lunes, 11 de mayo de 2009

Dios salve a Forlán

Atleti 3 - Espanyol 2

Afónico, agotado, exhausto, casi tanto como los diez jabatos que se partieron el pecho y se reventaron a correr durante la segunda parte de ayer. Un partido épico, milagroso, heroico, de los que le hacen a uno reconciliarse con la fe en los colores, un encuentro espectacular en el que 50.000 gargantas empujaron por tres veces el balón al fondo de la red gracias a la fe de Diego Cachavacha Forlán y al esfuerzo y el sudor de diez gladiadores que creyeron posible remontar un partido absolutamente desequilibrado por la sinrazón de un árbitro que expulsa a Perea tras un lance en el que ni siquiera señaló falta. Para bajarle a Segunda (al árbitro, digo).

El tío Luis
Fallaba ayer uno de mis hermanos al partido por motivos que no vienen al caso y decido invitar a mi amigo Luis Ángel. El tío Luis, como cariñosamente le llamamos, es catedrático de psicología en la UNED y terapeuta de los que curan a la gente de sus dolores más internos. No le gusta el fútbol, pero es tan curioso como yo. Enseguida me dijo que sí, que se venía, y me contó que su primera camiseta de un equipo de fútbol fue la del Atleti, "pero yo quería la del Madrid, lo que pasa es que no había y mis padres me trajeron la rojiblanca". Los dos nos reímos y a la salida del Calderón, después del milagro que le anuncié con la boca llena de tortilla y calamares, de regreso en el coche, asentía: "creo que soy del Atleti, lo de hoy ha sido una experiencia catártica".

Un buen "perico"
Otro de mis amigos, Quico Prat, un perico irredento, no pudo acudir al partido acompañando a su Peña Espanyolista de Madrid por encontrarse en la Ciudad Condal por un compromiso familiar. Cuando acabó la primera parte, con el 0-2 propiciado por la expulsión de Perea, me enviaba un sms: "Parece que hace buena noche en Madrid".
Cuando acabamos con el apoteósico triunfo en el límite del tiempo, con un Forlán gigantesco y escandalosamente escandaloso (Tomi dixit), me faltó tiempo para responderle: "La noche es espléndida, como mi Atleti. No te agobies, el próximo domingo os salváis en San Mamés y nosotros nos metemos en Champions. Forza Atleti".

Ahora a esperar a la final del domingo, otra vez a las 21:00 horas, otra vez con bocata, esta vez seguro que mi hermano no se lo pierde, este vez seguro que no tenemos que esperar a la segunda parte para ver a nuestro equipo derrochando coraje y corazón, para que todo el estadio vuelva a empujar con sus gargantas, con sus bufandas, con el alma puesta en pie en un delirio rojiblanco.

Te quiero Atleti, lorololo lorololo, Te quiero Atleti, lorololo loroló (música de Pipi Calzaslargas)

lunes, 4 de mayo de 2009

Forlán nos obliga a creer en la Champions

Betis 0 - Atleti 2

Parece que Forlán está empeñado en seguir siendo nuestro ídolo. El atleta uruguayo, uno de los pocos que derrocha coraje y corazón, que lucha como hermano y que defiende los colores, fue ayer (again) el revulsivo de un Atleti que vaga por esos campos de dios en busca de un sistema, de una identidad, de dos ideas claras sobre quiénes somos, qué hacer con el balón y cómo jugar al fútbol sin esperar a que dos zarpazos del Cachavacha, una genialidad del Kun o una aparición del desaparecido Maxi resuelva un partido al que no sabían cómo hincarle el diente. Vamos, lo de toda la temporada.

Abel no me mola
Es genial que el gran portero rojiblanco del récord, mi admirado Abel, siga ligado al club. Fue uno de los grandes que han defendido nuestro escudo. Pero de ahí a que sea el entrenador del Atleti... pues no. Me pasa con el míster justo lo contrario que con Aguirre. El vasco me parecía que tenía una idea clara de fútbol basada en los resultados y no me gustaba; Resino no tiene ninguna idea de fútbol y, cuando suena la flauta, consigue resultados. Tampoco me gusta.
Desde que llegó apenas ha habido cambios. Siguen jugando los mismos y dando el mismo espectáculo deprimente de un grupo de amigotes que se reúnen a echar una pachanga antes de cenar y tomarse unas copas. Ayer, en Heliópolis, Abel nos sorprendió alieneando (por fin) a Miguel de las Cuevas, tirando de Ever Banega y dejando al Kun en el banquillo. Pero vamos, que los cambios no han sido radicales y todos han venido motivados por la sanción a los sinvergüenzas (Seirtaridis y Maniche), a los lesionados y a los sancionados. Lo dicho, parches para cubrir los huecos de la misma historia que traía Aguirre.
¿Por qué no empieza a subir a los chavales del filial y del juvenil? ¿Cuándo va a subir De Gea a la primera plantilla? ¿Y Keko? ¿Y Borja? ¿Por qué no les da más minutos a Domínguez y a Camacho?

Espanyol y Valencia
Después de la penosa eliminación de Champions por el Oporto, reservando a Forlán y saliendo en el estadio de los dragones a que no nos marcasen... o sea, después de tirar la Champions a la basura para centrarnos en meternos en la Champions del año siguiente... (alucinante paradoja), después de este despropósito yo había perdido toda esperanza en la competición europea. Me daba igual entrar o no. De hecho, los resultados contra Mallorca, Racing... parecía que nos iban a desplazar fuera de la competición continental. Pero ha bastado que Forlán saque un poco de casta para que una semilla de ilusión (pequeña, muy pequeña) se haya posado en mi corazón rojiblanco. Ahora bastará con doblegar a un Espanyol que viene absolutamente lanzado huyendo del abismo y superar a un Valencia desorientado (como nosotros) con dos buenos partidos en el Calderón que vuelvan a crear el clima de conexión entre grada y jugadores (o lo que sean).

Yo me voy, al Manzanares, al estadio Vicente Calderón, donde acuden a millares, los que gustan del fútbol de emoción...