lunes, 26 de septiembre de 2005

Desde Recife (Brasil)

Fue perder en el Calderón contra el Getafe y acto seguido coger un avión que me ha dejado en Recife (Brasil). Hoy he conocido a doce meninos y meninas da rúa que tratan de salir de la calle. Cuando me han ido contando sus historias y, después de verles ensayar con la percusión, les he regalado la gorra del Atleti con el 7 de Juninho que me había traído para protegerme del sol.
Me ha costado una barbaridad contener las lágrimas. Es injusta la vida. Estos chicos y chicas que han estado metidos en la droga, que se han prostituido, que han recibido palizas, que no son nada ni nadie les quiere, que mueren en las calles sin que se les eche de menos, me han dado una lección de humanidad, de carino y cercanía.
Y yo, preocupado porque los vikingos habían ganado al Alavés en Mendizorroza.
En fin, seguiré con la bitácora en cuanto tenga mejor ocasión. Manhana iré a una favela de la que han salido la mayoría de los cerca de 3.000 ninhos y ninhas que duermen, comen, se drogan y esperan el balazo de un policía en la más absoluta de las miserias.

Casi me da vergüenza pensar en el Atleti con este panorama.

Sin embargo, Aupa Atleti.

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