miércoles, 26 de abril de 2017
Y Carrasco lesionado
Atleti 0 - Villarreal 1
El 25 de abril un grupo de estudiantes de ingeniería de Bilbao se reunía en torno a unas viandas y decidía fundar el Athletic Club de Madrid. Al día siguiente registraron lo que hoy es nuestro Atlético de Madrid. De esto hace ya 114 años.
Coincidiendo con la efeméride la Liga de Tebas nos programa un partido contra el Villarreal. Martes a las 21:30 horas. Un horario muy bueno para mi amigo Albertito que deja a sus dos cachorros dormidos en casa, pero fatal para el resto de los mortales que llegamos a casa pasada la medianoche. Ayer, al llegar, estaba mi señora esperándome en el salón. Cosa rara. "¿Qué ha pasado?" fue su saludo. "Hemos perdido". Lo dije así, con naturalidad, y caí en la cuenta de que hacía mucho, pero mucho tiempo, que no venía del Calderón derrotado. Y me metí en la cama con un bullir de momentos del Calderón. No sólo los doce maravillosos éxitos que nos recordaron desde el Frente Atlético (como me siento encima de ellos, sólo pude leer la pancarta grande de abajo que decía: "Momentos del Calderón". Esta mañana he visto las fotos y la crónica con esos estupendos vividos en un estadio con el que los delincuentes del palco se empeñaron en especular sin invertir en serio en su remodelación y adaptación a los nuevos tiempos. Por cierto, a los amigos del Frente se les olvidó esa pancarta: 1987 Gil y Cerezo roban el Atleti y se enriquecen a nuestra costa: condenados y prescritos).
Delante nuestra, como no vinieron ni Fran ni Jose, se sentaron dos norteamericanas guapísimas y simpatiquísimas de New Jersey y Whasington DC. Juraron ante los atléticos del fondo amor eterno a las rayas rojiblancas. No trajeron bocata al descanso, eso no nos gustó. Casi ni echamos de menos a nuestros fieles compañeros de abono. Por cierto, no sabemos si era su sitio, pero mi hermano les dijo que se sentaran ahí y ahí se quedaron felices escuchando barbaridades sin poder celebrar un gol.
El partido nos salió rana. Otra vez. Como la ida en el estadio de la Cerámica. Allí nos metieron tres en la segunda parte. Pero es que el Atleti tiró dos al palo y falló hasta tres mano a mano con Asenjo. La bola no quiso entrar. Y lo que es peor, se nos lesionaron Tiago y Oblak.
Los de amarillo (Luis Aragoneeeeeees, Luis Aragoneeeeeees, Luis Aragoneeeeeees, Luis Ara go neee ee es) nos tienen cogido el tranquillo. Y salieron muy ordenados atrás y con solidez en defensa. Desde Adrián (que recibió una merecida ovación al ser sustituido en la segunda parte) hasta Fernández (el ex portero de Osasuna se crece contra el Atleti y hace auténticos partidazos. Ayer fue clave con intervenciones de mérito ante Gaitán, Griezmann, Saúl y Gameiro). El Atleti generó ocasiones en la primera mitad, pero no se fue descaradamente a por el partido. Decidió esperar. Todos confiábamos en los Cholocambios. Carrasco y Gameiro por Correa y Gaitán. Pero la mala fortuna quiso que el belga chocase contra el lateral de los amarillos (creo que fue Rukavina) y se lesionara el hombro. Tarjeta para el del Villarreal y al hospital. Al parecer no se ha roto la clavícula y se ha quedado en un fuerte golpe. Golpe que le va a tener de baja las próximas dos semanas, o sea, como a mí -aunque yo tengo el hombro perfecto, faltaría plus-. A él le tocará ver a sus compañeros contra Las Palmas, Eibar y Real Madrid desde la banda por culpa de su esguince acromio-clavicular en grado 1. A mí me tocará verlos (con suerte) contra los canarios por televisión desde Bilbao y contra los eibarreses y los ciervos desde cualquier punto del interior de Sudáfrica por culpa de mi trabajo. Que no me quejo, que sólo lo comento. El belga y yo tenemos vidas paralelas, aunque me fastidie (no es santo de mi devoción Yannik Ferreira Carrasco, aunque probablemente sea el que más magia tiene de la plantilla).
Salió el Niño para sustituir a Carrasco que hacía quince minutos había sustituido a su vez a Gaitán. Cánticos, ovación. Alguna casi ocasión, pero nada. En el único fallo de un Filipe Luis en una temporada sensacional, se lo rebañó Bakambú para dejársela a Soriano que, tras semidespeje de Savic, marca Soriano de rebote y rubrica y remacha la noche de infortunio atlético. Ver para creer. ¿Qué más podía salir mal? Pues que el árbitro pusiera en el acta que el Cholo había tocado en el hombro a un auxiliar para comentarle que deberían haber añadido algo más de tiempo. Miedo me da. No porque vayan contra el Atleti, sino porque el arbitraje de Ignacio Iglesias Villanueva fue ayer un auténtico despropósito. Probablemente el peor colegiado que haya pasado este año por el Calderón. De pena. Difícil hacerlo tan rematadamente mal. Y eso que no influyó en el resultado, pero estuvo pésimo. Seis tarjetas al Villarreal y dos al Atleti. Misterios insondables de los que no quieren adaptarse a los nuevos tiempos. Con lo fácil que sería ponerle un monitor al de la banda y que le fuera cantando por el pinganillo lo que es y lo que no.
Por cierto, llenazo en el Calderón. Mucho cántico, las pancartas y ánimos después de encajar un gol a diez minutos para el final. El Atleti achuchó, pero no era el día. También hubo aplausos a los jugadores al final del partido y ánimos para afrontar lo de los pío-pío y, sobre todo, el partido de ida de nuestra obsesión.
"Cabezas en Champions" me escribió mi hermano antes de dormir. Y a mí me dio por pensar que antes tenemos que ir a Gran Canaria, que nos iba muy bien con el partido a partido, que hacía mucho que no llegaba a casa con cara de idiota, de haber tenido las ocasiones y haber perdido por un único error y de rebote, de celebrar con derrota el 114 aniversario, de que me queda un único partido en el Calderón, cuando regrese de Sudáfrica, contra el Athletic Club. Que ojalá el 4 de junio abran las puertas del estadio para celebrar lo que traigamos de Gales. Que a soñar no nos gana nadie y que, aunque no sea mi jugador favorito, me fastidia que justo ahora, Carrasco, se nos haya lesionado.
Vamos, Atleti, vamos.
domingo, 23 de abril de 2017
Cuando llueve hace bueno?
Espanyol 0 - Atleti 1
Salió nublado ayer en Madrid. Pero con temperatura agradable. Primavera pura. Un día de esos que no sabes si hace bueno o malo. Confuso. De esos, en que te salen ratos en que le entran a uno las filosofofias cotidianas y le da por pensar cosas. Y piensa en sí el sol es es bueno y la lluvia es mala. O no, claro. Depende de a quién caliente, a quien moje, del momento y el lugar. Y me dio por pensar (a mis hijas las castigan al rincón de pensar... qué país) y pensé en el Atleti, en su juego, en si brilla como el sol o moja como la lluvia. Y claro, depende de quién te cuente la película, de dónde juegue y contra quién. Entonces caí en que el Atleti para los contrarios (y la prensa rival) juega mal. Sin brillo. Muy a la defensiva. Llueve sobre mojado. Sin embargo, para mí, es como para los agricultores la lluvia. Pura vida.
El sábado contra el Espanyol de Quique S. Flowers (lo siento, nunca fue santo de mi devoción el sobrino de la Faraona. Ver posts de este blog correspondientes a aquella época. Aunque le agradezco la Europa League). También es el Espanyol de Jurado, Leo Baptistao y Reyes. Tres futbolistas que pasaron por el Atleti sin que el Atleti pasará por ellos. Por cierto, se vaciaron casi tanto como Gerard Moreno en la brega contra el que fuera su equipo. Parecía que les iba en ello la vida.
Los nuestros jugaron al más puro estilo Cholo. Ese que nos ha llevado a donde estamos, a vivir los cinco mejores años de los 114 que contemplan la historia del Glorioso. Fuertes atrás, serios en medio y esperando la ocasión adelante.
Atrás impresionó José María Giménez en el lateral derecho. Este todocampista me ha acabado de enamorar. Como central me generaba desconfianza si no le acompañaba su soberbio e imperial compatriota. En el medio centro me pareció todo un descubrimiento. Lo de ayer hizo que cayese rendido a sus pies. Si a esto le sumamos a Oblak parando balones imposibles con la punta del pijo (literal) y un Filipe Luis que recuerda en cada partido por qué somos filipenses irredentos, a uno se le pone una sonrisa en la cara que se la parte en dos cuando ve al rival tirando desde lejos porque no pueden entrar.
Lo de Gabi merece capítulo especial. El sábado, una vez más, volvió a ser descomunal. Lo del capitán es inenarrable, inconmensurable. Solo podremos calibrar su importancia en este equipo el día que no pueda jugar.
De Griezmann nada que añadir. Cada vez mejor. Ya no recordamos su nefasto inicio en el equipo cuando el Cholo le tuvo dos meses chupando banquillo. Es un jugadorazo y un profesional comprometido como pocos. Muy Cholo. Ayer, amén de marcar el único gol marcó el camino de las respuestas activas ante las preguntas pasivas. Amigos de BeIn, más fútbol y menos corazón, más periodismo deportivo y menos crónica rosa.
El partido es fácil de resumir. El Cholo se blinda atrás y cuando el Espanyol aprieta hace sus cambios y zas! Cholocambio eficaz para marcar. Gol, tres puntos, jugamos fatal y tal. Que llueva, que llueva, que a mí este juego y este tiempo me encantan.
Y el martes a alicatar al Villarreal hasta el techo. Esperemos que Adrián nos respete.
Gracias Cholo.
miércoles, 19 de abril de 2017
El equipo invisible
martes, 18 de abril de 2017
Aquel par de Champions
domingo, 9 de abril de 2017
Cerci, Gamonal y el bebé Iván
miércoles, 5 de abril de 2017
Eusebio y un señor entrenador
Atleti 1 - Real Sociedad 0
La temporada 1987-88 fue la primera de Gil como presidente. Tres entrenadores tuvo el equipo ese año (Menoti, Ufarte y Briones) y una plantilla espectacular que, como equipo, no logró nada. Abel, Tomás, Arteche, Morgado, Landáburu, Alemao, Parra, Eusebio, Julio Salinas, Futre, López Ufarte. Pero es que también estaban Quique Ramos, Quique Setién, Goicoechea, Marcos Alonso, Marina, Aguilera, Pedraza, Elduayen y Mejías. Todos eran internacionales, incluido Eusebio, que pasó por el Atleti sin que el Atleti pasara por él. Tan es así que el otro día se despachó con unas declaraciones muy poco respetuosas hacia uno de los equipos que más están logrando con menos. Dijo el tipo de Valladolid algo así como que el Atleti no tenía tantos canteranos como la Real y que por eso el compromiso de los jugadores de la Real era mayor. Ese mismo día el Atleti del Cholo alineó a seis canteranos para ganar al Málaga 0-2 mientras él sacaba a cinco en Anoeta para empatar -y gracias- frente al Leganés. Por estas palabras y otras que no voy a reproducir sobre el trabajo del Cholo y los éxitos del Glorioso club al que tengo la suerte de apoyar estaba deseando que llegase el partido de ayer.
Comenzó la cosa tarde, porque a Tebas le va poner horarios chinos a los equipos sin una directiva que mire por sus aficionados. Los delincuentes del palco, a lo suyo. Uno no va y el otro va para soltar su gracieta y que nos sigan tomando como el equipo de los payasos, confundiendo al presidente con la afición, a la ínfima parte, al infra ser, con el todo. Lo dicho, un martes a las 21:30 y ni una queja. Y el Calderón, que tiene los días contados y que ya sólo necesita una mano para contar los partidos oficiales que se disputarán en él, lleno hasta la bandera.
Desde Cáceres vinieron mi amigo y hermano Antonio -vikingo como pocos y de los pocos buenos- y su yerno Borja que cumplía 27 años de vida en rojiblanco. Vinieron a celebrar el cumpleaños en el Calderón con nosotros (palizón de ida y vuelta que bien mereció la pena. Por el partido, por el ron, por las risas y porque nos vemos mucho menos de lo que la vida nos deja).
Salió el Cholo con un equipo que me encanta. Los de siempre: Oblak, Juanfran, Godín, Savic, Filipe Luis, atrás. Koke, Gabi, Saúl y Carrasco en el medio. Y Torres con Griezmann en ataque. Eusebio tiró de esa cantera que tanto le gusta, pero la puso como excusa. Que tenía muchos lesionados, decía el que pasó por el Atleti sin dejar rastro, como ayer su equipo.
El Atleti no hizo su mejor partido pero generó muchas ocasiones. La Real sólo lanzó entre los tres palos una vez en los noventa minutos. Fue un remate flojo de William José. Es cierto que tenían el control del balón, pero no se traducía en peligro ni en oportunidades. El Atleti, otra vez, mantuvo atrás un orden propio de una maquinaria tan engrasada y precisa que no dejaba ni un mínimo resquicio por el que poder penetrar. Genial el equipo en defensa. No tanto en ataque.
Cuando empezaban los nervios a recorrer la grada Filipe Luis (en un estado de forma alucinante) arrancó con el balón y trazó dos paredes de tiralíneas. Primero con Griezmann y luego con Torres para acabar marcando un golazo de bandera. Y todos nos volvimos a hacer "Filipenses". Y recordamos su debut el 27 de septiembre de 2010.
Sí, amigos, Filipe Luis está en su mejor momento, y lo estamos disfrutando. Lleva dos jornadas seguidas marcando. Pero es que no deja de correr su banda y tiene hambre de gol. En una de las ocasiones falladas increíblemente por Carrasco, solo, ante Rulli, el belga tira a dar al portero y es el propio Filipe el que intenta un segundo remate sin fortuna que da por zanjada la jugada. Muy bien el brasileño. Muy bien. Casi tan bien como errados nuestros delanteros. En un jugadón del equipo con carrera de Carrasco y pase de primeras que deja a Torres solo ante el portero, el de Fuenla le da al poste en un primer remate. Pero es que controla el rebote, se coloca el balón y la pone en el lateral de la red. Se quería morir nuestro Niño, le queríamos matar. Aún así le cantamos, como al resto de los que visten la rojiblanca, para animarle. Y lo logramos.
La de Griezmann también fue de libro. Y la de Correa. Y la de Giménez al final del partido. No podemos fallar tanto arriba. Que sí, que es la Real, que es el equipo de Eusebio, que es muy emocionante y todo eso, pero hay que solventar los partidos sin necesidad de que el Cholo (qué grande el Cholo, qué suerte hemos tenido, qué pedazo de entrenador total, qué falta de adjetivos para abarcar su inmensidad) tenga que echarse el estadio a sus espaldas durante los últimos diez minutos para que todos juntos empujemos a los nuestros. Fue increíble. Nos tenían los de la Real metidos en nuestro campo y, de repente, el Cholo se vuelve loco en la banda y pide que todo el estadio anime. Y todos nos ponemos a animar. Y su locura nos recuerda la nuestra y los muchachos empiezan a apretar. Se sacuden la presión donostiarra y acaban metiéndoles en su área y obligándoles a achicar balones porque nos los comíamos con patatas. Momentazo rojiblanco. Locura colectiva una vez más. Como la de Borja para hacer un Cáceres-Vicente Calderón-Cáceres para celebrar su cumpleaños. Como la de ser del Atleti. No lo pueden entender. Ganar tres puntos muy ricos y dejar a la Real a doce. Acabar el partido y entonar a voz en grito: "Jugadores, jugadores, hemos venido a ganar..."
Vamos, Lega.
El sábado puede ser un gran día. Espero celebrarlo en Burgos con mi bandera nueva.
Aúpa Atleti. Siempre.