viernes, 3 de octubre de 2008

Orgulloso de ser atlético

Atleti 2 - Olympic de Marsella 1
Había muchas ganas de Champions en el Calderón. Tantas que mi hermano y yo fuimos en su moto media hora antes del partido. Desde nuestro sitio pudimos ver el bochornoso espectáculo de la policía cargando y descargando sobre los ultras franceses. Desde el fondo sur no se veía la sangre, pero sí las carreras y los movimientos de la policía, las sillas volando y una cierta tensión en el ambiente.
Calentaban los jugadores al ritmo de las normas de la UEFA en francés y rojiblanco. A la entrada también nos dieron una cuartilla con todo lo que no se puede hacer en el estadio y las consecuencias que acarreará para el club (lástima que los que suelen cagarla no sepan leer y hagan oídos sordos).
Por cierto, el Calderón muy bonito, recauchutado de azul para tapar la publicidad (como echamos de menos el anuncio de Femayco y Samayco, o el de Pizza Jardín en General Ricardos...) la Champions es otra cosa.
Primera parte
Antes de saltar al campo sonó el himno del Atleti. Estábamos todos esperando la melodía dichosa de la Liga de Campeones. Salen los dos equipos con mucho protocolo y tal. Ponen el himno. El Calderón estalla en aplausos y se me ponen los pelos de punta.
Comienza el partido con todo el estadio cantando el himno y animando para acallar a los ruidosos marselleses. Impresionante el comportamiento de la grada del Calderón. El miércoles, como en otras muchas ocasiones, me sentí orgulloso de ser del Atleti.
A los cuatro minutos el Kun subió su cotización un par de millones de euros con jugada de ensueño. "Lo hizo tan fácil como nosotros cuando abrimos un frigorífico", decía la crónica del diario Metro. Cuánta razón.
Luego nos empataron porque Pernía tuvo el único fallo de la noche (estuvo bien Mariano el miércoles). Pero se desquitó del error poniendo una falta en el área rival para que el bueno de los García, Raúl, tocara lo justo para dejarla dentro.
Pudimos sentenciar con un mano a mano del Kun (no lo va a meter todo), con un tiro desde fuera del área de Sinama, con un remate de cabeza de Raúl, con una espuela espectacular de un Maxi con síndrome de resurrección europea... vamos, que el partido estuvo bien, muy bien.
Los Olímpicos de Marsella
El 20, que se lesionó solo, fue una auténtica pesadilla. Un tipo pequeñito y rápido, con mucha fuerza. Metió el pase del gol y fue una pesadilla para nuestra zaga (estuvieron muy bien Pernía, Ufjalusi y Heitinga. Perea el más flojito del equipo).
Su afición (después de que la policía les suavizara) estuvo animosa y ruidosa, aunque nosotros -todo el estadio- estuvimos soberbios, atléticos, de Champions, vaya.
Bocata de Champions
Le dije a mi hermano que el bocata lo hacía yo. Jamón con tomate. Pedazo de cena para el primer partido de Champions en casa desde tiempo inmemorial. Manzanita de postre y barrita de chocolate para dar un remate dulce. Agua para él y Coca Cola para mí (5 euracos las dos botellitas sin tapón).
La segunda parte fue más tranquila, con mucho control en el centro del campo y un par de ocasiones para cada equipo. El árbitro estuvo muy noruego. Acabó el partido y todos nos quedamos cantando:

Te quiero Atleeeeti, lolo, lolo, lo, lo, te quiero Atleti, lolo, lo, lo, lolooooo...


3 comentarios:

cochise dijo...

Femayco y Samayco... Creo que con el fallecido joaquín Prats, había un tercero, o tenían otro nombre... El caso es que es un anuncio de un porculero mítico. Aún se oye algún insulto a esa animación al trabajo, cuando resuena en el Calderón.
Por lo demás, un buen partiudo. Serio y con ciertos galones. Que el ganar de calle, está mu caro. Sobre todo para los que venimos de negras historias.

Un saluod.

Anónimo dijo...

Debemos acostumbrarnos a vivir más noches como está. NO es de recibo esperar 12 años para ella. Un abrazo.

Billie dijo...

La champions es otra cosa, realmente. Cuánto tiempo se nos ha privado de sus mieles... pero ahora conviene no endiosarse y perder de vista la liga porque la cosa está jodida. Saludos.