domingo, 4 de diciembre de 2016

Así no; y gracias

 

En Badajoz todo era clásico. Dos de mis compañeros vikingos querían verlo. Mala suerte, a esa hora había que trabajar. Grabábamos en una lavandería industrial con 60 trabajadores. Solo había una mujer del Atleti, Cristina. Nos hicimos una foto y echamos unas risas a costa de la vikingada porque nosotros jugábamos a las nueve menos cuarto y si podíamos ver el partido. Y lo vimos. El partido, digo, porque fútbol apenas hubo.
Demasiado homenaje al sobrino de la Faraona al que ahora recordamos con cariño por aquellos dos títulos europeos del 2010 y la final de Copa que perdimos cantando. Ya digo, demasiado premio para el entrenador rival al que hacemos sentirse como en casa. Pero los del Atleti somos así, exagerados para todo. Y no es excusa.
El Espanyol, más rojiblanco que nunca, con Leo Baptistao arriba, Jurado controlando la bola y Reyes en la recámara se posicionó muy bien atrás para esperar su ocasión. Tuvo dos. Oblak dejó la portería a cero con sendos paradones de auténtico porterazo.
El Atleti se atascó. No había modo de entrar. Koke y Carrasco no están en su mejor momento. Gabi y Tiago, viejos conocidos de Sánchez Flowers, estuvieron maniatados todo el partido. Arriba los franceses no rascaban una. Y atrás, con Giménez, ganamos en ilusión y en ímpetu lo que perdemos en precisión y salud mental. No sé si merece la pena.
Hubo Cholocambios. Y no funcionaron. O no del todo. Salieron Correa, Gaitán y Saúl para que el Atleti acabase de encerrar a los pericos en su área. Los Díez últimos minutos fueron un chaparrón de ocasiones rojiblancas. Algunas muy claras. Pero el mejor arriba fue Godín, para que nos hagamos una idea. No fue el día de Griezmann, ni de Gameiro. Y a medida que llegaba el final, con cuatro minutos de descuento, echaba de menos más y más a Fernando Torres que estaba sentado en el palco pero, sobre todo, echaba de menos ese cabezazo de Raul García que nos daba el gol, los tres puntos y la excusa perfecta para olvidar partidos con tantos desajustes y tan poco fútbol.

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