viernes, 14 de enero de 2011

Mateu, me duele el Atleti


Vikingos 3 - Atleti 1

Y la espalda, amigo Lahoz, y la garganta por los mocos. Mateu, ayer estaba realmente jodido y tuve que regresar a casa porque la medicación me dejó absolutamente "cao". Lo cierto es que venía arrastrando ya molestias desde el lunes. Viendo las imágenes de Alicante empecé a sentir cuatro punzadas humillantes en el estómago que a poco desemboca en úlcera. Uno, que ya empieza a tener tiros en el cuerpo, tampoco quiso ponerse hipocondríaco. De modo que engullí un par de almax y me consolé pensando en que el jueves me pondría como un roble para afrontar el soleado fin de semana sin necesidad de acordarme de los lunes fatales.
Pero qué va. Ayer el relajante muscular mezclado con un par de frenadoles en el cortado del desayuno me fulminó. Todo el día arrastrando una cara de bobo multiplicada por diez. Sólo faltaba que se me cayera la baba mezclándose con los mocos. Para colmo tenía reunión de vecinos e investidura como presidente de la comunidad... parecía que los astros se habían conjurado para que no olvidase que el 13, cuando es de enero, no me es favorable.
En esto que llego a casa, ya como presidente de la comunidad, y mi hija duerme como un angelito; mi mujer ha preparado mi cena favorita y el portátil está sobre la mesa del salón para conectar vía internet con el derbi copero.
En esto, amigo Mateu Lahoz, que el Kun arranca en un fuera de juego milimétrico y me emociono al ver que dejas seguir el juego porque cuando los futbolistas están en línea no hay infracción, y como no está claro, hay que esperar a que termine la jugada. Casillas rechaza con un medio penalti y Forlán machaca el 0-1. Era el minuto siete y mis dolores habían desaparecido. Increíble, Mateu.
Aquí tenía que haber apagado el ordenador para irme a la cama con una sonrisa en los labios y un par de guiones para soñar con Neptuno. Pero no. Me quedé. Y tú te empeñaste en que volviesen mis achaques. Y dejabas que cosieran a patadas al Kun Agüero, y a Reyes. Los de blanco tenían patente de corso para empujar a Forlán, para dar patadas como si de un partido de barrio se tratase. Y entre el acojono de los nuestros y la relajación a la hora de aplicar el reglamento nos llegó el empate con un cabezazo del ilustrado Sergio Ramos. Luego vendría el tiro al palo de Forlán tras un penalti descarado sobre el Kun no pitado, y la falta al Kuncito otra vez que acaba en gol vikingo, y la espalda me empieza a dar latigazos, y cada vez me escuece más la garganta. Los mocos no me dejan respirar cuando veo a Cristiano Ronaldo celebrando un gol después de que De Gea lo dejara pasar por sus narices en el área pequeña. Ya estaba recogiendo todo, prometiéndome que no volvería a fumar, cuando Domínguez y Filipe Luis se alían con los contrarios y le regalan un gol al turco que vino de Alemania.
Me meto en la cama y mi chica me pregunta con acento de legaña: "¿Qué tal?" A lo que respondo con voz rojiblanca: "Fatal, me duele el Atleti".

3 comentarios:

Emilio dijo...

Gran conclusión Santi, nos duele el Atleti desde hace tiempo y el doctor Flores no acaba de dar con la tecla.

Un saludo desde la Agonía

Tomi Soprano dijo...

Don Santi, esté usted tranquilo, lo suyo tiene cura (aunque la frase es genial hasta decir basta, "me duele el Atleti"). El jueves que viene, todos juntos en el Calderón, lo conseguiremos.

Yes, We Kun.

Un abrazo.

Goyo dijo...

Hola Santi: Hace tiempo que perdí la esperanza de ganar al Madrid. Y no te digo nada sin Agüero.
Por cierto, acabo de crear un blog nuevo.
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