domingo, 18 de octubre de 2015

Griezzman: si no fuera por los pelos...


Real Sociedad 0 - Atleti 2

Jugar un domingo a las cuatro en Anoeta con sol y verlo por la tele oyendo la lluvia en el cristal de la ventana es raro. Como que mi hermano se venga a casa y nos tomemos un cortado sin meterle mano a la palmera gigante de chocolate que había comprado, después de la misa del DOMUND, para celebrar la ocasión. Nada. Y eso que casi se nos caen las tazas con los cafés después del golazo de don Antonio Griezzman. Nuestro Antoñito "Gremlin" nos endulzó la tarde. Y eso que antes del partido no paró de abrazarse, besarse, frotarse y reírse con todos los empleados del club ñoñostiarra. Madre mía que sesión de sobamiento. Pensábamos que nos lo desgastaban. Pero no. Después de que Koke fallase un remate de cabeza que parecía fácil tras la colgadita de Filipe Luis desde la banda, fue nuestro pequeño gabacho el que recogió un balón en campo propio y se atravesó el estadio con la bola pegada a los pies sorteando ex compañeros y no dejándose cazar ni caer hasta tocarla suavecita por encima del portero. Golazo de DVD. Lo mejor de la tarde.

Nos las prometíamos felices pero el Cholo decide que hay que defender más y atacar menos. Dicho y hecho. Desde el minuto ocho hasta el 43 estuvimos encerrados en nuestro campo esperando el contraataque imposible porque Correa en banda es, como Oliver en ese mismo puesto, un futbolista de fogueo, sin bala, castrado, mutilado, atado a la raya de cal que le impide desarrollarse de un modo natural. 

Y fueron pasando los minutos y la palmera seguía intacta mientras nos lamentábamos del lamentable arbitraje que nos llenó de amarillas la zaga, y la media y la delantera. Penoso. Y veíamos a la Real ansiosa sin encontrar el camino ante una defensa bien colocada. Y nos preguntábamos por qué no jugaba Granero y por qué Rubén Pardo,  con toda su calidad, chupaba banquillo. Y mi hermano concluía que un entrenador que no sabe el idioma es casi imposible que cuaje. Y el plasta de Cañete "el colonias" parecía que tenía un micrófono en nuestra casa porque no paraba de repetir nuestros comentarios. Eso sí, con infinita menos gracia y con un retraso notable ;)

Nos tenían acorralados pero no se veía peligro. Salían Fernando Torres, Carrasco y Saúl. Se crearon algunas casi-ocasiones y llegó el penalti que puede que fuera o no y el segundo gol con expulsión txuriurdin por protestar. Y el pitido final.

Discusión en casa. Que sí ha sido, que no. Mi hija pequeña dice que ha sido gol y hemos ganado. Yo que me enfado con el árbitro, con el Cholo y que suelto la frase fatal: "Parecemos vikingos, así no me gusta ganar". 
Miramos la gran palmera de chocolate y quedamos para el partido contra el equipo ciclista del miércoles, contra el Astaná. Son tres puntos importantes. Como los de hoy. Sigue lloviendo en mi barrio y mi hermano se va. Me pongo a limpiar las tortugas y, mientras tanto, el gol de Griezzman me acompaña pasando en bucle por mi cabeza hasta sorprenderme diciendo en alto: "Si no fuera por los pelos sería uno de los grandes".

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