miércoles, 7 de septiembre de 2011

El día de la marmota



No me creo nada. Pero nada de nada. Todos los años, todos los ciclos, todos los Atletis desde que llegó la Sociedad Anónima Deportiva son igual. Los proyectos del desaparecido y orondo soriano que robó el Atlético de Madrid (entre otras cosas) son ahora repetidos por su vástago veterinario y el hombre de paja y cine que hace las veces de presidente. El año pasado quedamos los séptimos, hemos tenido que pasar dos rondas previas para entrar en la Europa League. Han vendido todo lo que han podido. Creo que han sido los que más millones de euros han ingresado en concepto de ventas, cesiones, traspasos y liquidaciones de futbolistas. Para esto usan el Atleti. Para llenarse los bolsillos y hacer negocio, para tener una plataforma desde la que manejar sus chanchullos, sus tejes y manejes, sus apaños varios. Vamos, que hoy el Atleti es una empresa (S.A.D.) en la que lo único que importa es el balance de cuentas (que jamás se hacen públicas porque la familia Gil y Cerezo tienen casi la totalidad de las acciones -que consiguieron sin poner un duro- y porque si alguien osa "auditar" tienen la increíble capacidad de hacer retractarse a los auditores, de lograr que no se publique una línea en los medios de comunicación contra ellos, que no se hable un minuto en las radios sobre el expolio, que no se dedique un plano en la televisión a recordar el modo como llegaron, la condena por apropiación indebida que fue sobreseída -mierda de Justicia-, ni las voces discordantes que piden que se vayan, que devuelvan lo robado y que dejen de robar).

Pero lo realmente triste es que los socios, los abonados, los seguidores del Atleti, seguimos ilusionados. Creyendo que "este año sí". Y nos traen a un tal Falcao (que será muy bueno y todo lo que quieran) y más de 10.000 personas van a saludarle al Vicente Calderón. Que viene cedido un año el díscolo brasileño Diego y todos a hablar de un nuevo proyecto, de una ilusión renovada, de que con el turco de las filigranas y el asturianín que vino con movida de Coruña todo se va a arreglar. Que lo de Diego Costa ha sido una suerte y que el Kun es un cabrón. Que Forlán se tenía que haber ido antes (¿por cinco millones?), que De Gea no es un mercenario, que de Ufjalusi si te he visto no me acuerdo y que siguen entrando y saliendo futbolistas en el mercado de la SAD rojiblanca que el señor de la cara torcida y su títere del tupé se encargan de rentabilizar a costa de vendernos humo y más humo.

Gestiones nefastas aparte y quedándome en lo meramente deportivo sólo puedo decir que me dejó frío, neutro y sin opinión el juego del equipo frente a Osasuna (lo vi por la tele desde la playa) y que fue muy aseada la victoria contra el Vitoria de Guimaraes en casa con dos goles de Elías (me recorrí 300 kms para ir al campo, vi el partido y me metí otros 300 para volver al lugar de vacaciones). Por cierto, Elías también ha entrado en el mercado de los ladrones prescritos.

A ver qué tal se nos da el Valencia, pero como vengo diciendo. No me creo nada. Es como estar dentro de la peli que da título a este post. Estoy deseando de que todo acabe ya.

Gil, cabrón, fuera del Calderón.

1 comentario:

Goyo dijo...

¿El Valencia? Con Soldado en racha y nuestra defensa de verbena... Un 3-1 o así. Yo no espero nada.