sábado, 28 de noviembre de 2009

Los quintos en la liga chipriota




Appoel de Nicosia (Ojo, Chipre) 1 - Atleti 1 (y gracias)

Nuestro paso por la Champions está siendo de lo más desastroso. Si el año pasado nos despedíamos de la gran competición europea invictos (increíble pero cierto), este año nos iremos sin ganar un solo partido. Y hemos jugado dos contra un equipo de Chipre (sí, una isla europea en el Mediterráneo remoto). Pero lo más increíble es que este equipo va el quinto en la liga de su minúsculo país sin tradición futbolística. ¡El quinto! Vamos, que sería el equivalente al filial del Alcorcón, a un Tercera español.
El cachondo de Quique Sánchez Flowers ha dicho que lo importante era puntuar para depender de nosotros mismos pensando en el acceso a la UEFA, o a la Liga de Europa o como coño se llame ahora esa competición que anhelamos y necesitamos como el comer.

Sorpresa en Sevilla

Yo estoy un poco hasta los huevos del equipo. Creo que salvaremos la categoría, pero da tanta pena, tanta rabia y tanta vergüenza verles jugar, que lo único que me ha aliviado esta semana es haberme encontrado una tasca en Sevilla (sí, como lo lees, en Sevilla) donde el camarero llevaba al cuello una cadenota de oro con el escudo de mi Atleti y tenía la estantería del coñac y el anís del Mono decorada con vírgenes y cristos variados trufados con pegatinas de nuestro escudo y un banderín del equipo de mis amores. Le pregunté cómo era posible que fuera del Atleti un sevillano. Respuesta: "Yo nací en Legazpi y me crié en el puente de Segovia. Soy de Madrid, y soy del equipo de mi ciudad". Ole, ole  y ole.
Sin duda lo mejor del Atleti desde que ha comenzado la temporada.


Mañana me voy a Cantabria. No estaré en el Calderón ante los pericos. A ver si tengo suerte y encuentro otro garito del Atleti en Santander. Es mi única ilusión. Qué triste, ¿que no?

Venga, Atleti, coño.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Aún estamos a tiempo



Depor 2 - Atleti 1

- Llevamos 11 jornadas de 36.
- Llevamos 7 puntos de 33.
- Estamos en descenso.
- Eliminados de la Champions.
- Ya hemos cambiado de entrenador.
- Y lo que es peor... el equipo está triste y un poquito desquiciado.

Ahora es cuando se tiene que notar que somos mucho más que un equipo de fútbol. Ahora es cuando hay que apoyar al equipo (sin olvidar que los que se lo apropiaron indebidamente están haciendo una gestión calamitosa). Ahora es cuando tenemos que estar más unidos. Y es ahora el momento porque aún estamos a tiempo.

Entrar en una dinámica perdedora sólo lleva a que ningún equipo te respete, a que todos se lamenten de ti, a que cualquiera aproveche para hacer leña del árbol caído. Y da un poco de miedo. Yo miro hacia atrás y veo ahí mismo el descenso a segunda del que no nos gusta hablar. Y me acuerdo del partido en el Carlos Tartiere, de la lluvia, de Hasselbaink fallando un penalti, de la absoluta desesperación. Y luego dos años de fútbol plata, y los partidos por la mañana... que no, que estamos a tiempo, que hay que animar a estos tíos, que el equipo tiene que salir de ahí.

Penaltis
Nada que objetar a la derrota de ayer. El Depor fue mucho mejor. No podemos echarnos atrás cuando nos ponemos por delante en el minuto 4. Hay que seguir jugando, tener ambición. Pero cuando el equipo está acojonado, hasta el empate a uno le parecía un buen resultado. 
Los penaltis nos favorecieron. Sí, quizá alargar hasta el minuto 96 fue un exceso (que lo fue), pero el penalti existió (Pablo, again), igual que nos libramos de otro por un fuera de juego -dudoso porque la da uno de los nuestros- y lo mismo que el que acabó con tarjeta para Ricky. Vamos, que ningún pero al juego del Depor y todos a los del Atleti. 

Si no me fallan las cuentas Quique sólo ha ganado al Marbella desde que llegó. Esperemos que el domingo podamos respirar frente al Espanyol. Yo estaré en Cantabria pero seguro que habrá alguien en mi sitio para animar y tratar de escapar del hoyo. Aún estamos a tiempo.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

...y yo me lo perdí


Atleti 6 - Marbella 0
El horario no era muy bueno para mí, aunque he de reconocer que es la mejor hora para un día laborable de invierno. Si nos lo ponen a las 22:00, aunque hubiera podido, fijo que no voy. Pero la vida es así. Y aunque yo soy de los que aman la Copa y disfrutan de este torneo más que de ningún otro, me fue imposible acudir al Calderón (con ganas -y muchas- me quedé), sobre todo cuando al poner la radio del coche -una vez terminada la reunión- oigo que vamos 4-0 en la primera parte. Ya digo, a punto estuve de presentarme allí a ver los otros dos goles de Maxi, los tiros al poste, los penaltis no pitados, los primeros minutos de Camacho, el rodaje de Domínguez y los 50.000 asientos vacíos que motivaron al Atleti mucho más que el llenazo contra los de la otra acera. Por cierto, eliminados ante otro 2ªB. Nosotros, al nuestro, le metimos 8-0, ellos perdieron 1-4. Cada vez entiendo menos de esto.

Al llegar a casa me tomé un café en el bar del barrio donde televisaban al Atleti en la tele pequeña y dejaban la grande para el desastre vikingo. Me subí a mi sofá. Estuve zappeando hasta que en la TV3 de los catalanes encontré el único programa deportivo con información subtitulada cada vez que metían un gol. Me enchufé los cascos de la radio y veía imágenes absurdas. Al final del partido, los de La Sexta me pusieron un mega-resumen con la cagada de Pablo en el minuto 1. Nos llegan a meter ese (no entiendo cómo lo pudo fallar el delantero malagueño) y se nos hubieran complicado mucho las cosas. Somos así.

Luego vinieron los goles, con rebotes que favorecen al Atleti, con un Sinama que ¡por fin! metió un golito recogiendo el balonazo que Jurado hizo rebotar en los dos postes. Con Maxi como en sus mejores tiempos y sin necesidad de Forlán ni el Kun (esto es lo mejor) para meterle un set a un equipo de 2ªB.

Me encanta la Copa, sí. Lo vengo diciendo desde que tengo conciencia de blog. Me encanta porque los pequeños pueden tener su momento de gloria, porque hacen que este espectáculo mire a sus orígenes, a las raíces, al deporte. Y me enamora cuando un equipo humilde, con un presupuesto equivalente al sueldo anual del jugador peor pagado de la plantilla de enfrente, es capaz de eliminarles ante un estadio repleto dedicado a pitar a los suyos. Sí. Viva la Copa, coño.

Ahora a descansar estos diez días para coger fuerzas, ánimo, moral... para que Asenjo entrene las salidas, para que Pablo y Perea ensayen las cesiones y aprendan a no regatear en el borde del área, para que los córners de Simao lleguen más allá del primer palo, para que Raúl García ensaye algún tiro desde fuera del área que vaya entre los tres palos... vamos, que no van a tener tiempo para aburrirse.

Luego tenemos que comernos al Depor en Coruña, al Espanyol en el Calderón y al Xerez en Chapín. Si no salimos pronto de ahí abajo, después nos costará salir muchísimo más.

Vamos, Atleti, vamos.

domingo, 8 de noviembre de 2009

Ni equipo, ni árbitro, ni afición


Atleti 2 - Vikingos 3

Aún estoy rabioso. Llevaba nervioso desde que empatamos in extremis al Chelsea con un juego voraz, con presión, con fuerza y determinación. Ayer, sábado, mi mujer se levantó revuelta y suspendimos el viaje previsto a Sestao para ver a la familia política. Todo se ponía de cara, estaría presente en el derbi con mis hermanos. Durante todo el día las llamadas de teléfono se sucedían para ver quién llevaba el postre, cómo quedábamos, si el bocata sería especial... nervios, ansiedad y muchas ganas de revancha.
Finalmente mi hermana decide llevar el coche y salir a las ocho de la tarde para encontrar aparcamiento. Una hora y cuarto dando vueltas y peleándonos con los "munipas" madridistas a los que les dio por no dejarnos aparcar donde siempre. Mal augurio. Llamamos a mi hermano y mi sobrino y nos cuentan que vienen en metro, que les han robado la batería y el asiento de la moto en el garage. Las cosas se ponen aún peor.

Ni equipo
El campo está a rebosar, como siempre que viene el Madrid a robarnos a casa. Los del Frente Atlético habían preparado un tifo con banderas. Nos tocan las rojas, pero un gilipollas con entrada y bufanda recién estrenada se las ha llevado y nos ha dejado las blancas. En fin, que el tifo va a salir mal en nuestro lado. Menos mal que los chicos del Frente están atentos y, antes de que salgan los jugadores, nos piden las banderas blancas para llevarlas a su sitio. Esto no empieza bien.
Mis vecinos de abono, después de dos semanas sin aparecer dicen que si nos marcan antes del minuto cinco, ellos se piran. Minuto 4, Sergio Ramos hace una falta clarísima a Cléber Santana, le llega el balón a Kaká y mete un misil que deja a Asenjo con una estirada para la foto."No os vayáis, que remontamos", les digo. Y me hacen caso. Lo cierto es que el Atleti estaba penoso, sin fuerza, sin agresividad, con un Madrid hinchándose a dar patadas. Con entradas de esas que te ponen la carne de gallina, como la de Sergio Ramos nada más empezar, la de Lass sobre Jurado, por detrás y a media altura, la de Garay, la de Pepe, la de Kaká... unos cerdos, vamos. Y los Ultra Sur coreando con oles los pases de los suyos mientras el Calderón asiste alucinado, en silencio y avergonzado a un humillante espectáculo cuando Marcelo había marcado el 0-2  ante un despiste de la defensa y con la colaboración de un Asenjo absolutamente dubitativo y muy mal colocado. Miedoso en las salidas, sin ninguna seguridad bajo palos. Fin de la primera parte. Para echarse a llorar.

Ni árbitro
Lo de Clos Gómez no tiene nombre. Aunque es peor lo del Marca, donde escriben que su arbitraje fue impecable. Creo que el fulano que escribe esto no estuvo en el Calderón o es colega del menda este o -lo que es más seguro- es un madridista que escribe sobre los árbitros que favorecen a los suyos.
En el primer gol del Madrid hay una falta clarísima del intelectual Sergio Ramos a Cléber Santana. Deja seguir y Kaká marca. La primera entrada de Sergio Ramos en defensa es una tarjeta amarilla que se queda sin sancionar. Los jugadores del Madrid entraban con tal violencia que vimos a Jurado volar dos metros tras una entrada por detrás a la altura de la cintura por parte de Lass que sólo vio una tarjeta amarilla. Luego se comió un penalti clarísimo por empujón a Jurado en el último minuto de la primera parte, y una mano de libro en la segunda parte. Para rematar, anuló el tercer gol del Atleti cuando Ufjalusi recibe en posición correcta. Pero no estábamos para protestar. En el Calderón sabemos que hay cuando viene el Madrid ellos juegan con 12 y no queda otra que seguir adelante.


Ni afición
Con el 0-3 que regaló Perea a Higuaín (Asenjo pudo hacer algo más, como en casi todos los goles que nos cascan, pero el mérito fue de Perea), gran parte de la afición empezó a desfilar. Comenzaron los gritos de "jugadores mercenarios", "échale huevos" y demás gilipolleces que los aficionados madridistas jaleaban entre risas poniendo la cosa peor de lo que ya estaba. Luego vino el gol de Forlán (¿qué le pasa al Cachavacha este año? ¿Por qué está tan flojo y desacertado? Se pasa el partido pidiendo disculpas a sus compañeros porque no llega, porque falla el control, porque la pega mordida...). Apenas se celebró, pero maquillaba el resultado. Y cuando el Kun marcó el suyo... ahí el campo se vino arriba y pensé "si meten el tercero, nosotros metemos el cuarto". Pero San Iker volvió a repetir ante el Kun lo que antes le había hecho a Simao, otro poste como el de la primera parte, Simao que empalma una volea ansiosa al segundo anfiteatro cuando estaba solo y el gol anulado. Era demasiado tarde, princesa. El Atleti esperó al minuto 75 para empezar a jugar. Y darle tres goles de ventaja al Madrid, es demasiado.

Al final se queda un sabor de boca amargo. De lo que pudo pasar y no pasó, de que se repita la misma historia, de un equipo sin sangre ni presión que, tras la expulsión de Ramos y la salida del Kun, resucita de sus cenizas sin llegar a nada... de que estamos en descenso, de que sólo hemos ganado un partido de diez y de que esto tiene que cambiar pronto.

Ahora a pasar de ronda en Copa con el Marbella y a pensar en los tres puntos de Coruña, en los del Espanyol y en los de Xerez. A ver si se cumple el vaticinio de Quique y estamos entre los siete primeros antes de Navidad. Aunque quizá eso vaya en su contra y los Reyes Magos no le traigan los jugadores que necesitamos para darle la vuelta a este despropósito.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Solomillo con foie y trufa negra


Atleti 2 - Chelsea 2

Ayer estuve de cena en un maravilloso restaurante italiano mientras mi equipo se despedía honrosamente de la Champions. Me había prometido que si no ganábamos al Athletic en Liga, no iría al Calderón en Champions. Y así fue. Pero mi sitio no se quedó vacío. Allí estaba mi sobrino con su padre (mi hermano) supliéndome, animando sin descanso y llamándome por teléfono cada vez que sucedía algo. Y el teléfono no paró de sonar. Mira que me lo advirtió el carabanchelero Tomi Soprano. No escarmiento.

Taxi
Pillo un taxi cuando aún vamos empatados a cero en la primera parte. Los vikingos marcan y apago Onda Cero porque el taxista me lleva la Ser a toda pastilla (al menos no tenía enchufada la Cope, o Esradio). Creo que un tal Benzemá es el que se la mete al anciano guardameta rosonero. Reyes se está saliendo. Penalti contra el trampas. Poli Rincón se vuelve loco porque dice que no ha sido. Ronaldinho se la endiña a Iker. Pablo Ibáñez está soberbio en defensa. Gol del Milán. Doy un bote en el asiento trasero del taxi y el conductor me mira por el retrovisor y no dice nada. Se ha percatado de que soy colchonero. Lo anulan. "Ha sido un gol legal -comentan en la radio- pero lo ha anulado para compensar el penalti duduso". Y pienso en el sábado contra los vikingos en el Calderón, en los calamitosos arbitrajes que sufrimos en casa contra ellos, en los diez años que llevamos sin ganarles, en los puestos de descenso, en el Kun chupando banquillo, en el capullo del portero del Chelsea que saca una mano imposible a un remate espléndido de un Reyes resucitado. "Son 16,50" me suelta el taxista al llegar a la puerta del céntrico restaurante madrileño.

Burrata y Gorgonzola
En el descanso, ya dentro del lujo italiano en el que me han citado, saludo a mis compañeros de mesa e informo sobre el 0-0 del Atleti. Un camarero me pregunta por el resultado del Madrid y le respondo que no sigo a ese equipo, aunque creo que está jugando en Milán y que, como él es italiano, espero que pierda. Me sonríe de modo torcido haciéndome ver que es un pobre vikingo. Peor para él.
Excelente la Burrata, maravilloso el Gorgonzola, estupendísima la mortadela con pistachos. Muy buenos los entrantes que degustamos durante el descanso. Empieza la segunda parte y mi cabeza intenta no perder el hilo de la conversación mientras mi corazón palpita a través del de mi hermano y mi sobrino con otros 40.000 en el Calderón. Suena el teléfono por primera vez.

Solomillo con foie y trufa negra
"Gol, gol, gol, menudo gol del Kun. 1-0, tío; cómo están jugando. Hay equipo. Esto es otra cosa. Pero ¿cuándo han aprendido? Si hasta Cléber Santana está correcto, no pierden un pase y Reyes está alucinante", me suelta mi hermano de carrerilla. De fondo oigo a mi sobrino gritar como loco un "Atleeeeeeeti, Atleeeeeeti" que me pone la carne de gallina y hace que me asomen las primeras humedades a los ojos. "Joder, Santi, pues sí que te está gustando la burrata", apunta un compañero de mesa. "La verdad es que sí, pero me está gustando más el Atleti, vamos 1-0".
Al poco rato vuelve a sonar el móvil. "¿Otro gol? comenta el estirado camarero italiano que simpatiza con los merengues". Le miro y contesto en voz baja: "¿Qué ha pasado? ¿Hemos vuelto a marcar?" Mi hermano me da la mala noticia con voz clara: "Drogba. Nos ha ganado la partida. Es buenísimo este negro. Espera que no nos marque otro. Pero el Atleti está muy bien. Podemos ganar".
Viene el camarero con mi plato principal cuando vuelve a sonar mi móvil: "¿El solomillo era para usted?" Su pregunta se simultanea con el segundo gol de Drogba que temía mi hermano. "Sí, es para mí, pero ya no me apetece, gracias". De todas formas me lo deja al tiempo que mi hermano me dice que faltan tres minutos, que todo puede pasar y que ya no me llama hasta que acabe el partido.
Empiezo a atacar tímidamente el plato cuando suena el móvil inmediatamente: "Gooooool, gooooool. De falta. Ha sido Jurado. Menudo golazo. Empate, tío, empate. ¿Cómo dices? Ah, no, que no ha sido Jurado, que ha metido otra vez el Kun. Alucinante. Qué partidazo. Gracias tío, y no vengas el sábado que eres gafe". Me cuelga mi sobrino, imagino los cánticos del "Te quiero Atleti" y la sonrisa delata mi estado de ánimo, tanto que me metí el solomillo, un souflé de chocolate, un expresso, un limoncello y acabé brindando con un margarita en el garito de Sabina mientras espero que salga su último disco. Por cierto, estaba pintado en la pared Hugo Sánchez vestido del Atleti.

Gracias, Atleti, gracias.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Cada vez más pequeños


Athletic 1 - Atleti 0

Más y más pequeños. Ni con Abel, ni con Santi, ni con Quique. El Atleti no atina con la portería y el gol pasa de sueño a pesadilla. Ayer, tres postes en San Mamés. Lo cierto es que en la segunda mitad merecimos dar la vuelta al marcador. Pero si no hay fe, si el equipo no cree en sí mismo, de nada sirven las tácticas, las presiones, las ganas de querer salir. No es suficiente con querer, hay que creer realmente en que podemos. Y este equipo, a día de hoy, sigue sin fe.
La primera parte, después del primer palo de Maxi y el imposible remate del Kun en el rebote, fue absolutamene bilbaína. Tras el gol a balón parado (uno más) el Athletic presionó y presionó hasta dejarnos absolutamente desarmados, desarbolados, buscando el sitio, buscando el balón, buscando a los leones que no paraban de correr y correr. Menos mal que los de Bilbao no supieron rematar con su falta de acierto en los metros finales (pensaba yo, ilusio de mí, cuando llegamos al descanso). En la segunda parte no podrían mantener ese ritmo que había acabado con la maquinaria de Toquero por sobreesfuerzo.
Y así fue, pero no del todo. En la segunda mitad el equipo volvió a retomar el fútbol de los primeros 15 minutos de partido. Orden, todos juntitos, defensa contundente y bandas. Fueron más de seis las ocasiones de gol que creamos en esta fase del partido, incluyendo los dos espectaculares disparos desde fuera del área que Forlán y Agüero estrellaron en la base del poste y la cruceta respectivamente.
La Virgen de Begoña, la de Aranzazu y todas las vírgenes conjuradas en la noche de los muertos, se pusieron del lado vasco. A nosotros no nos queda otra que asumir la jibarización del equipo. Sabernos pequeños y comenzar a crecer (menguar más, me temo, es imposible).
Por de pronto, el martes, contra el Chelsea, no voy a ir al campo. Estoy jodido, triste, con ganas de que todo esto cambie, de que se vayan Gil y Cerezo, de que el Atleti vuelva a ser un equipo con fuerza y capacidad de arrastre. Todo esto es tan gris, tan pobre, tan ruin y tan decadente, que si seguimos así el próximo año veremos los partidos de liga los domingos a las 12 del mediodía. O sea, en Segunda.
Estamos a tiempo.


Vamos, Atleti.