viernes, 12 de diciembre de 2008

Gijón, Marsella y, por fin... el Calderón

Sporting 2 - Atleti 5
Seré breve por estar hablando casi de la prehistoria, de un partido que se disputó el sábado pasado y, desde entonces, han pasado tantas cosas que esto huele un poco a rancio, aunque a mi colega José Ignacio no se le olvide en la vida haber intuido un partido en la segunda fila del corner del Molinón y aparecer en la foto del periódico aplaudiendo uno de los dos goles que clavó el Kun.

Sólo apuntar que el partido lo vi en el Bar Barça, en el barrio de Sants, en la capital catalana, respondiendo SMS´s de mi buen amigo Carlos (sportinguista residente en Tarragona con el que celebré el espectáculo futbolístico al día siguiente). Total, que la noche antes, con la excusa de ver la ciudad condal con mi mujer, aproveché para echar un ojo al bar en cuestión: Bar Barça, en el que una pizarra exterior anunciaba que en ese local se podría ver el Sporting-Atleti (PPV), y no el Villarreal-Getafe que echaban gratis los de Mediapro en La Sexta. Dicho y hecho. Allí que me fui con mi chica al día siguiente a ver el partido.

El dueño del bar, sin embargo, tenía enchufado el Villarreal. "Perdona, ayer vi en la pizarra de fuera que íbais a poner al Atleti y hoy lo habéis borrado". "¿Eres del Atleti?" me pregunta el tío con un acentazo catalán de padre y muy señor mío. "¿Tú qué crees?" Y después de reírme la gracia el tío se enrolla y me dice: "Te lo pongo ahora mismo". Lo cierto es que no había en el bar ni Dios. Bueno sí: el dueño, mi mujer y yo. Fue poner el Atleti y, chico, mano de santo, el garito comenzó a llenarse de peña rojiblanca que no se había atrevido a preguntar o qué sé yo. El caso es que con cada gol de los nuestros el Bar Barça tronaba como el fondo sur del Calderón.



Olimpic de Marsella 0 - Atleti 0

El lunes me comí un atasco de espanto por culpa de un camión que se quedó atravesado en Zaragoza. Total, que hasta las dos de la mañana no pude plegar la oreja. A las seis y media arriba, a currar. También es mala suerte. Madrugo dos o tres veces al año y el martes fue una de ellas. El caso es que estuve todo el santo día arrastrándome por la tele y deseando acabar con todo lo que tenía pendiente para ver qué hacíamos en Marsella por Antena 3.

Mi chica, sabedora del palizón que llevaba encima y del partido del Atleti me preparó una de mis cenas favoritas servida en bandeja delante de la tele. Acabar el papeo y dormirme fue todo uno. Y mira que hice esfuerzos por seguir el juego del equipo, por distraerme con el humo de las bengalas y con los planos esquivos del fondo vacío donde no había ni un seguidor rojiblanco... nada, chico. Me dormí. Creo que fue lo mejor que me pudo pasar. Los nuestros estaban reservándose para lo del domingo por la noche.

Por fin... el Calderón
Este domingo habrá partido de bufanda, gorro y bocata. Aunque me hiele de frío iré al Calderón. Tengo un mono importante de fútbol. El sábado haré viaje relámpago a Salamanca con cumpleaños nocturno en Madrid. El domingo será completo: corte de pelo matutino con mi hermano Luis Ángel, comida con los amigos en nuestro garito favorito de Leganés, partido de fútbol 7 a las 5 y Atleeeeeeti, Atleeeeeeti, Atleeeeeeti.




1 comentario:

Anónimo dijo...

aprovecha para ir al Calderón. En unos años, dos indeseables se lo habrán cargado para siempre. Un abrazo.