lunes, 4 de mayo de 2009

Forlán nos obliga a creer en la Champions

Betis 0 - Atleti 2

Parece que Forlán está empeñado en seguir siendo nuestro ídolo. El atleta uruguayo, uno de los pocos que derrocha coraje y corazón, que lucha como hermano y que defiende los colores, fue ayer (again) el revulsivo de un Atleti que vaga por esos campos de dios en busca de un sistema, de una identidad, de dos ideas claras sobre quiénes somos, qué hacer con el balón y cómo jugar al fútbol sin esperar a que dos zarpazos del Cachavacha, una genialidad del Kun o una aparición del desaparecido Maxi resuelva un partido al que no sabían cómo hincarle el diente. Vamos, lo de toda la temporada.

Abel no me mola
Es genial que el gran portero rojiblanco del récord, mi admirado Abel, siga ligado al club. Fue uno de los grandes que han defendido nuestro escudo. Pero de ahí a que sea el entrenador del Atleti... pues no. Me pasa con el míster justo lo contrario que con Aguirre. El vasco me parecía que tenía una idea clara de fútbol basada en los resultados y no me gustaba; Resino no tiene ninguna idea de fútbol y, cuando suena la flauta, consigue resultados. Tampoco me gusta.
Desde que llegó apenas ha habido cambios. Siguen jugando los mismos y dando el mismo espectáculo deprimente de un grupo de amigotes que se reúnen a echar una pachanga antes de cenar y tomarse unas copas. Ayer, en Heliópolis, Abel nos sorprendió alieneando (por fin) a Miguel de las Cuevas, tirando de Ever Banega y dejando al Kun en el banquillo. Pero vamos, que los cambios no han sido radicales y todos han venido motivados por la sanción a los sinvergüenzas (Seirtaridis y Maniche), a los lesionados y a los sancionados. Lo dicho, parches para cubrir los huecos de la misma historia que traía Aguirre.
¿Por qué no empieza a subir a los chavales del filial y del juvenil? ¿Cuándo va a subir De Gea a la primera plantilla? ¿Y Keko? ¿Y Borja? ¿Por qué no les da más minutos a Domínguez y a Camacho?

Espanyol y Valencia
Después de la penosa eliminación de Champions por el Oporto, reservando a Forlán y saliendo en el estadio de los dragones a que no nos marcasen... o sea, después de tirar la Champions a la basura para centrarnos en meternos en la Champions del año siguiente... (alucinante paradoja), después de este despropósito yo había perdido toda esperanza en la competición europea. Me daba igual entrar o no. De hecho, los resultados contra Mallorca, Racing... parecía que nos iban a desplazar fuera de la competición continental. Pero ha bastado que Forlán saque un poco de casta para que una semilla de ilusión (pequeña, muy pequeña) se haya posado en mi corazón rojiblanco. Ahora bastará con doblegar a un Espanyol que viene absolutamente lanzado huyendo del abismo y superar a un Valencia desorientado (como nosotros) con dos buenos partidos en el Calderón que vuelvan a crear el clima de conexión entre grada y jugadores (o lo que sean).

Yo me voy, al Manzanares, al estadio Vicente Calderón, donde acuden a millares, los que gustan del fútbol de emoción...

2 comentarios:

Tomi dijo...

¿Pacha, Santi?

Ojalá y me equivoque, pero me da que el Espanyol nos va a volver de nuevo a la cruda realidad. Al tiempo.

Oyes, ¿Para qué sirve eso de "reacciones"? Yo te he puesto que sí, pero vamos, que ni puta idea ... :-DDD

Un abrazo.

Santi Riesco dijo...

Hola Tomi. El Espanyol da mucho yuyu, yo también me temo lo peor pero, como tú bien dices, el Atleti es como la última copa, siempre entra.
Lo de las reacciones no tengo ni idea de paqué sirve. En cuanto tenga un rato lo quito.
Un abrazo resignado.