miércoles, 9 de diciembre de 2015

Saúl hizo de Koke, Koke de Gabi y Gabi de Tiago


LIGA DE CAMPEONES
Benfica 1 - Atleti 2

Se echa de menos al portugués, a Tiago Mendes. Y más en un encuentro como el de ayer en el estadio Da Luz lisboeta donde el Cholo -qué listo es el Cholo, joder- quiso alojarse en el mismo hotel de la final de Champions para desafiar y desactivar todas las tonterías y farios a los que los aficionados -y algunos profesionales- somos tan dados. Bien por el Diego. Otra vez volvió a acertar. Como acertó con el puzle en el centro del campo para suplir la importantísima ausencia de Tiago -al que los prescritos del palco siguen sin renovar-. Saúl hizo de Koke, Koke de Gabi y Gabi de Tiago. Y funcionó. Al menos hasta que los lisboetas hicieron su gol. Ahí sí que echamos de menos al portugués. Mucho. Su calma, su clase, su control, su manera fina de congelar la pelota, de enfriar el partido, de cambiar la jugada con un pase a la otra banda descolocando al rival, obligando a que corran, golpeando con su juego pendular. Por cierto, el titular, y la reflexión, no es mío sino de otro sabio, de mi hermano Ricar. Ayer se acercó a casa a ver a sus sobrinas pachuchas después de un palizón de coche tras regresar del puente. Y vimos el partido hablando de fútbol. La mejor terapia para olvidarse de las urgencias, los antibióticos, las noches en vela y los llantos de las pequeñas.

Y cenamos fútbol. Porque pensábamos que iba a ser un partido bronco, en el que las águilas bengaleras especularían con el resultado como en el Calderón. Sólo necesitaban un empate para pasar primeros. Pero no. Fueron nobles los del Benfica. Jugaron de tú a tú. A cara de perro. Y claro, eso a un Atleti como el de este año, dado al toque, con una defensa endiabladamente ordenada, que funciona atrás como el engranaje de un reloj perfectamente sincronizado y engrasado... como que no. Atrás somos muy solventes, muy potentes, muy seguros, muy solidarios. Un auténtico espectáculo defensivo, que es lo menos espectacular para los que no han jugado nunca al fútbol. Ya digo, a nosotros nos encantó.

Lo de arriba ya es otro cantar. Es cierto que en la banda Filipe y Carrasco imprimen muchísima velocidad. Y que Saúl estuvo físicamente portentoso por el otro carril, con un Juanfran más discreto que otras veces, pero cumpliendo. Es verdad que nos falta la chispa arriba, la sorpresa en ataque, ese primer toque que nos deje en ventaja. Ayer por la noche, con las tortugas cenadas y las niñas dormidas,  nos preguntábamos frente a la tele, entre sorbos de café, por qué tocábamos y tocábamos queriendo meternos con el balón hasta dentro. Y zas, en toda la boca. El Atleti tiró ayer más veces desde fuera del área que en toda la temporada. Tiró Saúl, tiró Gabi, tiró Carrasco, tiró Koke, todo el centro del campo lanzó desde fuera del área con solvencia y como avisando. Y nos encantó. Porque hace que la defensa contraria tenga que emplearse más lejos del área y que se abran posibilidades de gol.

Los goles fueron golazos. El de Saúl lo fabricó Vietto. Yo hubiera tirado. Pero el pase a Saúl fue soberbio. El clásico de la muerte. Aunque el de Elche se la jugó a la primera con un contrario cerca teniendo solo a Carrasco a su izquierda. Golazo. Incontestable. El segundo, el de Vietto, vino tras una carrera impresionante del belga que ganó la línea de fondo y puso un pase duro y raso entre el portero y el central al que, por primera vez en todo el partido, nuestro joven ariete le ganó el pan. Sacó la pierna Vietto y lo clavó. Se acabó.

El Cholo sacó a Torres para demostrar que confía en él. Tuvo su ocasión el de Fuenlabrada. Salió Oliver Torres para completar con Juanfran Torres el trío de Torres. Correcto el extremeño al que tanto temían en Portugal después de la temporada pasada en el Oporto de Lopetegui donde demostró su calidad. Y en los tres minutos de descuento, después del gol a lo Ibrahimovic del griego Mitroglou -dándose la vuelta con todo su cuerpo cubriendo el balón hasta endiñarla con mucha suerte tras pegar en el palo- sacó el Cholo a Giménez, a pesar de su peinado tintado, para perder el tiempo justo y obligar al colegiado rumano a que pitara el fin del partido. A que el Atleti se clasifique primero de grupo. Y van tres años seguidos. Con el Cholo. Por primera vez en nuestra historia. Y seguimos optando a todo. Segundos en Liga y con opciones en Copa. Vamos, Atleti, vamos.

El domingo, por fin, al Calderón. Con ganas de aplaudir a Raúl García y de sumar otros tres puntos contra un equipo de los que me gustan. Por las rayas rojiblancas, por las oportunidades que dan a los de la cantera y por la cultura de fútbol que siempre les rodea. ¡Aúpa Atleti!

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