sábado, 22 de enero de 2011

El Atleti no puede, el Madrid no quiere


Atleti 0 - Real Madrid 1
(Atleti 1 - Real Madrid 4)

"Adiós a la Copa, adiós", nos cantaban los vikingos valientes que se desplazaron hasta el Calderón para sumarse a la fiesta de la grada. Una fiesta que terminó para los 55.000 rojiblancos de tifo, bufanda y bocata en el minuto 22, con Reyes en la banda atendido por los servicios médicos y el Madrid aprovechando la superioridad numérica para ponerle un balón a Cristiano Ronaldo dentro del área que casi rompe la red al enchufarla entre los tres palos. Se acabó. "En cuanto nos metan el segundo nos vamos", le dije a mi sobrino. Pero nada, que el Madrid no quería. "Espera, tío, que a lo mejor podemos llegar a la prórroga", trataba de seguir con el autoengaño el bueno de Álvaro, mi sobrino, ya digo, del atleti...

El jueves la tarde se presentaba un tanto turbulenta. Mi mujer me llama al trabajo con mucho susto para decirme que la niña está haciéndole el numerito del exorcista y que tiene vomitadas hasta las cortinas. A toda leche me voy para casa y me encuentro un panorama olfativamente nauseabundo y visualmente aterrador. Mientras uno limpia el otro se queda con la enana y así sucesivamente nos vamos intercambiando los papeles mientras en mi cabeza bulle la idea del partido de vuelta. Decido que no voy. Después de hacer una ronda telefónica por la famlia rojiblanca me doy cuenta de que nadie quiere ir, de que los más acérrimos seguidores del equipo están desencantados. Al final, mi niña da síntomas de mejoría y mi chica me da luz verde para acompañar al bueno de mi sobrino (yo creo que me dejó ir al partido más por el sobrino que por mí... pero allá que me fui).

Llegué una hora antes y no había ni un solo sitio para dejar el coche. Al final tuve que dejarlo en triple fila en mitad de una calle más cerca de mi casa que del campo... caminata hasta el estadio. A mitad de recorrido me encuentro con Jose I. Fernández, el crack periodístico y rojiblanco de "Un grande sin memoria". Me presenta a su padre y a su novia y me invita a llamar a mi sobrino para tomarnos algo con ellos antes del partido. Le explico el temor que hay en mi familia a los Atleti - Madrid por una carga policial que nos tocó de lleno y me despido convencido de que vamos a remontar. Los alrededores estaban a tope, como en las grandes citas de nuestro equipo.

El partido ya está explicado en el primer párrafo. Lo más reseñable fue, otra vez, el pedazo de bocata de tortilla de patata que me trajo mi sobrino y los cuatro donuts de chocolate foundant que nos metimos cada uno entre pecho y espalda. Todo esto antes de que empezara el partido (nos temíamos que en el descanso ya estaría todo sentenciado). La segunda parte fue igual que la primera pero sin gol de Cristiano. O sea, nada de nada. Tan es así que por primera vez en mi vida he abandonado mi abono antes de que el árbitro pitara el final. Creo que me perdí los veinte últimos minutos. Aunque en realidad, más que perdérmelos, los gané.

Una auténtica mierda.


2 comentarios:

Jose I. Fernández dijo...

Gracias por lo de crack periodístico, la definición se ajusta mucho a la realidad ;)

Yo me quedé hasta el final como la mayoría de los 50.000 borregos que aguantamos. Aunque al menos no fui de los tontos que me "consolé"-retraté cantando el "Mourinho muérete" o el "Cristiano sal del armario"...

Vaya ganas por tu parte de escribir la crónica dos días después.
Esta noche, también nos hemos despedido de la Champions en Liga.
¿Y ahora de qué nos hacemos el blog en los CUATRO MESES que quedan...?

Un abrazo

Santi Riesco dijo...

Jajaja. Yo es que soy muy dado a ajustarme a la realidad.
Y sí, la verdad es que hay que tener ganas para escribir una crónica (o lo que sea) dos días después del desastre...
Ahora, después de la debacle del Molinón, sólo nos queda esperar a que consigan los puntos necesarios para no descender. Creo que son 42 o así. Estos son capaces de todo.

En fin...