domingo, 17 de diciembre de 2017

Pero estáis eliminados de la Champions











Atleti 1 - Alavés 0

“El Atleti está fatal”. Esa es la conclusión que uno saca escuchando radios, viendo telediarios y leyendo prensa de la que se autodenomina sería y de la otra, de la deportiva. “El Atleti no juega a nada”. Y te lo suelta en el ascensor un vecino que asoma los cuernos al sol, en el trabajo una compañera que no ha ido en su vida a un campo de fútbol y en la cola del Mercadona una señora con zapatillas de andar por casa ataviada con el chándal de la multinacional incolora en rosa chillón. 

Y claro, el que no tiene la oportunidad de ir al Metropolitano, o de ver todos los partidos del Atleti, acaba creyéndose que este es el peor año del Cholo, que en el nuevo estadio no hace frío y que el Frente Atlético y los aficionados no increparon ayer al peor presidente que ha tenido el equipo en sus 114 años de historia. Eso sin contar que sigue sin llenarse el campo y que, debido al exceso de zona VIP, nunca se llenará. Pero sigamos con el fútbol. No hablamos de negocio, ni de pasión, sino de competición. 

Ayer el Alavés hizo una gran primera parte. Si juega así lo que resta de temporada el año que viene volverá a Europa. Sólido en defensa y muy rápido al contraataque. Ayer el Cholo volvió a dar una lección de fútbol. Tras una primera parte de atasco en el centro y sin llegadas claras, dejo en el vestuario a Thomas y dio salida a Correa en la segunda mitad para que inventase algo. Y se notó. Pero no era suficiente. En nuestro sector ya se pedían los Cholocambios. Y como si le hubiéramos parido. Torres y Carrasco por Saúl y Gameiro. Sí, por Saúl. Raro. Pero el Cholo los conoce mejor que nadie. Volvió a acertar. 

El hombre sin vocales y sin explicaciones, el misterioso balcánico de la banda derecha, nuestro “Venancio” sin lesionar y a medio vender, se vuelve a sacar otro balón desde la banda como el del Benito Villamarín. Torres hace de nueve y se estira como la madre de Los Increíbles. Gol. Éxtasis. Porque en el Calderón o en el Metropolitano los goles del Atleti son una explosión pero los de Fernando José Torres Sanz son un regalo de Dios, una epifanía, la exaltación del amor.

Y así salimos del congelador cubierto en el teso del  páramo, a orillas de la M-40. Con una sonrisa de oreja a oreja. Con otro uno cero de esos que tanto joden. Con gol del cojo, el acabado, el que nunca quiso fichar por el lado oscuro y fácil de la vida. Segundos en Liga. Contradiciendo el discurso oficial. Molestando. 

Llego a casa, enchufo el móvil y leo incrédulo: “Pero estáis eliminados de Champions”. Y me sobrecoge una ternura... criaturitas.

Aúpa Atleti. Siempre.

miércoles, 6 de diciembre de 2017

A la mierda



Chelsea 1 - Atleti 1

A la mierda la Champions. Se acabó. No hemos pasado la fase de grupos. El Chelsea al que empatamos ayer y que nos ganó en el último suspiro en el Metropolitano fue segundo de grupo. La Roma que se nos escapó viva en su casa, arañándonos un empate sin goles y a la que superamos con poderío en casa, esa Roma que no nos ha podido vencer, fue primera de grupo. Porque empatar dos veces contra el desconocido e inolvidable Qarabaj tiene este merecido castigo. A la mierda la Champions.

A la mierda de la Europalí (el Gabitán dixit). Una Europalí que, para los del calentón excusable post partido, para los de nuevo cuño y para los de frágil memoria, nos ha dado mucho. Sin ir más lejos nos devolvió a la senda de los títulos europeos casi medio siglo después, en 2010. Y luego repetimos en 2012. Curiosamente los mismos años en que nos convertimos en súpercampeones de Europa sin haber ganado la maldita Champions. Que somos únicos también en estos asuntos de ganar Intercontinentales sin campeonar en el continente. 

Al poco de caer eliminados los vikingos asomaron sus cuernos recordándome que este año no nos podrían eliminar. Otros me pedían un análisis comparativo de presupuestos con el Qarabaj. Y aunque me da mucha pereza dedicarles un segundo de mi vida, les volví a explicar que somos únicos, especiales, invencibles en la derrota, orgullosos de ser, no de estar. Les recordé que el premio es ser del Atleti, que lo otro sólo son títulos. Que como bien dice el Cholo, “para motivarnos no necesitamos una competición o un trofeo, para motivarnos nos basta la camiseta rojiblanca”. Y sé que no lo pueden entender, que para ellos el fútbol está unido al triunfo, aunque sea injusto, inmerecido, a costa de ultrajar y saquear al rival. Pero para nosotros, el Atleti es mucho más. El Atleti es un modo de entender la vida. Es elegir el camino difícil, es luchar el doble para conseguir la mitad. 

En el grupo de correo  de Los50 uno enviaba su reserva en Lyon para la final de la Europalí 2018. Otro apostaba on line a que la ganábamos y prometía gambas para todos en la comida de julio. Todos se mostraban jodidos por la eliminación al tiempo que orgullosos de ser del Atleti y del rendimiento de la plantilla. Uno aclaraba que no se trataba del final, sino que ahora empezaba otro camino. Porque lo bueno del Atleti no es que juegue Champions, Europalí, Copa, Liga o el Villa de Madrid. Lo bueno del Atleti es que nos hace sentirnos vivos. Tocar el cielo con los dedos y besar el suelo con los piños. Lo bueno del Atleti es que es real, como la vida misma, no un mundo virtual de triunfos propio de amargados sin nada que celebrar. 

Gracias Atleti por esta mierda de fase de grupos. Gracias porque lo vais a dar todo en la mierda de la Europalí. Gracias por recordarnos que no somos tan mierdas como los mierdas que sí. Gracias porque el sábado en Sevilla podréis hacer feliz a Quique Setién ganando a su equipo por más de uno. Gracias porque seguís imbatidos en Liga, con paso firme en Copa, con posibilidades de volver a ser supercampeones de Europa. Pero sobre todas las cosas, gracias por no ser como ellos, por hacerme ser cada vez más fuerte, por hacerme feliz.

Aúpa Atleti. Siempre

domingo, 3 de diciembre de 2017

Carta de un Filipense



Atleti 2 - Real Sociedad 1

Hermanos en la fe atlética, os escribo como filipense convencido. De los de antes y después del breve error azul. Como agradecido aficionado rojiblanco del trabajo desplegado por Filipe Luis Kasmirski, el brasileño propietario de la banda izquierda del Metropolitano. Un lugar en el que tanto en ataque como en defensa -y a pesar del despliegue físico y táctico de Odriozola y Eusebio- consiguió salir airoso y triunfante (aunque echásemos de menos las ayudas de Koke, de Saúl y de Carrasco). 

Ayer Filipe fue el amo y señor de la izquierda rojiblanca. Fue tal su dominio que se permitió empezar la remontada marcando con la derecha. Es el décimo gol que firma nuestro brasileño, el tercero que le clava a la Real Sociedad de Griezmann a la que el francés acabó de finiquitar en un remate cargado de fe a dos minutos del final.

Se volvió loco Filipe en la celebración, casi tanto como los 50.000 aficionados atléticos (la zona de clientes VIPkingos volvió a registrar una triste imagen) que habíamos visto como el equipo de Ñoñosti nos pintaba la cara durante la primera media hora perdonándonos la vida en tres ocasiones de gol. La de William José solo ante Oblak por encima del larguero nos hizo sentir que no somos los únicos. Fue algo solidario. Un espejo de nuestros delanteros. El gol en un penalti tan innecesario como inexistente (el delantero txuriurdin jamás hubiera llegado a ese balón) fue el revulsivo. El Atleti se puso las pilas cuando vinieron mal dadas. Y empezó el festival de Filipe en ataque. Y las ocasiones falladas por Gameiro y Correa. Otra vez y otra más.

En la segunda parte el equipo parecía otro. Los filipenses dejamos de quejarnos por la falta de apoyos al brasileño en defensa (era un ataque constante de los nuestros). Ellos contraatacaban muy rápido y con mucho peligro, pero nuestra izquierda era un puñal. Filipe volvió a correr la banda y se metió con el balón hacia el centro, en el área, regateó para cambiársela de pie y disparó. Gol. Por fin. El lateral izquierdo era el que marcaba para empatar. 

Luego vino el monólogo de errores del Atleti. Los Cholocambios (Torres y Carrasco por Gameiro y Correa) funcionaron desde la primera jugada en u balón que Torres prolonga por la izquierda a Carrasco para que la ponga al área y Griezmann avise de que vamos a por el partido. Y a falta de dos minutos, el gol, el éxtasis, las emociones del Calderón en un estadio nuevo, a cubierto, con un frío de pelotas y recortando dos puntos al líder que había empatado en casa. 

Y ahí andamos. A seis del Barça, habiendo jugado con todos los de arriba, sin haber podido fichar y pensando en el error azul de Filipe, de Costa, en ese Chelsea al que tenemos que ganar en Champions aunque sabemos que todos los caminos llevan a Roma. 

Los filipenses nunca dejamos de creer. 

Aúpa Atleti. Siempre

jueves, 30 de noviembre de 2017

En las botas de Vietto


Atleti 3 - Elche 0

Empatía es la participación afectiva de una persona en una realidad ajena a ella, generalmente en los sentimientos de otra persona. Meterse en sus zapatos. Ponerse sus botas. 

En el caso de Vietto no es fácil. Un delantero que lleva muchos partidos sin marcar, que tiene pocas oportunidades de jugar y que, cuando juega, lo hace bien pero no ve puerta. Un chico que deslumbro en Villarreal, que nos marcó un golazo en el Calderón y que, desde que llegó al Atleti ha sentido el peso de la camiseta de nuestro equipo como una auténtica losa. Salió hacia Sevilla para tener más minutos con el fin de que recuperase la confianza a base de goles. Pero tampoco. Regresó para estrenar el Metropolitano, el escudo chino, la horrorosa camiseta de rayajos diagonales... pero no porque el Cholo le quisiese, no. Regreso porque alguien en el club no hizo bien su trabajo y nos sancionaron sin poder inscribir a nuevos futbolistas. Y se quedó. Y Simeone trató de rescatarlo para el fútbol. Y el chico vale. Y cuando sale, como ayer contra el Elche, hace todo bien. En defensa es el primero que sujeta la salida del balón. En ataque corre, se desmarca, regatea, pasa y dispara. Pero no marca. Y aunque luche y falle, hay algunos errores que son inexplicables. Ayer, en un Metroplitano con mas público del esperado -en una noche fría, con horario infame, ante un segunda B y con miles de butacas vacías por culpa del doble anillo para los clientes VIPkingos que parte a los aficionados del Metropolitano en dos- Luciano Vietto marró hasta en ocho ocasiones un gol que parecía huirle en jugadas físicamente imposibles de fallar. Especialmente la última, en la que con un 3-0 y doblete de Fernando Torres (muy cerca del triplete si no falla otra tan cantada como esta) el argentino acabó bajando los brazos ante los primeros pitos y risas de los aficionados que habían animado a Luciano -como no dejó de hacer el Cholo- tras fallar las siete anteriores. Había superado al portero. Estaba solo. Sólo tenía que empujarla. Vino un defensa y se la robó. Increíble.


Las redes sociales atléticas (o lo que sea que sean) empezaron a arder con el sarcasmo de los que se ven en octavos y necesitan un chivo expiatorio para verter la amargura de sus vidas miserables. Luciano Vietto fue el elegido para la chanza general. Un futbolista que, supongo, no estará pasando un buen momento. Un profesional que, supongo, querrá hacer su trabajo lo mejor posible para poder seguir viviendo de ello. Un delantero que, supongo, quiere marcar todos los goles posibles para revalorizarse, para sentir el cosquilleo de la fama y el poder que otorgan las masas a los triunfadores. 


Eran inevitables los comentarios humorísticos en la grada con los compañeros de abono. Pero de ahí a pitar a uno de nuestros futbolistas cuando está pasando una mala racha que nos afecta a todos... O reírse de él como si no nos afectar su rendimiento... en fin, que a veces perdemos el norte y no nos damos cuenta de que todo lo que afecte a los que van de rojo y blanco nos afecta a nosotros. Y no se trata de empatía, es puro interés.


Dicho esto, me quedo con las palabras del Cholo sobre Luciano: "Es uno de los que mejor juega, de espaldas, con diagonales, el uno contra uno, elige bien el pase... su posición es ingrata porque si no hace gol hay crítica. Le valoro que no se esconde, que lo intenta, que juega. Malo sería que no esté fino cara al gol y perdiese todas las pelotas. Es uno de los que mejores delanteros que tenemos de cara al juego por eso lo protegemos como hacemos”. Y ojalá siga sumando y marcando mientras sea uno de los nuestros. El resto es filfa.


Aúpa Atleti. Siempre.

jueves, 23 de noviembre de 2017

Torres nos devuelve la fe


Atleti 2 - Roma 0

Hoy las portadas son para un remate acrobático de una estrella del fútbol que, para nuestra desgracia, habla más fuera que dentro del campo. Un golazo en toda regla de Griezmann. Golazo que, oh casualidad, comienza en las botas del mejor delantero que tenemos ahora mismo, el mejor que hemos tenido nunca y el que siempre será discutido porque, oh casualidad, nunca quiso fichar por la multinacional de la otra acera, porque siempre se ha declarado del Atleti y porque nunca ha abierto la boca para protestar por su situación en un equipo en el que ha llegado a ser la última opción de nuestro querido Cholo. Porque Fernando asume que el grupo está por encima de los intereses particulares. Es un hombre de club, de equipo, de dar un pase magistral a Correa por encima de la defensa para que este asista el primer gol en una noche en la que el Atleti volvió a ser el Atleti, Torres volvió a ser titular y el Metropolitano sonó como el Calderón.
Torres, el chaval de Fuenlabrada que ha batido casi todos los récords en el Atleti, en la Premier, en la selección española. Un tipo que ha ganado todos los títulos que un futbolista puede soñar (Mundial, Eurocopa, Champions, Ligas, Copas, Supercopas...) y que ha dejado de ingresar los millones chinos, cataríes o norteamericanos porque a él, lo que más le gustaría en este mundo, es ganar algo en el club donde se crió, donde debutó, donde se hartó de marcar goles para devolvernos a Primera, donde dejó una millonada para que volviésemos a entrar en Europa (con su venta fichamos a Forlán, Maxi y Simao), donde vino como un regalo de Reyes en la presentación más brutal que jamás se recuerde en la historia del club. Un regreso tildado por la apisonadora mediática que no aguanta sus éxitos como el de un jubilado cojo justo antes de marcarle dos goles al todopoderoso Real Madrid de los desprecios. Luego vino lo del gol cien, después que si estaba enfadado aunque jamás saliese una declaración suya contra nadie y contra nada. En fin... que sí, que Torres está muy mal, y es muy mayor, y está cojo y lo que queráis. Pero en el derbi salió y cambió el rumbo del partido generando una ocasión inmejorable que Gameiro no pudo culminar. Y que ayer, por fin, de titular, se dejó los huevos en el campo y no dejó de presionar desde el minuto uno. Que sigue fijando los centrales, generando espacios, creando un peligro inmenso y acojonanado a las defensas rivales. Vale más Torres por la experiencia acumulada y la rentabilidad de sus esfuerzos que cualquiera de los negados delanteros que tenemos actualmente en la plantilla. Ojalá que fueran todos mejores que él. Creo que el propio Torres firmaría por eso. Porque además de ser el mejor profesional, es también el más atlético de todos ellos.
Hoy las portadas son para el que más cobra y menos rinde, para el que sale siempre de titular y celebra los goles vendiendo champú o echándonos en cara que juega cuando le sale de las pelotas, que para eso es la estrella. Hoy los que no ven más de dos partidos al año del Atleti se vuelven locos hablando maravillas de Antoñito y hasta de su paisano Kevin tras un primer tercio de temporada para meterles en la cárcel por estafa. Y de Torres, ni una línea. Del nueve del Atleti, nada. Del que ayer tuvo en jaque a la defensa y consiguió abrir la lata, nada de nada. Porque jamás le perdonarán su militancia atlética, su antimadridismo, su señorío y elegancia. Su fútbol de equipo sin estridencias.
Mención especial merece el Cholo con su sorprendente alineación defensiva incluyendo a Thomas en el lateral y arriesgándose con dos centrales casi juveniles como Giménez y Lucas, o incluyendo a un combativo Augusto en el centro del campo con Koke dejando fuera a Gabi. Otra vez tuvo razón Diego Pablo. Y otra vez sus cholocambios fueron mano de santo. Impresionante la labor de Filipe Luis que ayer, junto con Torres, fue el hombre del partido.
Hoy los clientes del Wanda y los aficionados del Metropolitano estamos igual de contentos. Y me gusta que los clientes hayan recuperado la fe. Me encanta que haya sido por el partidazo de Torres. Y me pone a mil por hora saber que no saben. Me provoca ternura verles salir del estadio diez minutos antes. Me apena que no estén cuando los jugadores salen tras el partido al césped para agradecer el apoyo. Me sorprende su silencio en nuestros cánticos y me encabronan sus pitidos a los nuestros.
Su ignorancia es mi fortaleza. Orgulloso de no ser como ellos.
Gracias Fernando, gracias Cholo. 

Aúpa Atleti. Siempre. ¡Y que viva el Qarabaj!


lunes, 20 de noviembre de 2017

Mi derbi no es el vuestro


Atleti 0 - Ciervos 0

A veces me hacen dudar. Y llego a pensar que a lo mejor no estuve allí. Sí, lo sé, eso me pasa por consumir, por tener amigos que consumen. Pero es que es inevitable. Lo del sábado sólo fue la última de muchas, la primera del Metropolitano. Un empate que se me antojó escaso si nos atenemos a las oportunidades claras que fallaron Correa al inicio y Gameiro al final. Ellos apenas si tuvieron un churro en jugada de Kroos, media manga de Cristiano en una falta y manga entera de Ramos al meter las napias en el área pequeña. Sumando todas, los de las mocitas apenas inquietaron a Oblak. Aunque, eso sí, en la radio no paraban de decir que el árbitro se había comido tres penaltis, tres, en el área rojiblanca y que Fernández Borbalán había favorecido claramente al Atleti. Y claro, eso es para que uno dude de verdad. Porque allí, en la grada media del fondo sur, entre cánticos y banderas de apoyo a los nuestros, no dejamos de silbar y protestar a un árbitro infame que a cada falta de los nuestros sacaba tarjeta mientras que dejaba a los vecinos y visitantes que disfrutaran del nuevo estadio sin recibir apenas castigo (seis tarjetas al Atleti por dos de los otros). Nada escuché en la radio de la entrada de Isco con los tacos por delante que se fue de rositas. Ni de la posterior mano del malagueño que también quedó sin tarjeta aunque el árbitro la sancionase. Tampoco dijeron nada en la tele de un posible penalti de Cristiano Ronaldo a disparo de Carrasco que a mí me pareció clarísimo porque todos los nuestros lo reclamaron a la vez. No leí nada de la carrera que se metió Juanfran para robarle la cartera al jugador mejor pagado de la multinacional incolora. Tampoco vi en los periódicos reflejada la valentía y la personalidad de un entrenador que quita a su estrella para dar salida a un delantero que lo pueda hacer mejor. El entrenador musulmán del equipo de Concha Espina no quitó a su siete que, dicho sea de paso, está hecho un ocho. Por cierto, el cambio de Griezmann (yo le hubiera dejado en la caseta al descanso) trajo con Fernando Torres aire fresco en la delantera. Suya fue la cesión a Gameiro en ese balón que sacaron bajo palos los defensas blancos.

Ya digo que mi derbi no es el vuestro, el de los medios, el de la gente que sólo ve partidos que se venden como el del siglo, el del año, el clásico y demás eslóganes publicitarios. Pero es que tampoco fue el del resto de los atléticos. Ni siquiera de los que piensan y sienten el fútbol como un servidor.
Mi derbi empezó tomándome una pastilla de valeriana con una infusión de tila. Después vino el golpe en la rodilla cruzando Arcentales y rematando un bolardo en el semáforo. Continuó viendo la butaca de Fran vacía porque una gastroenteritis le había dejado doblado en casa entre la tele, el Acuarius, el sofá y la taza. Siguió con mi mujer acompañándome en la grada y pidiéndome que no cantase el MHDP que tantas veces se merecieron los contrarios. Y con el bocata de jamón, aceite y tomate que se había currado mi hermano. Y con la tortilla de patata de mi suegra. Y con las monedas de chocolate que repartió Darío para celebrar sus primeros doce años acompañado de su abuelo porque su padre tenía guardia. En mi derbi no se silbó a Griezmann porque creemos lo mismo que el Cholo. Sí, es cierto que en ataque se esconde, y que se pasó todo el partido charlando en gabacho con Varane sobre si era mejor el baguette o el cruasán para el café au lait (¡olé!). Pero el "gremlin" se batió el cobre en defensa presionando y robando balones. ¿Qué coño le pasará? En mi derbi, ya digo, animaban los del Frente Atlético y sonaba casi todo el estadio nuevo que -aunque se empeñen los publicistas que me hacen dudar de mi presencia en la Peineta- siguió sin llenarse una vez más. Y es que en mi derbi, mientras desnudábamos el bocata de su papel de plata asistíamos a la desbandada del canapé y la barra libre en el lateral este de vikingos vips, en el anillo superior de la grada media donde están palcos de empresa, en el lateral oeste con el palco de honor vip, y los vips especiales y en las butacas acristaladas de otros vips y la madre que parió al fútbol moderno y chic que se ha apoderado de nuestro campo, de nuestro equipo. Por cierto, ahí sí se puede consumir alcohol. ¿Es que los ricos lo toleran mejor?

Mi derbi, y no me repito más, no es el vuestro. A mí me gustó el Atleti. A mí me pareció que el rival ha sido de los más flojos que he visto desde que llegara el Cholo. Y que si llegamos a tener un delantero inspirado, nos los merendamos. Aunque se empeñen en convencerme de lo contrario. Aunque los medios y sus clientes no paren de decirme que el Atleti se salvó por los pelos, que el árbitro nos favoreció y que el Real Madrid nos perdonó la vida porque no está en forma su delantero (obviando, así como quien no quiere la cosa, el arsenal que tenían en el banquillo y que el francés de Argelia no quiso o supo aprovechar). Por cierto, seguimos invictos en Liga. Por cierto, ya hemos jugado contra Barça, Valencia y Madrid, algo que ellos aún no han acabado de hacer entre sí.

Señores, yo soy del Atleti. El miércoles, contra la Roma, a dar el primer paso para demostrar que nunca dejamos de creer, que jugamos cada partido como si fuera el último, que mientras otros duermen nosotros seguimos soñando.

Siempre Atleti.

martes, 7 de noviembre de 2017

El parón, el parado y el paredón


La victoria en el descuento frente al Dépor me pilló en Ávila. No vi el partido. Según mi "wasá" tampoco hubo mucho que ver. La prensa destacó que el Cholo quitó a Griezmann y sacó a Giménez. No dijo nada de que el hecho de haber dejado en el campo a Thomas nos dio los tres puntos. Ni que la pizarra del Mono Burgos volvió a funcionar como hacía mucho tiempo. Sólo Griezmann. Sólo crisis. Sólo el Cholo que, por cierto, nunca estará solo. Gracias, Diego Pablo.

El parón

Se ha consumido el primer tercio de la temporada y, a pesar de las malas noticias que circulan sobre el Atleti y su juego, estamos ahí arriba. Es curioso, pero los que más me hablan de lo mal que jugamos son los que apenas ven dos partidos del Atleti en toda la temporada. Pero bueno, tendrán razón. Como lo dice la prensa... Yo, que suelo ver alguno más, tengo que decir que no jugamos como antes, cierto. También creo que la base del Atleti va cumpliendo años y que la sanción del TAS (porque los del palco no hicieron bien las cosas -y aquí no se oye ni mú-) ha frenado la natural renovación del equipo. Pero el equipo está el cuarto empatado con el transatlántico incoloro a puntos. A ocho del líder e imbatido como él. Así, como suena. Seis victorias y cinco empates. Veintitrés puntos. En puestos Champions. Y hablando de competiciones europeas. Parece que ya estamos eliminados. Algunos medios (y algunos pesebreros periodistas que han visto mermados sus ingresos con la llegada del Cholo y su salida del entorno rojiblanco) confunden sus deseos con la realidad. Que sí, que hace falta un milagro para pasar de ronda. Que sí, que hay que ganar al Chelsea en Londres y a la Roma en el Metropolitano que, por ahora, es comos si jugáramos fuera (los de los pitos a los nuestros se han equivocado de campo, en serio). Que el Qarabaj tiene que puntuar. Que sí, que lo sé. Pero también sé que el Atleti es el equipo de conseguir imposibles. Estos jugadores, con el Cholo, son capaces de ganarle una Copa en su casa a la Central Lechera y una Liga en la suya a los del "prusés". Y, si me apuran, hasta de remontar en Copa al Elche en nuestro estadio aunque algunos se empeñen en que no acabemos de sentirlo como propio. Al rico silbido vikingo.
Yo solo digo que el parón nos va a venir muy rico. Que los números ahí están y que ladren los que están rabiosos, porque luego será mucho peor. Para ellos, digo.

El parado

Cuando llegó recuerdo que le llamábamos Antoñito. No estaba fino el chaval. Estuvo hasta Navidad sin rascar bola. Fallón y muy nervioso. Falto de ritmo. No cogía el sistema del Cholo y llegaba siempre un segundo tarde a todo. Chupó mucho banquillo. Era normal que le cambiaran. Y le aplaudíamos y le animábamos en el Calderón. ¡Vamos, Antoñito! Llegó el año nuevo y se hinchó a jugar al fútbol. A defender, a dar asistencias y a marcar goles. Golazos que valían puntos y clasificaciones. Así hasta fallar un penalti decisivo en la segunda final de Champions. Y nadie le reprochó nada a don Antonio, que había dejado de ser Antoñito. El problema llegó después, tras ese robo en Milán, tras ese penalti que pegó en el larguero rebotó en el césped y salió hasta fuera del área. Inolvidable. El problema es que hay jugadores que pasan por el Atleti sin que el Atleti pase por ellos. Y al gabacho le pasa esto. Que él y su entorno son muy de redes sociales, de hablar más de la cuenta, de no respetar la historia del club ni la idiosincrasia de su afición. Que hoy me quedo y hago un bailecito y mañana digo que me voy; que quiero ser como Messi y celebro los goles como Cristiano. Que ahora me enfado y no respiro. Que si seguimos así vamos a Segunda, que yo soy del Atleti pero no tanto. Un delirio.
Y es que cuando uno deja de hacer lo que sabe, que es jugar al fútbol, para preocuparse por lo que quiere, que es protagonizar anuncios. Pues como que la cosa no acaba de funcionar. Y más en un juego como el fútbol, que es muy de equipo. De modo que el parón dará para hablar del parado mejor pagado de la plantilla. Porque el Gremlin Griezmann ha dejado de ser de los nuestros, porque se mueve para no salir en la foto.

El paredón

Y lo mismo que el parón liguero dará para llenar páginas y minutos del señor de los peinados, también debería dar para que se hablara mucho y bien del muro defensivo del Atleti donde don Obli Oblak hace que cada día le queramos más. Sólo ha encajado seis tantos en once partidos de Liga. Y hemos jugado contra Barsa y Valencia, que son los más goleadores. Y contra el Sevilla y el siempre peligroso Athletic. Y contra el Villarreal que vuelve a resurgir. Que son once partidos y sólo seis goles encajados, señores. Y con un Atleti sin intensidad y con dos laterales entrados en años a los que ya no les resulta tan sencillo recuperar la posición tras subir a centrar. Un muro, una pared, un paredón. El mismo que tenía yo frente a las narices el otro día, en Ávila, cuando mi teléfono empezó a pitar anunciando el gol de Thomas en el descuento. Un muro. Una muralla. Pero de esto, ya lo veréis, no se hablará. Ni del récord de imabatibilidad del Cholo fuera de casa, ni de que los culpables de que no hayamos podido fichar hayan cambiado de escudo y de estadio sin contar con la masa social. Si acaso se hablará de que Oblak se va al equipo vecino de la capital, que se viene el derbi y, ya se sabe, estas dos semanas darán para que más de media plantilla del Atleti se vaya en enero, para que el Cholo firme por dos o tres equipos diferentes, para eliminarnos de Champions y de Copa sin esperar a milagros ni partidos de vuelta y para darnos por muertos en Liga como cuando el Girona ganó a los vikingos que, entre su hinchada (o lo que sean), sólo se oían juramentos y daban por perdida la competición. 

Lo dicho, que aúpa Atleti. Siempre.

miércoles, 1 de noviembre de 2017

El fuego del Qarabag


Atleti 1 - Qarabag 1

Hasta aquí llega el olor a quemado. La humareda es tal que corremos un serio peligro de intoxicación. Demasiado humo ha dejado el paso de los de la tierra del fuego por el Metropolitano. Un incendio que comenzó en Bakú donde tampoco pudimos pasar del empate ante un equipo, sobre el papel, infinitamente más pobre técnica, física, histórica y económicamente. "Cualquier resultado inferior al 3-0 es un fracaso" vaticinaba mi hermano en una previa con más turistas que aficionados. "Hoy es un día para ahuyentar los fantasmas", me prometía yo en un deseo de que el Qarabag fuera el punto de inflexión con el que comenzar a marcar goles, a ganar, a depender de nosotros mismos en una competición que nos ha negado el pan y la sal, en la que los nuevos atléticos se creen que podemos pedir a la carta y donde este año el equipo parece habérsele indigestado el menú del día con el que tan satisfechos habíamos quedado otras temporadas. La vida. El fuego.

Ayer me quemé. Como casi todos los que estábamos en el Metropolitano rodeados de guiris disfrutando de "la experiencia Champions". Me quemé con el planteamiento del Cholo, porque se empeñó en sacar a los mismos que contra el Villarreal como queriendo insistir en que no hay más. Me quemé porque no vi al equipo con intensidad. Me quemé porque fallamos muchas ocasiones, algunas tan claras que me daban ganas de bajar a mí a rematar. Me quemé con un arbitraje de tarjeta floja y mucha interrupción de ley de la ventaja. Me quemé porque oí silbar en mi estadio a mi equipo por supuestos aficionados que se supone van allí, como yo, a animar y apoyar a los que van de rojo y blanco. Menos mal que el Frente Atlético estuvo a la altura (no como el otro día) y se arrancó con un ¡vikingos no! ¡vikingos no! para dejar bien claro que esta es nuestra casa, que este es nuestro equipo y que nosotros estamos en las buenas y en las malas. Y ahora tocan malas. Porque el pestazo a quemado llega hasta aquí. El humo se nos mete en los ojos y no nos deja ver. Pero ojo, que aún no sabemos qué consecuencias ha tenido el fuego. Tampoco si ha habido heridos y en qué grado.

La verdad es que ahora no dependemos de nosotros mismos. La verdad es que aún no estamos matemáticamente eliminados. La verdad es que hay que ganar a la Roma en casa y al Chelsea en Londres pero que, además, hay que confiar en que los de la tierra del fuego conviertan en cenizas a ingleses o italianos, o a los dos. Y eso, es verdad, se antoja casi como un milagro. Pero nosotros, los del Atleti, somos expertos en llevarle la contraria a la razón. Somos un equipo de levantarnos una y otra y otra vez. De no tirar nunca la toalla, de no dar jamás nada por perdido. Somos de luchar y luchar y volver a luchar.

Ya habrá tiempo de buscar culpables, de pedir responsabilidades. Por de pronto estamos invictos en Liga con diez jornadas disputadas. Por de pronto hay posibilidades matemáticas y épicas de pasar de ronda en Champions. Por de pronto, también podemos ganar la Copa. Lo único cierto es que no hemos podido incorporar ningún futbolista porque alguien ha hecho mal su trabajo (y aquí nadie ha pedido cabezas), también es una verdad como un templo que nos han cambiado de estadio sin necesidad, sin haber invertido en una reforma seria del Calderón y sin preguntar. Y, por último, otra verdad irrefutable: tenemos un logo en vez de un escudo y no nos acabamos de acostumbrar. Pero no pasa nada. Y si pasa, se le saluda.

Mientras tanto, a seguir remando. A pensar en levantar la moral del grupo para competir contra un Depor que viene embalado después de golear en Canarias. Apaguemos este fuego inútil. Porque no hay más cera que la que arde. Y si alguien está con ganas de quemar en la hoguera a los culpables, lo tiene fácil. Que el próximo día vaya al Metropolitano, que encienda una pira en el descampado, y que cuando vea a Gil Marín o a Cerezo, les invite a inmolarse envolviéndose en las llamas de la purificación que hagan justicia a nuestro club, a su negocio.

En las buenas y en las malas, aúpa Atleti. Siempre.

domingo, 29 de octubre de 2017

Falta chispa









Atleti 1 - Villarreal 1

Cuando leo la alineación, siempre me gusta. Ayer con Oblak, Godín, Savic, Juanfran y Filipe en los costados, Gabi y Thomas en el quita y pon apoyados en banda por Saúl y Correa con los dos franceses arriba, la estrella que ha dejado de brillar tras deslumbrarnos y el peleón que lo da todo menos el gol. Aunque sea tan fácil como ayer en un mano a mano que recordó los dos graves errores de Vietto en Elche. Pues eso, que sobre el papel me emociono y apuesto por un 3-0 en la porra pensando más en el silencio de los tuiteros sin respeto, educación ni memoria que en la necesidad de ganar con goles para calmar a los carroñeros hambrientos de miseria rojiblanca. Que los hay. Y muchos. Sobre todo desde que llegó el Cholo y plantó cara al duopolio ganando una Liga en Barcelona y una Copa en la Castellana. Amén de una súper copa de España al Madrid, de llegar a dos finales de Champions y de competir como no se recordaba en los tiempos modernos de dictadura a dos bandas. Y eso se paga. Algunos se lo quieren cobrar antes de tiempo. Porque no hay que olvidar que los números dan la razón a un Simeone que se empeña en que veamos el vaso medio lleno. Veinte puntos en diez jornadas. Cinco empates y cinco victorias. Hemos jugado más partidos fuera de casa que nadie. Nos hemos enfrentado con los de la parte alta de la tabla. Quedan 28 partidos y en enero, por fin, se incorporan dos futbolistas para inyectar la chispa que nos falta. La alegria perdida.

Porque el Atleti tiene un muy preocupante problema de cara al gol. Necesitamos más ocasiones que nadie para marcar. Quedan lejanos los primeros tiempos del Cholo en los que metíamos la única que hacíamos y nos encerrábamos atrás para conservar la ventaja. Sobre todo contra los trasatlánticos del negocio. Ahora parece que nos ha quedado ese tic que nos sale sin querer contra los no tan grandes. Y la defensa tiene más experiencia, pero menos agilidad. Ayer nos volvieron a empatar a falta de diez minutos en un córner. Por arriba. En un balón colgado. Gran salto de Bacca que superó a Godín y su récord como extranjero con la rojiblanca.

El Atleti juega demasiado pendiente de no perder la posición. De aplicar el sistema. Es como un equipo robot. Todo lo hacen correctamente, pero falta alma, chispa, alegría. Alguien que se atreva a desafiar las pautas establecidas, a romper por velocidad, a disparar desde lejos para sorprender. Falta un líder que se eche el equipo a la espalda y contagie su entusiasmo a una plantilla que parece saltar al campo a cumplir el expediente. Y a no fallar. Porque uno de los problemas es el miedo a fallar. Y eso, en el Atleti, con una afición que sabe reconocer la entrega de los suyos aunque no marquen lo fácil, es para hacérselo mirar. 

De la huelga del Frente solo una reflexión. Si estos aficionados pagan menos por animar más y tienen ventajas en desplazamientos y entradas, espero que los delincuentes del palco tomen medidas y les recorten esos beneficios. Ni carpas, ni pancartas. Algunos tienen ahí su negocio. Y su silencio (insisto en que pagan menos por animar) perjudica al equipo. 

El martes es un día clave. El primer paso definitivo en Champions. Contra el Qarabaj, sí. Pero hay que ganar. Y lo suyo sería que fuese con alegría. Y no hay mayor alegría que la que dan los goles. 

Siempre Atleti.

jueves, 26 de octubre de 2017

Efemérides coperas en la ciudad de las palmeras


Elche 1 - Atleti 1

Mira que me gusta la Copa. Y mira que la Federación hace lo posible por cargársela. Porque ver jugar a equipos de distinta categoría da mucha categoría a los equipos, convierte el fútbol en algo más popular, estimula los sueños y es una puerta abierta para las grandes gestas. Y eso es lo que más me gusta del fútbol, las historias imposibles. Pero nada. La Copa se ha convertido en una competición incómoda para los poderosos y se prepara para que lo tengan fácil. No hay sorteo puro, no comienzan todos a la vez, no es a un único partido en casa del de inferior categoría o posición en la tabla. En fin... que sólo preocupa dónde se va a jugar la final y si se va a silbar el himno nacional. Es de traca. Aún así, yo quiero la Copa. Me gusta la Copa. No me van a quitar la ilusión por esta competición aunque la primera eliminatoria se jugase ayer y el partido de vuelta sea casi el año que viene (dentro de cinco semanas. Están gilipollas los de la Federación).

El partido
Lo del Atleti, fue un no perder. Lo del Atleti fue un dejarse llevar por las efemérides. Que si Torres igualaba a don Luis Aragonés en partidos oficiales con la rojiblanca, que si Saúl recibía una camiseta del equipo de su pueblo, que si Augusto volvía después de casi un año tras romperse la rodilla, que si debutaba el canterano Sergi en el lateral, que si volvía el albanés Keidi desde el filial, que si el Cholo contaba sus partidos en Copa por victorias, que sí, que sí, pero que no se llenó el Martínez Valero para ver a un equipo de Champions. El horario, de locos. A las 21:30 un miércoles. Y los precios por encima de los 30 euros. Más de lo mismo.

La alineación a mí me gustaba. Con los menos habituales y los dos chicos del filial. Arriba Torres y Vietto. En el centro del campo Thomas y Augusto con Keidi y Gaitán pegados a la cal. Atrás Sergi y Vrsaljco por las bandas con Giménez y Lucas de centrales. Moyá para no echar en falta a Oblak.

Y la primera parte estuvo animada. Con un Atleti que salió a por el partido y un Elche que no sabía como parar las entradas de los que vestían con la zamarra de rayas rojiblancas tachadas por unas diagonales inexplicables. En fin... lo de Nike y el Atleti es capítulo aparte. Lo cierto es que Torres tuvo una que desbarató el portero ilicitano. Y empezaron a sucederse las ocasiones hasta que, por fin, Thomas remató de cabeza dentro del área un servicio de Giménez picando el balón con tanta fuerza en el suelo que entró como un obús por la escuadra. Parecía que íbamos a resolver por lo fácil que llegábamos y porque ya habíamos abierto el marcador. Pero no. Vietto tuvo la más clara en la primera y en la segunda parte. Sendos mano a mano con el portero. Al poste una y fuera otra. Si lo hace otro que yo me sé arden las redes. Está negado el chaval. Como si le hubiera mirado un tuerto.

Gaitán jugó en su sitio y no lo hizo del todo mal. La mejor jugada fue suya. Se regateó a todo el que le salía al paso para ponerle un balón en la cabeza a Torres que remata impecable al palo más cercano encontrándose con el paradón de la noche. Estaba visto que no había manera. Nada.

La segunda parte fue otro partido. El Elche se hizo con el balón, con el campo, con el juego y con todo lo que el Atleti fue incapaz de defender. Nos partieron la cara. A Giménez, literalmente. Lucas cometió un penalti descarado en directo que no parecía tal en diferido. Empate a uno. Y Moyá sacando manos salvadoras en plan Oblak.

Los Cholocambios no funcionaron. Ni el homenajeado Saúl ni el juvenil Moyá ni nada de nada ya. El Atleti está jugando con fuego. En la Copa. En mi Copa. En esta competición preparada para los grandes que, como ayer, se permiten el lujo de jugar con reservas y juveniles en el campo del rival con la intención de resolver en el Metropolitano, dentro de cinco semanas, un partido que se supone de trámite. Y a mí me da por acordarme del Albacete, del Alcorcón, del Toledo, del Real Unión, del Novelda...









lunes, 23 de octubre de 2017

Entre lo práctico y lo plástico


Celta 0 - Atleti 1

"Primum vivere, deinde philosophari" decían los clásicos, esos a los que siempre hay que recurrir en tiempos de turbulencias y confusiones. "Primero vivir, después filosofar". O lo que es lo mismo, primero lo práctico y después lo plástico. Y en esas anda el Cholo. Sumando sin parar. A pesar de que el equipo no juega a casi nada. A pesar de que alguien no hizo bien su trabajo y eso ha impedido que podamos incorporar algún refuerzo (y no ha pasado nada, ni nadie se ha llevado las manos a la cabeza, ni se han pedido responsabilidades, ni se ha acusado al palco. Nada de nada). A pesar, ya digo, de que los medios que vivían de la mamandurria de los delincuentes y propietarios de nuestro equipo se empeñen en llenar de mierda nuestra imagen haciendo hincapié en la falta de plasticidad, de lo plástico, olvidando esta vez -oh casualidad- la contundencia de los datos, la competitividad de un Atleti práctico. A pesar de los pesares. Y los datos son claros: El Atleti no ha perdido aún ninguno de sus nueve partidos de Liga. El Atleti ha jugado ya contra Barca, Valencia, Sevilla y Athletic. El Atleti es el que más partidos ha jugado fuera de casa debido al retraso en la inauguración del Metropolitano. El Atleti del Cholo lleva casi un año sin perder fuera de casa. El Atleti es cuarto y ocupa puestos de Champions. Y eso, señores, es ser práctico. Aunque no seamos plásticos.

Lo de ayer en Vigo fue maravilloso. Una maravilla de resultado y una maravilla de árbitro que favoreció nuestros intereses escamoteándole algún penalti a favor al equipo de casa. Una maravilla de vergonzoso teatro de Lucas Hernández haciendo el vikingo y retorciéndose en el suelo como si le hubieran partido el tabique en una jugada donde sólo pude desear que se hubiera ido con su hermano a la otra acera. Yo no quiero tramposos en mi equipo. Ni cuentistas. Ni siquiera futbolistas que van de estrellas y cobran como tal pero son incapaces de rematar un balón de cabeza en boca de gol sin meterla dentro. O darse un carrerón impresionante en un contraataque para echársela atrás al compañero. O fallar un disparo dentro del área y hacer un mohín como de que hoy no le sale nada. Al menos no abrió la boca para decir que si seguimos así vamos a Segunda o cualquiera de sus gilipolleces sólo equiparables a sus estúpidas celebraciones de los goles. En fin, que llevo muy mal el comportamiento y el rendimiento de uno de nuestros mejores futbolistas, de Griezmann. Sobre todo cuando no hace lo que mejor sabe: jugar al fútbol.

Ayer, sin embargo, los dos mejores fueron Saúl y Oblak. El portero nos está malacostumbrando a hacer unos paradones de vértigo. A dejar la portería a cero. A ganar partidos bajo los palos. Lo de Saúl no es nuevo. El de Elche es el jugador que está en mejor forma y el que marca la diferencia. El resto, descontando al intermitente y pertinaz Correa, estaban para los leones. De pena. Mal en todas las líneas. Fatal en ataque y sólo regular en defensa. Menos mal que el Celta tampoco estuvo acertado y que lo poco acertado que estuvo lo desacertó Oblak con su acierto.

Del Cholo, ayer, mucho que discutir. Que sí, que es el mejor entrenador para este Atleti y que desde el palco y sus periodistas pesebreros no le están poniendo las cosas fáciles. Que sí que es un tipo práctico y que yo estoy con él a muerte. Pero los cambios de ayer... Gaitán... joder. Y quitar un centrocampista para sacar un defensa... si es que jugamos con fuego. No me gustaron nada los cambios. Pero volvió a tener razón. Tres puntos jugando a nada. Contra un Celta que venía de meterle cinco a Las Palmas y que tiene muy buena pinta.

Sólo nos queda el Cholo. Su poca plasticidad futbolística y su máxima rentabilidad competitiva. Es lo que hay. Y a mí me gusta infinitamente más que no tener ni puntos ni fútbol (Manzano). O que tener mucho fútbol y ningún punto (me estoy acordando del Rayo Vallecano de Jémez que nos gustaba a todos menos a los rayistas. Descendieron jugando al fútbol de maravilla). Y sí, en el equilibrio está la virtud, pero hasta enero hay que arar con estos bueyes. Mientras tanto, nos podemos dar con un canto en los dientes si seguimos sumando. Y otra cosita: si jugando así de mal puntuamos, no quiero ni imaginarme lo que puede pasar cuando el equipo empiece a carburar. Sea como fuere, siempre Atleti.

Ahora a pensar en el Elche. El miércoles a las 21:30 arranca la Copa en el Martínez Valero. Y mira que me gusta a mí la Copa (a pesar del formato injusto). Ojalá este año podamos ganarla otra vez, como en 2013. Vamos, Atleti, vamos.


jueves, 19 de octubre de 2017

Mecagüenlamadrequelosparió


Qarabaj 0 - Atleti 0

Pensé que nunca lo tendría que decir. No quería. Pero hay futbolistas que no cuajan en algunos equipos sin explicación posible. Es el caso de Nico Gaitán. Un futbolista con una clase excepcional que, por lo que sea, no ha funcionado en el Atleti. Por mucho que el Cholo siga creyendo en él, yo no puedo. Lo siento. Son demasiadas oportunidades desaprovechadas. Y sí, está muy feo señalar a alguien un día de luto, pero no es el caso. En ningún momento culpo a Gaitán del desastre de ayer en Bakú frente a un equipo al que debíamos de haber goleado y al que fuimos incapaces de marcar un gol. Lo de ayer, como lo de Gaitán, es otro misterio que quizá algún día podamos descifrar.

Porque ayer el Atleti no jugó un pimiento. Pero nada. Y fue desesperante ver a Gameiro fallando controles infallables, a Griezmann chutando sin fuerza, a Saúl queriendo y no pudiendo, a Carrasco con una desidia insoportable y hasta al mismo Gabi jugándose la expulsión innecesariamente. A Gaitán, ya lo he dicho, ni se le volvió a ver. Porque ayer, el Atleti, ni siquiera tras la "cholina" del descanso, ni siquiera sentando al invisible Gaitán, ni siquiera con los "cholocambios", ni con Torres, ni con Correa, ni contra diez. Nada. Ninguno. ¿Por qué?

Los juveniles le metieron 1-5 a los azeríes. Me vi el resumen y las entrevistas de después. Uno de nuestros chavales decía que se relajaron con el 0-1 y se confiaron, de ahí que les empataran. Y entonces se espabilaron y se pusieron las pilas para golear a un equipo muy ordenado pero muy inferior en calidad. Y es la única explicación que se me viene a la cabeza. Que los mayores se confiaron. Que les pasó lo que a gran parte de la afición, que daba por seguros los seis puntos contra el equipo de Azerbayán. Y claro, luego vino la decepción, el cabreo, la mala leche, el catastrofismo y el vikinguismo más vomitivo de los que quieren que dimita el Cholo y jubilar a media plantilla por un mal partido contra un equipo desconocido y ordenado pero al que deberíamos haber ganado fácil. Y no. El propio Diego Pablo Simeone dijo tras el encuentro que entendía el pesimismo del personal, pero que él creía en este grupo, que cuando renovó contrato sabía que los sinvergüenzas del palco la habían cagado y que hasta enero iba a tener que tirar con lo puesto. Aunque no se lo eche en cara. Aunque nadie pida responsabilidades. Aunque se hayan ido de rositas (otra vez) y tengan barra libre para cambiar el escudo, el estadio y lo que les venga en gana, que para eso robaron el club.

Y en esas anda el Cholo. Y yo le creo. Y confío plenamente en él y en nuestro equipo. Por varios motivos: Primero, porque si el Cholo lo dice para mí es palabra de dios. Segundo, porque estos mismos futbolistas aún no han perdido ni un solo partido en Liga y ya hemos jugado contra Sevilla, Athletic, Valencia y Barcelona. Tercero, porque aún quedan tres partidos de la liguilla de Champions y, si conseguimos los nueve puntos, tenemos muchas probabilidades de clasificarnos. Y cuarto y último, porque yo soy del Atleti siempre. En Champions, en Europa League, en Intertoto, en Copa y en Segunda. Siempre.

Ayer el disgusto fue mayúsculo. No tiene explicación. Lo cierto y verdad es que Gaitán no puede tener más oportunidades y que, cuando estemos celebrando en Kiev, ninguno nos acordaremos de esta mala noche. Aunque ayer anduviese como un zombi repitiendo como un mantra hacia fuera y para adentro: "Mecagüenlamadrequelosparió".

Atleti, me vas a matar. Dame el domingo contra el Celta querido un poco de vida. Necesitamos ganar. Y marcar.

Siempre Atleti.

domingo, 15 de octubre de 2017

Empate contra el líder



Atleti 1 - Barça 1

Llegaba el líder a estrenar el Metropolitano sin haber perdido un solo punto en sus siete partidos anteriores. Llegaba yo de dos semanas de grabación en la cara B del Cari-be y un jet-lag como el de la segunda parte del Atleti.
La previa, en el bar del barrio de mi hermano, en La Alcazaba de Almería (anuncio gratuito por sus pinchos de sandwich y almendras peladas). Una Mahou Maestra para olvidar la Presidente "vestida de novia" de República Dominicana y Santa Teresa "a la roca" en vísperas de la doctora de la Iglesia y como queriendo olvidar el desfase horario a golpe de ron. 
Me retrasé y no pude llegar a tiempo a mi cita tuitera con las dos atléticas a las que les guardo sus pulseras haitianas y rojiblancas fabricadas ex profeso para la gente buena y rojiblanca. Palabrita.
Mi hermano y un servidor acudimos al estadio con sendas banderas rojiblancas. Dentro había cientos de banderas españolas y sonora pitada (al más puro estilo vikingo) contra Piqué y su antimadridismo. Por cierto, otro partidazo del marido de Shakira. Impresionante el internacional español. Ni un insulto a los catalanes, ni un cántico ofensivo. El Frente Atlético estuvo soberbio. Tampoco hubo banderas preconstitucionales ni símbolos con ideologías totalitarias. Hasta me pareció ver alguna bandera de la Comunidad Valenciana y de la nuestra, la de Madrid. Lo dicho, un sobresaliente para los jóvenes del fondo sur que no pararon de animar sin necesidad de recurrir al insulto. Ejemplares.
La primera parte empezó con Messi vestido de azul Agüero y fallando una rápida incursión con tiro al lateral de la red. Mal presagio. Pero no. El Atleti fue a por el partido y Griezmann tuvo dos claras que sacó su portero en dos intervenciones de mérito. Y claro, los más listos de la grada echaron en cara al gabacho su falta de puntería y se acordaron de Diego Costa y de Vitolo. Ni una palabra del TAS ninde los culpables de la sanción que nos ha impedido fichar y alinear. Lo de siempre.
A los veinte minutos. Con el Atleti encendido y la grada empujando, Saúl se saca un derechazo desde fuera del área y mete el mejor gol que se ha visto en este estadio desde su inauguración. Por cierto, ayer tampoco se volvió a llenar. Insisto: nunca de llenará. Hay demasiada zona VIP.
Luego Carrasco falló la suya y Messi se reservó para la segunda mitad. 
En el descanso, bocata rico de pollo con mostaza y reparto de pulseras haitianas entre los amigos atléticos de fondo.
Las deis horas de desfase me estaban crujiendo. Y el Atleti no aguantó mucho más. En la segunda parte el Barsa se exhibió y Oblak hizo horas extras. Messi lanzó una falta al palo y el pobre Luis Suárez empató volviendo a demostrar que es tan Buen delantero como estúpido integral. Sus gestos, sin motivo, a la grada, merecen una ejemplar sanción.
Y cuando no podíamos contragolpear ni casi detener el vendaval del líder, en el descuento, Griezmann hace una falta por detrás. Falta al borde del área. Messi coge la bola. Algunos de van para evitar el inevitable atasco de salida. Mateu sonríe. Oblak embolsa y final. Suspiros y algunas preguntas. Nadie se explica la indolencia de Gaitán, el freno del Cholo al contraataque y la obsesión por conservar el resultado. La falta de puntería arriba, el exceso de regate de Carrasco, el mal partido de Koke, por qué no sacó antes a Torres o el misterio de Vrsaljco. Y sin embargo, ahí estamos, en mitad de la polvareda de los de arriba, saliendo del Metropolitano.
Ahora a asegurar contra los azeríes, que en la Champions nadie regala nada.
Y siempre, siempre, aúpa Atleti.
Me voy a la cama.

domingo, 1 de octubre de 2017

Que marque Oblak



Leganés 0 - Atleti 0

El derbi regional en Butarque fue un coñazo. Tuve fiesta en mi terraza de Villaverde, orientada al ParqueSur. Y no se oía nada. No sé si por la cantidad de cerveza con la que acompañamos los pollos asados, por el vino que vino de Euskadi o por las copas de después. Lo cierto es que mientras mis crías y las de mis amigos veían la tele yo me puse el partido en el móvil. De fútbol, ni hablar.

El Leganés, que sólo había recibido tres goles en seis partidos, ya lleva siete. Partidos, no goles, que es lo que nos hubiera gustado. Pero es que Vietto quiere y no puede (lleva 26 partidos con la rojiblanca sin marcar. Demasiados, Cholo. De verdad....). Griezmann puede y no quiere (gracias, Cholo, por quitarle con empate a cero y demostrarle quien manda. Esto es un equipo, no una acumulación de estrellas mediáticas). Torres quiere, puede, pero no le dejan. Solo recibe melones y tiene pocos minutos y nula continuidad, algo que mina la confianza del más pintado. 

Después del encuentro en Leganés mi amigo Youssef me envió un mensaje de voz por guasá con sus impresiones desde Casablanca. Como siempre muy educado y respetuoso, aunque no estemos de acuerdo en el rendimiento de algunos de los futbolistas de la plantilla. De sus palabras me quedo con dos frases que resumen nuestro sentir y lo de ayer en el campo pepinero: "Somos del Atleti, no de tal o de cual jugador" y "Me da igual quién marque, como si lo hace Oblak". Y me pareció fantástico. Imaginé al porterazo que superó a Courtois que, a su vez, había superado a De Gea. Le vi haciéndose los paradones de ayer salvando un punto de oro y marcando un gol. Se me puso la sonrisa que le falta al esloveno. Qué grande es Oblak, coño. Es un gigante. 

Del Cholo, una vez más, y a mi pesar, creo que la volvió a cagar. Lo intentó con defensa de tres, después preparando el contraataque con todo. Los cholocambios no surtieron efecto. Y aunque es cierto que el miércoles se dejaron la moral frente al Chelsea y que jugar otra vez el sábado es un agravio comparativo con otros equipos de la Liga que han jugado el martes en Champions y les han puesto su partido el domingo, no es excusa. Eso ya lo sabíamos antes de empezar la temporada. Siempre ha sido así. Dicho esto, siempre con el Cholo. Y con el equipo. Necesitamos como el comer que los de arriba se pongan las pilas (ayer solo dos tiros a puerta: un remate de cabeza de Godín y un lanzamiento de Saúl). Es importante que vuelva Griezmann, que Gameiro sea el del Sevilla, Gaitán el del Benfica y Torres tenga el cariño, el respeto y la continuidad que el cuerpo técnico le escatima. Pocos tan atléticos como él. Será el propio Torres el que decida cuando retirarse porque se dé cuenta de que no puede sumar más. Y si vemos que la cosa no funciona, que marque Oblak.

Siempre Atleti.

viernes, 29 de septiembre de 2017

Cuando no pierdes sino que te ganan


Atleti 1 - Chelsea 2

Era el estreno del Atleti en el Metropolitano. En un día de diario, coincidiendo con la hora punta del tráfico en la capital. Había tanto temor al Chelsea como al más que probable atasco. Al final se cumplieron los dos peores augurios. Los del equipo londinense dirigido magistralmente por un italiano y con media plantilla de españoles, nos dieron un auténtico repaso. El atasco, si en la llegada fue serio, en la salida del estadio, con la mala leche de que te pasen por encima y te dejen sin argumentos ni excusas posibles, fue histórico. Como el estreno del estadio en la máxima competición continental. Por cierto, vinieron 2.000 hinchas del Chelsea que, aparte de beber cerveza, apenas tuvieron presencia ni antes, ni durante, ni después del partido. Sólo se les oyó cuando marcaron el gol de la victoria en el descuento. Como para no.

Del partido ya se ha dicho todo. Simeone tenía toda la razón. En la previa le preguntaban quién era favorito y, por ende, quien era mejor entrenador, si Conte o él. Y nuestro gurú argentino, con la humildad que le caracteriza, fue muy claro: "Conte es el favorito, él es mejor". Y así fue. Salió el italiano con cinco centrocampistas por los tres del Cholo. Y las matemáticas no fallan. Cinco son más que tres. Se hicieron con el centro del campo y generaron ocasiones para haberse ido al descanso con un 0-3. Lanzaron una al palo, Oblak tuvo que meter horas extra y los delanteros del Chelsea tampoco estuvieron demasiado afortunados. Mención aparte merece el atlético de familia y ex vikingo de profesión, Morata. Impresionante el nueve blue. Partidazo de delantero centro clásico. Comiéndoles la tostada a nuestros dos centrales. Un gladiador. Y encima marcó el empate.

El Cholo se equivoca porque arriesga. Y no nos gusta cuando no sale el experimento, pero es nuestro líder. A mí, aunque no me guste (salga o no salga) siempre le voy a apoyar en sus decisiones. Esto no quiere decir que me corte a la hora de opinar. Faltaría más. Que para eso soy un cliente del Wanda y del fútbol moderno y tal y tal. Pues eso, que el Cholo teniendo los ingleses una defensa con tres centrales no apostó por las bandas. Y que Griezmann (hay que ficharle, a ver si viene antes de enero. Madre mía qué inicio de temporada de Antoñito. Me recuerda al que vino de la Erreala. Hasta Navidades no empezó a funcionar. Esperemos que se incorpore pronto) y Correa se empeñaban en entrar por el medio. Y en echar el balón hacia atrás. Y claro, todo el mundo lo veía, pero no. Que el que tenía que estar ahí para recibir de espaldas en el borde del área y bajarla y ponérsela a los compañeros de frente para zumbarla era Fernando Torres. Y el Frente Atlético, que quiere al Cholo casi tanto como yo, empezó a cantar como insinuando. Y repasaron, uno a uno, los cánticos dedicados a todos los futbolistas del Atleti que estaban en el banquillo. El Cholo los sacó con el profe Ortega a calentar.

La primera parte fue azul y acabó con nuestro equipo por delante. Gol de penalti. Que sí, que lo fue, pero que de esos antes no nos pitaban ni uno. Y lo marcó el que los celebra de aquella manera, el que se dedica a todo menos a hacer lo que mejor sabe: jugar al fútbol. Vuelve, Antoñito, queremos volver a tratarte de don, don Antonio. Vuelve, coño.

En la segunda mitad, más de lo mismo. Empata Morata y comienzan los cambios. Sale Torres demasiado tarde (y aún así, traduciendo melones recibidos en balones templados para seguir jugando). Giménez y Gaitán (sorpresa general) y responde Conte a los tres centrales del Cholo con dos delanteros para entrarnos por bandas. Justo lo que no habíamos hecho nosotros en la primera parte. Aún así aguantamos el empate injusto. El partido recordaba el que jugamos nosotros en Roma donde merecimos ganar holgadamente y, para nuestra desgracia sólo pudimos traernos un punto. Ahora parecía que íbamos a ser la Roma. Pero no. Somos el Atleti. Y ellos el Chelsea. Y en el descuento Koke hace una falta cerca de nuestra área al pelochos brasileño que es su central. De espaldas a nuestra portería, con un balón que no iba a saber jugar. Falta en el descuento, sí. Koke. Cerca del área. En fin... de primero de fútbol. El disgusto en el Metropolitano fue monumental. El oh de la grada cuando el refrí pita la falta se oyó en el kurdistán azerí del Qarabaj. Gol.

Al día siguiente llego al trabajo y los vikingos de siempre me vienen con el cuento: "ayer perdísteis". Pero les expliqué que no, que estaban equivocados. Que nos había ganado el Chelsea, En todo y a todo. Que una cosa es perder, y otra que te ganen. Pero no sé por qué me empeño, esto tampoco lo pueden entender.

Y ahora a por los del pepino a pepino. Cambio de competición. Tres puntos en juego. A no dejar de creer. Siempre Atleti, oé.

sábado, 23 de septiembre de 2017

Hernández y Fernández



Atleti 2 - Sevilla 0

Hernández y Fernández, Lucas y Gabriel. Dos canteranos. Uno recién llegado con 21 años, otro de salida con 34. Central y medio centro. Dos colosos en la recuperación y generosos en la distribución. Siempre atentos para ayudar al compañero, dos pulmones, columna vertebral. Partidazo ayer de los dos frente al Sevilla. 

El hijo del francés Hernández estuvo soberbio junto a Savic sin que nadie echara en falta al imperial Godín. El gran Gabitán Fernández se metió una carrera memorable para recuperar un balón en un contraataque sevillista sin tocar al delantero para evitar la expulsión. Tenía tarjeta. Impresionante. Casi me rompo las manos de aplaudir. Brutales los dos.

El partido, en horario inusual, porque a las 13:00 uno no sabe si desayunar, comer o hacer una mierda de esas de "brunch" que ni chicha ni limoná. Yo, por si acaso, me apreté un desayuno como Dios manda en casa y, como tengo familia junto al Metropolitano, me invité a comer después del vermú tras acabar el partido. Muy bien. Todo riquísimo.

La asistencia, muy buena, aunque con tanto palco VIP no creo que se llene nunca de aficionados. Quizá este miércoles, en Champions contra el Chelsea, se pete de espectadores. Pero no de aficionados.

Hoy el speaker se contuvo y volvió a sonar la grada. Muy bien el frente y mucho mejor cuando se oía cantar a todo el estadio. Como dicen mis hijas, "el nuevo Calderón" va tomando cuerpo. Nos vamos poco a poco ahormando.

El Sevilla, de negro, (odio eterno al fútbol moderno) plantó cara la primera mitad. Savic casi marca en propia meta. Pegó en el palo. Y es que han cambiado muchas cosas en el Atleti. El estadio, el escudo y esos balones que en tiempos pretéritos entraban y nos ponían el partido cuesta arriba. Pero no entró y el Atleti tuvo la suya, casi de seguido, con un zapatazo de Filipe Luis que casi revienta la cruceta. Una por otra. Empate a todo. Y Luciano Vietto, de titular, con muchas ganas y poco cuerpo, como un juvenil sin confianza, como si tuviera miedo a ser mejor que el resto. Se ve que lleva el fútbol dentro y que el Cholo se lo quiere sacar. Seguiremos esperando. Hoy perdió una nueva oportunidad.

Lo de Oblak es un escándalo que no podemos dejar de destacar. Como dice mi hermano, el día que sonría la va a acabar de liar. Impresionante nuestro portero. Y hoy no iba de blanco (espero que, al menos en casa, nunca más se vuelva a decolorar).

En la segunda parte el Atleti, jugando contra el fondo sur (tres goles en dos partidos en la misma portería), se encontró con el primero tras un regalo de "Chonchi" y la astucia, rapidez y eficacia de Carrasco. El belga, cuando no hay que pasar la bola, es un crack. Gol y celebración con los aficionados subiéndose a la grada. Amarilla. No entiendo el reglamento.
El segundo gol se inicia con una jugada donde el gremlin Antuán se la pasa a Filipe y este, en vez de disparar, se la cede al francés, con el portero tapándole la portería para acabar colándosela entre las piernas. Dos cero. Y casi seguido un penalti a tres metros del árbitro que este no quiso pitar. Ignoramos el motivo. Suponemos que le pareció un 3-0 demasiado castigo.

Y luego los cambios. Entraron Correa, Thomas y Gameiro. Yo quería que marcase el francés. No pudo ser. Correa no estuvo muy fino y Thomas sigue creciendo. 

Diego Costa estuvo en la grada y la nota más graciosa la pusieron los del Frente Atlético (seguidos por todo el estadio) cantándole a Berizzo el "saca a Vitolo, Berizzo, saca a Vitolo" cuando se disponía a hacer un cambio.

El Sevilla tiene un equipazo. Bien plantados en el campo y con futbolistas de mucho nivel. El de hoy es un triunfo muy importante. En el Pizjuán vamos a tener que sudar tinta. 

Y ahora a pensar en el Chelsea. El miércoles. En el mayor atasco que los madrileños vayan a recordar. Va a ser histórico. Yo calculo que hasta el final de la primera parte no se va a llenar. 

Y aúpa Atleti. Que este año sí que sí.

jueves, 21 de septiembre de 2017

Que Griezmann nos asista


Athletic 1 - Atleti 2

Cuando se te estropea el plan pero todo sale bien, a pesar de los Estradas Fernández de la vida. Mi miércoles, el Atleti. Tal cual.

Porque ayer mi amante, esposa y bilbaína compañera se alargó en sus tareas laborales y no pudo hacerme el relevo, como estaba previsto, con nuestras dos criaturas rojiblancas. Porque ayer salió el Atleti con Giménez y Gaitán por la derecha, Thomas y Saúl mandando en el centro del campo y un Correa que volvió a la titularidad junto a un Griezmann al que se le da bien San Mamés. El Cholo nos volvía a sorprender demostrando que en este equipo todos son titulares, que los planes pueden cambiar pero que, al final, el Atleti es el mismo. O mejor.

Después de los deberes y el parque nos subimos a casa, nos aseamos y nos pusimos cómodos para ver un poco los dibujos en nuestra única tele mientras esperábamos la llegada de mi costilla vizcaína. Puse el partido en el móvil y los del grupo de whatsapp "Atléticos de fondo" no paraban de comentar. Como siempre. El equipo no carburaba y, justo cuando empiezan las críticas a Gaitán, el argentino se inventa una jugada por la izquierda con un balón envenenado que el porterazo del Athletic roza lo justo con la yema de los guantes para que pegue estrepitosamente en el poste. Casi.

Me llama mi señora para comentarme que se alarga la reunión, que si me puedo encargar de las cenas. Pongo la radio en la cocina y empiezo a batir los huevos de las tortillas cuando el árbitro se inventa un penalti (luego lo vi en el resumen. Literal. Se lo inventa). Y Oblak vuelve a parárselo. Desde Milán parece que le ha dado al impresionante muro por ahí. Misterios misteriosos. Como el crecimiento de su pelo y la herida que se hizo en el codo sin que Estrada Fernández la volviese a liar. Porque el árbitro, a pesar de la victoria, fue sibilinamente perjudicial para nuestros intereses. Se inventó este penalti en contra, no pitó uno clarísimo a Griezmann (que se quedó protestando en lugar de seguir con la jugada al ver que no lo pitaba. En su descargo -en el del francés- también hay que decir que le habían anulado un gol legal y no dijo esta boca es mía). Descanso. 

Siento a las niñas en la mesa de la terraza y les planto las tortillas francesas en homenaje a un Griezmann que parece enchufado (por fin). Pongo la radio en el móvil y antes de que se lleven el primer trozo a la boca, gol. Golazo. Griezmann sirve un pase de fantasía a Koke que, de primeras, la deja atrás para que Ángel Corazoncito Correa marque su tercer gol en cinco partidos. Este año sí. El cuervo de San Lorenzo empieza a volar alto en el Atleti, a cumplir el pedido del Cholo, a convertirse en el delantero que es y que estábamos esperando. Y don Antuán... madre mía de mi vida y de mi corazón: El pase fantástico. 

Comienza la segunda parte y mensaje de la madre de mis criaturas. Que la cosa está complicada, que las acueste porque no llega al cuento. Dicho y hecho. Empieza la segunda mitad y les doy el jarabe de la tos, nos cepillamos los dientes y le curo a la mayor una heridita que le ha salido en la boca. Otra vez los dibujos y yo con el partido en el móvil. Gol. El gabacho de los pelos absurdos y las celebraciones infames, el tipo que va y viene, el crack que dejó de hacer lo que mejor sabe para especular sobre su futuro, lo vuelve a hacer. Pase impresionante para Carrasco que controla de forma magistral y la coloca pegada a la base del palo. Dos cero, hasta luego.

Pero no. Somos el Atleti. Se acaban los dibujos de las niñas. Les doy dos opciones: ir a la cama sin cuento o quedarse conmigo a ver el partido. Como era de esperar nos quedamos los tres en el sofá. Le explico a Lucía que hoy los nuestros son los de azul y rosa, que los de rojo y blanco son los de Bilbao, de los que nacimos nosotros. Y que esos son el equipo de los primos del Norte, que hay que animar a los de azul. María dice que ella va con el Atleti, "por supuesto". Y se quedan dormidas antes de que Ziganda saque a un chaval por banda izquierda, un tal Córdoba, que no deja de meter balones peligrosos al área. Al final, en el descuento, recorta distancias uno de los nuestros, Raúl García, después de que el árbitro anulase un gol en fuera de juego (esta vez sí, acertadamente) a un Iñaki Williams lejos de su mejor versión. 2-1. Final. Las niñas dormidas en el sofá.

Me las llevo en brazos a la cama y me pongo a ver las repeticiones. Llega mi Eva que es Cristina y mientras me cuenta sus complicadas reuniones tengo de fondo a la vikingada. Nada ha salido como había planeado y, sin embargo, ha sido mejor de lo esperado. El Atleti se mete arriba con tres puntos. Oblak vuelve a demostrar que es un porterazo. Griezmann ha dado dos asistencias de escándalo. Correa se confirma. Carrasco cuando no regatea suma y Giménez es como Saúl, un todocampista que cumple de sobra le pongas donde le pongas. Gol del Betis. En el 93. A ver quien se duerme con esta sonrisa que se me ha puesto ahora.

Aúpa Atleti.

domingo, 17 de septiembre de 2017

Los ritmos del Metropolitano



Atleti 1 - Málaga 0
Inauguración del Metropolitano 

Por fin nos juntábamos con la familia atlética. Muchos meses a golpe de whatsapp deseando que llegara este momento tras la triste y emotiva despedida de nuestro Vicente Calderón. Cuarta jornada contra un Málaga cerísimo (cero puntos y cero goles) dirigido por un madridista de la Ciudad de los Ángeles (Villaverde) y donde juegan su hijo Adrián y Borja Bastón, canterano del Atleti y vecino del mismo barrio que Míchel, Michel, Michel... (no pudimos contenernos. Y no es homofobia, es tradición e historia. Que le pregunten a Valderrama si no).

Cambio de ritmos y de rutinas. De espacios y tiempos. Era el día de la inauguración del nuevo templo atlético, del Metropolitano que ya sustituye al Vicente Calderón. El partido, uno de los 18 que jugaremos esta Liga en casa, contra un equipo que ni fu ni fa. Horario de bocata. Pero con los nervios, todos bien pronto en los alrededores de la antigua Peineta para inspeccionar, localizar, marcar el territorio y, los más impacientes, a hacer cola para entrar.

La SAD montó atracciones para niños y mayores en la inmensa explanada encementada que rodea el Metropolitano (me niego a usar el Wanda de esta panda). Colas interminables para los baños químicos. Colas considerables para las atracciones infantiles. Colas insoportables para los tickets de las copas y las cervezas que se dispensaban en furgonetas muy hipsters y "modelnas" con nombre anglosajón (food trucks) en sustitución de los bares tradicionales inexistentes en los alrededores. Porque el Metropolitano es acojonante, pero está en un descampado. Hay terreno suficiente para sembrar trigo, cebada, marihuana o lo que quiera que le den al nuevo Indi para tener esos ojos tan espídicos. Nuevos ritmos, nuevas costumbres, nuevos tiempos y odio eterno al fútbol moderno. Que sí, pero que no. 

Nosotros logramos escabullirnos porque conocemos bien Las Musas y Canillejas. Fuimos primero de bares, y después a las "fudtrac". Rodeamos el Metropolitano y vimos a Manuel Briñas esperando en la entrada del túnel de los autobuses de las dos plantillas. A Capón con una joven guiándole por entre las atracciones infantiles. Saludamos a algunos miembros de la Peña Los50 implicados en poner ritmo de "rocanrol" en los alrededores del nuevo estadio. Hicimos fotos a la bandera con el logotipo enderezado y a la placa de Arteche después de comprobar que la del traidor mexicano era la que más expectación y residuos concentraba a partes iguales.

Nos encantó el gran aparcamiento para los autobuses de las Peñas rojiblancas junto al Metropolitano. Nos extrañó que no hubiera ni una escalera mecánica para subir a lo alto de la zona de la antigua Peineta. Ni a ninguna de las otras gradas. Tampoco vimos ascensores. Cosa rara en el siglo XXI. Demasiada escalera para mi gusto.

Ya dentro del estadio todos nos quedamos maravillados. Nosotros seguimos en el fondo sur, encima del Frente Atlético. Entramos en cota cero. Cero escaleras. Ni lluvia, ni sol. Baños de sobra y limpios. Asientos amplios y pasillos anchos. Nos han dejado el viento. Y seguro que encontramos pronto algo de lo que quejarnos como los nuevos ricos cuando pasan de un piso de 90 metros sin garaje a un ático con piscina y pádel en urbanización con vigilante privado. El wifi de Wanda ancha, muy bien, pero con la contraseña "madridistashijosdeputa" tampoco funcionaba.

En el asiento abatible e ignífugo una bandera conmemorativa de tela. De tela!!! Nos la llevamos a casa después de agitarla sin descanso al tiempo que aprendíamos, a golpe de golpes, a bajar el asiento del culo para sentarnos después de habernos levantado. Uy!!

Y comenzó el sarao de la inauguración. El campo no se llenó. Y nunca se llenará. Hay demasiadas zonas VIP para un equipo con una afición tan popular (y peculiar). Los huecos que vacíos correspondían a estas zonas de guiris y adinerados, de gente cool y guapa que la SAD quiere traer al Metropolitano que llama. Wanda para llenarse el bolsillo y seguir forrándose el riñón vendiendo una experiencia en la que los aficionados y abonados formamos parte de su espectáculo. Nos convertimos en figuración con nuestros cánticos y danzas para alimentar su negocio con nuestra pasión. Otros ritmos, los mismos timos.

El ritmo de la inauguración fue trepidante. Y como dice Jose, hermano de fondo y padre de Darío, mezclaron churras con merinas, minutos de silencio en recuerdo al fallecido socio número uno con la ovación de agradecimiento al rey colchonero, El Preparado, el sexto. La patrulla Águila pintó la bandera en el cielo redondo del nuevo campo y, aunque somos más de la Patrulla Canina, aplaudimos a los paracaidistas que salían del campo con la bandera de España al tiempo que Gárate, Torres y Hugo hacían el saque de honor y el de la megafonia avisaba que después del partido nos quedásemos justo antes (o a la vez) que su voz era atropellada por el himno del Calderón a un volúmen ensordecedor. Y mira que gritamos. Porque durante toda la previa el Frente y el público del Metropolitano alzó fuerte la voz. Fallaron los ritmos. Abarcar mucho en poco tiempo. Las prisas. Los miedos. Hacer las cosas sin consultar y no dejar espacios ninsilencios no sea que los atléticos se puedan manifestar. La dictadura de la modernidad, de los delincuentes del palco, de los ilegítimos propietarios que cambian escudo, campo y lo que haga falta a fin de engrosar sus ingresos. Y todo sin preguntar.

El partido fue lo de menos. El Atleti salió a no perder. A marcar en el segundo tiempo en la portería del
fondo sur. Los futbolistas estaban más pendientes de la grada que del balón. De si los videomarcadores dejaban otra vez de funcionar que de su par. De si se escuchaban los cánticos en todo el estadio que de presionar. El Atleti tuvo el balón, estuvo en el campo del Málaga, pero no creó peligro. Sólo Correa se mostró con ganas. La defensa, muy sobria y segura ante un equipo inofensivo como el Málaga paralizado ayer ante los fuegos artificiales del estreno del Nuevo Metropolitano. Oblak tuvo dos intervenciones de mérito. Un mano a mano con Borja en la primera parte que sacó con unos reflejos  prodigiosos y un lanzamiento por arriba en la segunda mitad que tocó lo justo y necesario para evitar el empate.

El gol lo marcó un desaparecido Griezmann adelantándose a la defensa tras una jugada eléctrica de Angel Corazoncito Correa. Justo cuando Torres estaba en la banda sin la sudadera para entrar por el gabacho. Desconocido, ausente y más centrado en su Twitter y sus anuncios que en hacer lo que mejor sabe: jugar como Dios al fútbol.

Tres puntos. Estadio estrenado en Liga. Me encanta el Metropolitano. Lástima que con estos dueños los aficionados seamos mera figuración a la que seguir exprimiendo. No queda más que resignarse, que coger el ritmo, que adaptarse a los nuevos tiempos. Es lo que tiene estar enamorado del Atleti, que. Onlo pueden entender, que no se puede explicar.

"Muchaaaaachos, hoy viajamos juntos otra veeeeez..."

Aúpa Atleti. Siempre. 


martes, 12 de septiembre de 2017

Convencer sin vencer



Roma 0 - Atleti 0

Salía el Cholo en Roma con una alineación pasando olímpicamente de los que creen saberlo todo. Con Savic y Godín flanqueados por un Juanfran bravisimo en defensa y un Filipe Luis inmenso en todas las facetas. Volvía el Gabitán Fernández a la medular canterana y poderosa con Koke, Saúl y Thomas. Arriba el regreso de un desaparecido y mediático Griezmann y la sorprendente apuesta por Luciano Vietto. 

A los dos minutos Saúl lanzaba el balón al poste y comenzaba el recital del Atleti en su renovado intento por conseguir el trofeo continental que nos falta. Luego fallarían sus ocasiones Vietto, Griezmann y Koke. Oblak haría un paradón y, en el descanso, nadie se explicaba cómo aún el Atleti no la había sabido meter. Cómo no había querido entrar.

Correa, Carrasco y Gaitán sustituyeron a Gabi, Vietto y Griezmann para fallar sus ocasiones. Saúl volvería a tirar al palo en el 90 para terminar como empezamos, con un increíble "Uy!" Y la sensación de que cuando el balón comience a entrar, golearemos.

Muy bien el Atleti en todo menos en el gol que nos impidió vencer después de convencer. Hicimos internacional al portero brasileño del conjunto romano y fallamos ocasiones que un equipo de élite no puede perdonar. Impresionante Filipe Luis en su lateral, poderoso Thomas, incansable Saúl y todo coraje, pulmón y corazón el Gabitán Fernández. Por poner pegas me quejaría de la falta de contundencia y mala leche de Vietto, la desaparición de Griezmann en constante fuera de juego y el exceso de egoísmo de Carrasco en un juego de equipo. De Gaitán, horchata para todos.

Al acabar el partido el Cholo explicó que para acabar con la falta de gol la solución es seguir insistiendo. Y me volvió a conquistar. Una vez más. Y no sé cuántas van. A Correa la entrevistadora le pregunta lo mismo, lo de que falta el gol, y Angelito le suelta que no, que llevamos siete goles en cuatro partidos. Que aún no hemos perdido. Y no le falta razón al pequeño cuervo de corazón atlético. 

Y ahora sí, con el punto romano en el casillero europeo, a empezar a pensar en el reencuentro de afición y equipo en el nuevo estadio, en el Metropolitano. Aunque no esté acabado. Ya estoy nervioso. Si juegan como hoy lo estrenaremos metiéndole al Málaga unos cuantos.

Aúpa Atleti. Siempre.

domingo, 10 de septiembre de 2017

Cuando tu réplica te replica



Valencia 0 - Atleti 0

El Valencia de Marcelino es una réplica del Atleti del Cholo. Una copia. Y el asturiano no tiene problema  n reconocerlo. Sineone es para el un referente. Por su parte, nuestro salvador argentino -mito y leyenda en activo- sabía que los valencianistas copiaban su filosofía del esfuerzo y que el partido iba a ser complicado. Lo fue. Y mucho.

Tercer partido fuera de casa puntuando. De nueve puntos posibles, cinco en el casillero. El de Valencia especialmente trabajado. Era como si el Atleti jugase contra sí mismo. De amarillo. Otra vez sin las rayas rojiblancas que parecen no gustar a los dueños de la SAD y a Nike. El merchandising. El fútbol moderno que va asfixiando el fútbol que amamos.

El partido fue un duelo contra sí mismo. Un Atleti intenso contra un Valencia intenso. Un Atleti con poderoso centro del campo contra un Valencia con el centro del campo poderoso. Los nuestros sin puntería, ellos igual. Las estadísticas casi simétricas en posesión, faltas y ocasiones. En kilómetros recorridos y gotas de sudor recogidas por metro cúbico en Mestalla. El Valencia de Marcelino fue una fotocopia del Atleti del Cholo. Un calco. La única diferencia es que nosotros sabemos cuál es el original, y que lleva seis años funcionando. Veremos si la copia le sirve al Valencia y cuanto les dura.

Y el sábado. A estrenar estadio. Que será uno de los mejores del mundo. Para compensar tenemos la peor directiva de Europa. Que digo yo si eso no desgrava en Hacienda o nos debería dar algún punto de ventaja en la Liga.

Aúpa Atleti. Siempre.

domingo, 27 de agosto de 2017

Cholocambios de inicio



UD Las Palmas 1 - Atleti 5

Antes del parón por la cosa de la FIFA había que ganar. Los tres puntos eran tan necesarios como el comer. Y el rival era propicio (los últimos enfrentamientos de Liga contra los Pio-Pio se habían saldado con sendas pintadas de cara. En paquetes de cinco). No jugaba nuestro fichaje no inscrito, Vitolo, aunque a mí me hubiera gustado verle. Y mi amigo Nico, canarión de pro, me enviaba un mensaje alertándome sobre las cualidades del joven Fabio que debutaba en las filas amarillas. Yo, por mi parte, le avisaba de que no perdiera detalle a Thomas. Y de que el Cholo había sacado un once repleto de chavales donde sólo dos futbolistas superaban los 24 años. Era una alineación arriesgada que anticipaba los milagrosos Cholocambios al mismo inicio, como una urgencia para evitar sobresaltos y no empezar la temporada con el lastre de dos empates contra equipos teóricamente asequibles como nos sucediera la pasada temporada. 

Alineaba el entrenador de las 199 victorias a Oblak con Vrsaljco y Lucas en los laterales y los uruguayos Giménez y Godín abrochando la defensa. En el medio, cantera y fortaleza con Saúl y Thomas ayudados en banda por el vallecano Koke y el belga indepndiente y siempre sorprendente, Carrasco. Arriba dos crios argentinos, Luciano Vietto el resucitado y Angelito de mi vida Correa. Revolución total. Mucha chavaleria y zis-zas. Correa y Carrasco en dos minutos y antes de que el reloj marcase el cinco, ya se habían inventado su jugada con regate dentro del área y balón a las mallas. Así, sin tiempo a más. Dejando claro que el Cholo tenía razón y que los Cholocambios funcionan incluso de inicio. Se estaba gestando la victoria 200 de Diego Pablo Simeone al frente del mejor equipo de nuestra historia. Y sin refuerzos. Con los chicos. Aunque también es cierto que enfrente había un equipo aún sin hacer y dejando hacer en exceso al contrario. Este año parece que no lo van a tener tan fácil los canarios.

Con el 2-0 el Atleti se dedicó a tener el balón hasta el descanso. En la reanudación recortaron los amarillos de cabeza. Otra vez. Y llevamos tres goles por arriba en dos partidos. Preocupante. Menos mal que Koke, con su parsimonia, su culo gordo y un exceso de clase que no le cabe en el cuerpo se marca el primero de sus dos golazos. Por la misma escuadra. A los dos minutos, como hieran Correa y Carrasco al principio, vuelve a meter otro tanto con una media chilena que recordaba la de Saúl en el Calderón en el 4-0 a los vikingos. Golazo. No saldrá en la tele porque no lo marcó Griezmann. Merece la pena que lo busquéis en internet. Y los tres anteriores. Y el quinto de Thomas con una clase impropia de su músculo, desde fuera del área, colocando el balón lejos del alcance del guardameta contrario. Todo lo contrario que Oblak. El mejor portero del mundo se volvió a parar otro penalti (el penalti nuestro de cada día). Lo hizo en Girona, lo hizo en Gran Canaria y todos nos preguntamos por qué cojones no se paró uno en Milán. 

Conclusión: el Cholo dio una lección a la legión de entrenadores amargados y atléticos avikingados que pueblan las barras de los bares de las redes sociales. El cuñadismo fracasó. Lucas cada vez me gusta más adelante y atrás. Thomas confirma que cuando no da la de arena todo es cal. Carrasco sigue igual. Vietto tiende a resucitar para frenar su pase al Calcio y Correa, ay, Angelito de mi vida. Correa tiene que seguir como en estos dos partidos. Rompiendo, desmarcándose, regateando, diaparando y defendiendo. Sorprendiendo a los que no confiaban en él y demostrando que es el crack que vino al Atleti para robarnos el corazón.

Aúpa Atleti. Siempre.