miércoles, 11 de mayo de 2011

Cabreo ontológico



Hay estados de ánimo imposibles de explicar. Lo mío he dado en llamarlo “cabreo ontológico”. Ya digo, lo de poner nombre a las cosas es un ejercicio necesario para que a uno le duelan menos. Y conste que bautizar los estados de ánimo, los sentimientos, las sensaciones, es un don que no me ha sido concedido. Pero me conformo con llamar a esto que me pasa “cabreo ontológico” a falta de mejores opciones.
¿En qué consiste? Pues sencillamente en que me paso el día de mala hostia por circunstancias que no puedo cambiar, que me hacen sentir impotente, que me remueven por dentro y no tienen una solución en la que pueda aportar lo más mínimo. A saber: las elecciones municipales y autonómicas donde se presentan los mismos de siempre, con las mismas mentiras, la misma dejadez y el mismo interés por la vida de sus conciudadanos, o sea, ninguno. Otro asunto que me revienta las tripas, me acelera el corazón y me deja sin Almax es el creciente paro y la decreciente credibilidad de esta profesión periodística con la que un día decidí ganarme los garbanzos. En los últimos tres años la FAPE (Federación de Asociaciones de Periodistas de España) ha contabilizado nada menos que 3.800 despidos de compañeros en los distintos medios periodísticos del país. Y lo que es más grave, a nadie le importa una mierda, nadie se ha enterado y los dueños de las empresas mediáticas no dicen ni mú de lo que sucede en la competencia. Como si hubieran pactado no hacer sangre de los de la acera de enfrente porque ellos también hacen lo mismo. Eso sí, llenan periódicos, minutos de radio y televisión, páginas y páginas de internet con los despidos en la construcción, en la automoción y en la madre que los parió a todos. Insisto: “cabreo ontológico”.
Pero no queda ahí la cosa. Es que hasta mi propio equipo de fútbol está para el desguace. Con unos dirigentes condenados por apropiación indebida que no han devuelto ni un céntimo porque el delito prescribió. En serio. No me invento nada. Unos tipos roban 6.000 millones de las antiguas pesetas, un tribunal les condena, y resulta que no pasa nada porque ya han pasado unos años y el delito no se tiene en cuenta. De modo que por mucho que yo proteste con una bufanda verde y oro, por mucho que me manifieste, por mucho que denuncie, que intente hacer ver a los que me rodean que mi equipo se ha convertido en una sucursal de negocio para dos mafiosos reconocidos, no me queda más opción que el puñetero pataleo, el “cabreo ontológico”.

Y lo peor de todo no es que los políticos nos sigan timando con una ley electoral fraudulenta y partidista, ni siquiera que el paro en la profesión me tenga compungido y maniatado, o que el Atleti siga deteriorándose a pasos agigantados. Qué va. Lo peor es que este “cabreo ontológico” se está convirtiendo en antológico.

Y para colmo es contagioso. Las educadoras de la guardería de mi hija me han mandado una nota que dice: “María ha venido un poquito salvaje. Empuja a sus amiguitos y les da patadas y puñetazos sin motivo”. Y yo no he podido menos que contestarles con otra nota: “No se preocupen. Cuando pasen las elecciones, descienda el paro y el Atleti vuelva a sus socios se tranquilizará”.

2 comentarios:

Jose I. Fernández dijo...

Si que se calme el carácter de María depende de esas variables que mencionas, prepárate para una adolescencia más que complicada... como mínimo!

Eso sí, el domingo a celebrar la UEFA en el Calderón al grito del "¡¡Te quiero Atleti!!"

Carlos Humberto dijo...

Hola, un saludo a todos los futboleros, queremo informar de que se va a disputar una nueva competicion en la zona de la Safor, Valencia, en la que competirán equipos de todo el país. 2500€ en premios. Equipos o personas interesadas entren en nuestro blog. Un saludo y gracias por vuestro tiempo.
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