lunes, 2 de junio de 2014

Lisboa: el campeón no siempre gana



"Te he visto por la tele". Este fue uno de los mensajes que más pude leer en mi móvil después de que el Glorioso no lograse rematar la mejor temporada de sus 111 años de historia en Lisboa. Pero el más repetido de todos fue este otro: "Felicidades, campeón". Un mensaje que me hacía recordar una y otra vez por qué soy del Atleti. Un mensaje que hacía brotar de nuevo las lágrimas de la felicidad que algunos confundieron con lágrimas de tristeza, de amargura, de rabia o resignación. 

Al parecer las cámaras de la UEFA eligieron nuestro sector rojiblanco para captar los recursos necesarios en toda retransmisión. En varios momentos se me pudo ver mostrando mis nervios y, sobre todo, animando al equipo. En la imagen que encabeza este texto he puesto la que considero más representativa. Es en la segunda parte de la prórroga. El Atleti había recibido ya varios goles, aunque la final la habíamos perdido cuando Godín perdió la marca de Sergio Ramos y Tiago no pudo enmendar el desmarque del de Camas aprovechándose de una pantalla en un saque de esquina cuando habían pasado tres minutos del tiempo reglamentario. Justo en un córner, que es lo que mejor hemos defendido (y atacado) durante toda la temporada. Justo en el descuento, que es donde este año hemos espabilado jugando cada minuto como si fuera el último. 

En la foto se me ve con la bufanda en alto, animando, orgulloso y agradecido, al equipo que me llevó hasta mi primera final de Champions. Al equipo que acababa de hacer el milagro de ganar la Liga de los millones, al equipo que, desde que nacieron mis hijas, no ha dejado de ganar (Europa League y Supercopa de Europa 2010 y 2012), ganar (Copa 2013) y ganar (Liga 2014). Pero lo que es más importante, el equipo que me ha hecho soñar despierto y despertar en un sueño. El equipo poderoso con una plantilla normalita que no ha perdido ni un solo partido esta temporada en el Calderón. El equipo campeón que no siempre gana. 

El bueno de Luis Aragonés (al que recordamos con nuestros cánticos una y mil veces antes y después de dejarnos esta temporada) tenía entre sus consignas para la motivación la famosa frase: "del subcampeón nadie se acuerda". Siempre lo decía con la boca pequeña. La frase es completamente cierta pero, como todo axioma, tiene su excepción. Y el Atleti, su Atleti, era esa excepción que todo el mundo recuerda. 

Él formó parte del Glorioso que disputó la otra final de Copa de Europa que el campeón no ganó. Ese partido que también perdimos cuando nos empataron. También en la prolongación arbitraria y arbitral. Ese trofeo que la historia nos debe y que, aunque no esté en nuestras vitrinas, es más nuestro que ningún otro. Esa competición que el Atleti ha engrandecido demostrando, cuarenta años después, que el campeón no siempre gana.

Por un año maravilloso. Por la Liga, por la final de Lisboa, por el partido de Copa contra el Sant Andreu, por demostrar a los que no son de los nuestros, partido a partido, latido a latido, que ser campeones no es una meta sino una actitud. Gracias. Gracias. Gracias.

Aúpa Atleti.
Siempre.

No hay comentarios: