jueves, 29 de septiembre de 2016

Tocando el cielo con los pies en el suelo


Atleti 1 - Bayern 0

Dice mi hermano que el Calderón de Champions no se parece al Calderón de Liga. Que se nota que viene mucho atlético de fuera con ganas de fiesta, con ganas de animar, con ímpetu renovado y sin los vicios que provoca el tener el Atleti tan cerca, tan a mano, tan de ir en metro o dando un paseo. Y creo que tiene toda la razón. Y que, además, le pasa lo mismo al equipo. Nada que ver el Atleti de Champions con el de Liga. Pero nada de nada.

La previa

Ayer la noche se presentaba tranquila. Era el primer partido en casa de esta competición que tenemos clavada como una estaca en el corazón. Nos estrenábamos después de haber conseguido los primeros tres puntos en un gran partido de estrategia y pundonor en Eindhoven, ante los holandeses del PSV. Y enfrente teníamos al todopoderoso Bayern teutón, un equipazo con más estrellas que el escudo de la Champions y que ahora entrena Ancelotti, el italiano que nos ganó la final en la prórroga de Lisboa tras empatarnos en la prolongación del descuento.

Ya les habíamos ganado el año pasado cuando el entrenador era Guardiola y Saúl se inventó uno de los mejores goles de la competición. Hasta aquí nada nuevo. A mí, ya digo, me valía con puntuar. Me valía con un empate. Mucho más después de oír a los del megaequipo bávaro declarar que a ellos también les parecía un buen resultado salir con un punto del Calderón. Esto, ya digo, pensaba hasta las 19:30 que quedé con mi hermano y con mi amigo Alberto. Ahí la cosa cambió. Y, de repente, se me metió muy dentro que íbamos a ganar 2-0. No sé si fue el ron, la cerveza o fruto del ambiente previo que se monta en torno al Vicente Calderón (cómo lo vamos a echar de menos).

Al entrar al estadio nos encontramos enfrente, en el primer y segundo anfiteatro del fondo norte, nada menos que ocho "cuadrados" (sectores) de aficionados bávaros, teutones, "comesalchichas", alemanes que deben de andar sobrados de guita y con facilidad para pedir el día libre. Os recuerdo que ayer era miércoles y el partido a las 20:45. Me cuesta entenderlo, aunque me encantaría tener su misma disponibilidad económica y horaria. 


Intentaron los muniqueses entonar algún cántico sin éxito. Cada vez que se ponían a ello les tapaba un Calderón enloquecido a una sola voz. Impresionante -otra vez- el ambiente de Champions -una vez más- en la grada de ayer -y van enecientas-. El campo no dejó de animar. Hoy he desayunado ponche con yema de huevo para recuperar la voz. Tremendo.

El partido

Hacía tiempo que no veía un Atleti igual. Es más, no recuerdo haber visto un partido tan completo al equipo como el de ayer noche. Casi todo lo hicieron bien. Casi todos jugaron a un altísimo nivel. El equipo era un engranaje perfecto en defensa y un auténtico puñal en ataque. Las ocasiones se sucedían y se veía que acabaríamos por marcar. Desde el inicio nos fijamos en Carrasco. Era el más flojo. Perdió hasta cinco balones ante nuestra desesperación: "está blandito", "no está en el partido", "parece un flan" comentábamos en la grada. "Ya sabemos quien va a marcar", bromeé con los de la Peña Villaverde. Y ¡zas! Carrascazo al canto. Aunque a decir verdad, antes de que soltase un latigazo ajustado al interior de la base del poste, todos le gritamos indicándole que pasara el balón a un Fernando Torres absolutamente solo y desmarcado. Menos mal que la bola entró. Golazo del belga que había sido el más flojo en defensa. Golazo de un futbolista que ya había avisado antes con un zurriagazo que sacó Neuer en una parada de mucho mérito -aunque la de Oblak lo fue mucho más por encontrarse el rematador mucho más cerca de la portería-. De Torres no digo nada porque no hay adjetivos suficientes para el partidazo que se marcó ayer el de Fuenlabrada. Pero es que todos estuvieron inconmesurables: Oblak, Juanfran, Savic, Godín, Filipe Luis, Saúl, Koke, Gabi, Carrasco, Griezmann y el Niño. Todos. También Gaitán, Gameiro y Thomas el rato que jugaron. Gracias, Cholo. 

En el descanso no apetecía ni cenar. Y eso que había traído chapata rellena de jamón con tomate y aceite (gourmet clásico de las noches de Champions). Estábamos empachados de fútbol del rico y nos estábamos metiendo un atracón de salchichas. Los 4.000 bávaros no sabían si cantar, beber, comer, seguir frotándose los ojos o sentarse, disfrutar y aprender. Mi miedo era saber si en la segunda parte el equipo sería capaz de mantener la concentración, la intensidad y el toque de balón. Y lo hicieron. Incluso mejor.

La segunda parte fue más de lo mismo, incluso con un Atleti más confiado, más seguro, más afilado y afinado. Ancelotti hizo cambios para proteger a los que tenían tarjeta y evitar que fueran expulsados (el árbitro no fue rígido y les perdonó la segunda amarilla a Thiago, a Müller, a Vidal y a Boateng) y pensando en fortalecer el centro del campo y tirarse un poco más al ataque. Filipe recortó en el área rival y el chileno Arturo Vidal le arrolló como un trolebús: penalti de libro. 

Griezmann lo volvió a estrellar en el larguero. Es el segundo en un partido de Champions. Esta vez no fue decisivo. Quizá el único punto negro del partido. Mi pregunta es ¿por qué coño no los tira Koke? ¿O Gaitán? ¿O Gabi? ¿No hay ningún especialista en el equipo? Me toca mucho los huevos el rollo de los protagonismos particulares, el hecho de que Gameiro declare que ha venido al Atleti para que Griezmann gane el balón de oro, o la bota de chicle o la madre que parió a Panete. Esto es un deporte de equipo. Si alguno quiere estar por encima del grupo, que cruce la acera. Lo mismo pienso de las celebraciones ridículas rodeadas de márketing y soplapolleces. Griezmann es muy bueno, un grandísimo jugador. Espero que no se 'ronaldice' más o acabaré cogiéndole el mismo repelús que al portugués. Respiro. Vuelvo a respirar. 

Un último apunte. El árbitro polaco descontó más de cinco minutos permitiendo a los alemanes rematar a puerta una última vez. Mal el colegiado alargando más de lo necesario y mal el Atleti desquiciado con el descuento y permitiendo el cabezazo final. Dicho lo cual, partidazo histórico, liderazgo, seis de seis y a pensar en el Valencia, en las pantallas gigantes, en los 50 años de Vicente Calderón y en el 'tocomocho' de la Peineta. El lunes tengo cita para elegir asiento. En fin, que no quiero dejar de disfrutar el momento que estamos viviendo, pero que tampoco quiero olvidar quienes somos y dónde estamos. No nos volvamos locos, somos el Atlético de Madrid, un equipo al que el Cholo ha devuelto la gloria que los dueños ilegítimos no le podrán robar. 

Dale, dale alegría a mi corazooooooooooón, la Liga de Campeones es mi obsesiooooooooón.


lunes, 26 de septiembre de 2016

Ganar enfadado

 
Atleti 1 - Depor 0

Con el juego del Atleti me pasa como con el vino, que no soy enólogo pero sé cuando me gusta y cuando no. Y que llevo mucho trasegado, también es verdad. Pues eso, que ayer no me gustó. Quitando los tres puntos, nada de nada.
Primero declaran el partido de alto riesgo, y pienso que sus motivos tendrán, pero estoy seguro de que esto solo sirve para darle el protagonismo y la razón a los violentos. No vino nadie de A Coruña. Al menos organizados. 
Después el horario chino de las 16:15, otra vez. Que uno no sabe si tomarse un café por la hora o una cerveza por el calor. El chupito acaba siendo la mejor opción.
Y de remate una primera parte para olvidar. Auténtico fútbol horror, fútbol error, nadismo sobre el césped. Y es que los primeros 45 minutos nosnlosnpodiamos haber ahorrado. En 20 minutos el Atleti se quedó sin Augusto Fernández (ojo al chaval que se pierde toda la temporada porque ha sido lesión gorda de rodilla) y a Giménez, que estará tres o cuatro semanas con un desgarro muscular en el muslo (desgarro o esguince?).
Los dos se lesionaron en el centro del campo, lo que da una idea del partido. 
Y antes de que acabara la infumable primera parte el árbitro, Gil Manzano (con esos dos nombres solo se podía esperar de él un atraco triste) expulsa, por fin, a un deportivista por doble amarilla. Y es que el cucaracha de Gil Manzano (en los nombres lleva el insulto) dio barra libre a los gallegos que, en vez de ir a las urnas, iban al tobillo. La madre que los parió, especialmente el 10, un Diego Costa marrullero y tocahuevos que desquició a Giménez aunque no pudo con Lucas no con Godín.
En la segunda parte, contra diez, el equipo de confió y buscó exageradamente y hasta la saciedad a Griezmann para que marcara o marcase, olvidándose de que el tiempo corría y de que aún íbamos empate a cero. Desquiciante. Como si el resto del equipo no pudiera marcar. Incluso estando en mejor posición que el francés. Y al final, marcó. Hizo su penosa celebración y el Atleti se puso a especular. A tocarla en el medio, a no querer rematar a un Depor que estaba desorientado. Y al final del partido los gallegos tuvieron el empate en una doble ocasión. En fin. 
No puedo dejar de nombrar a Lux, el portero deportivista tuvo dos intervenciones de mucho mérito. Una a trallazo de Carrasco a la escuadra que sacó con una mano firme y otra a remate de Correa cambiando la dirección del balón en sus narices que tapó volando y haciéndose gigante para impedir que entrara el balón.
Del resto me quedo con el compromiso de Gabi que salió por Augusto y estuvo entregado en defensa. Con las ganas que tiene Godín de marcar un gol y con la solvencia y seguridad de Lucas que salió por Giménez. 
El cholocambio no gustó (quitó a Carrasco y sacó a Gameiro cuando Gaitán estuvo mucho peor) pero volvió a funcionar. El Cholo movió el banquillo y el Atleti movió el marcador.
Y hasta aquí lo de ayer. Cabreado, con tres puntos, la resaca propia del mal vino que te deja pastosa la boca y revuelto el estómago, pero con la alegría de los tres puntos que da el alcohol.
Ahora a descansar para el miércoles. Contra los alemanes habrá que darle a la Mahou. Les vamos a ganar hasta en lo suyo, hasta en beber cerveza.

Ale, ale, forzar Atleti aleeeeee.

jueves, 22 de septiembre de 2016

Los 'Cholocambios', otra vez


Barça 1 - Atleti 1

Qué grandes se ven los futbolistas en mi tele nueva. Y con qué definición. Hasta la tinta de los tatuajes se distingue nítida, lo mismo que las briznas de césped en el balón y las venillas rojas en el blanco del ojo a consecuencia del sudor. Lo que no se vio en mi tele nueva fue al Atleti avasallador y poderoso que se apropió del balón, del campo y del partido en las últimas actuaciones ligueras contra el Celta (0-4) y el Sporting (5-0). Y no se vio porque el Cholo, que es más listo que todos nosotros, que vive de su trabajo -apasionadamente, eso sí-, que entrena con los muchachos y sabe quién está bien y quien regular, quién tiene el niño malo y quién se está separando, quién necesita unos minutos y quien lo va a dar todo, el Cholo, decía, sabía que enfrente estaba una de las dos selecciones mundiales del orbe balompédico y que si salía dando la cara igual se la partían. Y entonces sí que no habría quien aguantase la berrea de los cérvidos y los ramalazos blaugranas que asomaron la patita -y el colmillo- en las redes sociales durante toda la primera parte.

El Cholo, que es el mejor entrenador del mundo desde que llegó al Atleti, dispuso a los chicos en modo búnker para repeler las acometidas de una delantera de tres futbolistas que valen 300 millones. Y el sistema funcionó como un reloj de precisión suizo. Ver al Atleti defender es también una maravilla. Las ayudas, los apoyos, cómo cierran, cómo se juntan, cómo se cubren... un espectáculo táctico con unos jugadores de altísimo nivel técnico. Aunque para los forofos como yo es peligroso. Se genera un estado de nervios tal que estoy continuamente al borde del ataque al corazón. En el minuto 40 un gilicórner de los de Luis Enrique le llega en corto a Iniesta (partidazo de este tío, no sé cómo no le hemos fichado ya, coño) que pone un balón entre Gabi y Savic en la misma cabeza de Rakitic y sin posibilidad para que llegue el cada vez más impresionante Filipe Luis a impedir el remate, ni al espectacular Oblak a detener el balón. 1-0 y a la caseta.

En la segunda parte la película cambió por completo. El Cholo sorprendió. Y la suerte, en forma de lesiones de Busquets y Messi, se alió con nosotros. Todo pasó en un minuto, el que va del 59 al 60. Se retiran los dos azulgranas por lesión y Diego Pablo hace sus Cholocambios: Salen Gameiro y Saúl para que entren Correa y Torres. En el primer balón que les llega el de Fuenlabrada se inventa un pase que deja a Angelito "corazón" Correa frente a Mascherano al que deja cosiéndose los riñones mientras encara a Ter Stegen para ponerla pegadita al palo donde no llegaría ni aunque se repita la jugada cien veces. Empate y a seguir presionando arriba sin desatender la defensa. En resumen, palizón de todo el equipo que se vio reflejado en un Griezmann defiendiendo con uñas y dientes, en un Filipe descomunal, en un Godín poderoso, en un Juanfran incansable, en un Koke, en un Gabi, en un Saúl, en todos y cada uno de los que ayer salieron a competir sin miedo al otro equipo multinacional que juega en la Liga de Tebas, la del Santander, la de los millones, la que nos tiene hasta los cojones. Porque sí, es verdad que mi tele nueva se ve que lo flipas, pero a las 22:00 ya estaban las niñas durmiendo y a las 23:15 tuve que gritar en bajo el gol de Angelito. Porque acabar de ver el partido a las doce de la noche de un miércoles laborable tiene muchos huevos.

El balance es positivo. Un puntito en casa de uno de los dos monstruos es un buen botín.Ahora a centrarse en el partido del domingo. A las 16:15 otra vez. En casa. Contra el Dépor. A aguantar las estúpidas bromas sobre ríos, ahogados y demás gilipolleces de delincuentes que escudándose en el fútbol logran pasan a la posteridad. Y que no aprendemos. En fin...

Vamos, Atleti, vamos.

sábado, 17 de septiembre de 2016

Mano de Cholo

 

Atleti 5 - Sporting 0

No sé en cuantos campos de fútbol los aficionados le cantan cada partido a su entrenador. En el nuestro es lo habitual desde hace seis años, desde que el Cholo Simeone se encontrase con un equipo moribundo y lo convirtiese en lo que somos hoy, en lo que nunca debimos dejar de ser, en un equipo que derrocha coraje y corazón, en un equipo campeón.
Llevábamos toda la semana escuchando gilipolleces sobre contratos que los delincuentes del palco, los dueños de la SAD, no han querido aclarar. La prensa (o lo que sea) del duopolio y la Liga de Tebas nos han estado dando la matraca con el temita. Que si el Cholo se va, que si acorta el contrato, que si molesta mucho, que si lo que interesa es que Barsa y Madrid estén arriba y no venga este capullo a jodernos. La respuesta del Calderón, otra vez, ha sido aclamar a su entrenador. Ya digo. No sé en cuantos equipos el entrenador es el auténtico ídolo de la afición.

El partido, en horario chino, se puso de cara pronto, muy pronto. A los cuatro minutos ya íbamos 2-0. Los que se quedaron a apurar la copa del café se perdieron el primero de Griezmann tras jugada de Gameiro y el de Gameiro tras jugada de -sí, una vez más- el propio Gameiro. Por cierto, golazo. Y un alivio para él y para todos. Recibe, regatea y la clava en la escuadra desde un lateral del área por encima del portero. Ya dije que se va a hinchar. La conexión gabacha adelante nos va a dar muchas alegrías. Muy buen partido de los dos transpirenaicos.
Antes del descanso Griezmann ponía el 3-0 con un zapatazo desde fuera del área. Parece que este año no nos cuesta tanto disparar y ya no hay que intentar meterse hasta la raya para marcar. Muy buena noticia.
El Sporting no existió. La mareona estuvo escasa y poco bulliciosa. Supongo que el horario asiático no ayuda para los desplazamientos. Una pena. El Sporting y lo de cargarse el fútbol de los aficionados. A cambio la LFP y la televisión que tiene lis derechos, montaron una cámara suspendida con cables por encima del césped. Al más puro estilo norteamericano. Lástima de balonazo. Puto fútbol negocio.
En la segunda mitad el Cholo hizo sus cambios apelando a la psicologia y las emociones del aficionado. Se quedó en el vestuario Carrasco y dio salida a Augusto. Poco después, viendo que el personal se aburría, premió a Griezmann con una ovación y su cántico para dar entrada a Fernando Torres con el consiguiente delirio del personal. El Niño correspondió marcando el primer balón que tocó tras un jugadón de Filipe "Maricarmen" Luis, y pase de Correa, que había salido poco antes por un Gameiro que se dejó todo en el campo.
El Sporting seguía si dar señales de vida (aunque me gusto mucho el 17, más en la primera parte que en la segunda). 
Y cuando el partido agonizaba Gaitán hace un jugadón que acaba en un penalti de libro. Ojo porque en cuatro jornadas de Liga nos han pitado el doble de penas máximas a favor que en las 38 jornadas de la temporada pasada. Parecía que lo iba a tirar Koke, desde la grada se pedía que lo hiciese Godín para premiar el jugadón anterior en el que se había plantado en el área rival después de driblar, correr, desmarcarse y dejarle a Correa medio gol que el joven argentino no supo o no pudo marcar. Al final fue Torres el que se hizo con el balón. Gol. Cinco cero.
A ver ahora qué nos cuentan los que están deseando que el Cholo se vaya porque es muy defensivo, muy violento, no mete goles y no favorece el espectáculo.
 El miércoles visitamos el Nou Camp en el que gsnó el Alavés. Ojalá Torres, Gameiro y Griezmann vuelvan a marcar. 

Hasta la muerte, Atleti hasta la muerte...

miércoles, 14 de septiembre de 2016

Gol, tres puntos y a la Liga

PSV 0 - Atleti 1

Comenzamos ayer en Eindhoven, en el estadio de las bombillas y electrodomésticos de Philips, nuestra andadura hacia Cardiff. Y no pudimos empezar mejor. Victoria, portería a cero y tres puntos. Incluso los primeros minutos fueron un deleite y un homenaje a este deporte. Lástima que Valdano y sus circunloquios perifrásticos plagados de pleonasmos americanismos y pedanterías balompédicas me jodieran un comienzo de partido que, ya digo, fue una auténtica maravilla de los nuestros, de los rojiblancos que iban de negro con pantalón amarillo... los que iban de rojiblanco eran los holandeses que marcaron en su primer tiro a puerta después de una falta en el área que para sorpresa de todos, esta vez sí que vio el árbitro de cartón piedra que la UEFA ha puesto en las áreas. Aunque, supongo que para compensar, también vio un no penalti de Giménez en la misma área cuando se había cumplido el minuto 45 de la primera parte y Saúl ya les había endosado un gol por insistencia, remate tras remate y tras previo remate del joven uruguayo contra el cráneo de un holandés al que dejó ensangrentado cual Cristo en vísperas de la fiesta de la Exaltación de la Cruz -que es hoy-.

Andrés Guardado, el mexicano que tanto le gustaba a mi hermano cuando jugaba en el Dépor y en el Valencia, se encargó de lanzar. El esloveno maravilloso que tenemos bajo palos y al que rara vez se le ve detener una pena máxima se encargó de que recuperásemos la fe en él también en esta suerte. Y es que... oblí, Oblak, cada día te quiero más, obli, obli, Oblak, Oblak...

Nos fuimos al descanso con los deberes hechos y con una sensación muy buena. El partido no podía tener más emoción y a los jugadores no se les podía pedir más compromiso. Lo habían dado todo. O eso creía yo hasta que comenzó la segunda parte. Impresionante el equipo. El compromiso de todos con todos. Filipe Luis llegando hasta la línea de fondo, Juanfran dándolo todo, Giménez cortando balones muy complicados y comprometidos con limpieza, Godín subiendo y bajando en plan mariscal de campo. Gabi, a pesar de la tarjeta, mandando y organizando. Gaitán demostrando que el Cholo le ha enseñado a defender con uñas y dientes. Saúl y Koke en su mejor versión, como las figuras que son. Recuperando balones, ofreciéndose, ofreciéndolos, recibiendo y rematando. Muy buen partido de nuestros dos chavales. Y arriba, aunque seguimos sin puntería, haciendo todo bien Griezmann y Gameiro (el día que comiencen a entrarle, se va a hinchar. Y es la cuarta vez que lo escribo esta temporada en la que llevamos cuatro partidos).

En la segunda parte, con el derroche de coraje y corazón, y pensando también en lo larga que es la temporada y en que el sábado a los postres jugamos contra el Sporting por última vez en el Calderón, el Cholo quitó a Gaitán, a Gameiro y a Saúl para dar entrada a Tiago, Carrasco y Torres. El portugués se lesionó y tuvimos que jugar con diez los últimos minutos. No he oído ni leído nada del alcance del golpe. Cruzo los dedos. Carrasco estuvo en su línea: vertical y chisposo, pero sin precisión en el último regate, en el último pase. Y a Torres no le llegó nada decente aunque cumplió fijando a los centrales y esperando ese balón largo para correr que tanto le gusta.

Muy bien el Atleti en Champions. Gol y tres puntos. Ahora a esperar a los bávaros junto al río para seguir sumando. Pero antes, el sábado a la hora del café, recibimos a los terceros, al Sporting, a un equipo que está en Champions y que aún no ha perdido ni un partido. Y no es coña, que pinta muy bien el equipín de los del Piles, de los del culo 'muyao' de mi querido Xixón del alma.

Vamos, dale Atleti, te sigo a todas partes, yo te quiero...

lunes, 12 de septiembre de 2016

Lo de Vigo no lo vi


Hacía mucho, pero mucho mucho, que no me perdía un partido del Atleti estando en España. Ni recuerdo cuanto tiempo ni cuál sería el último. Lo cierto es que el sábado, a las 13:00 horas andaba con mi santa señora y mis hijas en Asturias, en Cangas del Narcea, en la ribera izquierda del río Naviego caminando por el "Paseo del vino" y rumbo a la sidra fresca que escanciaba sin descanso una de mis priminas vaqueiras. De modo que ni tele, ni partido, ni Liga, ni Tebas, ni la madre que lo parió. Eso sí, dejamos a mi sobrino en Madrid al tanto del partido para que nos fuese informando vía whatsapp de lo que en Balaídos acontecía.

Antes de empezar el paseo, y el partido, mi querido Chema Martínez, vigués y celtarra, me envía un mensajito por twitter con una foto de su crío y los mejores deseos para que se viera un buen partido y ganase el mejor. A ver si en la segunda vuelta le convenzo para que se baje a Madrid y vemos juntos a su Celta y a mi Atleti por última vez en el Calderón. Habrá que ir preparándolo. 

Mis hijas buscaban nutrias a orillas del río mientras yo echaba un vistazo al teléfono de vez en cuando aprovechando la sombra de avellanos, castaños y robles. Nada. Ni un mensaje. A las dos menos cuarto, cuando ya estábamos llegando, entra uno: "0-0 descanso. Fatal el Atleti". Y mi hermano responde con un emoticono de enfado.

Comienza la segunda parte y llego con mis hijas al lugar de la sidra, del cachopo, del pote de berzas, del vino de Cangas. Al paraíso gastronómico ofrecido en una mesa alargada donde nos sentamos a celebrar la gran primada asturiana. Entra otro mensaje a los ocho minutos de que arrancara la segunda parte: "Penalti escandaloso que no le han pitado a Torres. Pero escandaloso". Y casi seguido: "Gooooooool de Koke. 0-1 min 52". Mi sobrina Ana lanza en el grupo un "Ueee" seguido de dibujos de aplausos. "Segundo penalti escandaloso no pitado al Atleti. ESCANDALOSO", escribe mi sobrino a las 14:17. "Regatea Carrasco al porteros, se queda solo, le hacen la zancadilla por detrás y nada". Mi hermano -que es su padre- escribe un sentencioso: "Cabrones".

Aún nerviosos por lo justo del resultado y tratando de no perder el pulso al pote de berzas, escucho que vibra de nuevo el móvil: "Increíble lo que acaba de fallar Gameiro. Increíble. A puerta vacía y sin portero", explica nuestro particular comentarista en el grupo "ATLETI RIESCO". Y mientras me preguntan si quiero cordero o cachopo pienso en las que lleva falladas el francés y en las ganas que tengo de que meta ya un gol que no sea de penalti. Tengo el convencimiento de que se va a hinchar a marcar esta temporada. Y sin dejar de pensar en rojiblanco comienza la retahíla de goles y las miradas cómplices con el resto de la familia atlética. Primero levantando dos dedos, luego tres y al final cuatro. Así fuimos celebrando, discretamente, los dos goles de don Antonio Griezmann y el cuarto de Correa.

Ya digo que no vi el partido. Pero es que el domingo por la tarde me puse a buscarlo en internet y sólo pude ver los goles. Y es que llevo toda la mañana buceando en la red y tampoco he podido ver más allá de un par de ocasiones del Celta (la de Theo y la de Rossi) y ninguna de las dos jugadas polémicas en el área céltica. Ni el posible penalti sobre Torres ni el fallo de Gameiro y el segundo penalti no pitado. Nada. Sólo los goles. Y sin comentarios. Ni en el canal de YouTube de La Liga, ni en el Marca, ni en As, ni haciendo búsqueda seleccionada en Google. Nada de nada. Ni un resumen decente. Imagino que tendré que ir a mi tele nueva y poner a grabar todos los partidos del Atleti para poderlo ver entero y que no me vuelva a pasar esto.

Una única conclusión: Todos los goles nacen en la banda derecha. Pases desde la banda de Griezmann, Koke, Carrasco (perdón el que pasó fue Saúl -gracias Tomy-) y Juanfran para rematadores que, por fin, marcan. A ver si empiezan a funcionar también por banda izquierda. Y por el centro. 

Por de pronto mañana empezamos en Champions. Esperemos que nos acompañe el resultado en Eindhoven. El juego sigue siendo el mismo. Solidez atrás y fuego a discrección adelante. A ver si la segunda parte de Balaídos se repite durante los 90 minutos en Holanda. Estaría muy bien acabar con un 0-7. Aunque me conforme con un 0-1 y no me parezca del todo malo el empate a cero.

Aúpa Atleti. Siempre.