lunes, 25 de febrero de 2013

Diego "Rantamplán" Costa y el Cholismo


LIGA 2012-2013

Atleti 1 - Espanyol 0

Tenía muchas ganas de volver al estadio. Y más después de la eliminación de la Europa League en Rusia. El gol de Falcao frente al Rubin Kazan, sobre hierba artificial, con una alineación plagada de suplentes y con muy poca puntería a varios grados bajo cero... no fue suficiente para levantar una eliminatoria que perdimos en el Vicente Calderón tras una primera parte bochornosa y un error de cálculo de nuestro líder al no tener en cuenta que faltaban aún 90 minutos antes de enviar a Asenjo a rematar un córner en el descuento. 

Espanyol rojiblanco
Lo dicho, que estaba deseando volver al Calderón, y mucho más cuando el horario era decente (a las 19:00 horas) y el contrario estaba plagado de recuerdos rojiblancos: buenos como el de Aguirre metiéndonos en Champions; regulares como Simao marcando algún gol de falta y cagándola con sus córners que no llegaban al primer palo; y malos como el de Martín Petrov que venía para ser rojiblanco hasta la muerte y apenas duró un asalto después de varias actuaciones de cara a la tribuna. Por lo visto no todo el estadio pensaba como yo y hubo grandes aplausos para el portugués, cánticos para el búlgaro y absoluto desdén, silencio y olvido para el mexicano.

Temía mi hermano que los pericos nos hicieran un roto. Y recordaban los compañeros de abono que contra los catalanes siempre nos expulsaban a alguno. Y volvió a suceder casi en el descuento de la primera parte con una segunda amarilla al gran capitán, a Gabi, cuando el marcador nos favorecía con 1-0 tras el penalti provocado por Diego "Rantamplán" Costa y anotado con suavidad por un Falcao que ya lleva 21 goles (8 de penalti) a pesar de que no está atravesando un buen momento de forma y confianza -ayer falló dos contragolpes mano a mano con el portero que antes no perdonaba-.

Y me gustó el Espanyol de Aguirre, aunque no su camiseta. Ignoro el motivo pero parecían la Real Sociedad. Eché de menos sus rayas anchas y disfruté con el juego de Verdú, un Koke ya hecho, forjado, con galones, que maneja el equipo y juega en todas las posiciones. Que no mete ruido y que tiene gol. También me gustó el planteamiento de Aguirre. Muy práctico, muy juntitas las líneas, muy juntos los futbolistas, haciendo un bloque compacto y dejando las bandas para el contrario a la hora de defender y ampliando el campo en todas sus dimensiones a la hora de atacar. Tiene buena pinta y muchas probabilidades de entrar en Europa League.

Diego Costa y el Cholo
Pero nosotros tenemos dos hombres que marcan la diferencia en este equipo. Uno está en el banquillo, el Cholo. Sin duda el mejor fichaje de las dos últimas décadas. Una auténtica fiera en la banda que hace jugar a los once que corren en el campo, a los que están en el banquillo, a los recogepelotas, al speaker del Calderón y a toda la grada. 
El otro estaba entre los once de la partida. El brasileño Diego "Rantamplán" Costa que no se queda ni un gramo de esfuerzo para sí, que regala todo lo que tiene a manos llenas, buscando el bien del Atleti, del equipo, del conjunto, de los compañeros, de los que creemos en este equipo. Un futbolista de raza al que no se le puede reprochar su escandalosa falta de calidad debido a su desbordante entrega y generosidad. Un auténtico gladiador que, ayer, recibió patadas por ambos costados, por arriba y por abajo, de todos los contrarios, fuertes y suaves... y no rechistó. "A este le ha dado el Cholo un Lexatín", decía mi hermano cuando le soltaban otro recado a nuestro torpe y rojiblanco brasileño. Esta vez Diego "Rantamplán" Costa fue un auténtico delantero de brega y lucha que se compagina perfectamente con Falcao y que provocó el penalti que, a la postre, nos valdría la victoria. Ayer, el Calderón, premió la brillantez de sus últimas intervenciones (y nos preguntábamos qué hubiera pasado en Rusia si el Cholo no le da descanso) con un nuevo cántico, con la música que se entonaba en recuerdo del inmenso Paolo Futre: Dieeeego, Dieeego, Cos ta, Cos ta. Dieeego, Dieeeego, Cos ta, Cos ta.

La segunda parte, con diez sobre el campo, el Atleti estuvo aguerrido y épico. Esperando el contragolpe y manejando finalmente el balón y el partido a pesar de tener un hombre menos.

El árbitro, mal. Debió haber expulsado al portero perico (Casilla), a Forlín y a algún otro perico más preocupado en destruir que en crear. Lo de Gabi podía habérselo ahorrado si no le saca la primera amarilla por ir a hablar con él (es el capitán). 

En resumen, que me fui en moto contento. Congelado por fuera y caliente por dentro. Orgulloso de mi equipo y con unas ganas locas de que el miércoles, a las diez de la noche, en el Sánchez Pizjuán, los nuestros sean capaces de eliminar a los palanganas para poder disfrutar en mayo de una nueva final de Copa, esa Copa que nos debe la historia, la que nos birlaron los sevillistas hace algo más de dos años en el Nou Camp.

Vamos, Atleti, vamos.

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