jueves, 16 de agosto de 2018

Déjame estar súperalegre con el súperAtleti súpercampeón


Supercopa de Europa
Real Madrid 2 - Atlético de Madrid 4

Se celebraba el día de la Virgen de la Paloma en Madrid. La patrona popular (la oficial es la Almudena) de la única ciudad con tres equipos de fútbol en Primera (el Glorioso Atlético de Madrid, el Rayito y los de la multinacional incolora). Y jugaban en la capital de Estonia, en Tallín, a más de 3.800 kilómetros de distancia, el campeón de la Liga de Campeones contra el campeón de la Liga Europa. En un estadio minúsculo y con reducida representación de aficionados rojiblancos y de los otros. Hasta sitios libres había en el campo... las cosas de la UEFA que se resiste al VAR y se aferra a sus tejemanejes mafiosos para rentabilizar el negocio.

Llegaba el vigente campeón de la Liga de Campeones sin haber campeonado en su Liga y habiendo quedado por detrás del campeón de la Liga Europa. Un equipo, el de Concha Espina, sin su leyenda goleadora y estrenando en el banquillo al ex seleccionador nacional que nos dejó tirados en Rusia. En esa selección había tres atléticos: Diego Costa, Koke y Saúl (al que el sustituto, el también madridista Fernando Hierro, no le dio ni un minuto). 

Enfrente, el cada vez más poderoso, reconocido y laureado equipo del hombre más legendario a lo largo de los 115 años de historia que contemplan al club Atlético de Madrid: Diego Pablo Simeone González, "el Cholo". Un entrenador que está batiendo todos los récords de la institución y que va camino de batir los de La Liga española en su octava temporada al frente del Atleti. Ya es el que más títulos ha ganado al frente del equipo (2 Súpercopas de Europa, 1 Súpercopa de España, 2 Europa League, 1 Liga y 1 Copa) y tres de ellos doblegando en distintas finales al eterno rival de la capital. Probablemente sea el que más temporadas seguidas lleva al frente de un club en Primera división. 

El partido era muy importante para el Cholo, para el Atleti y para los atléticos. No en vano cada vez que nos habíamos enfrentado a los vecinos ricos en competición europea habíamos acabado eliminados o sin poder alzar el título. El equipo de Florentino llevaba 18 años sin perder una final en Europa. A esto había que sumar que la Supercopa continental siempre había caído del lado del ganador de la Champions salvo en 2010 y 2012, que se la llevó el Atlético de Madrid, ganador de la UEFA Europa League, frente al Inter de Milán y al Chelsea con exhibición de Falcao incluida. Y era muy importante este primer partido oficial de la temporada porque en el inconsciente colectivo de la afición rojiblanca estaba germinando un oscuro temor similar al que ennegreció los derbis ligueros durante casi tres lustros en los que el equipo fue incapaz de vencer a los de la otra acera. Algo a lo que el Cholo puso punto y final con su llegada, ganándoles en Liga, ganándoles otra vez la Copa del Rey en su casa y volviéndoles a ganar la Súpercopa de España. Pero en Europa... en Europa llevábamos dos eliminatorias apeados y dos finales perdidas en la prórroga y en los penaltis.

Resultado final de la Súpercopa de Europa: 2-4 en la prórroga. Empezamos ganando 0-1 con golazo de Diego Costa antes de que se cumpliera el primer minuto. Patadón de Diego Godín que controla por dos veces, en carrera, con la cabeza y zapatazo sin ángulo a la red. Impresionante. Ellos empataron antes del descanso. En la segunda parte se ponen por delante con gol de penalti y el temor oscuro se convierte en tumor negro. Los peores presagios vuelven a los corazones de la afición del Atleti. El Cholo, sancionado, dando vueltas en un palco del mini estadio estonio como un león enjaulado, quita a Rodrigo -que había sido el mejor hasta el momento- y saca a Vitolo. Antes había retirado a Griezmann que no había intervenido en el juego para dar entrada a un Correa siempre voluntarioso. No me gusta el cambio, pero no seré yo quien discuta al Cholo. A falta de diez minutos para el final, ¡zas! gol de Costa. Empate y a la prórroga. Nuevo cambio. Quita a Lemar (impresionante el debut del pequeño francés pidiéndola, ofreciéndose, repartiendo y regateando en ataque y recuperando y posicionándose en defensa. Todo un espectáculo) y pone a Thomas. No me gusta el cambio pero, como antes, lo comento a sabiendas de que el Cholo sabe más que yo. Dicho y hecho. Golazo europeo de Saúl y gol de Koke casi seguidos, los dos al primer toque, sin pararla, sin pensárselo, resolviendo lo que no habían sido capaces de resolver durante todo el partido en el que no dejaron de correr sin balón. Un espectáculo. 4-2. A los reyes de Europa. Todo un repaso.

Y claro, con la prórroga nos dieron casi las doce de la noche. Y aunque era fiesta el día de la Paloma, el jueves había que madrugar para ir al trabajo. Sí, sí, en agosto algunos trabajamos. A las siete iba a sonar el despertador, pero eran las dos de la mañana y todavía seguía disfrutando de las repeticiones de los goles, de Godín levantando la Súpercopa, de los mensajes de whatsapp de familiares y amigos alegrándose de mi alegría. También en las redes sociales se sucedían los parabienes. Sin noticia de los merengues de cérvida testuz.  El Atleti había hecho el pasillo a los perdedores y en sus declaraciones se habían mostrado respetuosos con el equipo derrotado. Nadie habló de venganzas ni de cuentas pendientes. Todos coincidieron en que era la mejor manera de empezar la temporada, en que era un título europeo que siempre apetecía y en que el equipo tiene mucho que trabajar porque este año, como dijo el Cholo sin esconderse, este año hay que mejorar lo que lograron la temporada pasada (subcampeones de Liga y campeones de Europa League). Este año la plantilla es absolutamente increíble como para pelear de verdad por la Liga (con VAR), por la Copa que tanto me ilusiona y por la Champions (sin VAR) cuya final se celebrará en nuestro nuevo Metropolitano. Y es que miro al banquillo y tengo la misma sensación que cuando miraba el de las dos multinacionales del fútbol mundial que se reparten nuestra Liga: todos son jugadorazos.

Hoy en el trabajo apenas si me he podido concentrar. Estoy súperalegre con el súperAtleti súpercampeón. Aunque algunos amigos madridistas no acaben de digerir la derrota en Europa. Se viene una temporada muy entretenida. Este año, como dicen en Cádiz, "no ni ná".

Aúpa Atleti. Siempre.


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