martes, 15 de diciembre de 2015

Un domingo raro


Atleti 2 - Athletic 1

Todo muy raro. Domingo a las 18:15 de un invierno primaveral. Juega el Athletic de mi familia política y, por fin, se plantea la previa del partido como una fiesta entre dos equipos rivales y hermanos, con una historia común. Nos une Raúl García, nuestro Rulo, el capitán que tras nueve temporadas en el Atleti derrochando coraje y corazón se fue entre lágrimas al equipo del Botxo donde sigue demostrando su profesionalidad con intensidad. Entre bromas y veras comentábamos en el primer anfiteatro que había que ver lo bueno que era Raúl García y lo guarro que era el 22 de los de Bilbao. Se le echa de menos. El domingo fue una de las claves para convertir el partido en una fiesta.
También los niños de NUPA con su campaña ayudaron a generar un clima de solidaridad y buen rollo entre las dos aficiones. Las fechas son propicias y la labor de www.somosnupa.org mucho más.

"Tenemos que vernos, tengo algo para ti", me envía José I. Fernández, compañero de brindis, finales y blogs, de mucho Atleti, antes del partido. Quedamos donde siempre y me regala su trabajo sobre Godín debidamente firmado y dedicado. De esto ya escribiré otro día con más detalle. Cuando me lea la biografía del charrúa. Sólo quiero decir que la dedicatoria es tan brillante como el autor.

Estaba el día raro porque me había despertado un SMS avisándome de la muerte de una persona a la que estimaba y que me estimaba. También era del Atleti. Un infarto se lo llevó en el frontón donde jugaba con su hijo y unos amigos. 53 años. La vida partida. Y yo todo el día rumiando el dolor. Lo de menos fue el partido. Todo me recordaba a José Luis. Ya de noche, tras dejar a mi mujer en casa, cogí el coche y me fui al tanatorio para despedirme de él. Deseaba no encontrarme a nadie. Casi lo consigo. Sólo estaba Rosa, su mujer. Y los dos llorando estuvimos abrazados un buen rato sin poder pronunciar palabra. Y cuando por fin se me desata la garganta, como sin querer, salió de mi garganta una gran estupidez: "Ha ganado el Atleti, seguro que por José Luis". Y Rosa sonrió como quien se agarra a un salvavidas para no morir ahogada en sus propias lágrimas.

El partido fue raro. Como todo el día. Por la mañana estuve en la misa de la alegría, el "Gaudete" que celebramos los católicos cada tercer domingo de Adviento. Pero no usaron el color litúrgico que les prometí a mis hijas. La pequeña se me durmió en los brazos y su madre con la mayor tuvieron que salir fuera por un mensaje de teléfono inapropiado. Raro. Todo muy raro.

Jugó el Atleti extraño. Los de Bilbao nos ganaron el centro del campo. Aduriz demostró que es como nuestro Tiago, que está inspirado y enrachado. Que es como el Diego Costa que nos ayudó a ganar la Liga. Calentando a los defensas. Muy bueno. Beñat probó en cuatro ocasiones desde el borde del área sin suerte para ellos y con suerte para nosotros. Oblak triunfó en un mano a mano que estaba perdido y detuvo a lo argentino, como Leo Franco. Griezmann marcó un auténtico golazo. Mereció ganar el Athletic, menos mal que ganaron los nuestros. Estamos Cholíderes, como dice la buena de Helena Platas. Cholíderes y con la suerte del campeón. Molestando. Aunque sea todo tan raro.

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