martes, 28 de agosto de 2012

Semana Grande con Lucía y Mónaco


Atleti 4 - Athletic 0

Recién acabada en Bilbao la Aste Nagusia (Semana Grande) se presentan en el Calderón, un lunes de mega-resaca, un grupo de chavales sin los colegas que siempre la lían: Llorente y Javi Martínez. Enfrente, los nuestros. Un grupo de gladiadores, un equipo de gente curtida, bien colocados por un obsesivo Cholo y con una alineación donde sólo aparece uno de los nuevos, el Cebolla Rodríguez; el resto aguanta el tirón un año ha. Que en los tiempos que corren en el equipo del río, del Manzanares, en el nuestro, es mucho más de lo que pudiera parecer. 

Día de estreno de curso y saludos en la grada. Intercambio de informaciones veraniegas y preocupación por los que no han venido. Se comenta el golazo de Falcao en la gira veraniega y el comienzo esforzado y madrugador contra el Levante. Quejas y más quejas contra los horarios, la directiva, los fichajes, los no fichajes... pero aquí estamos todos otra vez, con el abono renovado, un lunes a las diez de la noche, para rememorar la final de la Europa League de Bucarest donde les metimos tres a los del botxo. Claro que teníamos a Diego... y ellos a Llorente y a Javi Martínez. 

Anduve casi tres horas buscando cómplices para ocupar los dos abonos que mis hermanos dejaban libres. Al final se apuntaron los Javis de Villaverde. Padre e hijo. Y resultó que eran más atléticos que yo y que conocían a más gente en el primer anfiteatro del fondo sur que mi hermano y el menda lerenda. Un acierto, la verdad. Y animaron a tope. Así da gusto comenzar el curso.

Los nuestros
A mí me gustó el Atleti. Salió ordenado, sin demasiadas florituras, con Mario y Gabi más o menos organizados en el centro del campo. El turco, Arda, haciendo de Diego a su manera. Con exceso de balón y  un entusiasmo contagioso. Koke y Cebolla por las bandas. Con el canterano entonado y cogiendo confianza hasta el punto de hacer una jugada con disparo final desde la frontal del área que tuvo mucho mérito y demuestra que, el chaval, puede servir para la causa. Y la única novedad, el Cebolla, muy intermitente, poco participativo, aunque sin llamar en exceso la atención ni por lo bueno ni por lo malo (claro que, enfrente estaba el peor Athletic que hemos visto nunca en el Calderón). Atrás me gustaron los centrales. Miranda y Godín estuvieron expeditivos y no dieron ninguna concesión. Hasta el uruguayo se atrevió a ejercer de Beckenbauer en un par de jugadas. Filipe Luis Filipe volvió a recordarme que, cuando llegó, le juré amor eterno y hacerme "filipense for ever". Lástima que no finalizase con éxito las dos oportunidades que tuvo cuando se sumó al ataque (y se sumó mucho, como debe ser). A Juanfran se le vio aún sin recuperar. No forzaba (bien hecho), no llegaba (¿por qué salió?) y terminó el partido (yo le hubiera cambiado en la segunda parte). En fin, esperemos que llegue mejor a Mónaco.
Del portero poco podemos decir porque el belga apenas si tuvo que intervenir. A ver si mejora con los pies, que parece De Gea. ¿No entrenan con las extremidades inferiores nuestros cancerberos? Se echa en falta a Bastón, que ahora anda por el Madrileño.
Lo de Falcao merece capítulo aparte. Brutal el colombiano.

El partido
Amagaron en un par de ocasiones los de Bielsa y ya. Ese fue todo el bagaje de los vascos, navarros, riojanos y demás canteranos de Lezama. Le decía yo a mi hermano que algunos de los leones parecen mayores a pesar de que no han cumplido los 25. Y es que han debutado tan pronto en primera división y tienen tanto oficio... me gusta la política de cantera que lleva el Athletic donde importan más las formas, los valores, el fútbol, que todo el negocio, los falsos títulos y el rollo de las televisiones. Y eso sin hablar de cómo se vive el arte del balompié un día de partido en Bilbao. El que ha estado allí siempre quiere repetir. Doy fe.

El Atleti fue Falcao (con todo a favor se sumó Gabi, que es uno de esos futbolistas buenorros que sólo se gustan cuando el viento sopla a favor. Le cuesta soltarse la melena cuando la cosa está por decidirse o hay que remar contra corriente. Pero no se le puede negar que es un tipo comprometido, de la cantera, y del Atleti). Lo que venía diciendo. El colombiano -apoyado por un Arda entregado a la causa- iba y venía, subía y bajaba, pedía y daba, se ofrecía y se entregaba. Lo de siempre. Esta vez con acierto. Metió tres (el tercero de penalti, el segundo un remate acrobático con aroma a obra de arte y el primero en plan Juan Palomo al estilo de la rotura de marcador en Bucarest). Y falló otros tres. El comentario jocoso: "Menudo paquete el tigre este. Ha fallado tres goles cantados. A ver si saca a Diego "Rantamplán" Costa para solucionar esto. Y como si el Ole, ole, ole, Cholo Simeone nos hubiera escuchado. Cambio. Diego "Rantamplán" Costa hace el Rubén Cano y le regala un balón a Mario, o a Koke, o a no sé quién, porque ya íbamos 3-0 y eran casi las doce de la noche, y lo estrelló contra el portero. El rechace lo volvimos a coger. Ya digo, no sé si Koke, Mario, Gabi o cualquiera que pasara por allí y volvió a fallar. Pero el jugadón de "Rantamplán" fue espectacular, casi tanto como el derroche de entrega y corazón de este brasileño de cuerpo desgarbado que tan bien le venía a los colíderes Pucela y Rayo.

Y poco más que contar. 

Ya van tres años que empezamos en el Calderón con un 4-0 (Sporting, Racing y Athletic). Pareciera que la plantilla cumpliera órdenes del dúo prescrito con el fin de empujar la campaña de abonos mermada y manipulada por la prensa pesebrera del régimen. A ver cómo acabamos. La temporada pasada (otra vez, y van... buff, mejor ni echo la cuenta) volvimos a quedarnos fuera de Champions. Y no pasa nada, señores.

Jueves y viernes
La semana grande del Atleti se completará el jueves con el nacimiento de mi hija Lucía, nueva socia del Glorioso. Y lo hace, como su hermana María, el año que el Atleti es campeón de la Europalí. Esperemos que también repita como la mayor el título de supercampeón de Europa. Aunque esta vez lo tenemos más complicado. Eso será el viernes, en Mónaco, frente al Chelsea de nuestro querido y admirado Fernando Torres, un pedazo de delantero denostado por los medios vikingos del duopolio a pesar de haber marcado en la final de la Eurocopa de 2008, en la final de la Eurocopa de 2012 y de haber ganado -amén de las dos Eurocopas- un Mundial en Sudáfrica. Eso sin contar que ya es el tercer goleador en activo de la Premier League. En fin. Que no me importará perder ante el Niño Torres. Que no me importará volver a ser Supercampeón de Europa. Eso sí, los nervios por verle la cara a mi segunda hija, a Lucía, esos no se parecen a nada que me pueda provocar el fútbol, ni el Atleti, ni nada en el mundo.



2 comentarios:

Adal dijo...

Muy buen y completo post, ahora que vsys bien todo con esta Lucía que viene con una Supercopa bajo el brazo. Un saludo

Tomi Soprano dijo...

Lucía nos emborrachará de alegría con su nacimiento. Muy bien, Don Santi. Ahí lo lleva usted. No deje de procrear Atléticos a este mundo infectado de tanto piojoso vikingo y culé. Nuestros jóvenes serán nuestro orgullo.

Un abrazo muy grande, y enhorabuena de antemano, compañero. La crónica, como si hubiese estado con usted viéndolo en el Calderón. De chapeau.