jueves, 4 de mayo de 2006

FRA-CA-SO


Atleti, 0 - Osasuna, 1

Miércoles. Ha llovido intermitentemente durante todo el día. Las 20:00 horas, cielo encapotado. Algo menos de media entrada en el Calderón. Una ruina de equipo.

El Osasuna llegó a hacer su partido. Serio, con paciencia, sin alardes. Ni taconcitos, ni espuelas, ni cosas raras. Fútbol de fuerza, de colocación y de pases rígidos pero que llegan a destino.
El Atleti no sabe lo que tiene que hacer. Y si lo sabe, no lo hace bien. Nadie está en su sitio. Los delanteros de Osasuna reciben el balón solos, sin nadie que les marque. Sin embargo los defensas están ahí: Antonio López, Perea, Pablo y Molinero. Pero no cubren a los delanteros. En el centro del campo Petrov (que salió por lesión temprana de Valera) no sabía qué banda elegir para no hacer nada. Galleti, desafortunado, y en ocasiones en la misma banda que el búlgaro. Luccin, perdido y el enano de Ibagaza... ¿por qué desde que renovó no ha logrado dar un pase de más de tres metros que encuentre un compañero en franquicia? Es para estudiarlo.

Lo de Kezman y Torres es más de lo mismo. Ni uno ni otro. No vemos puerta, no hacemos gol, no corren, no se desmarcan, esperan la llegada del contrario para buscar el contacto y caer en busca de que piten la falta. Se llenan de nervios y desesperación, la ansiedad los devora por dentro y la grada se cansa, y les pitamos, y les echamos toda la culpa.

Ni siquiera la salida de Marqués y de Maxi hizo cambiar al equipo. Es cierto que con ellos en el campo ganamos en velocidad y hasta alguno hacía intentos por arrancar y desmarcarse. Hasta se les veía con prisa por sacar de banda y apurar los minutos para intentar el empate contra los diez jugadores de Osasuna que afrontaron 35 minutos de partido sin uno de los suyos que fue expulsado por doble amarilla. Es que ni así.

Al final, otra derrota en casa y adiós, de nuevo, a Europa.

Llevamos casi una década (siete temporadas) sin que el Atleti juegue competición europea. Este es, sin duda, el mejor modo de acabar con un equipo. Dejar que se muera en mitad de la tabla, sin aspirar a nada, sin ideas, con muchas vainas de proyectos y fichando cada año 12 ó 14 jugadores para seguir haciendo el indio.

Atleti somos nosotros.

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