miércoles, 6 de abril de 2016

La leche, las leches, mecagüen


CHAMPIONS. 1/4 final (ida)
Barça 2 - Atleti 1

Día de nervios ante una eliminatoria contra uno de los dos equipos españoles que no queríamos en cuartos de final. Y es que llevamos tres años seguidos jugando en Champions contra los vikingos y los culés en esta fase de la competición podrida de los mafiosos que sueñan con la puñetera liga europea de los equipos franquicia. Día de mucho trabajo y de presión añadida por parte de los jefes. Día de comida planificada con dos buenos amigos y colegas a los que hacía años que no veía y con los que había que arreglar Salamanca, Vitoria, Valladolid, Madrid... y el maldito negocio del fútbol moderno. Día sin mi mujer que tenía trabajo en Badajoz. Día con las niñas, con el móvil incendiado, con el ordenador encendido, con el partido de ida en el Camp Nou quemándome por dentro, con demasiados nervios. El primero contra el segundo. El dinero contra la pasión. Nada nuevo.

Dejo el ordenador encendido, pongo el móvil en silencio, les coloco la tableta con los dibujos animados a las crías por si el partido no es de su agrado, les preparo un picoteo rápido para que cenen  antes de que el árbitro alemán acierte por primera y casi única vez pitando el inicio del duelo. Y el Atleti sale valiente, al ataque, con Torres y Griezmann arriba apoyados por un inmenso y eléctrico Carrasco. Con la medular canterana que da solidez al equipo: Koke, Gabi, Saúl. Con Filipe y Juanfran custodiando los flancos y en el centro de la zaga el regreso de la experiencia y el poderío de Godín junto al futuro y la juventud de Lucas. Oblak, de gris, bajo los palos. El Atleti jugaba de azul y el Barça de amarillo. Decisión de la UEFA que, como bien dijo Torres, se preocupa más del márketing y el merchandising que de los árbitros. De traca la actuación de los de cartón-piedra que han puesto en las áreas. De juzgado de guardia lo del miserable alemán que favoreció descaradamente al equipo grande. Grande en presupuesto, me refiero. Nada menos que 8 amarillas y 1 roja sacó este bandolero al Atleti mientras que al Barça sólo le mostró 3. Eso sí, los catalanes cometieron 19 faltas por las 16 del Atleti. Los números cantan. Pero no sólo eso. Es que Luis Suárez cometió dos agresiones de roja directa que ni siquiera fueron sancionadas como falta. En una de ellas el de cartón-piedra avisó al colegiado alemán para que le mostrase la amarilla. De risa.

El partido, como siempre que juega el Atleti del Cholo, fue tremendo. Había tensión, pero respeto. En el minuto 25 las niñas me dicen que tienen sueño y que quieren un vaso de leche calentita. Me levanto, voy a la cocina, abro la nevera, saco el cartón de leche, la pongo en los dos vasos y cuando la meto en el microondas, antes de ponerlo un minuto, oigo que cantan un gol en la tele. Voy para allá corriendo y tras ver en pantalla la cara triste de un culé miro a mis hijas y veo en la esquinita del televisor 0-1. Abrazo a mis hijas. Se me saltan las lágrimas. Ha marcado Torres. Y veo en la repetición el enorme pase de Koke y la definición de primeras, bajo las piernas, tras un desmarque típico del nueve, y Fernando Torres, ídolo en activo, besando nuestro escudo, su escudo, el escudo de nuestro equipo. La puta leche.

Les traigo corriendo el vaso a las niñas y cuando aún no se habían tomado la mitad, en el minuto 29, le sacan a Torres una amarilla. Merecida. Fue acabar el vaso de leche, en el 35, y expulsar a nuestro ariete por segunda tarjeta en una entrada de falta clara. Si fuera de amarillo, no le echan. Eso fijo. Y así fue. Luego vinieron las entradas de Alves y de Busquets. Iguales que las del Niño o más fuertes. El señor Félix Brych decidió hacerse el sueco. El muy alemán. "Lo del árbitro no tiene nombre", me escribía mi amigo Alberto por wasá. "¿Hijoputismo?" le contestaba yo con las niñas a punto de dormirse en el sofá. Con diez aguantamos el 0-1 hasta el descanso. Mi hermano me mandaba un mensaje: "Lo que daría por ver al Cholo y a los chicos por un agujerito en el vestuario". Ya te digo.

En estas que me llevo a toda leche a las niñas al baño para que se cepillen los dientes y suena la puerta de casa. Llega mi mujer de su trabajo en Badajoz. Se me abre el horizonte para ver una segunda parte tranquilo. Sin más interrupciones. Hoy el cuento y la canción corre a cargo de mi parienta. Me apalanco en el sofá y veo en mi teléfono decenas de mensajes. Trato de relajarme y no encuentro acomodo. En la segunda parte el Barça comienza su asedio. De locura. El Atleti achicando como puede y los catalanes (que el sábado contra el Madrid iban trotando) comienzan a jugar a un ritmo endiablado. Después de la agresión de Suárez no amonestada, el uruguayo nos hincó el diente con un balón rebotado. Gol. Empate. No es mal resultado.

El Barça sigue asediándonos espoleados por su público y con la complicidad del alemán designado por la UEFA. Siguen cayendo las tarjetas amarillas para el Atleti y el Barça creando oportunidades. El Cholo comienza su festival de cambios para frenar el ímpetu de los de Lucho. Augusto por Carrasco. Muy bien para contener y frenar. Se consigue. Se para el partido. Thomas por Griezmann. Para meter músculo y disparo lejano. Correa por Saúl para jugárnosla a un chispazo callejero que no llegó a pesar de los cinco minutos de descuento que dio el tal Brych. A todo esto, Luis Suárez había vuelto a marcar. Esta vez de un inmenso cabezazo desde dentro del área. Debería de haber sido expulsado por sus dos agresiones a Filipe Luis y a Juanfran Torres. Al final, una amarilla y dos goles.

Final en Barcelona. 2-1. No es mal resultado visto lo visto. Antes del partido lo hubiéramos firmado. Aunque era mejor el 1-1 y hubiera sido más justo el 0-1 cuando aún jugabamos once contra once.

Puse un mensaje en twitter: "#AtletiYoCreo #EnElCalderónPasamos Por mucho que se empeñe la UEFA con sus árbitros de cartón piedra. #OrgullosoDelAtleti".

El fin de semana hay partido de Liga en Barcelona, contra los filiales de la central lechera. Yo sacaría a los menos habituales. Yo me centraría en el partido del miércoles, en la vuelta contra los culés. El miércoles en el Calderón vamos a poner la eliminatoria del revés. El miércoles seremos más. Ni los árbitros nos van a poder echar.

Voy a animarte hasta reventar...

4 comentarios:

Rojero dijo...

Muy bueno...
Y tal como lo relatas lo he sentido!

Santi Riesco dijo...

Muchas gracias.
Me alegra saber que no soy el único.

Anónimo dijo...

Después de este partido ya no me jode tener que eliminar a un equipo que juega bien me pine y mucho...... el miércoles el Calderón marca el primero y el sabio zapatones pone el resto. ..

Santi Riesco dijo...

A mí también me pone eliminar al actual campeón de todo y probablemente futuro campeón de CASI todo. El miércoles, como bien dices, marcaremos el primero desde la grada. El resto lo hará Luis...