domingo, 19 de febrero de 2017

Cholocambios en El Molinón

 

Sporting 1 - Atleti 4

Jugar un sábado a las 13:00 es estupendo para hacerte fuerte en el salón de casa y apoderarte, sin que sirva de precedente, del mando. Partido en pantalla grande. Entre mi Atleti del alma y mi querido Sporting al que le deseo que no baje y que logre echar a su delincuente y que siga jugando con la misma intensidad que derrochó contra los nuestros. Tendrán recompensa porque Cholo sólo hay uno y está en el Atleti. Aunque madridistas, culés y gentes contaminadas de cerebro plano y corazón escuálido deseen con todas sus fuerzas y sus rumores y sus cloacas sacarlo de nuestro lado.

Ayer el partido fue, una vez más, esencia de Cholo. Sacó Simeone de inicio un equipo ofensivo con Correa y Carrasco junto a la cal para asistir, penetrar y percutir con Torres y Griezmann arriba para atacar, rematar y marcar. Pero nada. El belga y el argentino apenas si aparecieron durante una primera parte con solvencia atrás (muy bien Lucas y siempre mejorable Savic en el eje de la zaga con un Filipe poderoso y un Vrsaljko aprendiendo a que no le ganen la espalda) y muy poca chispa adelante. A esto hay que sumar el despropósito de un línea obsesionado con inventarse fueras de juego para evitar los desmarques brutales de Torres y un árbitro berciano que consentía las entradas de los sportinguistas no ya sin tarjeta, sino que ni tan siquiera le merecían la consideración de ser sancionadas como falta. La victoria ha borrado la calamitosa actuación de González González. Al final de los primeros 45 minutos empate a cero y desesperación con el árbitro. Mal.
La segunda mitad empieza con jugada de estrategia en el saque de centro. No sé si hubo cholina pero a los 15 segundos Carrasco había marcado el 0-1 después de 45 minutos desaparecido. Apenas tres minutos después empataba el Sporting en un grave error defensivo. Y en eso llega el Cholo y decide poner cuatro en El Centro del campo. Saúl y Thomas por Carrasco y Correa a lo que suma velocidad dando entrada a Gameiro después de la paliza que se metió Torres. Y funcionó. Vaya si fincionó. El Atleti se apodera del medio del campo, del partido y del balón. Empieza a generar ocasiones y, por fin, a Gameiro se le desatasca la nariz y encuentra su olfato goleador. Tres goles de auténtico nueve en cinco minutos. Tres goles de matador, de rapidez, de precisión, de desmarque, quiebro y definición. Las tres que tiró las coló. Y el que habíamos dado por perdido, el fichaje que tanto dio al Sevilla y por el que habíamos apostado este año como hombre gol, por fin parece que regresó ayer en El Molinón. Tres goles en cinco minutos. "Nos va la marcha" escribía mi hermano en nuestro wasá rojiblanco del primer anfiteatro del Calderón. Y tanto.

Ahora a pensar en Champions. Y a seguir disfrutando de las locuras de este equipo. De los cholocambios y de las inesperadas reacciones de un Atleti desquiciado que sabe lo que quiere y es capaz de conseguirlo por lo convencional o por lo sensacional. Como contra el Celta, como contra el Sporting. Que siga la racha. Y que revisen los desfibriladores cercanos. No olviden sus psatillas. Arriba los corazones. 

Aúpa Atleti.

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