domingo, 3 de enero de 2016

Ni cuatro, ni Jackson


Atleti 1 - Levante 0

Cuatro goles decían mi hermano y mi sobrino que se iban a llevar a Valencia los del Levante. La plantilla, porque no vino ni un solo aficionado a apoyarles. El fútbol moderno cada vez merece más odio. Al final marcó Thomas -al final- tras otra genialidad del Cholo combinada con el hambre del ghanés y el regalo de Reyes del portero granota que, aún no sé por qué- vestían de subrayador.

Tampoco fue la noche del colombiano como había vaticinado el menda lerenda después de ver la asistencia de gol en Vallecas y un conato de intento de querer jugar al fútbol aquí. El Cholo le puso de inicio. La noche era propicia. Tanto que hasta en dos ocasiones Griezmann optó por pasar el balón a Jackson cuando él tenía más y mejores opciones de marcar. Nada. Ni por esas. Es verdad que suyo fue el pase de pecho para que Koke -también fuera de punto- pegase un trallazo que casi desmonta la portería del fondo norte al reventar el balón contra la cruceta. Y ya. Cada vez que atacábamos, que tampoco fue exagerado, el colombiano se incrustaba entre los centrales y mostraba una actitud derrotista y desidiosa. Incapaz de desmarcarse, de crear peligro, de ofrecerse para el remate. Estuvo mejor como pasador que como rematador. Y no es eso lo que necesitamos habiendo marcado 24 goles a falta de un partido para terminar la primera vuelta. Esl sí, los comentaristas del Estudio 1 de TVE hablaban maravillas del colombiano y me hicieron creer que yo no había estado en el Calderón y que no tengo criterio. A mí me parece que se le está acabando el crédito y que, si me preguntan, le dejaría que hiciese de Baltasar en la Cabalgata y no volviese. 

El partido fue un truño así de grande. Ni juego, ni ocasiones, ni intensidad. Mucha conversación navideña con los compañeros de abono, felicitaciones por el año nuevo, bocatas con las sobras de las fiestas y hasta un roscón que pasó cerca y no pudimos catar. 

Lo mejor, el Cholo, para variar. Volvió a dar la enésima lección de fútbol con tres cambios que -para eso son- cambiaron la velocidad del equipo. Luciano sigue sin dar lo que se espera de él, Yannik Ferreira estuvo en su línea y Partey volvió a salirse. El ghanés marcó un gol él solo. Bueno, con la inestimable ayuda de Diego Mariño y la fortuna que nos había faltado durante todo el choque.

Estamos líderes, aunque el Sporting tiene un partido menos. Como dice el Cholo, con muchísimo margen de mejora y contentos por estar ahí arriba. Como para no. 

Ahora tres partidos seguidos lejos del Calderón. El último de la primera vuelta contra el Celta de mi amigo Chema Martinez y sin su Augusto Fernández; el primero de la segunda vuelta contra los Pío-Pío de mi amigo Nico Fabelo y el de Copa contra el Rayo de mi tocayo Santi Criado. Habrá que verlos en la Peña. Y siempre, siempre: Aúpa Atleti. 

"Porque siempre la afición se estremece con pasión cuando quedas entre todos campeón"

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