jueves, 31 de diciembre de 2015

Feliz año, cholíderes


Rayo 0 - Atleti 2

Jugábamos en Vallecas, muy cerca del Calderón. El Rayo venia de sufrir un atraco a cara descubierta en Concha Espina y yo no estaba dispuesto a dejarme atracar en las taquillas de la calle Payaso Fofó r los vecinos franjirrojos (45 euros la más barata). Me quedé en casa y, mientras mis chicas se daban un paseo y hacían algunas compras, presencié un nuevo atraco vikingo en el Cuernabéu. De vergüenza el arbitraje del doblemente González en el barrio financiero de Madrid. Ya lo dijo el Cholo a principio de temporada. La Liga está peligrosamente preparada para que la gane el Madrid, un equipo con ese presupuesto no puede permitirse ganar solo una Liga en diez años. Y ahí anda el estamento arbitral empeñado en que ganen a pesar de que los jugadores se empeñan en perder para echar al gordito de los Phoskitos. Pues eso, atraco sobre atraco.

No las tenía todas conmigo ante el Rayito. Los de Jémez son un equipo valiente y el Cholo explicó muy bien que esto es una virtud y un defecto. Había que esperar al partido para ver qué versión tocaba.

La primera parte fue un cúmulo de ocasiones perdidas. Carrasco en un par de ocasiones, Koke, Fernando Torres, Griezmann... Pero nada, si no era por falta de puntería, era la ansiedad, o las intervenciones de un portero al que, para variar, convertimos en estrella aumentando su cotización. Yoel fue el mejor de su equipo.

Perdonamos demasiado y el Rayo llegaba. Y ellos no se lo pensaban. Dos ocasiones tuvo Javi Guerra y en una de ellas Oblak nos recordó por qué somos uno de los equipos menos goleados. Pintaba mal el partido. Los de Jémez estaban haciéndose con el balón y el centro del campo. Óliver seguía desaparecido, Saúl con más intensidad que cabeza, Koke con la hemiplejia que le produce jugar en banda. Carrasco rápido pero sin peligro, Griezmann buscando el balón sin encontrarlo y Torres en su particular duelo consigo mismo, en esa absurda histeria provocada por los datos, los números, los cuentagoles que han conseguido bloquearle y bloquearnos. Todos pendientes del gol cien en un equipo que comparte liderato en Liga, está en los dieciseisavos de Champions y en los octavos de Copa, contra el Rayo otros dos partidos en semana y media. En fin... Ya lo dice el Cholo: "No consuman". Y nada, ni caso.

En la segunda mitad empieza el Cholo a mover el banquillo mucho más pronto de lo que acostumbra. Quita a Óliver que no había rascado bola, a Torres (lo que me enfada muchísimo) y a Carrasco para dar entrada a Jackson, Thomas y Correa. Y volvió a acertar el mejor entrenador de la historia rojiblanca. Thomas se inventó una jugada en el minuto 88 con una asistencia a Correa que, con la espinillera, coloca el balón en la escuadra y a mi hermano y a mí casi colgados de la lámpara. Y cuando aún no habíamos bajado del techo Jackson se saca una asistencia de fenómeno que Grizmann finaliza con vaselina de crack. Minuto 89, 2-0, 3 puntos, acaba el partido, acaba el año. Feliz 2016. Que siga la fiesta. Y como dice mi amigo Amador: "Que no mengüe".

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