domingo, 26 de febrero de 2006

Quiero acostumbrarme


Atleti 5 - Málaga 0

Desde el año 99 no le metíamos cinco goles a ningún equipo en Liga. Aquella vez fue contra el Oviedo, justo antes de la intervención judicial, Rubí, la estampida de internacionales y el descenso al pozo del oprobio.
Desde el año 91 no engarzábamos seis victorias consecutivas. Y es que estamos de récord. Ayer, con un atasco infinito en la M-30, con todos los accesos desde el Sur cortados para el Calderón, unos se tuvieron que volver a casa oyendo los primeros goles de Torres en la radio del coche mientras la lluvia esponjaba los corazones rojiblancos y la sonrisa devolvía la ilusión en este equipo que prometía en pretemporada, defraudó en la primera vuelta y ahora parece que comienza a cumplir las expectativas puestas en ellos. Y el próximo partido contra el Madrid. Hoy están a 10 puntos. Si ganan a los mallorquines esta tarde se nos van a 13, pero el objetivo sigue siendo la permanencia (eso por ahora), aún nos faltan seis puntos para asegurar otra temporada en Primera. Eso sí, no nos conformaremos con esto, habrá que apretar hasta el final. ¿Alguien no sueña con oír el himno de la liga de champiñones en el Calderón? Y que suene todos los años, que ya son demasiados sin viajar por la UE paseando nuestros colores, nuestro buen rollo y nuestro fútbol.
Festival
El Málaga vino al Calderón a demostrar que es el colista. Y nos convenció. Flojo en defensa, nulo en ataque, descolocado y desmotivado. Vamos, un firme candidato a la segunda división. Nuestro Atleti sólo necesitó los diez primeros minutos con dos goles de Torres para dejar el partido finiquitado. Luego Maxi se apuntó el suyo, Kezman confirmó que está pasando una racha terrorífica y fatal para nuestros intereses (a ver si contra los vikingos se desquita y comienza a remontar el vuelo y resucita como Valera).
Dice mi chica que estamos irreconocibles, que parece mentira que ganemos todos los partidos, que así es más fácil vivir conmigo. Yo quiero acostumbrarme, quiero sacarme de dentro el miedo a volver a fallar, la desconfianza en el equipo, el temor a que en el Bernabéu se nos aparezca el espíritu de Rubí y los blancos nos corten la carrerilla. Mientras tanto seguiremos soñando. ¡A por la séptima!
Forza Atleti.

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