lunes, 29 de agosto de 2016

En frío lo de agosto


Leganés 0 - Atleti 0

Segunda jornada de la Liga del nuevo banco. Segundo partido a las 22:15 de la noche por cortesía del ínclito Tebas. Segundo enfrentamiento contra un recién ascendido. Segundo empate. Un segundo, que estamos a dos puntos del descenso. Aunque todo es tan falso y absurdo como lo queramos contar. No hay más que ver las portadas de los periódicos deportivos. La Unión Deportiva Las Palmas lidera la clasificación con dos goleadas y la atención está centrada en un Real Madrid que ha ganado por los pelos al Celta de Vigo en el Bernabéu en un partido espectacular en el que los gallegos (y los árbitros que no vieron un fuera de juego claro -y van enecientos-) dejaron escapar vivos a los vikingos. Por su parte el actual campeón de Liga y Copa, el Barça, casi sale escaldado del Nuevo San Mamés donde el Athletic hizo un gran partido en el que no obtuvo premio y perdió por la mínima. Por cierto, que el Celta, el Athletic y el Valencia ocupan las posiciones de descenso con cero puntos. El Atleti es decimosegundo con dos puntitos, imbatido y con un solo gol en contra. Todo es verdad, pero todo está descontextualizado. Faltan 36 jornadas.
Es cierto que el Atleti ha tenido unos resultados nada buenos contra dos recién ascendidos, es cierto que todos esperábamos sacar los seis primeros puntos antes del parón de selecciones y del viaje a Vigo donde no nos pondrán las cosas nada fáciles. Pero también es cierto -porque son números- que las estadísticas del equipo contra el Alavés y el Leganés son muy parecidas a las de siempre. Incluso mejores. Contra los pepineros no sólo tuvimos más el balón, es que les superamos en todo: en disparos a puerta, en saques de esquina, en faltas recibidas... en todo menos en el resultado.
Le decía esta mañana a un compañero al que se la sopla el fútbol (y que al volver de sus vacaciones, casi antes de saludarme, lo primero que me recuerda es que el Atleti ha empatado...) pues bien, le decía a este querido colega que aunque en la Liga del banco que toque lo que prima es el negocio y el espectáculo, sigue siendo de rebote un deporte y, sobre todo, un juego. Y los dos primeros partidos oficiales del Atleti esta temporada así lo atestiguan (lo de la pretemporada me lo salto, como se lo ha saltado la SAD de los delincuentes prescritos). Hemos tenido más el balón, hemos disparado a puerta más que ellos (y a los postes), hemos dado a conocer el nombre de sus porteros lanzando su candidatura a internacionales de sus respectivas selecciones, pero si el balón no entra todo lo demás da igual. El azar es una de las variables del juego. Y este inicio de temporada la suerte nos ha dado la espalda. No hay más.
Podemos analizar el partido por arriba y por abajo. Criticar el estado de forma de alguno de los jugadores que han participado. Incluso dudar del sistema del Cholo que tantos éxitos nos ha dado y de los futbolistas que ha elegido para ponerlo en práctica. Que si mucho medio centro por dentro, que si demasiada banda vacía, que si los delanteros tal o cual, que si tanto pedir a un jugador para sacarle poco... y claro, como todos entrenamos todos los días con los futbolistas y sabemos si les duele una muela, si el niño tiene cólicos o si sus padres no quieren venir a vivir a Madrid, pues le decimos a Diego Pablo lo que tiene que hacer. Además, nosotros tenemos todos el carné de entrenador y hemos visto tanto fútbol que cómo nos vamos a equivocar. Sobre todo porque de los resultados del equipo que nos paga depende nuestro futuro. En fin, que mucho rajar del entrenador y los jugadores pero que el Atleti está haciendo lo mismo desde que Dios nos perdonó la travesía en el desierto enviándonos a Diego Pablo Simeone para ganar títulos y optar a todo, para ser temidos en Europa, ganarle una Copa al otro equipo de Madrid en su casa, una Liga al otro trasatlántico del duopolio en la suya y alcanzar dos finales de Champions.
En frío, lo de agosto, se resume en que el Atleti es el más vivo ejemplo de que el fútbol no es sólo negocio. De que el fútbol sigue siendo un deporte y, sobre todo, un juego. Un juego en el que el azar -a pesar de las estadísticas, los números y las mediciones- sigue teniendo un papel importante. Tan importante que hace de este espectáculo algo único e inesperado, un desafío a la razón. Y en el caso del Atleti, mucho más si cabe. Capaces de ganar un doblete, bajar a Segunda y ganar cuatro títulos europeos. O llegar a dos finales de Champions y no llevarse el trofeo sin haber perdido -contra los mismos- en los 90 minutos reglamentarios.
Ayer le decía al bueno de Tomi (autor del blog "Forza Atleti aunque gane") que tenía que dejar reposar mi mala leche para escribir algo sin tacos. Y creo que lo he conseguido. Así evitamos que nos sancionen, que mis hijas puedan algún día leer esto sin avergonzarse y que los odiadores que no quieren ir al Ikea tengan algún argumento para seguir metiéndose con el Cholo y con nuestros jugadores olvidándose de los miserables del palco. A seguir tragando.
Aúpa Atleti. Siempre.

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