viernes, 18 de diciembre de 2015

El Reus, 99 goles y el Rayo


COPA 1/16 (vuelta)
Atleti 1 - Reus 0 (3-1)

Me gusta la Copa. Y si fuera a un único partido ya sería lo más. Me gusta ver a equipos todopoderosos caer eliminados porque no están al fútbol sino al márketing, a la política, a los dineros, el poder y la tontería. Me gusta ver a los equipos de Primera pelear contra los de Segunda y, sobre todo, con los de la división de bronce. Esos equipos humildes que no tienen nombre en las camisetas y cuyos jugadores comparten centro de salud, bar y supermercado con los vecinos de la localidad para la que juegan. Me encanta la Copa.

Y sin embargo, por culpa de este raro trabajo de juntar letras para explicar imágenes, no pude ir ayer al Calderón. Me tuve que quedar adelantando reportajes con el fin de juntar unos días y descansar en Navidades. Para colmo de males mi hermano andaba en las mismas que yo. Total, que cuando acabé lo que tenía que hacer aún faltaban quince minutos para que echara a rodar el balón. Estaba en Prado del Rey, en Pozuelo, y tenía la moto en la puerta. Pero me había dejado los abonos en casa... en la Ciudad de los Ángeles. No llegaba ni de coña. Total, a verlo en casa. Y eso hice.

El partido me encantó. Sobre todo porque el Reus no parecía un equipo de Segunda B.  Incluso su indumentaria amarilla (que me recordó al Alcorcón, al Cádiz, a tantos equipos admirados en la Copa por su juego sin igual y su capacidad para dejar fuera a los vecinos de Concha Espina) -don Luis me perdone- me pareció genial. Nos jugaron de tú a tú, defendiendo con orden y tocando el balón. Sin dar una patada de más. Y si no es por una manopla de Moyá nos hubieran dado un disgusto y ahora estaríamos buscando cabezas de turco. La de Torres -aunque parezca increíble- casi lo fue ayer en las redes sociales. Mucho desagradecido, mucho consumidor, mucho ignorante revanchista que no soporta que por tres veces les dijese a los vecinos que no.

Llevaba Fernando Torres varios partidos jugando muy bien y aportando al equipo oxígeno en el último pase, dando opciones a sus compañeros en ataque, sumando para ganar, ganar y volver a ganar. Aunque, eso sí, sin que llegara el puto gol cien que está empezando a convertirse en un problema. Algo que es absolutamente irreal, fantasma, inexistente no sólo para él sino para todos los demás. Un dato insignificante que los medios han convertido en cuestión de Estado y que, para nuestra desgracia, por consumir, está generando ansiedad en nuestro delantero, en nuestro equipo, en la grada y en todo lo demás. Sólo digo una cosa: A la mierda el gol cien. Queremos a Fernando jugando para el equipo. Aportando, sumando. Aunque no marque nunca más.

Ayer tuvo cuatro oportunidades nuestro nueve, el capitán, el Niño de Fuenlabrada. Tres de ellas las sacó el portero rival con intervenciones meritorias. Era como si Fernando estuviese gafado, como si le hubiese mirado un tuerto, como si un conjuro le tuviese maldito ante el arco rival. Hasta ahí, nada fuera de lo normal. Ya llegará. Lo malo fue el modo de errar la cuarta oportunidad. Solo ante el portero, tras un desmarque genial, remata con un tacón antinatural. Al principio parecía que lo había hecho porque pensaba que estaba en fuera de juego -algo que tampoco lo justifica- después se vio que no, que había elegido la peor de las opciones para rematar un balón que sí o sí tenía que haber acabado dentro. Y me faltó tiempo para poner en mi twitter: "Así, no, Fernando, así no".

Por lo demás hay que destacar el juego de Thomas. Llevaba tres partidos lanzando desde fuera del área y al final tenía que entrar. Y entró. Golazo del ghanés. Parece que en cuanto aprenda a colocarse un poco mejor en el campo y coja la dinámica del grupo tendremos un medio centro de garantías. Y con gol. Un nuevo Raúl García al que el Cholo se está encargando de cuidar.

Nos acaba de tocar el Rayo. Nos vamos a hartar de jugar contra los de Vallecas estas Navidades. Primero en Liga el 30 de diciembre. Luego en Copa el 6 y el 12 de enero. Me gusta el Rayito. Me gusta Jémez. Me gusta su manera de entender el fútbol. Me gusta el barrio y me gusta que estén en Primera. Pero me gusta mucho más seguir en la Copa y ganarles en Liga para acabar el año con más puntos y mucha, mucha felicidad.

Y el domingo, a las 20:30, compitiendo con los resultados electorales, tres puntos importantes comtra el Málaga.

Vamos, Atleti, vamos.

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