viernes, 19 de febrero de 2010

Una tila para Asenjo, please

Atleti 1 - Galatasaray 1

Ayer no fue un buen día. Mi hija María estuvo llorando casi desde que se levantó por culpa de los gases y los dichosos cólicos del lactante. Mi pequeña rojiblanca parecía saber lo que se nos venía encima. Mi chica y yo nos armamos de paciencia y probamos mil y una artimaña para calmar sus dolores.
Por la tarde, aún sin decidir si me acercaría o no al Calderón, mi sobrino me suelta que él está liado con los exámenes, que no tiene muchas ganas de ver la Europa League y que, además, lo echan por la tele. Mi hermano Ramón salía tarde de currar, como mi hermana Belén. Y mi hermano Ricar, como su hijo, se apunta al sofá porque hoy había que madrugar para acabar la semana de curro. Dicho y hecho. Me quedo en casa con la niña llora que te llora.

Telecinco, inútiles
Enchufo la tele sorprendido porque Telecinco es la que retransmite la cosa esta de la Copa de Ferias. Ya venía yo algo mosqueado porque en Teledeporte el Estudiantes había perdido ante el Valencia cuando tenía tres puntos de ventaja a falta de 50 segundos... en fin.
La primera tocada de huevos es escuchar los comentarios de J.J. Santos, un tipo que no soy capaz de digerir. Hago un esfuerzo.
El Atleti juega ordenadito con Ufjalusi en la otra banda y Valera (sólo pundonor) en la suya. Sin embargo el equipo está serio y bien colocado. Crea muchas ocasiones y parece que se toma en serio la competición. Los aficionados turcos montan el pollo en la grada y los inútiles de Telecinco se centran más en lo que pasa fuera del terreno de juego que en el partido. No doy crédito. Parece que el realizador del espectáculo es el de los informativos carroñeros y sanguinolientos de la cadena de Berlusconi. Intento imaginarme lo que pasa sobre el césped y no salgo de mi asombro cuando pasan algunas de las repeticiones en las que no se ve nada. Y la siguiente es peor. Parece que las cámaras las ha colocado a ras de hierba un fenómeno de las retransmisiones deportivas. No se ve la jugada. No se ve el balón. Sólo las caras de los jugadores, planos cortos. Una vergüenza de retransmisión.

Reyes 
El sevillano ha pasado de llevarse las mayores broncas del estadio (especialmente en su primera etapa rojiblanca, antes de irse al Benfica) a convertirse en uno de los ídolos del campo. Lo cierto es que ayer cuajó un gran partido. Provocó una falta al borde del área después de una jugada personal. Y él mismo ejecutó el golpe franco para ponerla lejos del alcance de Leo (Franco también). Golazo que se verá hoy en todas las televisiones de Europa. Al andaluz sólo le falta aprender a hablar en público y sacarse el graduado escolar pero, en el campo, está resultando el mejor fichaje del año. A Salvio apenas nos dio tiempo a verle. Salió cinco minutitos para que el respetable aplaudiese a Reyes y recibiera al joven argentino con una calurosísima ovación de bienvenida. A ver qué nos aporta este chico. Un chaval que ha costado 8 millones de euros.

Porterazo, portero y porterillo
De Gea se erigió, de nuevo, como el porterazo del Atleti y el futuro portero de la selección absoluta. Dos maravillosas intervenciones evitaron que los turcos empataran. David De Gea es serio, tiene la cabeza fría, se sabe colocar, tiene una envergadura nada desdeñable y manda, manda mucho en el equipo. Y los compañeros le respetan porque no tiene mando ni poder, el chaval lo que tiene es autoridad. Una autoridad que se ha ganado con su seriedad a la hora de desempeñar un trabajo con muchas garantías para todos. 
Leo Franco, como era de esperar, hizo el partido del año. En Turquía está siendo cuestionado porque ha cometido algunos errores que le han costado varios puntos al equipo pijo de Estambul. Pero se cumplió la historia una y mil veces repetida. Cada vez que un ex-atlético vuelve al Calderón, nos la lía demostrando que vale mucho más de lo que demostró cuando vestía la rojiblanca. En fin. Paradón tras paradón de Leo que dejó sin marcar a Simao, Kun y Forlán en ocasiones clarísimas.
Y llegó la lesión de De Gea. El Calderón cantándole la canción heredada del niño perdido (Fernando Torres), la ilusión de ir con un 1-0 y un Atleti con posibilidades de ampliar la diferencia aunque con menos intensidad en la segunda parte. El partido controlado... y sale Asenjo. La grada le recibe con aplausos y con cánticos haciéndole ver que todos hemos olvidado su incapacidad para salir de debajo del larguero...
Cinco minutos duró la ilusión. El primer balón que cuelgan los turcos en el área es un auténtico recital operístico de Asenjo. Sale tarde y muy mal. Derriba al central, deja el balón a los pies del delantero centro y la fortuna quiere que nuestro lateral desbarate lo que era un gol claro.
La siguiente ocasión no acabó tan bien. Otro balón colgado al área. Asenjo se queda en la línea y cuando intenta tapar el remate (tapar o lo que intentara, que aún no sabemos qué intentó hacer. Y menos con las repeticiones de Telecinco), gol.

Por favor, que lo de De Gea sea sólo un tironcillo. Por favor, que nos devuelvan el dinero que pagamos por Asenjo. Y si no, que le den unas tacitas de tila cada vez que tenga que parar.

Lástima de día, oyes.

Aupa Atleti.  

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