domingo, 25 de octubre de 2009

Santi vete ya


Atleti 1 - Mallorca 1

Lo mejor del partido, sin duda, el cántico escuchado dos filas de asientos más arriba. "Santi vete ya, Santi vete ya, Santi vete yaaaaaa". El cachondo en cuestión hacía chanza de la efímera estancia de Santi Denia en un banquillo desde el que quiso pasar a la historia cambiando de portero, dejando a Jurado en el banquillo y apostando por Domínguez. A mí, dicho sea de paso, me gustó mucho la alineación con Domínguez y De Gea; aunque hubiese sacado a Jurado y a Reyes desde el principio para que Asunçao y Maxi calentaran en la banda. Lo de Forlán y el Kun ya se sabe, este año aún no han cogido el punto sobrehumano de la temporada pasada. Quizá convendría poner a Sinama en punta (que es su sitio) para dar descanso al pequeño argentino.

Pues eso, que el irónico cántico del abonado del segundo anfiteatro me llevó a reflexionar sobre mi estancia en el Vicente Calderón. Sí, cierto que estuve con mi sobrino y que, aunque mis hermanos no pudieron ir, es una alegría encontrarse con la familia. Pero con esa tarde de sol y buen tiempo, con un cielo otoñal digno de postal, con mi chica embarazadísima en casa, con un montón de libros por leer, de pelis que ver, de conversaciones que continuar... qué mierdas hago yo viendo a una panda de sinvergüenzas arrastrándose por el césped, huyendo de la pelota y asegurando el pase al pie sin lanzarla más allá de cinco metros. Y el tipo de detrás que insiste: "Santi vete ya, Santi vete ya..." Mi amigo Evaristo, Atlético de los de toda la vida y llegado desde Salamanca para ver el espectáculo me dice que lo mejor es que nos vayamos. Y yo, erre que erre, que no, que nunca se sabe, que en la segunda parte nos van a sorprender, que cuando salgan Jurado y Reyes esto puede ser otro partido. Y vaya que si lo fue.

En la segunda parte sale Jurado desde la caseta. Otra mano, otro penalti, otro "u-ru-gua-yo, u-ru-gua-yo". Evaristo que se tapa los ojos con la chaqueta, mi sobrino que se pone de pie y aprieta la gorra en sus manos contra los dientes. De pronto me desconecto, miro a mi alrededor  y veo a 40.000 personas en vilo, con el corazón a punto de pararse, esperando que Forlán meta el segundo penalti de la tarde que nos haga jugar con ventaja en el marcador y con dos jugadores más en el campo. GOL. Entró. Evaristo sonríe, mi sobrino se me abraza, gritamos un poco pero: no hay cántico de celebración. No hay bufanda estirada sobre las cabezas con el atronador "Atleeeeeee-ti, Atleeeeeeee-ti". Algo no va bien.


En broma le comento a mi sobrino que ahora Santi meterá a Cleber para sujetar el partido y contener a los nueve del Mallorca. Dicho y hecho. Mi tocayo no se da cuenta de que estoy de coña, como el fulano de arriba que insiste con el "Santi vete ya, Santi vete ya...". Ahora empiezo a pensar que me lo está cantando a mí. Y no le falta razón. Y me entran ganas de hacerle caso. Y mi sobrino que deja de animar como el Frente Atlético la primera parte. Evaristo, experto en el Atleti desde los tiempos del Metropolitano, me dice que pinta mal. Yo hago de Rappel y profetizo que "el calvo" (Borja) nos va a empatar porque está hiperactivo y el negro (Webó) no puede con su nombre de la paliza que se ha metido. Aún así remata de cabeza rozando el larguero en una cantada de De Gea por alto.

El partido está acabado. Minuto 90. Todos pidiendo la hora en el Calderón, contra el Mallorca, contra nueve jugadores, ganando 1-0... y nos marcan un gol absurdo en un fallo defensivo habitual con la colaboración del joven guardameta al que yo tanto he defendido aquí. "Tío, el calvo" confirma mi sobrino. El campo se enfurece, entra en cólera, se mezclan y se solapan los gritos y cánticos de queja, de insulto de desesperación. El árbitro pita el final. Todos a casa a rumiar el desastre. Me llaman mis hermanos. Lo rumiamos juntos. No llegamos a ninguna conclusión. "Santi vete ya, Santi vete ya, Santi vete yaaaaa" resuena en mi cabeza durante toda la noche.


El martes comenzamos en la COPA (mira que me gusta a mí la Copa) contra el Marbella. No sé si se me habrá pasado ya el estado depresivo rojiblanco en el que me encuentro.

Somos nosotros, Atleti, somos nosotros.

 

4 comentarios:

Asun Gómez dijo...

Igual hoy no es el día más apropiado para decirlo, pero en la Copa todavía tenemos posibilidades. Las mismas que todo el mundo, porque todavía no ha empezado. Esperemos que no la acaben liando como en las otras dos.

Un abrazo y ánimo, que a todos nos hace falta :)

Santi Riesco dijo...

Creo que sí, que hoy es el día más apropiado. Precisamente porque necesitamos agarrarnos a lo que sea.
Un fuerte abrazo para ti también. Y enhorabuena por el post granadino. Yo también sigo al Sestao River de la 2ªB.

Besos.

atletista sin solución dijo...

Por supuesto que Santi es el que tiene la culpa. O nos tomamos esto con un poco de filosofía o nos tiramos por el balcón.

Santi Riesco dijo...

Atletista, estoy completamente de acuerdo contigo. Hay que echarle un poco de humor a la cosa.
A ver qué pasa en la Copa, que me encanta ese trofeo.
Un abrazo.