lunes, 26 de diciembre de 2016

Mi última visita al Vicente Calderón

 
Con @nicolasfabelo (aficionado de la UD Las Palmas y firma invitada del blog)
El pasado sábado 17 de diciembre, el compañero -y, sin embargo, amigo- colchonero Santi Riesco me invitó a ver a la Unión Deportiva Las Palmas en el Vicente Calderón. Allí estuve con él y su compadre desde la adolescencia Alberto, en una tarde fría y ventosa pero muy agradable (tanto por la cálida acogida de Santi y Alberto como por el buen rollo circundante), en la que previsiblemente fue mi última visita al estadio que se levanta a orillas del Manzanares. No era la primera vez que calentaba un asiento del histórico recinto deportivo por cuyo césped han desfilado todas las estrellas del fútbol español y mundial del último medio siglo (incluidas perlas de nuestra cantera amarilla -la de Las Palmas- como Tonono, Guedes o Germán): ya estuve allí en enero de 2000 viendo a los mismos equipos (Atleti y Unión Deportiva) en un duelo de Copa del Rey saldado con victoria local por 1 a 0.

Por desgracia, se me olvidaron las gafas en el coche, así que buena parte de los lances del partido -salvo el juego disputado en las cercanías de la portería de nuestro fondo- me llegaron no tanto a través de la vista como del oído, auxiliado por mis dos anfitriones y a la sazón lazarillos. Ya Santi hizo en su blog un atinado resumen del encuentro, caracterizado por 25 minutos iniciales de dominio agobiante -aunque infructuoso- del Atleti y el resto con Las Palmas tocándola bien (la posesión global de pelota llegó a ser del 70%!) pero sin acierto en la portería contraria en parte por el buen hacer del accidentalmente titular Moya. Un soberbio zapatazo de Saúl marcó el resultado; otro anterior de Lemos, aún más espectacular por lo lejano, pudo haber inclinado el partido a nuestro favor (ya va tocando ganar de nuevo al Atleti en su casa, tras el 1-2 del lejano 21 de septiembre de 1969).

Mi visita al Calderón y la de hace unos meses al Bernabéu (para ver también a la Unión Deportiva contra el Madrid), tras tantos años sin pisar un campo, me permitieron constatar que el fútbol no es solo cosa de energúmenos, aunque estos pocos sean los que hagan más ruido. Lo cierto es que la mayor parte de la gente no va más allá de llamar "cucaracha" al árbitro, pedir mano aunque el rival toque el balón con la clavícula y protestar un fuera de banda aunque el esférico haya traspasado un metro la raya. Pero por encima del sufrimiento por el resultado y de las pullas al trencilla y a algún jugador propio empanado, prevalece el componente festivo: los ganchitos compartidos, las bromas y dichos jocosos, los comentarios estrictamente futbolísticos y también los ajenos por completo a este deporte...

De vez en cuando ascendía de las gradas la cantinela de "El escudo no se toca!". Y es que ese partido no solo era contra Las Palmas sino también contra una directiva que parece divorciada del sentir de los aficionados corrientes, que viven con extrañeza la próxima mudanza a La Peineta (tan lejos del Manzanares!) y no acaban de asimilar el grotesco nombre del nuevo estadio y, ya como guinda, el cambio del histórico símbolo. Lo curioso es que mi equipo sea más fiel al escudo rojiblanco original que la directiva del propio club colchonero: mucha gente desconoce que dentro el escudo del equipo grancanario figura uno del Atleti adaptado (con palmera y perro en vez de madroño y oso), vestigio del antiguo Atlético Club que junto al Arenas Club, el C.D. Gran Canaria, el Real Club Victoria y el Marino C.F. (el de Luis Molowny!) se unieron en 1949 para crear la Unión Deportiva Las Palmas.

En suma, una tarde agradable pese a las condiciones climáticas y la derrota de los amarillos. Por encontrarme con Santi y por reencontrarme con el fútbol a pie de estadio, el que no te ofrece moviola y huele aún a humo de tabaco y bocata de tortilla (recuerdo que en el viejo Insular, ahora convertido en parque urbano, olía a ese pescado salado y desecado que allí llamamos jarea). Por festejar nuestra humanidad, seamos amarillos, rojiblancos, merengues o blanquiazules, siempre teniendo presente la máxima de Santi: "El fútbol es lo más importante dentro de lo menos importante".

miércoles, 21 de diciembre de 2016

Fin de año en el Calderón sin bocata de jamón


Atleti 4 - Guijuelo 1

Si os queréis cargar la Copa del Rey no hace falta que puteéis al personal, lo decís y punto. Lo digo no ya por la injusticia de las eliminatorias a doble partido, ni siquiera por los enfrentamientos entre grandes y pequeños, ricos y pobres, equipos europeos y segundasbés. Eso ya sé que no tenéis intención de cambiarlo, no sea que flipemos y nos enganchemos a la competición como sucede en Inglaterra, en Francia, en países donde se respeta a todos los equipos con independencia de su tamaño, sus seguidores en redes sociales y su deuda con Hacienda o la Seguridad Social. Lo digo porque poner un partido de vuelta con un 0-6 en la ida, la víspera de invierno, a la orilla del río, un día de diario, a las nueve de la noche, contra un Segundabé en puestos de descenso... pues como que no apetece ir al campo, o llevar a los niños, o quedar para desearse unas felices fiestas y próspero año nuevo con los vecinos de abono. Vamos, que sois un poco gañanes. Los de la Federación y los del club, que os habéis contentado con regalar 10.000 invitaciones para ver si en la tele que tanto preocupa a Tebas y a los del negociete del fútbol moderno no se veía mucho plástico en las gradas (el cemento y su aluminosis no dan bien a cámara).

No pude ir
Tenía toda la intención de acudir al campo. Pensaba que sería el miércoles, víspera de la lotería y primer día de invierno. Pero no. Al finalizar el partido contra Las Palmas, cuando estábamos quedando con los vecinos de asiento para despedirnos en la Copa, como Dios manda, escuchamos que sería el martes. Error. Horror. Agenda ocupada. El martes mi mujer curraba y yo me había comprometido a llevar a mi hija al parque de bolas. Celebraba su cumple un niño de su clase, Eric, y era la primera vez que la invitaba. No podía fallar. A tomar por saco el bocata de jamón. Toda la tarde charlando con las madres de mocos, extraescolares y lactancias varias.

El partido
Llegué a casa, nos pusimos el pijama y tras cepillarnos los dientes me tiré en el sofá deseando que mi mujer llegara. Puse el fútbol, sin contemplaciones. Nada de dibujos animados después de una tarde de gritos, regalos y bolas infantiles. Mis dos hijas se solidarizaron y lo entendieron: "Papá ¿va ganando el Atleti?" Eran las 21:13 y aún no habíamos marcado. Cero a cero. Las gradas con más gente de la que yo imaginaba para tratarse de lo que se trataba. Gol de Gaitán. Gol de Juanfran. Y enseguida otro de Correa. Al final del primer tiempo Torres, de rebote, ponía el 10-0 global antes de irse al vestuario.
Llega mi mujer, me dan un beso antes de irse a la cama para que su madre les cuente el cuento; a mí me no me tocaba.
En la segunda mitad el árbitro quiere convertirse en figura y expulsa a uno del Guijuelo por hablar, por protestar. No por una entrada a media altura para hacer daño y con mala intención. Nada de nada. El Calderón se solidariza y el arbitrucho se lleva la gran pitada. De pena. Y, lógicamente, compruebo que el expulsado no se apellida Ramos. Se quedan los chacineros con diez y aún así marcan un golazo de cabeza. 4-1 final.

Esta primera eliminatoria nos deja varios detalles. Primero, que el Cholo no ha convocado a ningún chaval del Madrileño para disputar el partido. Segundo que Cerci ha debutado y, como dice mi hermano, "si sale el italiano, yo no pierdo las esperanzas de que el Cholo me llame". No, en serio, ojalá recuperemos al delantero transalpino, sobre todo pensando en el tiempo que estaremos sin poder fichar. Sería el mejor regalo para 2017. Tercero, que Juanfran ha vuelto a jugar en el medio campo, de interior, más adelantado. Y que ha marcado. Cuarto, que Torres ha enchufado y, aún mejor noticia, los rebotes le han favorecido. Quinto, que Giménez jugó medio partido en la medular y no lesionó a ningún chaval del equipo salmantino. Y sexto, que nos vamos con diez goles a favor en una eliminatoria trampa, de esas que antes, con Manzano y antecesores, nos costaba sudar tinta china, algún lesionado y hasta caer eliminados.

Dicho lo cual, todo esto no es nada comparado con la gran noticia de ayer. El 20 de diciembre de 2016, la Asociación Peña Atlética Los 50, me comunicó oficialmente que entraba a formar parte activa de la misma. De modo que aquí me tienen, feliz y contento sin necesidad de que me toque la lotería y con el mejor regalo de Reyes en estas Rojiblancas Navidades. Les deseo lo mejor y les aviso que lo del 28 o el 29 en Arabia Saudita no es para ir a visitar a los Reyes de Oriente sino para coger el oro y pasar olímpicamente del incienso y la mirra, Un abrazo y mis mejores deseos para el 2017 de Cardiff, Cerci y la Copa.

El 50 de Los 50.

domingo, 18 de diciembre de 2016

Fútbol canario, un gol y Moyá

 

Atleti 1 - Las Palmas 0

Vinieron dos mil canariones a despedirse del Calderón en el 50 aniversario del estadio (parece que no tienen mucha fe en que nos cruce la Copa). Uno de ellos fue mi compañero guanche en la cosa digital de la tele Nico Fabelo, el gran Nicolás, que antes de empezar el partido andaba investigando en las redes si en el palco estaría el pequeño Nicolás, seguidor declarado de los Pío Pío y delincuente como los de la SAD que no se presentaron para evitar los cánticos de la hinchada: "el escudo no se toca" y "Atleti somos nosotros". Pero, sobre todo, temiendo que el juego de los amarillos acabase en victoria y el estadio del que nos desalojan estallase contra el único y auténtico problema del Atleti: ellos.

El partido
Alineó el Cholo a Koke con Gabi en el medio centro apoyados por Saul y Carrasco más abiertos. Arriba los dos franceses de pólvora mojada y atrás, con un soberbio Moyá bajo palos (sacó una mano abajo que evitó el desastre sin nadie a quien poder insultar en el palco) protegido por Lucas, Godín, Savic y Vrsajlko. El croata fue el mejor del partido. A este chico le faltan minutos y unas vocales para ser leyenda rojiblanca. Pura entrega y potentes subidas por banda con pase al centro, donde nunca hubo nadie acertado.

Los primeros 25 minutos el centro del campo, y el partido, fue rojiblanco. Gameiro falló sus ocasiones, Griezmann las suyas y Saúl se sacó un remate acrobático que pegó en el palo. Otra vez. Parecía un partido que ya habíamos visto. La única buena noticia era que el equipo de Serién no había aparecido. Pero ante tanto fallo y tanto error de los de casa, los guanches se fueron haciendo grandes y se apoderaron del balón, del centro del campo (ojo a Roque Mesa) y del partido entero. Es cierto que no llegaban mucho pero aún así su central peludo, Lemos creo que se llama, se sacó un zapatazo desde su casa (unos 35 metros) que pegó en la cruceta y enmudeció el estadio. Pintaba mal la cosa.
Ya en la segunda parte, y antes de los Cholocambios, con el Atleti jugando a nada y pegando pelotazos, Saul se encuentra un rechace fuera del área y mete un golazo en la misma portería en que el central canario había hecho saltar la pintura del larguero. Uno cero. A respirar, a dar gracias y a esperar la reacción de los canarios para jugar a la contra. "El partido está para Torres", dice mi hermano. El Cholo, que debe tener un chivato en nuestro sector, saca al Niño. Pero nada. Después saldrían Gaitán (que sigue guardándose todo lo bueno que tiene dentro sólo para él) y Thomas Partney para arañar unos minutos al reloj.

El arbitraje mal, el Atleti igual. Las Palmas, un gran equipo. Tres puntos muy trabajados y un tanto injustos en un partido lleno de errores, desajustes y, sobre todo, falta de acierto de cara al gol. 

El martes a cerrar contra el Guijuelo el trámite de Copa y a esperar que el 2017 nos traiga más goles, más juego, más puntos y un regreso de Gales tan feliz como merecido. Aúpa Atleti, siempre.

martes, 13 de diciembre de 2016

Nos crecen los enanos

 

Villarreal 3 - Atleti 0

Jugar un lunes es lo menos futbolístico que existe para los que amamos el fútbol. Si el lunes es después de un puente como el de la Constitución y la Inmaculada Concepción (para los que los tuvieran) ya es el colmo de los lunes y el antifutbol, la esencia concentrada del odio al fútbol moderno. Y, sin embargo, a pesar de la niebla, el mero hecho de saber que tu equipo juega ese día, te ilumina la jornada.

Llegaba el Atleti a la capital del azulejo con necesidad y urgencia de recuperar la fe y el gol para no desengancharse de la competición de la regularidad, del termómetro de la temporada, de la realidad que va marcando el devenir de la historia cotidiana de nuestra enfermedad rojiblanca. Y salía el Cholo sin Carrasco y con Ángel Correa, sin Giménez y con Savic acompañando a Godín, con Lucas en la banda, Gabi y Tiago en mitad de la cancha y los dos franceses arriba. Koke y Juanfran también estaban en la alineación aunque costase verles en el campo.

Apretamos de inicio pero, de nuevo, no aprovechamos. Ellos se confiaron y se fueron haciendo grandes con nuestros fallos. El primero en un balón atrás de Tiago que se queda corto tras notar un zurriagazo en la rodilla. Godín no llega a tiempo y el Villarreal agradece el regalo. Gol de Trigueros y cambio de Saúl por Tiago lesionado.

El submarino amarillo cada vez se cree más que nos puede finiquitar. Se vuelcan en el área de Oblak y el esloveno, en un despeje impropio, se descoyunta el hombro y le deja el balón en ventaja a Do Santos que mete el segundo. Sale Moyá por el lesionado porterazo que acababa de errar descomunalmente poniendo un borrón que no esperábamos de tan brillante escribano. En treinta minutos dos fallos, dos goles en contra y dos lesionados. El Cholo se sienta en su banquillo por primera vez en cinco años y si ponemos un circo nos crecen los enanos.

En el descanso pienso en aquel Atleti - Villarreal de hace ocho o diez años, con Aguirre o con Abel, no lo tengo del todo claro. Nos fuimos con 0-2 al descanso y remontamos 3-2. Pero el grupo de wasá "Atléticos de fondo" con José, Alberto, mi hermano, la Peña Villaverde y Fran me lo dejan claro: "Está más cerca el 3-0 que el 2-2 anhelado". Tal cual. Mucho Atleti entre pecho y espalda. 

La segunda mitad fue todo corazón. Derroche de esfuerzo sin cabeza y un auténtico recital de errores, imprecisiones y fallos impropios de jugadores profesionales. Parecía un partido de solteros contra casados. Diego Pablo hizo rápido su único Cholocambio: Carrasco por Correa. Calidad belga en lugar de otra titularidad argentina desaprovechada. El Atleti llegaba pero seguía sin cuajar. El Villarreal, a un suspiro del final, marcó el tercero y nos mandó a reflexionar. Todos nos preguntamos qué ocurre, buscamos desesperados la razón de las últimas derrotas y, lo que es más preocupante, el porqué de tan escasa puntería (demasiados partidos sin marcar) y de tantas concesiones atrás (demasiados goles encajados ya). 

Los números cantan en Liga. Sextos a cinco puntos del tercero y a trece del primero. Faltan 21 partidos, o lo que es lo mismo, 63 puntos. No hay que mirar tan lejos, lo que funciona no se debe tocar. Hay que fijarse única y exclusivamente en el próximo encuentro. Contra Las Palmas, el sábado por la tarde. Tres puntos para sumar. Partido a partido. Todo está inventado. Volvamos al cholismo, dejémonos de circos porque no es lo nuestro y nos crecen los enanos.

Aúpa Atleti. Siempre.

viernes, 9 de diciembre de 2016

Wanda y la panda



Lo de menos es que al estadio de tu equipo le cambien el nombre por un patrocinio comercial, aunque a ti te suene a chino. Lo de menos es que te tengas que cambiar de campo sin necesidad porque al que vas desde que tienes uso de razón (y que cumple 50 años) no se le ha hecho ni una reforma seria y es carne de pelotazo ladrillar. Lo de menos es que cambien el escudo del club de tus amores sin pedir la opinión de los aficionados. Lo de menos, ya digo, es que te traten como a una puta y que, además de no abonarte el servicio, tengas que pagar tú la cama. Así estamos los del Atleti por culpa de Wanda y la panda.
La panda, para los menos duchos en rojiblanca materia, son los delincuentes del palco: Gil y Cerezo. Dos tipos condenados por robar y estafar a los socios legítimos del Club Atlético de Madrid así como por otras vilezas cometidas al amparo de la Sociedad Anónima Deportiva en la que transformaron nuestro equipo en cuanto pudieron, en 1992. Aunque ellos llegaron cinco años antes engañando con malas artes constitutivas de delito. Un juez condenó al padre de Calam, de Gil Marín, por apropiación indebida. El mismo juez condenó a Enrique Cerezo por su complicidad necesaria. El delito prescribió y no tuvieron que devolver los casi 2.000 millones de las antiguas pesetas que jamás ingresaron en las cuentas del Atlético de Madrid por quedárselo y hacer de él su cortijo. Así funciona la banda, la panda, los amigos de Wanda.
Hoy se descuelgan con el nuevo nombre para el nuevo estadio: “Wanda Metropolitano”. Y aunque sea lo de menos, sirve para despistar a los nuevos. Aprovechando el acto nos cuentan que el escudo también ha sido retocado pensando en los nuevos tiempos. Y sin cortarse un pelo proyectan un diseño para ojos rasgados con la osa mirando a Oriente, al otro lado, como ellos cuando alguien les recuerda su pasado, su presente, su ladino modo de enriquecerse con el corazón secuestrado del aficionado. Pero insisto, sólo son cortinas de humo –que no señales- para que no se hable de lo importante. De que no era necesario cambiar de estadio; de que el sueño de Gil padre era pegar el pelotazo inmobiliario; de que al principio cambiábamos el borde de la M30 por el de la M40 y el equipo ganaría pasta gansa para pagar sus deudas y fichar canela fina; de que luego era estadio por estadio; de que ahora el equipo se ha endeudado con un magnate mexicano para sufragar las obras de un campo con nombre chino que los madrileños no necesitamos.

Lo de menos, ya digo, es el cambio de nombre, de escudo y hasta de estadio. Lo de más, queridos amigos, es que los delitos prescriban, que los delincuentes sigan en el palco y que se lucren con nuestros sentimientos sin poderles denunciar por maltrato, violación y secuestro. 

miércoles, 7 de diciembre de 2016

Que sí, que el Atleti está fatal y tal


Bayern 1 - Atleti 0

No hay más que consumir mierda para que tu vida sea una ídem. O verse dos partidos del Atleti al año para sentar cátedra sobre el juego de los del Cholo. Esto, por sabido, no deja de ser cargante... pero lo que más llama la atención es que los propios seguidores del Glorioso, los que se ven todos los partidos, los que conocen su historia, defienden sus valores y son conscientes de dónde estamos y por qué (aunque sería más exacto decir "por quién") se contagien del virus fatalista, tremebundo y apocalíptico que, de tanto repetir, acaba por calar en las filas de los nuestros: "el Cholo tiene los días contados". En fin... el propio argentino dijo ayer que sí, que lo que vosotros queráis, que se va a ir a entrenar al Inter y al Lazio y al Sevilla y a lo que os apetezca, pero que ahora, aunque os joda un rato, está en el Atleti haciendo partidos asquerosos y perdiendo y eso. O lo que es lo mismo, que estamos clasificados primeros de grupo en la Champions, que quedan dos tercios de Liga y nos separan nueve puntos del primero habiendo jugado con todos los de la parte alta de la tabla y que en Copa seguimos vivos con una goleada a un Segunda B de esos que nos eliminaba antes de que llegara este tipo que sueña con irse del Atleti aunque no lo diga. En fin, santa paciencia. Y que sí, que el Atleti está fatal y tal.

En 113 años de historia atlética los cinco últimos, con el Cholo, han sido los mejores. Nunca hemos ganado tantos títulos en menos tiempo ni hemos llegado tan lejos en la máxima competición continental: Una Europa League (Bucarest), una supercopa de Europa (al Chelsea que lo ganaba todo), una Copa (al Madrid en el Bernabéu), una Liga (al Barsa en el Nou Camp), una supercopa de España (otra vez al Madrid), y dos finales de Champions que no perdimos, que nos tuvieron que ganar con una prórroga y con unos penaltis. Pero sí, que sí, que el Atleti está fatal y tal.

Alarmistas de mierda

El partido de ayer en Múnich fue algo así como celebrar tu cumpleaños el día de Reyes. No das valor a los regalos. Te confundes. Y no sabes si tienes que estar contento porque han venido los Magos o porque te cantan el cumpleaños feliz. Y te da por sentir que has perdido un día de celebración, o que si no coincidieran tendrías más regalos. Y de tanto quejarte y llorar por las esquinas, se te pasa el día y ni Reyes ni cumple. Que es lo que les pasa a los atléticos sin memoria. Y a los que comen mierda. Me explico: Ayer jugábamos contra el Bayern de Múnich, repito Bayern de Múnich, en su campo, en Champions, con la clasificación asegurada, con el primer puesto asegurado. Así, como suena. Y lo puedes volver a leer. Temporada 2016-2017. Máxima competición europea. Clasificados automáticamente. Primeros de grupo pase lo que pase. Y contra el Bayern de Múnich. Esto, queridos amigos, ni en el mejor de nuestros sueños habría ocurrido antes de que llegara Diego Pablo "el Cholo" Simeone. Así os lo digo. Y sí, el partido fue un truño. Pero es que hay que ganar cinco de cinco para poder permitirte el lujo de jugar con unos cuantos de los menos habituales (Lucas -tremendo partidazo del francés-, Vrsaljco, Savic, Gaitán, Saúl, Thomas, Correa...) y, aún así, mantener a raya al tremendo equipazo teutón. Al final el partido se decidió por un gol imparable de libre directo. Y que sí, que el Atleti está fatal y tal.

Ahora a esperar rival en octavos. A no consumir porquerías y a animar a los nuestros. Que no se nos meta dentro el virus de los nuevos ricos. Disfrutemos cada partido como si fuera el último. Pero insisto, que sí, que el Atleti está fatal y tal.

Dale, dale alegría a mi corazón...

domingo, 4 de diciembre de 2016

Así no; y gracias

 

En Badajoz todo era clásico. Dos de mis compañeros vikingos querían verlo. Mala suerte, a esa hora había que trabajar. Grabábamos en una lavandería industrial con 60 trabajadores. Solo había una mujer del Atleti, Cristina. Nos hicimos una foto y echamos unas risas a costa de la vikingada porque nosotros jugábamos a las nueve menos cuarto y si podíamos ver el partido. Y lo vimos. El partido, digo, porque fútbol apenas hubo.
Demasiado homenaje al sobrino de la Faraona al que ahora recordamos con cariño por aquellos dos títulos europeos del 2010 y la final de Copa que perdimos cantando. Ya digo, demasiado premio para el entrenador rival al que hacemos sentirse como en casa. Pero los del Atleti somos así, exagerados para todo. Y no es excusa.
El Espanyol, más rojiblanco que nunca, con Leo Baptistao arriba, Jurado controlando la bola y Reyes en la recámara se posicionó muy bien atrás para esperar su ocasión. Tuvo dos. Oblak dejó la portería a cero con sendos paradones de auténtico porterazo.
El Atleti se atascó. No había modo de entrar. Koke y Carrasco no están en su mejor momento. Gabi y Tiago, viejos conocidos de Sánchez Flowers, estuvieron maniatados todo el partido. Arriba los franceses no rascaban una. Y atrás, con Giménez, ganamos en ilusión y en ímpetu lo que perdemos en precisión y salud mental. No sé si merece la pena.
Hubo Cholocambios. Y no funcionaron. O no del todo. Salieron Correa, Gaitán y Saúl para que el Atleti acabase de encerrar a los pericos en su área. Los Díez últimos minutos fueron un chaparrón de ocasiones rojiblancas. Algunas muy claras. Pero el mejor arriba fue Godín, para que nos hagamos una idea. No fue el día de Griezmann, ni de Gameiro. Y a medida que llegaba el final, con cuatro minutos de descuento, echaba de menos más y más a Fernando Torres que estaba sentado en el palco pero, sobre todo, echaba de menos ese cabezazo de Raul García que nos daba el gol, los tres puntos y la excusa perfecta para olvidar partidos con tantos desajustes y tan poco fútbol.

domingo, 27 de noviembre de 2016

El Atleti vuelve al hogar

 Osasuna 0 - Atleti 3

Gabi y Tiago en el centro, no me canso de repetirlo, es como volver a casa. Te hacen sentir seguro, cómodo, confiado. Si además Godín marca un gol de cabeza a pase de Koke en jugada a balón parado vestido de azul y amarillo... entonces la nostalgia del regreso al hogar se te mete dentro como el clásico anuncio del Almendro. Parece que estoy escuchando la cancioncilla viendo a Tiago cortar y pasar, cortar y pasar, cortar y pasar mientras Gabi hace las labores de escolta y repasa lo que va quedando suelto. Vuelve el Cholo a recuperar el juego aburrido, tedioso y violento. Esa mierda de equipo que tanto jode a los de la prensa pesebrera y a los rivales que ven cómo se les escapa el partido porque el Atleti no perdona un fallo.
Es lo que le ha pasado a Osasuna. Se ha encontrado con un penalti al poco de empezar y lo ha fallado Torres, Roberto Torres (los haters de Fernando se han quedado a medio tuit con el colmillo afilado). Paradón de Oblak, que aunque la caverna mediática se empeñe en desprestigiar, resulta que se ha parado el 50% de los penaltis que le han tirado en el Atleti (sin contar tandas, claro). Y si Osasuna desperdicia el error cometido por un Giménez ansioso más que tenso (ya hemos olvidado los que cometía su paisano el "Guacho" cuando llegó de Villarreal y hoy es un jugadorazo) y no es capaz de meterse en el partido cuando Mateu decide que los paradones de Oier y Unai no son penalti, pues el Atleti no perdona. Bueno, perdona si Gameiro recibe de Griezmann en el uno contra uno. O si Correa recibe de Griezmann en el uno contra uno. Pero si se monta un contragolpe de libro y es Correa el que mete un pase al hueco de toda la vida (ahora es filtrar) y Gameiro se tiene que dar un esprint de 30 metros antes de chutar cruzado a la base del palo, entonces sí que el Atleti es letal.
Vuelve el Godinazo a balón parado de Koke. Regresa el contraataque marca de la casa. Y luego a Carrasco le pasan un balón en clamoroso error defensivo de los navarros y toma del frasco. Seis goles lleva el belga. Seis goles lleva Gameiro (algunos siguen dudando). Los mismos que lleva Griezmann. Y el narrador de BeInSports suelta que el francés es la estrella sin caer en la cuenta de que es Simeone nuestra figura más destacada. Menos mal que Rubén Uría pone un poco de cordura y seriedad, de conocimientos futbolísticos y atleticos con sus acertados comentarios. Hasta sabía que la Peña Atlética Villaverde se había desplazado a Pamplona para animar a los chavales. Y a fe que se les oía. 
Vuelve el Atleti asqueroso, ese que me encanta porque gana luchando.
Vuelve el Atleti aburrido. El que mete 0-3, el que para un penalti, al que no le pitan otros dos, el que sigue vivo en Liga y ahora solo piensa en comerse al Guijuelo. Que preparen el jamón, que nosotros nos ocupamos de las copas.

Vamos, Atleti, vamos.

jueves, 24 de noviembre de 2016

La Liga de Campeones, nuestra obsesión


Atleti 2 - PSV 0

Cinco de cinco. Quince puntos. El Atleti ha ganado todo en Liga de Campeones esta temporada. Pero eso no es noticia, claro. Y el fondo sur lo cantaba a voz en grito, para quien lo quisiera escuchar: "Salta a la vista, la prensa es madridista". Luego nos enteramos que, durante la retransmisión, Petón comentaba este cántico con una de sus genialidades: "El Calderón está cantando obviedades".

Ayer el Atleti hizo un partido muy serio, muy de Champions, muy de dar alegría a nuestro corazón porque -no lo podemos remediar- esta competición se ha convertido en nuestra obsesión. Y eso que ayer apenas cantamos el "ya lo verás, a todo el mundo la vuelta vamos a dar". Pero sí.

Mi hermano causó baja por enfermedades varias de su familia política y, en su lugar, nos acompañó Miguel, un compañero de trabajo seguidor del Athletic y amante del fútbol y lo que le rodea. Previa breve por ser partido de diario y estar clasificados para la siguiente ronda. Otra vez las malditas colas que se han inventado para que se nos hinchen las pelotas y nos entren los ardientes deseeos de cambiar de estadio. En fin. Hemos estado 48 años sin hacer una cola para entrar al Calderón y ahora les ha dado por abrir menos puertas y ralentizar los absurdos e inútiles cacheos para entrar. Por cierto, ayer dos bengalas encendieron los del PSV. Cuando yo entré sólo quedaban restos del humo. No hicieron nada más en todo el partido. Vinieron como medio millar y apenas si animaron. Muy sosos los holandeses. O estaban muy fumados o se quedaron congelados a la orilla del río.

La alineación, de entrada, me gustó. Y mucho. Con vrsaljko ("versalico" para los amigos) en un lateral y Filipe (que se nos lesionó) en el otro. Giménez con su compatriota Godín (partidazo del uruguayo grande) en el centro de la zaga y, lo mejor de lo mejor, una columna vertebral donde Gabi y Tiago se hicieron los amos y señores. Lo dije en twitter y lo repito: Tiago y Gabi en el medio es como ir a comer a casa de tus padres. Sabes que vas a estar a gusto y que no habrá sorpresas. Todo rico. Y es que físicamente están como si fueran dos juveniles y tácticamente son sobresalientes. Lo de Tiago es de expediente equis. Como dice mi hermano: "Sabe hacer dos cosas, pero las hace perfectas". Nuestro portugués roba y pasa, roba y pasa, roba y pasa. Pero es que antes de robar ya tiene el pase en la cabeza. Partidazo de Tiago. Otra vez. Y en las bandas Koke y Carrasco que no están a su mejor nivel. Aún así el belga se marcó un regate que está revolucionando las redes sociales. Fantasía para adornar una noche plácida de fútbol europeo. Los dos franceses de delante, muy trabajadores. Especialmente Gameiro, que no dejó de ir a la fuente hasta que se rompió en gol. Antes falló dos ocasiones muy claras. Pero nunca se cansa. Lo da todo. Nada que reprocharle y mucho que agradecer. Griezmann marcó el segundo tras una de esas acciones de Tiago, ya sabéis, roba y pasa. Pero lo que llamó la atención es el carrerón que se metió el tío en el contraataque más peligroso de los holandeses. Se recorrió esprintando todo el campo para desbaratarla. Impresionante. Mi vecino del abono delantero, Jose -el padre de Darío- se dio la vuelta y nos miramos asombrados al tiempo que balbucíamos a dos voces: "¿Ha sido Griezmann?"

El Cholo, como viene siendo costumbre desde que tuvimos la suerte de que llegara a nuestro banquillo, recibió el agradecimiento cantado por parte de la afición.

Lo peor, la lesión de Filipe. Lo mejor, el aplastante dominio del Atleti en Europa del que, supongo, no oiremos hablar en los medios.

Y el domingo, a las 16:15, la Peña Atlética Villaverde estará presente en el Sadar para animar a los nuestros en un partido de Liga muy importante. No sólo nos jugamos tres puntos que necesitamos como el comer, sino que nos jugamos el no perder comba, el recuperar la tranquilidad, el volver a encontrarnos como equipo en la competición doméstica y el empezar a aburrir, a que nos tachen de aburridos, de violentos y de lo que quieran, pero que volvamos a ser solidarios atrás y que confiemos en el acierto de los de delante.

Atleti, yo creo en ti.

Te quiero Atleti, loroló, loló, loló, loló, Te quiero Atleti, loroló, loló, loló.



domingo, 20 de noviembre de 2016

Noche en falso

 

Atleti 0 - Ciervos 3

Falso fue el resultado de un partido que olía a empate a cero cuando el equipo de blanco resistió con solvencia los ataques iniciales del Atleti. Seguía oliendo a empate cuando el equipo de las mocitas se apoderó del centro del campo con un ataque romo y sin peligro. 
Falsa fue la falta que pitó Fernández Borbalán fuera del área  y falso el gol del futbolista que la lanzó para que rebotase hasta el fondo de la red. Falso el ambiente que había en la grada, con peleas aisladas entre aficionados de tribunas, anfiteatros y hasta en los palcos de empresa. Todo falso. Como el penalti que solo vio el ínclito Borbalán y la falta previa que únicamente él obvió. Justo cuando el Atleti parecía que empujaba para empatar, al inicio de la segunda mitad tras una primera parte falsa y escuálida, con un Atleti desarmado y un líder jugando con la racanería de un equipo cobarde y sin jugadores de clase. Y aquí, con el 2-0 marcado por el mismo que consiguió el primero de rebote, acabó todo. 

El Calderón estuvo más pendiente de lo que pasaba en la grada. El árbitro comenzó a recibir los aplausos del respetable cada vez que se equivocaba. El partido había muerto y los que nos quedamos entonamos el himno. Nadie creía en la remontada porque ni el equipo tenía cuerpo ni el árbitro lo hubiera permitido. Marcó la estrella vikinga el tercero y le faltó celebrarlo quitándose la camiseta para exhibir su cerebro. Fueron tres pero pudieron ser siete. El Madrid supo sacarnos del partido. Fernández Borbalán ayudó con su penosa forma de interpretar el reglamento. Barra libre para los de la Liga de Tebas, advertencia para los de casa cada vez que se le pedían explicaciones para intentar entender qué era lo que había pitado.
Falso fue el juego del Atleti, desconocido con tanto atacante y resentido en las ayudas en defensa. Falsos los Cholocambios de Gabi y Torres (los dos de la casa) por Gameiro y Correa para poner aún más pólvora arriba y más soledad atrás.
Cuando ellos tenían el balón y, con el marcador a favor, lo movían alegremente esperando desquiciarnos. No hubo expulsados porque Borbalán perdonó al trigoleador una roja directa tras agresión que decidió saldar con un reparto de amarillas: una para el agredido y otra para el reincidente y nunca bien sancionado agresor. 
No estuvo bien el Atleti, pero yo estuve allí y vi lo que pasó. No me van a convencer, por mucho que lo repitan, porque seguirá siendo falso, que Cristiano Ronaldo fue la estrella, o que el Real Madrid hizo un partidazo. Fueron mejores, sí. Les sonrió la fortuna aliada con un mal árbitro, también.

Y una ultima consideración. Siento mucha pena por los niños del otro equipo de Madrid, por los crías que se alegran con los triunfos (o lo que sean) de la selección mundial de ciervos y que tienen en el pobre Cristiano -el hijo bastardo, el aborto abortado, según cuenta su madre en la autobiografía recientemente publicada- a su ídolo admirado. 
Prefiero perder mil veces a ganar en una noche en falso.

viernes, 11 de noviembre de 2016

...Y en las malas


Real Sociedad 2 - Atleti 0

Queda tan lejos la última derrota del Atleti que hasta parece feo recordar el dolor que nos causaron los dos penaltis de Gabi y Correa transformados por una Real Sociedad que fue superior bajo la intensa lluvia de Anoeta. Pero uno es del Atleti en las buenas y en las malas, en la victoria y en la derrota. Y aunque me ha costado sacar un rato, tenía que escribirlo. Y dejar constancia de que en Donosti este año se lo van a pasar bien. Que Eusebio ha hecho un equipo muy majo para competir para estar en Europa el año que viene. Que el Atleti pecó exactamente de lo mismo que en la derrota anterior, a orillas del Nervión, contra el Sevilla. A saber: no meter la ocasión clara con el cero a cero. Dicho lo cual, y a pesar de los pesares y de que el equipo no estuvo fino, justo es recordar que queda muchísima Liga. Que ya hemos jugado con casi todos los de la parte de arriba. Que confío ciegamente en este equipo. Que en Champions llevamos una trayectoria inmejorable. Que siempre se puede mejorar. Que no debemos mirar a los demás sino seguir a lo nuestro. Y qué coño, que somos el Atleti. ¿Se puede pedir más?

Este fin de semana no juega el Glorioso. Es un buen momento para descansar. Pero no, resulta que el Cholo y su equipo no dejan de fabricar internacionales. Y las selecciones se nos han llevado a unos cuantos por ahí, de excursión. Crucemos los dedos para que no se lesione ninguno y para que este paréntesis sirva para apretar el acelerador la próxima semana y hacer un muy buen partido contra el líder, el otro equipo de la ciudad. Estaría muy bien recortarles tres puntos y volver a honrar nuestros colores por toda la ciudad.

"Jugadores, jugadores, hemos venido a ganar..."

miércoles, 2 de noviembre de 2016

Un puente bien aprovechado


Arrancaba el Atleti el puente de todos los santos, los difuntos, los halloweens y los holywins jugando el sábado contra el Málaga. Tercer lleno de la temporada en Liga y victoria número cien del Cholo en el estadio con más corazón de toda Europa, el Vicente Calderón donde sus 55.000 gargantas celebran esta temporada, en cada partido, las bodas de oro del templo del fútbol. Junto al río, sobre la M-30, en la ribera del Manzanares, donde se da cita el Madrid más castizo y popular del mundo.

Yannick 
Lo de Málaga nos será fácil de olvidar. Por el 4-2 con doble doblete de Gameiro (os lo dije desde el principio, se va a hinchar a marcar el francés) y Carrasco (que acaba de ser descubierto por los popes del fútbol patrio y que ya el año pasado venía regateando, corriendo y disparando desde cualquier posición). También por un árbitro al que casi se le escapa un partido de guante blanco de las manos por culpa de dos expulsiones injustas. Primero la de Savic y luego la de un malaguista al que le tocó sufrir la ley de la compensación. Muy malo el trencilla, aunque no influyera en el resultado. El Cholo, como siempre, acertó con el planteamiento. En el debe, los dos goles recibidos por una de las defensas más seguras de la Liga. Eso y que descubrimos que Oblak también es humano. Pudo haber hecho algo más en los dos goles en contra. Tres puntos para seguir a otros tres del líder. El 19 de noviembre, en el Calderón, podremos recortárselos.

A octavos
Acababa el puente el martes con el partido contra un Rostov casi desahuciado de la Champions y con problemas económicos y deportivos. Venían los rusos con una defensa esteparia y el deseo de amargarle la fase de grupos a un Atleti que cuenta, en esta edición, sus partidos por triunfos. Llevaba tres de tres. Y casi lo consiguen los del Rostov que apenas si tuvieron el apoyo de unos cientos de aficionados. El equipo no va bien y, por lo que parece, en Rusia no está la economía tan boyante como en Alemania (los del Bayern vinieron en tromba al Calderón y eran más de 4.000 intentando animar -sin éxito- a los suyos).

Don Antonio
El Atleti estuvo espeso y muy tosco durante los primeros compases. Llegaron los rusos, aunque no con excesivo peligro. Carrasco no metió una que parecía fácil. Al final Griezmann remata acrobáticamente un balón enviado en largo al área que despeja defectuosamente con un cabezazo hacia atrás un defensa ruso. Don Antonio repitió el mismo gol en el último minuto del partido -en el descuento- para romper el empate que el Rostov había puesto en el marcador casi inmediatamente después de su primer tanto. Por cierto, los rusos marcaron tras uno de los escasos errores de Godín al perder la posición. Y es que el uruguayo tiene alma de delantero centro. El partido, según mi hermano, fue de "frontón-fútbol" y el gol de los rusos "fallo de Savic porque Godín está de lateral para que suba Filipe". En cuanto a los goles, los resume en un mensaje de whatsapp: "Los defensas habilitan a Griezmann en los dos goles. La tocan y rebotea Griezmann. Parece que empieza a sonreírnos la suerte". Y no le voy a llevar la contraria a mi hermano mayor, que tiene más años que el Calderón y ha visto más Atleti que ni sé.

El líder
Lo del Cholo merece mención aparte. Ayer, después de un partido coñazo (pero con victoria y clasificación a octavos a falta de jugarse seis puntos) va el tío y dice que se ha equivocado. Que su planteamiento ha sido erróneo y que hemos ganado gracias a sus jugadores que han sabido solventar su error táctico. ¿Se puede ser más grande?

La berrea
Llego hoy al curro después de un largo puente rojiblanco. En Liga seguimos en la pelea, a tres puntos de los primeros que visitarán el Calderón el 19 de noviembre. En Champions seguimos invictos, cuatro de cuatro, y clasificados matemáticamente para octavos. Decía que llego al curro y me suelta un compañero vikingo: "Ahora no dices nada del minuto 93, ¿eh?". Qué pena, Señor. Lo que hay que aguantar. Hoy a animar a mi segundo equipo, uno polaco del que no recuerdo ni el nombre, sólo que tampoco me cae nada simpático. Y el sábado a jugar contra una Real Sociedad que esta temporada tiene un equipo sólido y solvente en el que Eusebio parece haber dado con la tecla.

Vamos, Atleti, vamos.

lunes, 24 de octubre de 2016

El Sevilla fue el Atleti


Sevilla 1 - Atleti 0 

Nada que reprochar a los nuestros. El partido se sabía que iba a ser muy igualado. Vengo diciendo desde el inicio de temporada que este Sevilla se parece cada vez más al Atleti. También había pronosticado que el partido se movería entre el cerocerismo y el uno cero, pero pensaba que la suerte nos acompañaría y que sabríamos aprovechar mejor nuestras oportunidades. Sí lo hizo el Sevilla.

Llovió para los dos. El árbitro pasó completamente desapercibido, incluso cuando le sacó la segunda amarilla a Koke después de habérsela perdonado en una jugada anterior en la que agarró de la camiseta a un rival. Hubo ocasiones en ambas porterías. Ellos tiraron un balón al palo y obligaron a Oblak a emplearse a fondo en dos oscasiones. Nosotros marramos las nuestras con un Correa que cree menos en él mismo que cualquier aficionado del Atleti. O de San Lorenzo. Aún así, seguiremos esperando lo mejor del pequeño argentino.

No estuvo el Atleti eficaz, aunque sí jugó con ese toque y esa paciencia que le exigían algunos al equipo del Cholo. El Sevilla aguantó bien la primera parte a un Atleti que atacaba con Griezmann y Gameiro (incomprensible que los sevillistas le pitaran cuando el Cholo lo cambió olvidando los tres años de gloria que les ha dado y los millones que les ha dejado. En fin, la desmemoria del despechado), con Carrasco y Correa entrando rápidos por las bandas. Aguantó el Sevilla y, en la segunda parte, el Atleti no pudo con el vendaval hispalense. Nos ganaron porque son más fuertes, porque físicamente estuvieron más poderosos y porque no había más que fijarse en la cara de Filipe Luis para ver que no podía con su alma. O ver a Godín y Savic trabajar a destajo achicando balones bajo el diluvio sevillano. Lo mismo que Gabi y Koke. Desbordados. La segunda parte nos metieron atrás y ni siquiera la salida de Torres para sorprender con un balón largo; la de Tiago para sujetar el centro del campo o la de Gaitán para encender la mecha empapada dieron resultado. Esta vez no surtieron efecto los Cholocambios.

A nuestro favor está que llevamos once jornadas y tan solo nos separan tres puntos del liderato. Que ya hemos jugado con los equipos de la parte alta de la tabla, que ahora el calendario será más benévolo. Y que este semana no hay partido en día de diario y podremos recuperar fuerzas, colocar la cabeza en su sitio para no perder la perspectiva (somos el Atleti) y recibir el sábado al Málaga en un Calderón que tiene que jugar como ayer lo hizo el Pizjuán, como lo venimos haciendo desde 1903. Vamos, Atleti, vamos.

Jamaaaaaaás, Jamaaaaaaaaás, te dejará esta hinchada, que en las buenas y en las malas, nunca deja de animaaaaaaar, Vamooooooooos, campeooooooooon...

viernes, 21 de octubre de 2016

No me quiero acostumbrar


Rostov 0 - Atleti 1

Por poco lo dejo pasar. Y no, no me quiero acostumbrar. Que el Atleti juegue Champions parece que ya es algo que nos resulta de lo más normal. Que ganemos a un equipo ruso desconocido a cinco horas de avión y miles de kilómetros de distancia, entre semana, a las nueve menos cuarto de la noche, parece que ya es algo habitual. Como si fuera fácil ser líderes en la Champions con sólo tres goles anotados en tres partidos jugados que nos han valido los nueve puntos, la imbatibilidad y el liderezgo en nuestro complicado grupo de alemanes, rusos y holandeses.

No me quiero acostumbrar, quiero seguir disfrutando de mi equipo en Europa. Aunque sea por la radio mientras baño a las niñas, les lavo la cabeza y les hago los filetes de pollo a la plancha. Aunque sea mirando de reojo el móvil y pendiente de si vibra al tiempo que les cuento un cuento y les canto el Anikuni y el himno del Metropolitano para que sigan soñando. Aunque mi mujer llegue de currar reventada y tenga que esperarme un rato para cenar después de ducharse porque aún no ha terminado en la tele la segunda parte de mi equipo en Rusia.

No me quiero acostumbrar a ganar sin darle importancia al esfuerzo que hay detrás del equipo. No quiero dejar pasar por alto el trabajo de Torres dejándose el alma en cada lance del juego y dejando el balón en franquicia a Carrasco para que el belga vuelva a marcar. No quiero dejar de destacar el silencio ensordecedor de Koke tocando el balón de lado a lado, recuperando junto a Gabi la posesión y buscando el espacio para que Correa, Griezmann, Gameiro, Torres, Carrasco o Gaitán generen esa ocasión que acabe subiendo en forma de gol al marcador.

Porque aunque los medios de comunicación de nuestro país sigan ignorándonos, somos relíderes. En Liga y en Champions. Por delante de las dos selecciones mundiales con las que nos disputamos estas dos competiciones (y la Copa). Y no me canso de repetir que ahí están los números pero, sobre todo, el juego de un equipo en el que, cada vez más, luchan como hermanos defendiendo sus colores al tiempo que derrochan coraje y corazón. Gracias Atleti por lo del miércoles. No me voy a acostumbrar. No me quiero acostumbrar.

Y el domingo a Sevilla, a seguir demostrando a los que jamás lo van a contar que somos un equipo muy grande y que nunca nos vamos a acomodar. Aúpa Atleti. Siempre.

domingo, 16 de octubre de 2016

Un día perfecto (o casi)

 
El Calderón volvió a lucir espectacular en una nueva celebración de sus 50 años. (Foto: José Tamayo)

Atleti 7 - Granada 1

Salió el sol en un Madrid que recién había estrenado el otoño. Parecía que iba a ser el último día del año para ejercer de domingueros por las sierras cercanas. Jugaba el Atleti, era el día de las peñas, yo había regresado de una semana trabajando fuera, el equipo llevaba quince días sin competir. Había ganas de sol, ganas de familia, ganas de Atleti. Decidí probar a juntar los tres factores a ver qué salía.

Hice unos cuantos bocatas, vestí a las crías con la rojiblanca ("pero con el pantalón también, papá"), quede con mi hermana y mi sobrina la pelirroja y nos fuimos al río, al Manzanares auténtico, el que han recuperado abriendo las represas y dejando que la flora y fauna autóctona regrese al sur de la ciudad, al gran parque lineal, a orillas del Vicente Calderón.

 
Con mis hijas y mi sobrina en El Manzanares, junto al estadio Vicente Calderón.

El día de las peñas ya no es lo que era. Cuando el Atleti vivía en los años a. de C. (antes de Cholo) solía ser un partido nefasto en el que nos daban para el pelo, nos untaban los morros, empatábamos o perdíamos ante un rival supuestamente asequible amargando el viaje de vuelta en el bus a los peñistas venidos de toda la Comunidad y de todo el país. En esta nueva era que comenzó hace cuatro años y medio, en los años d. de C. (después de Cholo) el día de las peñas es una alegría en la grada, en el campo y -este sábado- en el marcador.

Empezó el partido con un tifo patrocinado por esa cerveza rica de la que presumimos en Madrid y que hasta hace nada y menos se fabricaba en los aledaños del Calderón. Ahora sólo se consume. 55.000 banderas rojas y blancas agitándose en la grada coincidiendo co. La salida de los jugadores al tiempo que entonábamos el himno del Glorioso. Las crías estaban encantadas. Fiesta total.

 
El tifo visto desde el primer anfiteatro del fondo sur.

El Atleti, líder en Champions, rival del Guijuelo en Copa y Cholíder en la Liga, se enfrentaba al colista de la competición de la regularidad, el Granada, que estrenaba entrenador. A los 25 minutos, con un Atleti que parecía sufrir el virus FIFA, encajamos un golazo de película. Cuenca recibe -tras falta no pitada sobre Godín- controla con un toque y sin que el balón llegue a botar, la empalma lejos de Oblak, a la escuadra. Si lo marca uno con gomina, pelo tintado o tatuaje pintón, es un gol de portada. Pero el ex-azulgrana juega en el Granada. Y no, nadie pensó que volvíamos a tiempos pasados. El Calderón se puso en pie y animó confiado en la remontada. 

Carrasco metió el primero tras varias acometidas del Atleti. El equipo y el estadio se habían arremangado y todos dábamos lo mejor de nosotros mismos para darle la vuelta al desaguisado. Después de varios rebotes propiciados por el cazamoscas que tenían los nazaríes bajo palos, el belga zumba un zapatazo que pone el empate en el marcador y enardece a la hinchada. Después, en el límite del descanso, la fortuna de alió con nosotros y Carrasco volvía a marcar tras un disparo que rebotaba en la pierna de un defensa para alejar el balón del portero que acabaría masacrado.

No era partido de bocata. En el descanso echamos de menos a nuestros vecinos de abono. A Darío (a ver si empiezas a portarte mejor para que tu padre no te deje sin Atleti), a Fran (que esperamos se recupere pronto del todo y no haga coincidir más eventos con partidos como estos) y a Raúl y Loli que andaban por el palco, rodeados de veteranos y celebrando los 25 años De la Peña Villaverde. 

La segunda mitad fue el festival del gol. Cinco marcó el Atleti en la portería del fondo norte. Otro de Carrasco tras jugadón espectacular de Griezmann ganando la línea de fondo. Dos de Nico Gaitán que salió por Gameiro. Otro de Correa que no paró hasta que marcó y uno de Tiago que había salido para dar descanso a un Koke discretamente genial. No puedo menos que citar a Juanfran en uno de los partidos grandes del alicantino. Tremendo en banda poniendo balones. Lo de Filipe, como lo de Godín y lo de Savic, ya no es ni noticia. Lo mal que nos están acostumbrando los de ahí atrás. Pero sin duda, una vez más, el mejor fue el Cholo. 

El día, como apunta el título, fue casi perfecto. Solo faltó que marcara Torres. Bueno, que marcara Torres y que ganara el Betis. Pero no se puede tener todo.

Ahora a competir contra los de la estepa rusa, ucraniana, o de donde lejísimos sean esos chavales del Rostov que, si jugasen contra el otro equipo de Madrid, serían peligrosísimos. Pero como juegan contra el Atleti son fáciles y no deberían estar en Champions.

En cuanto a los siete goles siete del Atleti el sábado, quería dejar aquí este apunte de la Wikipedia:


  1. Los siete días de la semana.
  2. Las siete notas musicales.
  3. Los siete pecados capitales.
  4. Los siete mares.
  5. Los siete brazos del candelabro judío.
  6. Los siete sabios de Grecia.
  7. Los siete sacramentos.
  8. Las siete Maravillas del Mundo.
  9. Los siete enanos de Blancanieves
  10. Los siete samuráis
  11. Siete años en el Tibet
  12. Los siete magníficos
  13. Los siete libros de la diana
  14. Las "siete virtudes" del Bushidō
  15. Los siete dones del Espíritu Santo.
  16. Las siete partidas de Alfonso X el Sabio.
  17. Los 7 arcángeles.
  18. Las 7 vidas del gato.
  19. Las siete bellas artes.
  20. Los siete colores del arco iris
  21. Las siete esferas del Dragón
  22. Setenta veces siete.
  23. Los siete cielos del islam.
  24. Siete los dolores de María.
  25. Los 7 días de la creación.
  26. Las 7 plagas de Egipto
  27. Las 7 parejas de Noé.       
  28. Los siete al Granada, como en el 42.


jueves, 29 de septiembre de 2016

Tocando el cielo con los pies en el suelo


Atleti 1 - Bayern 0

Dice mi hermano que el Calderón de Champions no se parece al Calderón de Liga. Que se nota que viene mucho atlético de fuera con ganas de fiesta, con ganas de animar, con ímpetu renovado y sin los vicios que provoca el tener el Atleti tan cerca, tan a mano, tan de ir en metro o dando un paseo. Y creo que tiene toda la razón. Y que, además, le pasa lo mismo al equipo. Nada que ver el Atleti de Champions con el de Liga. Pero nada de nada.

La previa

Ayer la noche se presentaba tranquila. Era el primer partido en casa de esta competición que tenemos clavada como una estaca en el corazón. Nos estrenábamos después de haber conseguido los primeros tres puntos en un gran partido de estrategia y pundonor en Eindhoven, ante los holandeses del PSV. Y enfrente teníamos al todopoderoso Bayern teutón, un equipazo con más estrellas que el escudo de la Champions y que ahora entrena Ancelotti, el italiano que nos ganó la final en la prórroga de Lisboa tras empatarnos en la prolongación del descuento.

Ya les habíamos ganado el año pasado cuando el entrenador era Guardiola y Saúl se inventó uno de los mejores goles de la competición. Hasta aquí nada nuevo. A mí, ya digo, me valía con puntuar. Me valía con un empate. Mucho más después de oír a los del megaequipo bávaro declarar que a ellos también les parecía un buen resultado salir con un punto del Calderón. Esto, ya digo, pensaba hasta las 19:30 que quedé con mi hermano y con mi amigo Alberto. Ahí la cosa cambió. Y, de repente, se me metió muy dentro que íbamos a ganar 2-0. No sé si fue el ron, la cerveza o fruto del ambiente previo que se monta en torno al Vicente Calderón (cómo lo vamos a echar de menos).

Al entrar al estadio nos encontramos enfrente, en el primer y segundo anfiteatro del fondo norte, nada menos que ocho "cuadrados" (sectores) de aficionados bávaros, teutones, "comesalchichas", alemanes que deben de andar sobrados de guita y con facilidad para pedir el día libre. Os recuerdo que ayer era miércoles y el partido a las 20:45. Me cuesta entenderlo, aunque me encantaría tener su misma disponibilidad económica y horaria. 


Intentaron los muniqueses entonar algún cántico sin éxito. Cada vez que se ponían a ello les tapaba un Calderón enloquecido a una sola voz. Impresionante -otra vez- el ambiente de Champions -una vez más- en la grada de ayer -y van enecientas-. El campo no dejó de animar. Hoy he desayunado ponche con yema de huevo para recuperar la voz. Tremendo.

El partido

Hacía tiempo que no veía un Atleti igual. Es más, no recuerdo haber visto un partido tan completo al equipo como el de ayer noche. Casi todo lo hicieron bien. Casi todos jugaron a un altísimo nivel. El equipo era un engranaje perfecto en defensa y un auténtico puñal en ataque. Las ocasiones se sucedían y se veía que acabaríamos por marcar. Desde el inicio nos fijamos en Carrasco. Era el más flojo. Perdió hasta cinco balones ante nuestra desesperación: "está blandito", "no está en el partido", "parece un flan" comentábamos en la grada. "Ya sabemos quien va a marcar", bromeé con los de la Peña Villaverde. Y ¡zas! Carrascazo al canto. Aunque a decir verdad, antes de que soltase un latigazo ajustado al interior de la base del poste, todos le gritamos indicándole que pasara el balón a un Fernando Torres absolutamente solo y desmarcado. Menos mal que la bola entró. Golazo del belga que había sido el más flojo en defensa. Golazo de un futbolista que ya había avisado antes con un zurriagazo que sacó Neuer en una parada de mucho mérito -aunque la de Oblak lo fue mucho más por encontrarse el rematador mucho más cerca de la portería-. De Torres no digo nada porque no hay adjetivos suficientes para el partidazo que se marcó ayer el de Fuenlabrada. Pero es que todos estuvieron inconmesurables: Oblak, Juanfran, Savic, Godín, Filipe Luis, Saúl, Koke, Gabi, Carrasco, Griezmann y el Niño. Todos. También Gaitán, Gameiro y Thomas el rato que jugaron. Gracias, Cholo. 

En el descanso no apetecía ni cenar. Y eso que había traído chapata rellena de jamón con tomate y aceite (gourmet clásico de las noches de Champions). Estábamos empachados de fútbol del rico y nos estábamos metiendo un atracón de salchichas. Los 4.000 bávaros no sabían si cantar, beber, comer, seguir frotándose los ojos o sentarse, disfrutar y aprender. Mi miedo era saber si en la segunda parte el equipo sería capaz de mantener la concentración, la intensidad y el toque de balón. Y lo hicieron. Incluso mejor.

La segunda parte fue más de lo mismo, incluso con un Atleti más confiado, más seguro, más afilado y afinado. Ancelotti hizo cambios para proteger a los que tenían tarjeta y evitar que fueran expulsados (el árbitro no fue rígido y les perdonó la segunda amarilla a Thiago, a Müller, a Vidal y a Boateng) y pensando en fortalecer el centro del campo y tirarse un poco más al ataque. Filipe recortó en el área rival y el chileno Arturo Vidal le arrolló como un trolebús: penalti de libro. 

Griezmann lo volvió a estrellar en el larguero. Es el segundo en un partido de Champions. Esta vez no fue decisivo. Quizá el único punto negro del partido. Mi pregunta es ¿por qué coño no los tira Koke? ¿O Gaitán? ¿O Gabi? ¿No hay ningún especialista en el equipo? Me toca mucho los huevos el rollo de los protagonismos particulares, el hecho de que Gameiro declare que ha venido al Atleti para que Griezmann gane el balón de oro, o la bota de chicle o la madre que parió a Panete. Esto es un deporte de equipo. Si alguno quiere estar por encima del grupo, que cruce la acera. Lo mismo pienso de las celebraciones ridículas rodeadas de márketing y soplapolleces. Griezmann es muy bueno, un grandísimo jugador. Espero que no se 'ronaldice' más o acabaré cogiéndole el mismo repelús que al portugués. Respiro. Vuelvo a respirar. 

Un último apunte. El árbitro polaco descontó más de cinco minutos permitiendo a los alemanes rematar a puerta una última vez. Mal el colegiado alargando más de lo necesario y mal el Atleti desquiciado con el descuento y permitiendo el cabezazo final. Dicho lo cual, partidazo histórico, liderazgo, seis de seis y a pensar en el Valencia, en las pantallas gigantes, en los 50 años de Vicente Calderón y en el 'tocomocho' de la Peineta. El lunes tengo cita para elegir asiento. En fin, que no quiero dejar de disfrutar el momento que estamos viviendo, pero que tampoco quiero olvidar quienes somos y dónde estamos. No nos volvamos locos, somos el Atlético de Madrid, un equipo al que el Cholo ha devuelto la gloria que los dueños ilegítimos no le podrán robar. 

Dale, dale alegría a mi corazooooooooooón, la Liga de Campeones es mi obsesiooooooooón.


lunes, 26 de septiembre de 2016

Ganar enfadado

 
Atleti 1 - Depor 0

Con el juego del Atleti me pasa como con el vino, que no soy enólogo pero sé cuando me gusta y cuando no. Y que llevo mucho trasegado, también es verdad. Pues eso, que ayer no me gustó. Quitando los tres puntos, nada de nada.
Primero declaran el partido de alto riesgo, y pienso que sus motivos tendrán, pero estoy seguro de que esto solo sirve para darle el protagonismo y la razón a los violentos. No vino nadie de A Coruña. Al menos organizados. 
Después el horario chino de las 16:15, otra vez. Que uno no sabe si tomarse un café por la hora o una cerveza por el calor. El chupito acaba siendo la mejor opción.
Y de remate una primera parte para olvidar. Auténtico fútbol horror, fútbol error, nadismo sobre el césped. Y es que los primeros 45 minutos nosnlosnpodiamos haber ahorrado. En 20 minutos el Atleti se quedó sin Augusto Fernández (ojo al chaval que se pierde toda la temporada porque ha sido lesión gorda de rodilla) y a Giménez, que estará tres o cuatro semanas con un desgarro muscular en el muslo (desgarro o esguince?).
Los dos se lesionaron en el centro del campo, lo que da una idea del partido. 
Y antes de que acabara la infumable primera parte el árbitro, Gil Manzano (con esos dos nombres solo se podía esperar de él un atraco triste) expulsa, por fin, a un deportivista por doble amarilla. Y es que el cucaracha de Gil Manzano (en los nombres lleva el insulto) dio barra libre a los gallegos que, en vez de ir a las urnas, iban al tobillo. La madre que los parió, especialmente el 10, un Diego Costa marrullero y tocahuevos que desquició a Giménez aunque no pudo con Lucas no con Godín.
En la segunda parte, contra diez, el equipo de confió y buscó exageradamente y hasta la saciedad a Griezmann para que marcara o marcase, olvidándose de que el tiempo corría y de que aún íbamos empate a cero. Desquiciante. Como si el resto del equipo no pudiera marcar. Incluso estando en mejor posición que el francés. Y al final, marcó. Hizo su penosa celebración y el Atleti se puso a especular. A tocarla en el medio, a no querer rematar a un Depor que estaba desorientado. Y al final del partido los gallegos tuvieron el empate en una doble ocasión. En fin. 
No puedo dejar de nombrar a Lux, el portero deportivista tuvo dos intervenciones de mucho mérito. Una a trallazo de Carrasco a la escuadra que sacó con una mano firme y otra a remate de Correa cambiando la dirección del balón en sus narices que tapó volando y haciéndose gigante para impedir que entrara el balón.
Del resto me quedo con el compromiso de Gabi que salió por Augusto y estuvo entregado en defensa. Con las ganas que tiene Godín de marcar un gol y con la solvencia y seguridad de Lucas que salió por Giménez. 
El cholocambio no gustó (quitó a Carrasco y sacó a Gameiro cuando Gaitán estuvo mucho peor) pero volvió a funcionar. El Cholo movió el banquillo y el Atleti movió el marcador.
Y hasta aquí lo de ayer. Cabreado, con tres puntos, la resaca propia del mal vino que te deja pastosa la boca y revuelto el estómago, pero con la alegría de los tres puntos que da el alcohol.
Ahora a descansar para el miércoles. Contra los alemanes habrá que darle a la Mahou. Les vamos a ganar hasta en lo suyo, hasta en beber cerveza.

Ale, ale, forzar Atleti aleeeeee.

jueves, 22 de septiembre de 2016

Los 'Cholocambios', otra vez


Barça 1 - Atleti 1

Qué grandes se ven los futbolistas en mi tele nueva. Y con qué definición. Hasta la tinta de los tatuajes se distingue nítida, lo mismo que las briznas de césped en el balón y las venillas rojas en el blanco del ojo a consecuencia del sudor. Lo que no se vio en mi tele nueva fue al Atleti avasallador y poderoso que se apropió del balón, del campo y del partido en las últimas actuaciones ligueras contra el Celta (0-4) y el Sporting (5-0). Y no se vio porque el Cholo, que es más listo que todos nosotros, que vive de su trabajo -apasionadamente, eso sí-, que entrena con los muchachos y sabe quién está bien y quien regular, quién tiene el niño malo y quién se está separando, quién necesita unos minutos y quien lo va a dar todo, el Cholo, decía, sabía que enfrente estaba una de las dos selecciones mundiales del orbe balompédico y que si salía dando la cara igual se la partían. Y entonces sí que no habría quien aguantase la berrea de los cérvidos y los ramalazos blaugranas que asomaron la patita -y el colmillo- en las redes sociales durante toda la primera parte.

El Cholo, que es el mejor entrenador del mundo desde que llegó al Atleti, dispuso a los chicos en modo búnker para repeler las acometidas de una delantera de tres futbolistas que valen 300 millones. Y el sistema funcionó como un reloj de precisión suizo. Ver al Atleti defender es también una maravilla. Las ayudas, los apoyos, cómo cierran, cómo se juntan, cómo se cubren... un espectáculo táctico con unos jugadores de altísimo nivel técnico. Aunque para los forofos como yo es peligroso. Se genera un estado de nervios tal que estoy continuamente al borde del ataque al corazón. En el minuto 40 un gilicórner de los de Luis Enrique le llega en corto a Iniesta (partidazo de este tío, no sé cómo no le hemos fichado ya, coño) que pone un balón entre Gabi y Savic en la misma cabeza de Rakitic y sin posibilidad para que llegue el cada vez más impresionante Filipe Luis a impedir el remate, ni al espectacular Oblak a detener el balón. 1-0 y a la caseta.

En la segunda parte la película cambió por completo. El Cholo sorprendió. Y la suerte, en forma de lesiones de Busquets y Messi, se alió con nosotros. Todo pasó en un minuto, el que va del 59 al 60. Se retiran los dos azulgranas por lesión y Diego Pablo hace sus Cholocambios: Salen Gameiro y Saúl para que entren Correa y Torres. En el primer balón que les llega el de Fuenlabrada se inventa un pase que deja a Angelito "corazón" Correa frente a Mascherano al que deja cosiéndose los riñones mientras encara a Ter Stegen para ponerla pegadita al palo donde no llegaría ni aunque se repita la jugada cien veces. Empate y a seguir presionando arriba sin desatender la defensa. En resumen, palizón de todo el equipo que se vio reflejado en un Griezmann defiendiendo con uñas y dientes, en un Filipe descomunal, en un Godín poderoso, en un Juanfran incansable, en un Koke, en un Gabi, en un Saúl, en todos y cada uno de los que ayer salieron a competir sin miedo al otro equipo multinacional que juega en la Liga de Tebas, la del Santander, la de los millones, la que nos tiene hasta los cojones. Porque sí, es verdad que mi tele nueva se ve que lo flipas, pero a las 22:00 ya estaban las niñas durmiendo y a las 23:15 tuve que gritar en bajo el gol de Angelito. Porque acabar de ver el partido a las doce de la noche de un miércoles laborable tiene muchos huevos.

El balance es positivo. Un puntito en casa de uno de los dos monstruos es un buen botín.Ahora a centrarse en el partido del domingo. A las 16:15 otra vez. En casa. Contra el Dépor. A aguantar las estúpidas bromas sobre ríos, ahogados y demás gilipolleces de delincuentes que escudándose en el fútbol logran pasan a la posteridad. Y que no aprendemos. En fin...

Vamos, Atleti, vamos.

sábado, 17 de septiembre de 2016

Mano de Cholo

 

Atleti 5 - Sporting 0

No sé en cuantos campos de fútbol los aficionados le cantan cada partido a su entrenador. En el nuestro es lo habitual desde hace seis años, desde que el Cholo Simeone se encontrase con un equipo moribundo y lo convirtiese en lo que somos hoy, en lo que nunca debimos dejar de ser, en un equipo que derrocha coraje y corazón, en un equipo campeón.
Llevábamos toda la semana escuchando gilipolleces sobre contratos que los delincuentes del palco, los dueños de la SAD, no han querido aclarar. La prensa (o lo que sea) del duopolio y la Liga de Tebas nos han estado dando la matraca con el temita. Que si el Cholo se va, que si acorta el contrato, que si molesta mucho, que si lo que interesa es que Barsa y Madrid estén arriba y no venga este capullo a jodernos. La respuesta del Calderón, otra vez, ha sido aclamar a su entrenador. Ya digo. No sé en cuantos equipos el entrenador es el auténtico ídolo de la afición.

El partido, en horario chino, se puso de cara pronto, muy pronto. A los cuatro minutos ya íbamos 2-0. Los que se quedaron a apurar la copa del café se perdieron el primero de Griezmann tras jugada de Gameiro y el de Gameiro tras jugada de -sí, una vez más- el propio Gameiro. Por cierto, golazo. Y un alivio para él y para todos. Recibe, regatea y la clava en la escuadra desde un lateral del área por encima del portero. Ya dije que se va a hinchar. La conexión gabacha adelante nos va a dar muchas alegrías. Muy buen partido de los dos transpirenaicos.
Antes del descanso Griezmann ponía el 3-0 con un zapatazo desde fuera del área. Parece que este año no nos cuesta tanto disparar y ya no hay que intentar meterse hasta la raya para marcar. Muy buena noticia.
El Sporting no existió. La mareona estuvo escasa y poco bulliciosa. Supongo que el horario asiático no ayuda para los desplazamientos. Una pena. El Sporting y lo de cargarse el fútbol de los aficionados. A cambio la LFP y la televisión que tiene lis derechos, montaron una cámara suspendida con cables por encima del césped. Al más puro estilo norteamericano. Lástima de balonazo. Puto fútbol negocio.
En la segunda mitad el Cholo hizo sus cambios apelando a la psicologia y las emociones del aficionado. Se quedó en el vestuario Carrasco y dio salida a Augusto. Poco después, viendo que el personal se aburría, premió a Griezmann con una ovación y su cántico para dar entrada a Fernando Torres con el consiguiente delirio del personal. El Niño correspondió marcando el primer balón que tocó tras un jugadón de Filipe "Maricarmen" Luis, y pase de Correa, que había salido poco antes por un Gameiro que se dejó todo en el campo.
El Sporting seguía si dar señales de vida (aunque me gusto mucho el 17, más en la primera parte que en la segunda). 
Y cuando el partido agonizaba Gaitán hace un jugadón que acaba en un penalti de libro. Ojo porque en cuatro jornadas de Liga nos han pitado el doble de penas máximas a favor que en las 38 jornadas de la temporada pasada. Parecía que lo iba a tirar Koke, desde la grada se pedía que lo hiciese Godín para premiar el jugadón anterior en el que se había plantado en el área rival después de driblar, correr, desmarcarse y dejarle a Correa medio gol que el joven argentino no supo o no pudo marcar. Al final fue Torres el que se hizo con el balón. Gol. Cinco cero.
A ver ahora qué nos cuentan los que están deseando que el Cholo se vaya porque es muy defensivo, muy violento, no mete goles y no favorece el espectáculo.
 El miércoles visitamos el Nou Camp en el que gsnó el Alavés. Ojalá Torres, Gameiro y Griezmann vuelvan a marcar. 

Hasta la muerte, Atleti hasta la muerte...

miércoles, 14 de septiembre de 2016

Gol, tres puntos y a la Liga

PSV 0 - Atleti 1

Comenzamos ayer en Eindhoven, en el estadio de las bombillas y electrodomésticos de Philips, nuestra andadura hacia Cardiff. Y no pudimos empezar mejor. Victoria, portería a cero y tres puntos. Incluso los primeros minutos fueron un deleite y un homenaje a este deporte. Lástima que Valdano y sus circunloquios perifrásticos plagados de pleonasmos americanismos y pedanterías balompédicas me jodieran un comienzo de partido que, ya digo, fue una auténtica maravilla de los nuestros, de los rojiblancos que iban de negro con pantalón amarillo... los que iban de rojiblanco eran los holandeses que marcaron en su primer tiro a puerta después de una falta en el área que para sorpresa de todos, esta vez sí que vio el árbitro de cartón piedra que la UEFA ha puesto en las áreas. Aunque, supongo que para compensar, también vio un no penalti de Giménez en la misma área cuando se había cumplido el minuto 45 de la primera parte y Saúl ya les había endosado un gol por insistencia, remate tras remate y tras previo remate del joven uruguayo contra el cráneo de un holandés al que dejó ensangrentado cual Cristo en vísperas de la fiesta de la Exaltación de la Cruz -que es hoy-.

Andrés Guardado, el mexicano que tanto le gustaba a mi hermano cuando jugaba en el Dépor y en el Valencia, se encargó de lanzar. El esloveno maravilloso que tenemos bajo palos y al que rara vez se le ve detener una pena máxima se encargó de que recuperásemos la fe en él también en esta suerte. Y es que... oblí, Oblak, cada día te quiero más, obli, obli, Oblak, Oblak...

Nos fuimos al descanso con los deberes hechos y con una sensación muy buena. El partido no podía tener más emoción y a los jugadores no se les podía pedir más compromiso. Lo habían dado todo. O eso creía yo hasta que comenzó la segunda parte. Impresionante el equipo. El compromiso de todos con todos. Filipe Luis llegando hasta la línea de fondo, Juanfran dándolo todo, Giménez cortando balones muy complicados y comprometidos con limpieza, Godín subiendo y bajando en plan mariscal de campo. Gabi, a pesar de la tarjeta, mandando y organizando. Gaitán demostrando que el Cholo le ha enseñado a defender con uñas y dientes. Saúl y Koke en su mejor versión, como las figuras que son. Recuperando balones, ofreciéndose, ofreciéndolos, recibiendo y rematando. Muy buen partido de nuestros dos chavales. Y arriba, aunque seguimos sin puntería, haciendo todo bien Griezmann y Gameiro (el día que comiencen a entrarle, se va a hinchar. Y es la cuarta vez que lo escribo esta temporada en la que llevamos cuatro partidos).

En la segunda parte, con el derroche de coraje y corazón, y pensando también en lo larga que es la temporada y en que el sábado a los postres jugamos contra el Sporting por última vez en el Calderón, el Cholo quitó a Gaitán, a Gameiro y a Saúl para dar entrada a Tiago, Carrasco y Torres. El portugués se lesionó y tuvimos que jugar con diez los últimos minutos. No he oído ni leído nada del alcance del golpe. Cruzo los dedos. Carrasco estuvo en su línea: vertical y chisposo, pero sin precisión en el último regate, en el último pase. Y a Torres no le llegó nada decente aunque cumplió fijando a los centrales y esperando ese balón largo para correr que tanto le gusta.

Muy bien el Atleti en Champions. Gol y tres puntos. Ahora a esperar a los bávaros junto al río para seguir sumando. Pero antes, el sábado a la hora del café, recibimos a los terceros, al Sporting, a un equipo que está en Champions y que aún no ha perdido ni un partido. Y no es coña, que pinta muy bien el equipín de los del Piles, de los del culo 'muyao' de mi querido Xixón del alma.

Vamos, dale Atleti, te sigo a todas partes, yo te quiero...