miércoles, 5 de abril de 2017

Eusebio y un señor entrenador


Atleti 1 - Real Sociedad 0

La temporada 1987-88 fue la primera de Gil como presidente. Tres entrenadores tuvo el equipo ese año (Menoti, Ufarte y Briones) y una plantilla espectacular que, como equipo, no logró nada. Abel, Tomás, Arteche, Morgado, Landáburu, Alemao, Parra, Eusebio, Julio Salinas, Futre, López Ufarte. Pero es que también estaban Quique Ramos, Quique Setién, Goicoechea, Marcos Alonso, Marina, Aguilera, Pedraza, Elduayen y Mejías. Todos eran internacionales, incluido Eusebio, que pasó por el Atleti sin que el Atleti pasara por él. Tan es así que el otro día se despachó con unas declaraciones muy poco respetuosas hacia uno de los equipos que más están logrando con menos. Dijo el tipo de Valladolid algo así como que el Atleti no tenía tantos canteranos como la Real y que por eso el compromiso de los jugadores de la Real era mayor. Ese mismo día el Atleti del Cholo alineó a seis canteranos para ganar al Málaga 0-2 mientras él sacaba a cinco en Anoeta para empatar -y gracias- frente al Leganés. Por estas palabras y otras que no voy a reproducir sobre el trabajo del Cholo y los éxitos del Glorioso club al que tengo la suerte de apoyar estaba deseando que llegase el partido de ayer.

Comenzó la cosa tarde, porque a Tebas le va poner horarios chinos a los equipos sin una directiva que mire por sus aficionados. Los delincuentes del palco, a lo suyo. Uno no va y el otro va para soltar su gracieta y que nos sigan tomando como el equipo de los payasos, confundiendo al presidente con la afición, a la ínfima parte, al infra ser, con el todo. Lo dicho, un martes a las 21:30 y ni una queja. Y el Calderón, que tiene los días contados y que ya sólo necesita una mano para contar los partidos oficiales que se disputarán en él, lleno hasta la bandera.

Desde Cáceres vinieron mi amigo y hermano Antonio -vikingo como pocos y de los pocos buenos- y su yerno Borja que cumplía 27 años de vida en rojiblanco. Vinieron a celebrar el cumpleaños en el Calderón con nosotros (palizón de ida y vuelta que bien mereció la pena. Por el partido, por el ron, por las risas y porque nos vemos mucho menos de lo que la vida nos deja).

Salió el Cholo con un equipo que me encanta. Los de siempre: Oblak, Juanfran, Godín, Savic, Filipe Luis, atrás. Koke, Gabi, Saúl y Carrasco en el medio. Y Torres con Griezmann en ataque. Eusebio tiró de esa cantera que tanto le gusta, pero la puso como excusa. Que tenía muchos lesionados, decía el que pasó por el Atleti sin dejar rastro, como ayer su equipo.

El Atleti no hizo su mejor partido pero generó muchas ocasiones. La Real sólo lanzó entre los tres palos una vez en los noventa minutos. Fue un remate flojo de William José. Es cierto que tenían el control del balón, pero no se traducía en peligro ni en oportunidades. El Atleti, otra vez, mantuvo atrás un orden propio de una maquinaria tan engrasada y precisa que no dejaba ni un mínimo resquicio por el que poder penetrar. Genial el equipo en defensa. No tanto en ataque.

Cuando empezaban los nervios a recorrer la grada Filipe Luis (en un estado de forma alucinante) arrancó con el balón y trazó dos paredes de tiralíneas. Primero con Griezmann y luego con Torres para acabar marcando un golazo de bandera. Y todos nos volvimos a hacer "Filipenses". Y recordamos su debut el 27 de septiembre de 2010. 

Sí, amigos, Filipe Luis está en su mejor momento, y lo estamos disfrutando. Lleva dos jornadas seguidas marcando. Pero es que no deja de correr su banda y tiene hambre de gol. En una de las ocasiones falladas increíblemente por Carrasco, solo, ante Rulli, el belga tira a dar al portero y es el propio Filipe el que intenta un segundo remate sin fortuna que da por zanjada la jugada. Muy bien el brasileño. Muy bien. Casi tan bien como errados nuestros delanteros. En un jugadón del equipo con carrera de Carrasco y pase de primeras que deja a Torres solo ante el portero, el de Fuenla le da al poste en un primer remate. Pero es que controla el rebote, se coloca el balón y la pone en el lateral de la red. Se quería morir nuestro Niño, le queríamos matar. Aún así le cantamos, como al resto de los que visten la rojiblanca, para animarle. Y lo logramos.

La de Griezmann también fue de libro. Y la de Correa. Y la de Giménez al final del partido. No podemos fallar tanto arriba. Que sí, que es la Real, que es el equipo de Eusebio, que es muy emocionante y todo eso, pero hay que solventar los partidos sin necesidad de que el Cholo (qué grande el Cholo, qué suerte hemos tenido, qué pedazo de entrenador total, qué falta de adjetivos para abarcar su inmensidad) tenga que echarse el estadio a sus espaldas durante los últimos diez minutos para que todos juntos empujemos a los nuestros. Fue increíble. Nos tenían los de la Real metidos en nuestro campo y, de repente, el Cholo se vuelve loco en la banda y pide que todo el estadio anime. Y todos nos ponemos a animar. Y su locura nos recuerda la nuestra y los muchachos empiezan a apretar. Se sacuden la presión donostiarra y acaban metiéndoles en su área y obligándoles a achicar balones porque nos los comíamos con patatas. Momentazo rojiblanco. Locura colectiva una vez más. Como la de Borja para hacer un Cáceres-Vicente Calderón-Cáceres para celebrar su cumpleaños. Como la de ser del Atleti. No lo pueden entender. Ganar tres puntos muy ricos y dejar a la Real a doce. Acabar el partido y entonar a voz en grito: "Jugadores, jugadores, hemos venido a ganar..."

Vamos, Lega.

El sábado puede ser un gran día. Espero celebrarlo en Burgos con mi bandera nueva.
Aúpa Atleti. Siempre.

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