sábado, 30 de enero de 2016

Ganar en la derrota


Barça 2 - Atleti 1

Jugar a las 16:00 no es muy de mi gusto. Lo saben mis suegros cuando salgo pitando de la comida familiar y mi hermano que se viene a ver el partido a casa sin siesta y con la idea de tomarse en el descanso un café. A mí me van más los partidos de bocata. Y en el Calderón. Para colmo hoy jugábamos contra el campeón de Liga, el campeón de Copa, el campeón de la Champions, el equipo más goleador y el segundo menos goleado (por detrás nuestra). Uno de los semifinalistas de esta edición de Copa y el que compartía liderazgo con el Atleti en lo más alto de la tabla. Nosotros, sin embargo, veniamos recién eliminados de la Copa, sin gol y con varias invenciones de la prensa rosa sobre fichajes, enfaditos, trueques y estadísticas envenenadas. Tanto que no sé para qué se desplazaron los nuestros a la ciudad Condal estando como estaba todo tan claro. 

A la basura informativa de la prensa apesebrada hay que sumar las opiniones libres y erradas de los atléticos de nuevo cuño. Esos que se han apuntado al éxito sin haber pasado por la apropiación indebida, el desmantelamiento, un par de años en el infierno y muchas miserias semanales echando cuentas con los dedos para evitar el descenso. A los que no han tenido que aguantar la condescendencia de la vikingada compadeciéndose de nuestras penas. Me refiero a los iluminados que han tenido el cuajo y los santos cojones de cuestionar al Cholo tras haber caído eliminados en Copa por un Celta poderoso que nos superó en la ida y en la vuelta. Y por criticar que felicitase al rival por habernos eliminado. Estos atléticos de la nueva ola se apuntaban a los gruñidos de los carroñeros de la desinformación y acusaban al Cholo de jugar sin delanteros. En fin. Ver para creer.

Total, que salía el Cholo frente al todopoderoso Barcelona con el "gremlin" Griezmann en punta apoyado por Carrasco, Saúl y Koke. En el centro del campo "Los Fernández" (Augusto y Gabi) y en la línea de atrás la defensa más segura de Europa y el portero menos goleado: Oblak, Juanfran, Godín, Giménez y Filipe. Casi nada.

La intensidad del comienzo fue brutal. Como contra el Celta, pero más fructífera. A los dos minutos ya habíamos sacado un córner y Saúl había intentado marcar un golazo colocando con poca potencia y mucha clase un balón en la escuadra que Bravo sacó de una estirada. Le faltó potencia al disparo lejano del canterano. Pero el Atleti seguía presionando. Y robando. Y ganando en el centro del campo a un Barça que vio como Saúl -otra vez él ilícitano- recupera un nuevo balón y gana la línea de fondo para sacar un pase mortal al que no llega (o sí, pero deja pasar) el pequeño goleador francés cayendo en los pies de Koke que, sin mucho esfuerzo, coloca en el fondo de la red. No llevábamos diez minutos y ya íbamos 0-1. Ni en el mejor y más húmedo de los sueños.

Y así estuvimos media hora jugando al toque y con rapidez. Tanto que el Atleti parecía el Barça. Poco a poco los azulgranas, motivados por los pequeños, continuos, insignificantes y repetitivos errores arbitrales se fueron creciendo al tiempo que el Atleti era empapelado de amarillo con las tarjetas del de verde, Undiano Mallenco. Nada nuevo. Esto sumado al peor partido de Giménez atrás, dio como resultado dos goles seguidos en diez minutos. Bueno, y que el Barça tiene unos jugadorazos y un equipo muy cuajado.

Giménez es joven, sí. Pero a veces juega un poco sobrado, como dando por supuestas cosas que un defensa no se puede permitir. Y que no se arreglan tirándose siempre al suelo. Ya afilo del descanso, con el resultado en contra, un lance desafortunado en el centro del campo hace que Filipe (impresionante durante toda la primera parte) suba el pie más de lo necesario, llegue tarde y le clave los tacos a Messi en la rodilla. Expulsado. Habría que ver si hubiera sido al revés lo que Undiano hubiera pitado. A vestuarios. El partido parecía que se había acabado.

En la segunda da mitad el Atleti deja fuera a Gabi y saca otro defensa barbado, como Juanfran, como Oblak. Jesus Gámez se acopla y sorprende el Atleti con Saúl y Carrasco desatados. Parecía que era el rival el que jugaba con uno menos. Estaba el Barsa tan relajado que el "gremlin" la tuvo en sus botas. Y hubiera entrado si no llega a ser por las de Bravo. Podía haber sido el empate y, en la siguiente jugada Godín llega apurado a un balón sin peligro que Suárez no tenía aún controlado. Segunda amarilla y el Atleti con nueve. Era el más difícil todavía. Tanto que el locutor suelta: "El Cholo seguro que firmaría el 2-1 y que no le metieran más", a lo que yo salto: "Este tío es gilipollas. Nosotros somos el Atleti. El Cholo va a ir a por el partido. Hasta la muerte". Dicho y hecho. Los que estaban en el campo se vaciaron. Tanto que Augusto se partió el ligamento lateral (por ahora es lo que sabemos) en una lesión muy fea. Un auténtico Tiagazo. Una mierda. Y salió Thomas que peleó con sus ocho compañeros hasta el final. Y a pesar de las tarjetas Oblak subió a rematar una falta lateral que bien podía haber valido el empate que, aunque no llegó, mereció sobradamente el equipo que ganó, aunque el marcador dijese lo contrario.
Orgullo es poco. Él Atleti en Barcelona demostró sobre el campo lo que serigrafíamos hace años en nuestras camisetas, que "ser campeón es una actitud, no una meta".
De las consecuencias negativas del partido (sancionados, lesionados y agotados) ya si eso hablamos el próximo día. Pero no valen excusas. Somos el Atleti. El único equipo del mundo capaz de ganar, incluso en la derrota.

jueves, 28 de enero de 2016

Negra noche celeste



Atleti 2 - Celta 3 
COPA 1/4 (vuelta)

Sabíamos que el 0-0 de la ida no era un buen resultado vistas nuestras dificultades este año a la hora de marcar. Aunque había muchas esperanzas por la seguridad defensiva y lo caro que vendíamos encajar. La duda estaba en qué iba a hacer el Cholo, a quién iba a alinear. Y la verdad es que hubo pocas sorpresas. Arriba Vietto con Griezmann y en el centro Carrasco y Koke con Saúl y Gabi. Atrás la línea más repetida: Juanfran, Godin. Giménez, Filipe Luis. Bajo palos el hombre de negro, Moyá. Nadie se podía imaginar el desenlace viendo el principio del partido y la intensidad del Atleti. Tres córners a favor en los cinco primeros minutos. Pero la bola no entró. Ni siquiera en un jugadón de Saúl con autopase dentro del área celeste. Nada. Y en un fallo increíble de la defensa menos goleada, en el primer córner que sacan los hombres del Celta que no jugaron en Vallecas: a la red. Gol. Tremendo jarro de agua fría en negra noche de niebla tras día triste y gris de nervios coperos. Corría el minuto 20 y estábamos eliminados. Se acabaron las opciones de la temida prórroga y la lotería de los penaltis. Había que marcar dos. Y a los nueve minutos ahí estaba Griezmann para rematar un rechace del portero tras tremendo zapatazo de Carrasco. Empate. Seguíamos fuera. Quedaba toda la segunda parte.
El Celta se fue apoderando del partido sin hacer mucho ruido. Su centro del campo marcaba el ritmo al que se jugaba. Muy ordenados atrás y peligrosos adelante. Recuperaban rápido el balón y lo movían con gusto y criterio. Terminaban la jugada y apenas se dedicaron a especular con el tiempo. Otro error de nuestra zaga, otro balón suelto y el gol de la jornada. Zurriagazo a trallón de Guidetti que entra como un obús sin que Moyá pueda hacer nada. Dudo que el rubio trotamundos de anchas espaldas vuelva a meter otro golazo semejante.
Los Cholocambios casi funcionan. Salió Correa por Carrasco y Angelito tuvo el partido en sus botas tras una jugada habilidosa en la que de planta delante de Sergio y estrella el balón en el larguero. Hubiera sido el 2-2 y dio paso al 1-3 en un despiste de la defensa cuando el Celta saca de banda y hay gente libre de marcaje. Se acabó. A falta de diez minutos Correa marcó pero no había esperanza. El Celta estaba siendo muy superior.
Era como sí se hubieran juntado el hambre con las ganas de comer. El partido nefasto del Atleti con la mejor versión del Celta. Un equipo que pierde por su negra noche y otro que gana por su noche celeste y celestial.
El segundo y último cambio del Cholo fue Oliver por Saúl. El extremeño jugó sus mejores minutos de la temporada. No hizo ni una ruleta. Le dio al equipo empaque y dinamismo. Yo hubiera quitado a Koke en lugar de a Saúl. El de Vallecas jugó ayer el peor partido que le recuerdo en mi vida. Lleva una temporada floja, pero ayer tuvo una noche especialmente aciaga. 
Y poco más que contar. Que el Celta fue mucho mejor. Que me jode mucho que nos eliminen de una competición que me gusta tanto a tan solo tres partidos de ganarla y que tenemos un serio problema delante. Nos falta un nueve con mala hostia, que muerda y desquicie a los centrales. Que abra huecos, que le eche huevos y que, sí o sí, marque.
Ahora a pensar en la Liga. En el Barça semifinalista y líder al que tenemos que doblegar. 
En cuanto a la vikingada... A quién le importa la vikingada si ellos tiran la Copa y van por detrás en Liga.
Jamaaaaaaas, Jamaaaaaaas, te dejará esta hinchada...

lunes, 25 de enero de 2016

Lo queremos todo


Atleti 0 - Sevilla 0

La hora no era de mi agrado. Tú me dirás. Un domingo con comida en casa de los suegros y tener que salir pitando con el flan de huevo en la garganta. Y sin café ni chupete ni nada de alcohol para llevar la moto sin riesgos. Que bastante Riesco tiene uno. Lo dicho, que la hora no era buena para un domingo con compromiso familiar. Aunque sea de la política. 
Total que me presento con mi otra mitad que soy yo mismo, o sea, mi parienta, en los aledaños del Calderón. Me llama mi amigo Alberto y me dice que está llegando de Salamanca, que su chica aún no ha parido y que no le da tiempo a chupito, que va directo. Y, casualidades de la vida, al cruzar en Pirámides veo a mi hermano que llega con su choper clásica, aparca, y vamos juntos hasta el campo. Riada de gente. "Y yo que pensaba que la hora era mala", le digo a mi hermano. "Horario inglés" me suelta. Y yo pienso que nos estamos agilipollando.
El partido fue un truño más. Conseguimos el objetivo del Cholo esta temporada: que no nos marquen gol. Que no es moco de pavo y nos está funcionando muy bien, dicho sea de paso. Pero claro, si enfrente tienes un equipo que viene a lo mismo. Pues apaga y vámonos. Nos quedamos en casa y no dejamos a los suegros y a las niñas por ver cómo los visitantes se dedican a perder tiempo desde el inicio y a esperar que los nuestros encuentren un resquicio, un rebote, un milagro que deje la bola dentro. Ni lo uno ni lo otro. Coñazo. Lo repito.
El Sevilla vino a lo suyo y lo hizo fenomenalmente con un equipo de gente muy alta y nombres tan impronunciables como largos. Gente desconocida que los de Nervión revalorizan. Un Monchi es lo que nos haría falta a nosotros. Nos conformaremos con Caminero.
Del partido, ya digo, nada de nada. Un Sevilla muy pegajoso y un Atleti que no sabia como meterle mano. Ni siquiera los Cholocambios que tantos puntos nos han dado funcionaron. Lo de Jackson parece que ha tocado fondo. No apareció en los quince minutos que le dio el mister. Nada. 
Hubo un larguero en cada portería y media ocasión para cada equipo. Alguno de los nuestros dijo que no nos acompañó la suerte. Yo digo que la suerte hay que buscarla. Es como pretender que te toque la lotería sin comprar algún número. Es complicado marcar si no te acercas, pasas, tiras, aprietas... Porque a mí lo que me falta es un poco de mala leche arriba. Alguien que muerda, pise, desquicie, pelee, que tenga hambre de gol y cabeza para desestabilizar a los centrales sin perder la puntería. Y ahora mismo no hay nadie. 
Lo último: La defensa es espectacular. Estamos muy arriba y muy seguros. Optamos a todo. Por un partido sin marcar no vamos a crucificar a nadie. Que es que lo queremos todo. Eso sí, el miércoles contra el Celta y su equipo descansado (jugaron con todos los suplentes en Vallecas) tendremos que salir a marcar dos goles. Los suyos valen doble. No quiero llegar a los penaltis y caer eliminado. 
Vamos Cholo. Ponnos otra Copa.

jueves, 21 de enero de 2016

De portería a portería es una guarrería


Celta 0 - Atleti 0
COPA 1/4. Ida

Cuando jugábamos en la calle y sacaba el portero atravesando el campo hasta la otra portería siempre había alguien que gritaba aquello: "De portería a portería es una guarrería". No sé si era una expresión propia del San Blas de los ochenta o si, por el contrario, era de uso común en todas las calles del país, como "no se vale tirar a trallón" o "la ley de la botella, el que la tira va a por ella" y así sucesivamente. Pero no es el caso. Otro día rescatamos frases futbolísticas de nuestra infancia en la calle. Viene a cuento este titular porque ayer, viendo al Celta y al Atleti corretear por el nefasto pasto de Balaídos no paraba de venírseme a la mente la frase en cuestión. Y es que unos y otros jugaron con nervios, con intensidad, con electricidad, dándose un auténtico palizón, corriendo kilómetros con y sin balón, llegando mucho a puerta pero sin encontrar el gol. Y hubo ocasiones. No tantas entre los tres palos (solventadas con acierto por los dos guardametas. Excelso Moyá - y muy atento Gabi sobre la línea al fallo de Augusto-) pero sí en las dos áreas. Por cierto, con penalti de Thomas no pitado en la nuestra después de córner inventado. Todo a cargo del señor Estrada, del colegio catalán. Suponemos que tendría la hora cambiada.

Los "Cholocambios" ayer no surtieron el efecto deseado. Quitó a los tres delanteros que habían salido de inicio: Jackson (al que cada vez esperamos menos y con menos fe), Griezmann (muy desacertado y pelín cansado, a mi parecer) y Carrasco (tan rápido como estéril en sus carreras, regates, pocos pases y menos disparos). Y dio salida a los dos que tenía en el banco: A Luciano Vietto que no pudo, a Angelito Correa que parece querer y no poder y a Thomas Partney que metió la mano donde no debía en un momento crítico.

Al pésimo estado del césped se sumó la lluvia para hacer el campo aún más pesado. Los futbolistas se dieron un palízón de mucho cuidado. Hay que quitarse el sombrero ante todos los que ayer jugaron. De rojiblanco y de celeste. Todos. También del vilipendiado Jackson al que, dicho sea de paso, a mí ayer me pareció verle más involucrado, muy combativo en defensa y con el gol más que gafado. Habrá que dejar de esperarle. Cuando llegue -si lo hace- lo celebraremos. Pero mientras esté en el campo y lleve la rojiblanca, hay que animarle como al resto de los nuestros.

Y dos cositas de la retransmisión. Las cámaras estaban muy lejos y muy cenitales. El sonido era penoso. Los primeros minutos estuvimos únicamente con el ambiente y nos quejamos. Pero es que cuando entró el audio con los comentarios de Rivero y su acompañante echamos en falta que alguien volviese a pisar el cable. Qué tormento. Qué ganas de que perdiera el Atleti. Qué cosa más infumable, rancia y antigua. En fin. La de todos. O casi.

Ahora tendremos que esperar al miércoles o al jueves, a la hora que nos digan (manda cojones cómo castigan esta competición) para sentenciar en el Calderón. No será nada fácil. Tendremos que estar todos empujando. Estos partidos de los aficionados hormiga hacen que luego algunos aficionados cigarra puedan ir a las finales y tal. La vida. Pero ahora, como dice el Cholo, a pensar en el Sevilla. El domingo, a la hora de la siesta. Con un acto de la organización Educación para la Paz apoyado por el Papa antes del encuentro. Habrá que estar. Otro partido para los aficionados hormiga. Otro día de fiesta porque juegan los que defienden nuestros colores. Vamos, Atleti, vamos.

domingo, 17 de enero de 2016

Un equipo muy jodido


Las Palmas 0 - Atleti 3

Esta mañana cuando he salido de casa el termómetro de la calle marcaba -2 grados en la capital. Mucho frío, aunque hacía sol. Esta tarde, a las 18:15, ya era de noche y creo que andábamos con temperaturas de nieve, pero en la tele, en Canarias, con una hora menos, no sólo hacía sol. Es que muchos aficionados y jugadores iban en manga corta. "Creo que están a 19", decía mi hermano desplegando una bandeja de donuts sobre la mesa para acompañar el café cortado con dos de sacarina. Y no sé aún si se refería a 19 grados o a 19 puntos, porque el Atleti iba líder a las 17:15 en Canarias y sigue de líder hasta el próximo fin de semana (Celta en Copa mediante).

El partido comenzó muy Oblak y terminó con doblete de Griezmann. La última vez que jugamos en el Insular Quique Setién -entrenador Pío-Pío) era jugador colchonero. "Me contrató Vicente Calderón y al año siguiente -con dos años de contrato por delante- me descontrató Jesús Gil", recordaba esta semana el eterno antigilista y malabarista cántabro en una entrevista.

Los amarillos pusieron el fútbol y el juego en la primera parte. "Para ser de las islas afortunadas estos van muy rápido" sentenciaba mi hermano. Y es que la Unión Deportiva tenía el balón y jugaba a otra velocidad. Nos ganaban en todo. Nos encerraban defendiendo en nuestra área con las dos líneas de cuatro y sacaban el balón para disparar con fuerza desde el exterior. Oblak se tuvo que emplear a fondo. Y cuando peor lo estábamos pasando llega Juanfran le pone un balón malo y pasado a Griezmann y aparece detrás Filipe que lo recoge y le zumba con la zurda metiendo un golazo. Es el sexto que mete con la camiseta del Atleti. 0-1 y empieza otro partido. 

Al final de la primera mitad ya estábamos mandando en el centro del campo con Los Fernández (Augusto y Gabi), Saul y un Koke en estado de gracia. Tanto que, en la segunda mitad, casi mete un gol olímpico y fue el artífice de las dos asistencias para que marcase el pequeño duende francés. El primero de Griezmann parecía de primeras fuera de juego, pero no lo es. El segundo del Gremlin se produjo inmediatamente después de la mejor jugada del partido. Una combinación de fantasía y precisión por parte de Las Palmas que acabó lamiendo el palo de Oblak y en el fondo de la red de Javi Varas.

0-3, con una hora menos y tres puntos más. Otra vez la portería a cero. Comenzamos la segunda vuelta fuera de casa ganando por el triple de goles que en la primera en casa. Al final del partido le preguntan a Jonatan Viera "Parece que con poco el Atleti hace mucho", a lo que el futbolista responde rotundo: "Poco parece desde fuera... Desde dentro es un equipo muy jodido". Pues eso. Jodido y jodiendo. Líderes. Aunque berreen. Aunque pataleen y pateen sin que les sancionen. Y ahora a pensar en la Copa, en Vigo, en el Celta sin Nolito, en competir partido a partido.

viernes, 15 de enero de 2016

Sin brillo, con brío

Atleti 3 - Rayo 0
COPA. 1/8 vuelta

Estaba el día llorón. Mucha lluvia a la hora de comer y parecía que iba a parar. Y paró. Mi hermano me manda mensaje borrándose de la convocatoria por lesión en la zona lumbar. A la espera de diagnóstico aún dudamos entre un frío o un inicio de cólico. Ibuprofeno, reposo y a soportar los comentarios y la realización sin apenas sonido ambiente de TVE. Yo me voy directo del trabajo al campo. Y como yo, otros treinta o treinta y cinco mil valientes. Algo más de media entrada en una noche que cada vez se hizo más fría para ver el desenlace del combate contra el Rayo. Los vecinos de abono se preocupan por la ausencia de la otra mitad de la peña, por mi hermano, y le mandan sus sinceros deseos de recuperación.

Empieza el partido y, como siempre que jugamos entre semana a estas horas, se va poblando la grada hasta bien entrada la primera parte. Los que llegaron tarde por el trabajo, o por la Mahou, no se perdieron nada. El Rayo tenía la pelota pero no pasaban del centro del campo. El Atleti esperaba sin mucho nervio. Todo tranquilo. Como si los futbolistas, los entrenadores y la grada supiéramos de antemano cómo iba a acabar la cosa. Y así fueron pasando los minutos entre el tedio, el frío, los pases insulsos y dos medias oportunidades que no llegaron a serlo de Correa y Filipe Luis. El Rayo, por su parte, tuvo una más seria que sacó con brillantez una manopla de Moyá. Suspiros, pero sin preocupaciones. Y así iban transcurriendo los minutos. A la media hora salí a mear (no acostumbro) por estirar las piernas y evitar las colas. También porque en nuestra zona solemos bromear con la cosa de que cada vez que alguien va a mear se pierde un gol. Un poco me fui pensando en escuchar el bramido del Calderón con lo mío entre las manos. Pero nada. Fue cuando faltaban cinco minutos para el bocata. En ese momento le llega un balón a Correa que, con un derechazo sublime se cuela pegando en el travesaño, muy cerca de la esquina. Golazo del uruguayo que, dicho sea de paso, anda falto de la chispa con la que comenzó la temporada. 

El bocata fue penoso. Lo compré en el bar "El Paraíso", un local que ha cambiado de dueños y que ahora lleva un venezolano. Lo pedí de tortilla de patata y me dieron un montadito de algo similar. Menos mal que mi compañero y más que amigo charro, Alberto, había descongelado un buen trozo de hornazo que insistió en compartir conmigo para que siga engordando y pasando malas noches con mi hernia de hiato. Lo consiguió. 

En la segunda parte el Rayo arreó más. A punto estuvieron los de Vallecas de darnos un disgusto. Por cierto, vinieron quince o veinte rayistas y animaron sin descanso a su equipo. Y en ocasiones, se les oía. Un ejemplo. Pero a lo que iba, que se pusieron a presionar y empezaron a llegar. El Atleti necesitaba asegurar el pase de ronda. Si nos marcaban íbamos a la prórroga. Perdonaron un par de ocasiones y el Cholo movió el banquillo. Llegó la hora de la verdad, el momento de los Cholocambios (Ricar, dixit): Correa (el del gol) deja sitio al gremlin Griezmann (dos goles en diez minutos); Jackson (dos goles en toda la temporada) deja paso Oliver (que volvió a hacer su ruleta y sigue sin darnos todo lo que tiene) y Gabi (todopoderoso capitán) entró por Kranevitter (muy preocupado por guardar la posición y mostrando detalles de su calidad). El resultado ya es por todos conocido. Demasiado castigo para el Rayo. Merecimos el pase, fuimos mejores, pero sin alardes. Respetando siempre al rival y con una defensa de hierro que nos ha llevado a una posición impresionante: primeros en Liga, en octavos de Champions y en cuartos de Copa. Alucinante. Por cierto, estamos donde estamos sin un juego brillante, sin brillo, pero que no le quepa a nadie la menor duda de que nuestro equipo, los hombres del Cholo, derrochan brío.

brío.
(Del celta *brigos 'fuerza').
1. m. pujanza. U. m. en pl. Hombre de bríos.
2. m. Espíritu, valor, resolución.
3. m. Garbo, desembarazo, gallardía, gentileza.


lunes, 11 de enero de 2016

#CholoNoTeLoPerdonaréJamás


Celta 0 - Atleti 2

Acabamos la primera vuelta como líderes (aunque Barcelona y Sporting tienen un partido menos) y superamos al Valencia en la clasificación histórica de la Liga colocándonos terceros. Todo por culpa del Cholo.

Empiezo hoy la semana y la vuelta al trabajo después de unas largas vacaciones navideñas. Ni me acordaba de la clave del ordenador. De las buenas. Un compañero me ha dejado un calendario de bolsillo del Atleti en la esquina de mi pantalla y yo me he traído la alfombrilla que me regaló mi rojiblanco amigo invisible. No se puede empezar mejor. Bueno sí, viendo los mensajes de twitter con la alegría de la parroquia. Uno de ellos me ha hecho especial gracia, el que pone título a esta no-crónica del partido de ayer bajo el diluvio universal en Balaídos.

Y es que ayer tuve la suerte de perderme el partido del Glorioso porque vinieron a casa a cenar dos amigos que son más que hermanos. Uno vive en Filipinas, otro en Perú. Nos conocemos desde hace más de 30 años y, a pesar de que ahora nos separan muchos kilómetros y un importante desfase horario, seguimos compartiendo lo bueno y lo malo. La vida.

Aún así, al ir a por más provisiones de cerveza (para dejar a las mujeres en casa y poder charlar de lo nuestro un rato) el portero del garaje -colchonero de pro- me pegó un grito desde la otra acera: "¡Santiago! ¡Santiago! ¡Que vamos ganando! ¡Acaba de marcar el francés! ¿Por qué no lo estás viendo?" Y yo, a voces, antes de entrar en los ultramarinos de mi vecino chino, le contesto: "¡Tengo visita importante. Hoy te toca animar por mí. Aúpa Atleti, Antonio!" Y el bueno de Antonio, entre desconcertado y responsable regresó a la garita del garaje a escuchar el relato de Bonilla en Onda Madrid ("Porque el Boni es el único que no es vikingo", repite siempre Antonio, una de las pocas personas que me llama Santiago y no Santi).

Tenía yo a dos celtiñas pendientes del partido. Un compañero de inquietudes y universidades salmantinas, vigués y muy celeste, pidiéndome perdón por si había pitos a Augusto "porque era el capitán y porque se nota más su ausencia que la de Nolito", explicaba Chema Martínez desde su cuenta de twitter. Y me pedía que repartiera abrazos a los amigos que tenía en casa, al filipino y al peruano, con los que también compartió cafetería y pasillos de facultad cuando éramos más jóvenes. El otro, un joven periodista especializado en las cosas de dioses y hombres, Fran Otero, se expresaba con contundencia antes del choque: "Partidazo".

Subí a casa con el pan y la segunda tanda de Mahou heladas y no me pude resistir. Puse el partido. Quedaban apenas veinte minutos y Carrasco se marcaba un jugadón de espanto. Él solo se lo guisaba y se lo comía -con un regate afortunado por el rebote- y un disparo que rebota afortunadamente en el último defensa desviando lo justo el balón para poner el 0-2 definitivo. Tres puntos. Liderato. Campeones de invierno y los amantes de la estadística recordando que no sucedía tal cosa desde el doblete del 96. Yo sigo pensando lo de la alfombrilla del ratón: Partido a partido.

Mi hermano, por wasá, sabedor de mi compromiso y de que nuestra peña -que es mi casa- estaba ocupada por gente querida, me hace crónica apresurada: "Primer tiempo: Campo rápido en banda derecha y lento en banda izquierda. Sin control. Vietto perdido. Necesitamos a Carrasco en banda y controlar el centro del campo. Griezmann y Saúl, lo mejorcito. Y Orellana en el Celta". "Segunda parte: Griezmann 1-0 minuto 3. Carrasco por Augusto. Jackson por Vietto. Diluvio en Balaídos. Menos mal que quedan 15 minutos. Jackson ha corrido, increíble. Golazo de Carrasco. Gámez por Griezmann muertito. Final. 44 puntos en la primera vuelta (dibujitos de aplausos)".

El próximo partido será el jueves. Vuelta de Copa contra el Rayo. Y mira que me gusta la Copa. Y ahí seguimos. En las tres competiciones. Sin hacer gran fútbol. Demostrando que lo importante es siempre el equipo. Y molestando. #CholoNoTeLoPerdonaréJamás.

jueves, 7 de enero de 2016

La magia del rey Cholo, otra vez

Rayo 1 - Atleti 1
COPA 1/16 (ida)

A las 22:05 en Vallecas el día de Reyes. Con un frío de los que hacen época y las entradas a doce euros. La grada casi despoblada. Yo, en casita, solo. Viéndolo en La 1 con todo el sofá para mí y la voz triste y monocorde de Juan Carlos Rivero transmitiendo un partido en el que no había intensidad, ni pasión, ni fútbol, ni nada que no fuera patadón y tente tieso. Continuos desajustes tácticos y ni modo de ver media jugada decente.

Yo, que estaba deseando ver a Kranevitter y a Augusto debutar, a Torres marcando goles, a Oliver metiendo pases de banda a banda, a Carrasco driblando y corriendo como un demonio, a Siqueira desmintiendo su falta de calidad y su descoordinación con el resto de la defensa, a Savic creciendo en el centro de la zaga junto a Giménez, a Gámez sacando córners desde la banda y a Moyá poniéndoselo difícil al Cholo... pues nada de eso. Al primer zapatazo de Nacho desde fuera del área nos clava un gol junto al palo que Moyá sólo llegó a tocar sin la suficiente fuerza en la mano como para despejar. La cosa pintaba mal. El Rayo de Jémez, con los mismos experimentos en la alineación que el Atleti del Cholo, se ponía por delante.

Hasta diez nacionalidades diferentes contamos mi hermano y yo por wasá entre los 22 futbolistas que había en el césped de Vallecas (el partido no daba para más): China, Venezuela, Uruguay, Argentina, Montenegro, España, Ghana, Angola, Portugal y Bélgica. Eso y la cantidad de fallos que acumulaba Siqueira con expresiones como "Joooooder", "Otra vez", "Menudo paquete", "Está para venderlo. Para regalarlo. Con unas camisetas". "Que se vaya al Madrid del musulmán" y demás lindezas. Torres tampoco estuvo fino. Perdió una ocasión bastante clara y al unísono mi hermano y yo wasapeamos: "torpe" y "patán". No está fino el de Fuenlabrada, aunque el colombiano que le sustituyó (once nacionalidades) tampoco estuvo mejor.

El Cholo, una vez más, ganó el partido. Del banquillo, faltando 30 minutos para el final, salieron Vietto y Saúl por Óliver (que no rascó bola) y por Augusto Fernández (sin encontrar su sitio durante todo el partido). Y de ahí vino el gol. Nada más salir se vio el cambio de ritmo y velocidad. Saúl recuperaba un balón en el centro del campo y se generaba una ocasión. El equipo se contagia y a los pocos minutos Vietto hace un jugadón que termina sacando el balón hacia atrás donde Saúl, de primeras, la enchufa colocándola al palo del portero donde el portero no pensaba que iría. Golazo. Empate. Virtualmente clasificados. A intenter meter otro. Y en ello estuvimos si no fuera porque Juan Carlos se hizo un paradón que después pegó en el poste. También el Rayo tuvo la suya en un balón casi sin peligro que acabó en el larguero ante el despiste de Moyá que pensaba, como pensábamos todos, que iría fuera.

El partido acabó y todo quedó encarrilado. Lo mejor, a mi gusto, fue el anuncio de La Quiniela que pusieron nada más acabar la primera parte y antes de comenzar la segunda. Bueno, eso y el wasapeo con mi hermano. Coincidimos en casi todo. Cuando del Atleti se trata, claro. Como decía san Agustín: "en lo esencial, unidad; en lo importante, libertad; en todo, caridad". Pues eso. Felices Reyes y a esperar la vuelta. Pero antes hay que viajar a Vigo y a Las Palmas.

domingo, 3 de enero de 2016

Ni cuatro, ni Jackson


Atleti 1 - Levante 0

Cuatro goles decían mi hermano y mi sobrino que se iban a llevar a Valencia los del Levante. La plantilla, porque no vino ni un solo aficionado a apoyarles. El fútbol moderno cada vez merece más odio. Al final marcó Thomas -al final- tras otra genialidad del Cholo combinada con el hambre del ghanés y el regalo de Reyes del portero granota que, aún no sé por qué- vestían de subrayador.

Tampoco fue la noche del colombiano como había vaticinado el menda lerenda después de ver la asistencia de gol en Vallecas y un conato de intento de querer jugar al fútbol aquí. El Cholo le puso de inicio. La noche era propicia. Tanto que hasta en dos ocasiones Griezmann optó por pasar el balón a Jackson cuando él tenía más y mejores opciones de marcar. Nada. Ni por esas. Es verdad que suyo fue el pase de pecho para que Koke -también fuera de punto- pegase un trallazo que casi desmonta la portería del fondo norte al reventar el balón contra la cruceta. Y ya. Cada vez que atacábamos, que tampoco fue exagerado, el colombiano se incrustaba entre los centrales y mostraba una actitud derrotista y desidiosa. Incapaz de desmarcarse, de crear peligro, de ofrecerse para el remate. Estuvo mejor como pasador que como rematador. Y no es eso lo que necesitamos habiendo marcado 24 goles a falta de un partido para terminar la primera vuelta. Esl sí, los comentaristas del Estudio 1 de TVE hablaban maravillas del colombiano y me hicieron creer que yo no había estado en el Calderón y que no tengo criterio. A mí me parece que se le está acabando el crédito y que, si me preguntan, le dejaría que hiciese de Baltasar en la Cabalgata y no volviese. 

El partido fue un truño así de grande. Ni juego, ni ocasiones, ni intensidad. Mucha conversación navideña con los compañeros de abono, felicitaciones por el año nuevo, bocatas con las sobras de las fiestas y hasta un roscón que pasó cerca y no pudimos catar. 

Lo mejor, el Cholo, para variar. Volvió a dar la enésima lección de fútbol con tres cambios que -para eso son- cambiaron la velocidad del equipo. Luciano sigue sin dar lo que se espera de él, Yannik Ferreira estuvo en su línea y Partey volvió a salirse. El ghanés marcó un gol él solo. Bueno, con la inestimable ayuda de Diego Mariño y la fortuna que nos había faltado durante todo el choque.

Estamos líderes, aunque el Sporting tiene un partido menos. Como dice el Cholo, con muchísimo margen de mejora y contentos por estar ahí arriba. Como para no. 

Ahora tres partidos seguidos lejos del Calderón. El último de la primera vuelta contra el Celta de mi amigo Chema Martinez y sin su Augusto Fernández; el primero de la segunda vuelta contra los Pío-Pío de mi amigo Nico Fabelo y el de Copa contra el Rayo de mi tocayo Santi Criado. Habrá que verlos en la Peña. Y siempre, siempre: Aúpa Atleti. 

"Porque siempre la afición se estremece con pasión cuando quedas entre todos campeón"