jueves, 22 de octubre de 2015

Cuatro goles, tres copas, dos bocatas y un libro. Cero kazajos


Atleti 4 - Astana 0

Yo había dicho que les metíamos seis. Por la mañana los juveniles de la cosa "uefera" de la Youth League les habían cascado siete a los chavales de Kazajistán. Y no solo porque los chicos se hubieran metido 6.838 para venir desde Astaná hasta Madrid, sino porque el nivel de los kazajos (que para el fútbol son europeos y para Europa son asiáticos) no da para más.

Tres copas
Habíamos quedado en el bar donde últimamente celebramos que hay partido. Mi hermano fue contundente: "menos de cuatro es un fracaso". Y claro, yo le recordé que eso pasa ahora, con el Cholo. Que hasta hace muy poquito estos equipos nos la liaban. Que la memoria rojiblanca es muy frágil. Y empezamos un debate sesudo mientras pedíamos un licor de hierbas y dos cubatas. Conclusión: Que nos hemos ganado el respeto en Europa y que ahora los equipos vienen con más miedo. Que el fútbol es un cincuenta por ciento emociones. Y que aunque vistieran como el Alcorcón tenían pocas posibilidades de hacer nada. Sobre todo porque sólo habían traído a 15 profesionales reservando a seis titulares en la oriental y asiática -europea para lo del balompié- Kazajistán porque se están jugando la liga en su país y están segundos, a cinco puntos del primero, con un partido menos. Y además, que nosotros no vestimos de blanco ni somos "los vecinos de la otra acera" (don Emilio Muñoz dixit).

Ni un kazajo. O casi.
Llegamos al campo y frente a nosotros, en la grada visitante no hay ni pichi. Ni el tato. Nien. Nadie de nadie. "Al menos hoy no tirarán bengalas" pensamos todos mientras echamos en falta el ambiente colorido y ruidoso de las aficiones europeas que le ponen salsa a estos partidos de Liga de Champiñones. Luego, con el partido ya empezado, vimos algunas banderas azules de Kazajistán mezcladas en la grada con los nuestros. Todo muy simpático. Especialmente después del minuto 22 de la primera parte, cuando Saúl Ñíguez abrió la lata con un tacón que demuestra su frescura y juventud. Está llamado a ser el medio centro del Atleti. Seguro que en un par de años echaremos de menos las simpáticas jugadas de este chico cuando sea un futbolista maduro que sólo juegue a lo seguro. No se puede tender todo.

Profecías
Y así aburriéndonos y echando de menos a los kazajos marcó Jackson "pastelito" Martínez su primer gol en el Calderón y en competición europea. Bueno, él y un defensa que desvió el balón para que se colase dentro. Respondimos como merecía la ocasión. Y el colombiano se animó. Después de meter se le notó con ganas de seguir mojando. Pero sin exagerar. A ritmo caribeño. Esperamos mucho más de él. Seguro que nos lo dará. Y alguno recordó cómo el bueno de Antoñito "el gremlin" Griezmann no rascó bola hasta después de navidades. Pues eso, que a ver si el rey Baltasar le trae un poco de alegría para nuestro corazón (la liga de campeones es mi obsesión).

Dos bocatas
El bocata fue maravilloso. Mi hermano se tiró el pingüi y me mandó antes un wasá diciéndome que me lo llevaba él. Una delicia de pan de barra rica con tres pisos de embutido en el que se combinaban adecuadamente lomo, queso y jamón york. Todo ello rematado con una onza de chocolate relleno de menta. "¿Cómo cojones rellenarán el chocolate?" se preguntaba mi hermano mientras todo el anfiteatro pensaba en tremenda cuestión. 

Un libro
Desbebimos las copas de hierbas y los cubatas y comentamos el tema de la biografía autorizada de Godín que antes del partido nos mostró su autor, nuestro amigo y compañero de previas Jose I. Fernández. Resulta que ha salido antes de verano la edición uruguaya y que la española se ha retrasado varias veces. Luego nos habló de los líos con la editorial, de la diversidad de pareceres con el asunto de las portadas... al final le propuso a los camareros que cuando saliera la edición en España (a primeros de noviembre si no se vuelve a retrasar) que lo colocaran entre el whisky y el ron por si había alguien interesado en meterse un chute de literatura futbolística con coraje, corazón y cabeza.

Cuatro goles
La segunda parte fue otro truño. Como la primera. Y es que los kazajos vinieron a cumplir el expediente y el Atleti no quería gastar más gasolina de la necesaria para poder acelerar el domingo contra el Valencia. De hecho el Cholo reservó a Koke, a Filipe y a Giménez. Dejó en el vestuario a Tiago para darle minutos a Oliver (golazo del Torres más pequeño. El tercero) y dio descanso a Jackson y Griezmann para ver si Correa y Torres, el de Fuenlabrada, redondeaban el partido. Lo hizo Correa con la ayuda de otro kazajo que no tenía el día. Cuatro cero. 

Dos errores que pudieron ser el seis a cero que yo predije: En la primera parte Jackson "pastelito" Martínez remató de cabeza a bocajarro y el portero del Astaná sacó una manopla que impidió el gol. En la segunda Fernando el no tan Niño Torres recibió un balón magistral de Correa que le dejó solo mano a mano -de las que nunca falla- con el portero kazajo que también sacó otra manopla. 

Y ahora a por el Valencia. Será un partidazo. Será en Liga. Será un domingo por la noche. Deseando.

Aúpa Atleti. Siempre. 

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