jueves, 15 de abril de 2010

En urgencias

Atleti 1 - Xerez 2

Venía el colista al Calderón y era una oportunidad estupenda para no perder comba en la carrera por entrar a Europa por nuestro propio pie. Era miércoles. Tenía previsto salir del trabajo con el tiempo suficiente para quedar con unos amigos y ver una victoria cómoda en un estadio a medio llenar en una noche de primavera lluviosa. Pero uno propone y la vida, que es caprichosa, es la que dispone.
Los que siguen este blog saben que mi hija nació rojiblanca, y ayer, en un acto colchonero no paró de llorar en todo el día. Era tanto y tan exagerado el llanto que no tuvimos más remedio que acudir a urgencias. Mis planes para ir al Calderón se trastocaron en un santiamén. Cambiamos el manzanares por los pasillos fríos y esterilizados del Centro de Salud. La bufanda por la toquilla, el bocata por el biberón y la mochila por un carrito fasion en el que la niña seguía llorando como si hubiéramos perdido la Liga en el último suspiro.
Nos llama el pediatra y marca el Xerez. La cosa pintaba mal, no parecía que diera con el mal que afligía a mi María. Cuando la desnudamos para que la ausculte Forlán enchufa un pepino por la escuadra y la cría se troncha de risa. "Tiene la psicomotricidad muy desarrollada, esta niña está bien, se la ve que quiere comunicarse". Yo me alegro por el empate rápido y oportuno, pero me temo que nos vamos a ir de la consulta igual que como vinimos. Ahora la cría ha maquillado su dolor bajo una cautivadora sonrisa, como el Atleti con el gol del uruguayo una alineación de saldo y oportunidades. Pero fue ponerle la ropa y prestar atención al galeno cuando el Xerez nos remata y mi pequeña india arranca a berrear como una auténtica posesa, como cuando Platini nos cerró el campo y tuvimos que animar desde la calle, como cuando bajamos a Segunda tras la intervención judicial. Fue tal el sofoco y el desgañitamiento que el doctor se avino a una segunda exploración: "tiene un grave trastorno intestinal", nos soltó serio y circunspecto. "Nada grave, suele ocurrirles a muchos niños. Con este jarabe y unas gotas, todo volverá a su cauce". Y dicho y hecho. 
Salimos del ambulatorio con la derrota y el diagnóstico. Con la pena por el llanto y los tres puntos perdidos, pero con la esperanza de que María se va a recuperar y de que el Atleti estará a punto para la final de Copa y las semis contra el Liverpool sin Torres -again-.
Tendré que llamar a Quique para darle el nombre del jarabe y de las gotas. A ver si en Liga recuperamos el tono y dejamos de hacer el ridículo. Más que nada por todos los que fueron al Calderón y por los que sufrimos con el equipo estando sin ocupar nuestra butaca.

Vamos, Atleti, vamos.

2 comentarios:

Jose I. Fernández dijo...

Pues la verdad es que in situ a uno le jode, pero lo de este equipo en Liga ya se acabó y, que quieres que te diga, lo de esta noche lo veré con escepticismo, a la espera de lo del jueves, que es donde tendremos depositadas todas nuestras ilusiones.

Aunque tampoco es plan de quedar 16º en Liga y acabar con un "grav-ísimo transtorno intestinal" ;)

Me alegro de que tu niña esté bien. Debe ser el destino, que como me hablaste de vernos, debe tener otros planes :D

Un abrazo!

Santi Riesco dijo...

Joder, José Ignacio, y tú que lo digas. Por suerte mi niña está mucho mejor gracias al jarabe y las gotas que el pediatra de urgencias tuvo a bien recetarnos.
Lo del Atleti, sin embargo, parece que no tiene arreglo en Liga (y espérate, que tendremos que dejar que nos gane el Sevilla en Liga para jugar en Europa el próximo curso...).
Este jueves iré al Calderón (cruzo los dedos). Imagino que se pondrá de bote en bote. Prometo llamarte para ver si es posible, al menos, que nos saludemos.
Un abrazo.