012

Sólo son tres puntos en casa


Atleti 3 - Villarreal 0

Hacía frío el domingo por la mañana. El sol decidió abandonarnos justo cuando el Cholo debutaba en su segunda casa (la primera es la del Racing de Avellaneda) haciéndose cargo de un equipo eliminado de la Copa del Rey, con una decimotercera posición en la tabla y sin haber ganado aún -a un partido para acabar la primera vuelta- ni un encuentro fuera de casa. Y ojo, que ya debutó en Málaga sin conseguir la victoria. Total, que el Cholo quería intensidad y verticalidad y compromiso y no sé cuántas cosas más para que la masa rojiblanca que casi llena el estadio (dicen que vinieron más de 50 peñas de fuera de Madrid) se olvidara de que en el minuto 25 había convocada una protesta masiva contra los delincuentes prescritos que han convertido nuestro equipo en una agencia de compra-venta de jugadores. Y los dirigentes que estafaron a su propia empresa, lo consiguieron. La masa se olvidó de 24 años de miserias y se centró en el lanzamiento de una falta peligrosa cuando aún estábamos con empate a cero y el Atleti mostraba algo más de actitud, tensión e intensidad que en partidos anteriores. Claro que, el Villarreal, olía a Segunda como pocos equipos de los que han pasado por aquí. Por cierto, si bajan habría que fichar a Borja Valero. Pedazo de futbolista. Un cachondo de la fila de atrás decía que lo podíamos cambiar por Gabi. "Sí, claro, y que nos dieran algo de pasta", ironizaba mi hermano. Lo dicho, que no se protestó en el 25, que el Atleti no marcó esa falta y que los delincuentes robaperas del Atleti no permutarán Borja Valero por Gabi si no se llevan una comisión o rascan pasta de algún lado.

El partido tuvo sus momentos de buen juego, para qué negarlo. El Atleti salió presionando mucho más. Y en la alineación titular estaban Adrián y Turán. El asturiano es un futbolista con mucha proyección. A mí me gusta casi todo en él excepto que no se atreve a definir. Prefiere ponerla. Es un asistente nato. Cuando el pase acaba en gol es maravilloso, pero cuando el pase no era la opción adecuada, sólo puedo encabronarme con él por no disparar y llamarle "mamporrero". En fin, mis cosas.

Otro de mis hermanos, que volvió a nacer en la M-30 después de que un gañán le tirara de la moto y recorriese 50 metros con su cuerpo arrastrándose por el asfalto con la fortuna de no ser atropellado por ningún camión y de no dar con sus huesos en un guardarraíles amputador, decía, que este hermano me llamó desde su sofá con la rodilla desguazada y el Atleti en la tele para decirme que le estaba gustando el partido, que se veía un poco más de tensión, pero que el arbitraje nos estaba favoreciendo casi tanto como la falta de ideas del Villarreal. Que el gol de Falcao había sido en fuera de juego y que el penalti con el que comenzamos la segunda parte, lo había metido el trencilla en el área. Aún así, estaba moderadamente satisfecho con lo que había visto. Y yo coincidía con él plenamente.

Mi mujer, valiente y embarazada de nuestro segundo retoño, se animó a acompañarme en esta reaparición del Cholo y la esperada resurrección de los nuestros sobre el césped. Pasó frío, como yo, pero no salimos cabizbajos y cabreados como en otras ocasiones. Los dos, y mi otro hermano, salimos comentando que si jugaran siempre así, al menos, aunque perdiéramos, no tendríamos nada que reprocharles. Quizá una queja melancólica contra ese balón que Falcao puso en las manos de un Diego López absolutamente desconocido, fallón y en un estado de forma lamentable.
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No he podido colgar antes esto porque llevo unos días de mucho ajetreo y estrés. Pero lo dejo tal cual lo escribí. Sólo añadir que el domingo, después del 3-0 y sin ninguna euforia, aunque satisfechos con el rendimiento (ya digo, sin exagerar), fuimos a tomar unas sidras y a meternos una doble ración de fabada a casa de nuestros amigos Juan y Bea, dos periodistas dedicados al mundo de los gabinetes de prensa institucionales que son más del Barça y del Sporting que del Atleti, pero que simpatizan con nuestro equipo. Y lo celebramos brindando con vino Arribes del Duero (ojo, no confundir con Ribera de Duero, éste del que hablo es infinitamente mejor y más barato). Una delicia de comida casi tan nutritiva como la conversación de sobremesa tras el queso con membrillo y el café negro negro, como a mí me gusta tras un homenaje gastronómico que remató una mañana de frío en la que sólo ganamos tres puntos ante un equipo en descenso.

Diremos algo del Cholo después de Donosti e Iruña. Si conseguimos esos seis puntos, entonces habrá razones para la esperanza (pero sin pensar que vamos a ganar la Liga -que era lo que acostumbraba nuestro equipo hasta hace 24 años- ¿recuerdan? Antes de que llegara el cáncer Gil-Cerezo).

Aún así, aupa Atleti!!!

lunes, 9 de enero de 2012

No ganamos ni en el cumpleaños de mi hija


Málaga 0 - Atleti 0

El sábado cumplía mi hija 2 años. En este corto periodo de vida, mi primogénita ha visto a su Atleti ganar la "Europalí" que se estrenaba cuando nos eliminaban de la Champions y la Supercopa de Europa dirigidos por el sobrino de "La Faraona" y sus rotaciones de castigo. En apenas dos años, mi hija ha aprendido a decir "papá" y "Atleti" de un modo absolutamente claro. En sólo dos años ya ha visto cómo se mueve el banquillo y cómo apenas queda ninguno de los futbolistas que consiguieron los dos últimos títulos de nuestro equipo.

El sábado se arremolinaban familiares y amigos en torno a la tarta con dos velitas. Mi hija no quería soplarlas. Al jaleo de la marabunta humana llenando salón, pasillo y cocina de casa, se unía que ella tenía unas decimillas de fiebre y que estaba nerviosa como su padre ante el debut de Diego Pablo Simeone, el Cholo, uno de los ídolos de la familia, un rojiblanco como nosotros. Vamos, que dijo que no y no hubo más cera que la que ardía. Y ardió la vela hasta que entre todos decidimos darla por apagada. Parecía que mi niña no quisiese que se acabase la merendola en casa para que no empezase el partido de la Rosaleda.

Pero el tiempo es inmisericorde. Cuando el Granada empataba en el Bernabéu y yo seguía con el "Cantajuegos vol. 3" puesto en la única tele de casa, el personal comenzó a desfilar sabedor de que en unos minutos mi niña se pondría el pijama y yo quedaría abducido por el partido de Málaga.

Con el estómago encogido, la niña dormida (previo chute del "Dalsy" de los milagros), mi mujer agotada en la cama y un silencio tan espeso como el que sucede a toda resaca doblemente festiva (el viernes Reyes, el sábado cumpleaños), puse la tele y me concentré en mi Atleti. Lo necesitaba.

Viendo la alineación me disgusto porque Adrián y Arda están en el banquillo. Pero me tranquiliza que el Cholo quiera jugar con Juanfran y Salvio en las bandas ayudados por Perea (no hay entrenador que prescinda de él) en su sitio -en la derecha- y Filipe Luis -a ver si espabila- por la izquierda para surtir de balones a Falcao. La línea central de la defensa con Godín y Domínguez tampoco me desagrada (contra el Villarreal no podrá jugar ninguno de los dos). El centro del campo es lo que menos me motiva. Diego, Gabi y Asunçao no acaban de convencerme. El primero porque parece que tiene mucho y no acaba de darlo, el segundo porque lo que tiene ya lo dio y el tercero porque no se puede dar lo que no se tiene. Pero bueno.

Comienza el partido y veo a un Atleti que sale con muy mala hostia. Presionan mucho y pelean cada balón. Parece que algo ha cambiado. Pasan los minutos y el Atleti sigue derrochando coraje y corazón. Muchas carreras, entradas con fuerza (hasta seis tarjetas nos llevamos), defensa al límite y pelotazo a seguir. En esto que Courtois se hace tres paradones y el Atleti pega un pelotazo al larguero. Al vestuario.

Echo una meadita, me fumo un cigarro, hurgo en las sobras de la merienda y rebaño un cachito de tortilla, me abro una cerveza y sueño con que la segunda parte será un tiki-taka, un bálsamo de fútbol rojiblanco para curar las heridas de 24 años de miserias. Comienza a rodar la pelota y el Atleti junta mucho sus dos líneas atrás. Defendemos con nueve futbolistas en dos líneas de cuatro y cinco demasiado juntas. Falcao está absolutamente incomunicado en el otro campo. Y siguen los pelotazos, la furia, la entrega. Más patadones, el balón que sube al cielo de Málaga, que sale por el segundo anfiteatro, que le pasa rozando el turbante al jeque de Marbella. Los de la Costa del Sol tampoco andan muy finos en hacer jugada. Tienen futbolistas espectaculares, pero no acaban de conectar, no acaban de encontrar su juego, su estilo. El Atleti continúa entregado a la pelea y consigue arrancar un puntito de la Rosaleda que sabe a derrota absoluta.

Simeone dice que no hay que buscar excusas, que el tiempo corre en nuestra contra. El próximo día contra el Villarreal habrá que ver qué nos ofrecen. Yo por de pronto, me sumo a la revolución contra el duoprescrito en internet (especialmente en twitter) y, para la próxima temporada, o se van los delincuentes, o conmigo que no cuenten.

Total, que me fui a la cama con el "cumpleaños feliz" que le cantamos a mi hija resonándome en la cabeza. Fui a su habitación, la arropé, le di un beso y le dije en un sururro: "Hija, hemos empatado".

Atleeeeeeeti, Atleeeeeeeti, Atleeeeeeti.