lunes, 2 de febrero de 2009

Nada por delante, nada por atrás

Atleti 1 - Valladolid 2

Ayer podía haber escrito lo que me pareció el partido nada más terminar. No fui al campo por múltiples causas. Las más importantes eran de índole personal, pero también influyó el tiempo y, sobre todo, que este equipo no presenta síntomas de recuperación. Y ojo, que son los mismos que nos regalaron unas navidades rojiblancas, un tercer puesto en Liga antes de acabar el año, una clasificación para octavos de la Copa y el pase a la siguiente ronda de Champions. Los mismitos.
Total, que después de ver ayer el no-fútbol de los nuestros decidí consultar con la almohada antes de ponerme a insultar a troche y moche y descargar mi furia, mi rabia, mi impotencia.

Los mismitos
El equipo no se ha reforzado en el mercado invernal. Supongo que a ninguno nos pesó demasiado viendo la trayectoria que llevábamos y el juego medianamente aceptable que hasta el momento iba funcionando (menos cuando nos enfrentábamos a los grandes en Liga). Los que queremos al equipo y lo seguimos con cabeza y corazón sabíamos que en el centro del campo faltaba alguien con criterio, con capacidad para abastecer de balones en buenas condiciones a los dos delanteros que han soportado el peso de la película hasta ahora...
Sin embargo, ni el Kun ni Forlán están pasando por su mejor momento. A veces, cuando me entra la desesperación, pienso que se quieren ir del equipo y no trabajan lo suficiente con vistas a perder valor en el mercado, que baje su cotización y ver así la puerta de su salida abierta. Sólo son malos pensamientos, lo sé, pero vete tú a saber.

Incapaces
Ayer la incapacidad se apoderó del equipo desde el primer minuto. El Valladolid, ordenado y sin puntería, no tuvo que esforzarse mucho para reventar nuestra débil defensa y encontrar todos los espacios posibles en el centro del campo. Era como si a los nuestros les hubieran limitado sus movimientos de modo que sólo pudieran cubrir un metro a la redonda de sus botas. De pena. No he visto tanta incapacidad desde el año del descenso. Es un querer y no poder, un no encontrar jamás el pase adecuado, un desmarcarse en dirección contraria al balón, un cúmulo de faltas innecesarias y tarjetas prescindibles, una desconfianza en el compañero tan apabullante que obliga a los que están más en forma a estar pendiente del trabajo del de delante, del de la derecha, del de la izquierda... descuidando las tareas propias. Un no vivir.

Culpables
No soy experto en fútbol, ni en psicología deportiva, ni siquiera entrenador o periodista especializado en deportes; mucho menos juez, pues me considero parte. En resumidas cuentas, no tengo ni idea de quienes son los culpables del desastre que estamos viviendo. Me gustaría pensar que sólo es un gran bache y que todo pasará enseguida, que el domingo reventaremos al Recre y luego seremos capaces de ganar al Sevilla, al Madrid, al Barca, al Oporto... ese es mi deseo. Pero me temo que no va a ser así.
Lo más fácil sería echar sólo a Aguirre, que es uno (con su equipillo técnico). A mí nunca me ha gustado el vasco, pero siempre he defendido la estabilidad del equipo, aunque el juego sea rácano. Al menos el mexicano ha ido logrando los objetivos que se ha propuesto el club a principio de cada temporada. Eso sí, sin aspirar nunca a nada más: objetivo Champions, se entra en Champions; objetivo UEFA, se entra en UEFA... en fin.
Quizá los culpables sean los dueños y administradores de la sociedad anónima deportiva. Pero ante esto, sólo queda protestar y resignarse. Mientras no vendan sus acciones y haya gente dispuesta a comprarlas... me temo que aquí lo único que nos queda es el recurso del pataleo y la posibilidad de cagarnos en sus ancestros por lucrarse de una institución que ocupa gran parte del corazón y las ilusiones de los que queremos al Atleti con nuestra vida.

La tormenta pasará. Esperemos que sea pronto y que volvamos a ver fútbol.

Échale huevos, Atleti, échale huevos...

2 comentarios:

miguel diaz dijo...

El partido contra el Valladolid resumió todo lo que ocurre: entrenador incapaz, jugadores sin compromiso, directiva chulesca y afición hasta los mismísimos de las tres anteriores. un abrazo. miguel

Anónimo dijo...

No estoy de acuerdo con que el Atleti jugara aceptable hasta diciembre. Sus victorias radicaron en acciones individuales de sus estrellas, pero su fútbol era tan mediocre como el de ahora. Lo único que ha cambiado es la actitud de los jugadores y el acierto de los delanteros. Aguirre no puede seguir un minuto más, y Cerezo y Gil Marín tampoco.

Un saludo