martes, 24 de noviembre de 2015

Puntos sin puntería


Betis 0 - Atleti 1

Marcó Koke al poco de empezar tras un duro disparo de Fernando Torres que el portero del beticismo rechazó como pudo y Jorge Resurrección remató quitándose de encima muchos fantasmas y dejando claro desde el principio que este partido lo íbamos a ganar.

Venía yo encabronado de pasar frío en Las Llanas viendo la inoperancia ofensiva del River contra el Socuéllamos. Escuchando a los futbolistas darse voces, desesperándome con un arbitraje de la categoría de bronce y pasando más frío que un indio en Invernalia. Total, que después del partido del Sestao me fui a tomar algo con la cuadrilla de mi mujer y con la intranquilidad de la hora (porque faltaba hora y media para el Atleti) y el txirimiri que caía como si no hubiera mañana. Mi hermano y mi sobrino me llaman desde la sede social de la peña, o sea, mi casa, y me dicen que las tortugas se han puesto en huelga de hambre, que no encuentran las servilletas de papel y que donde coño tengo el teléfono del Telepizza. Les digo que no se apuren por las tortugas, que las servilletas están en la parte de arriba del segundo armario de la cocina y que mejor que llamen al Tres Fuegos, que es como el telepizza árabe de mi barrio y lo bordan a precios tirados. Dicho y hecho.

Haciéndome el longui y un poco como sin querer queriendo me fui largando de la reunión de euskolegas de mi chica y arrimándome a casa de mi cuñada donde tenía la tablet con la contraseña lista para ver el partido por internet. Llegué y me despojé del abrigo calado, los zapatos encharcados, los calcetines empapados, los bajos del pantalón chorreando y me puse cómodo al tiempo que encendía el iPad y veía como Koke remataba en una repetición al fondo de las mallas. El partido había empezado y yo lo cogía con el 0-1 y un dolor de cabeza que no se lo saltaba un gitano. Todo ello producido por la ingente cantidad de alubias, piparras y sacramentos que me metí entre pecho y espalda en un restaurante más que recomendable en La Arboleda vizcaína. Hay que repetir, pero con doble de Omeoprazol y con vino, sin tener que conducir.

El partido lo vi en pijama, en la cama, con poco wifi y entre imágenes congeladas. Aún así no pude dejar de disfrutar de un Atleti poderoso y mandón. Que pudo meter tres antes del descanso. Ocho o diez al final del partido. Y que, a pesar de crear tantísimas ocasiones, sólo fue capaz de meter la de Koke. Me desesperé un poco con Griezmann, sí. Sobre todo cuando tiró al poste con todo a favor y más aún cuando decidió disparar sin ángulo teniendo a dos compañeros solos en boca de gol. Pero bueno. Me entristecí bastante cuando el Cholo retiró a Fernando Torres en el minuto 60 sin que pudiera marcar el gol 100 donde marcó el gol 1. Pero la verdad es que el Niño no tenía nada más que dar después de haberse vaciado. Me gustó el poderío de Tiago que, como el vino, sigue mejorando a medida que envejece. Impresionante recital del portugués. Muy bien las bandas. Gámez volvió a demostrar que vale mucho. Llegó en silencio y cada día que juega hace olvidar al presunto titular. Y eso me encanta. El belga Carrasco estuvo rápido y relampagueante. Oblak seguro y casi sin trabajo. Todo muy bien menos el resultado. Tres puntos sin puntería. A ver si los de delante empiezan a afinar el tiro. Este miércoles, a las bajo cero y junto al río, tienen una nueva oportunidad para hacernos olvidar la falta de gol. Contra los turcos de Arda Turán. A ver si les metemos unos cuantos para calentarnos con los saltos, los abrazos y los cánticos que provoca cada diana en el Vicente Calderón.

Vamos, Atleti, vamos.

No hay comentarios: