miércoles, 16 de marzo de 2016

Otra noche histórica


1/8 (vuelta)

Atleti 0 - PSV 0 (8-7 en los penaltis)

Recién aterrizado de un largo viaje desde Bolivia (El Alto - Santa Cruz. Santa Cruz - Madrid). Con cinco horas más y 3.500 metros menos en mi cuerpo, fui del aeropuerto a la ducha, de la ducha al come de las niñas y del cole de las niñas al parque. Apenas una hora después estaba encima de la moto rumbo a la previa con mi hermano Ricardo, el mayor, y mi amigo Alberto, el pequeño. Nos pusimos al día de nacimientos de Sergios, gripes musculares y altiplanos tomando unas Mahous antes del gran partido. Los dos apostaban por un 3-0 o un 3-1. Yo me conformaba con 1-0. Al final la cosa fue épica. 8-7 en los penaltis.

La cola para entrar al campo parecía que no se acababa nunca. No entiendo por qué ahora tenemos que esperar tanto para entrar. Se trata de un fenómeno nuevo que apenas tiene un par de temporadas. Alguien sabe por qué ahora hay que hacer cola si toda la vida de Dios hemos entrado sin sufrir estos avatares? Y justo antes de entrar me encuentro a Juan Esteban @JuanesPremier y me presento: "Eres Juan Esteban? Soy Santi Riesco, el de "Haciendo el indio", y acabo de llegar de Bolivia". A lo que me responde abrazándome y deseándome lo mejor, como si nos conociéramos de toda la vida, como si nuestra común pasión nos convirtiese automáticamente en mucho más que hermanos.
Una vez dentro había que dar salida a los litros de cerveza de la previa. Y otra fila infinita. He aquí la prueba: 


Total, que nos perdimos el tifo y llegamos como os clásicos, justo cuando sacaban de centro. Eso sí, el campo a reventar y mucho guiri entre los nuestros. Los del PSV vinieron en masa y ocuparon el doble de espacio que en otras ocasiones. Misterio.
A nuestro lado se sentaron un padre calvo y grande con sus dos hijos rubicundos y veinteañeros. Cuando me vieron fotografiarme con la bandera de Bolivia me preguntaron (en inglés) si era boliviano. Y les contrsté (en mi inglés de Mahou) que era de Madrid, del Atlético de Madrid. Y que llevaba muchos años sentándome en este lugar. Andábamos todo entretenidos con nuestra charla cuando Griezmann tuvo el partido en sus botas. Le llega un balón en ventaja que, en un mano a mano con el portero holandés, es incapaz de clavar la bola en el fondo de las mallas. Sin duda la ocasión del partido. Y me falta tiempo para decirle a los vecinos de abono (Raúl y su suegra Loli, el amigo de Villaverde, Darío y su padre el del Samur...) que vamos a echar en falta no haber marcado, que ahí estaba el partido. Y así fue.

Durante la primera parte los holandeses parecía que jugaban en casa. Fueron a por el partido. Menos mal que desde la grada no dejamos de cantar para que no se nos subieran a las barbas. Y en la afición que no dejó nunca de creer estuvo la otra clave. Cerocerismo al descanso y yo echando de menos a Fernando Torres. El partido estaba para él. Un delantero temido en Europa y con hambre de títulos en rojiblanco. 

El Cholo interpreta el sentimiento de la grada y al poco de iniciarse la segunda mitad pone sale El Niño a calentar. El PSV se cierra atrás y calca la disposición táctica de Sevilla y Villarreal. Cinco tíos atrás y la línea de cuatro bien pegadita, con un solo hombre en punta. A defender el empate a cero. Y el Atleti que no tiene por donde entrar. Sale Torres por Augusto, al poco Kraneviter por Carrasco y antes de que Correa nos pudiese dar la opción de perforar la defensa con su habilidad callejera se lesiona Godín y sale Lucas Hernández en su lugar. A rezar. Y tanto. Los holandeses hacen una jugada y tiran al palo. Casi se nos cae el mundo encima. Volvemos a recuperar el control pero apenas hay jugadas. Ellos atrás. Nosotros peleando sin descanso. No hay modo de entrar. Ahora tenemos el balón, pero nos falta chispa, disparo y resolución. Después de 90 minutos de cerocerismo en Eindhoven cumplimos otros 90 de lo mismo a orillas del río. Y treinta mas sin marcar en la prórroga. Todo quedaba a la suerte de los penaltis. Y nadie fallaba. Los cinco del PSV dentro, los cinco del Atleti, también. Al fallo. Los dos metemos el sexto. Los dos metemos el séptimo. "Al final va a tener que tirar el Cholo para decidir". Y lanzan el octavo al larguero y el Valderon se vuelve abajo, a pesar de que Juanfran aún no había certificado nuestro pase a cuartos. Cuando marcó el octavo explotó el estadio. Y ahí estuvimos celebrándolo a pleno pulmón con los jugadores sobre el campo. Cantando el himno, agradecidos y orgullosos.

Salíamos por el paseo de Melancólicos (deberían pensar en cambiar el nombre por Paseo de los Eufóricos) cuando escucho a mi espalda una voz que le va contando a su amigo en voz alta "menos mal que ha venido Santi Riesco de Bolivia para animar, si no no pasamos. Me vuelvo y me saluda Francisco Prieto, amigo y hermano de las redes sociales. Nos abrazamos y nos deseamos lo mejor. Mi hermano, Alberto y yo comentamos lo acalambradas que tenemos las piernas y nos emplazamos para seguir adelante en Champions. Pero antes hay que ir a Gijón el sábado a las 16:00.los de la Liga siempre pensando en el descanso de los guerreros del Cholo. En fin. 


AÚPA ATLETI

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