domingo, 7 de enero de 2007

Galleti, Pernía y Valera, los Reyes Magos


Atleti 0 - Nástic 0
Tarde de Reyes. Dicen que no hay entradas pero en la grada se ven algunas calvas. No se nos dan bien los días de fiesta, ni tampoco los colistas. Cabe la esperanza de que comencemos el año con una goleada. Mi cuñado se apunta a la incertidumbre con poco entusiasmo y pensando en el partido de su Sestao River. Los Reyes Magos salen al campo y guardamos un minuto de silencio por las víctimas de la T-4. Hoy no están Luccin, ni Seirtaridis, ni Maniche. Al final Aguirre se decanta por la pareja Jurado-Gabi (un fracaso monumental).
Galleti, de escándalo
Hubo pocas ocasiones, ninguna como la del argentino. El Kun se echó a correr (lo que pudo, claro) y le metió un balón que le dejó en franquicia con el portero medio caído. El argentino nos jodió la Noche de Reyes. Era como si nos hubiera tocado la sorpresa del roscón y tuviéramos que pagar el importe. Increíble. Después de pegarle al balón contra el lateral de la red todos nos mirábamos como queriendo corroborar que, efectivamente, la bola no había entrado. De película de miedo. Lo cierto es que Galleti no fue el peor de todos, aunque sí que protagonizó la más clara de las oportunidades. Eso lo mete hasta Maxi con las muletas. De pena. Galleti, siempre tan irregular. Luego recibió una pitada del respetable y se encogió como los caracoles. En fin, se lo tendrá que hacer mirar. Pero ya digo que no fue el peor.
Pernía, pobre chico
Mariano está cuajando una primera temporada con nosotros de auténtica lástima. Es como un perrillo tembloroso al que no le sale nada. No corre, no tira faltas con peligro, se le cuelan todos por la banda. Antonio López tiene que multiplicarse y Zé Castro estar al quite para que no nos bombardeen los balones que se cuelgan desde la banda derecha del contrario. Un auténtico coladero. Le falta concentración, le falta fondo físico, le falta confianza, le falta pelo, le falta de todo a este pobre chaval que vino como el revulsivo de la selección nacional en el fracaso a que nos tienen acostumbrados cada cuatro años. Este tipo que con el Getafe metía la bola hasta con la punta del nabo, ahora llega a un grande y no sabe colocarse en el campo. No tiene capacidad de reacción y parece que está continuamente mirando al banquillo como pidiendo perdón por cada pifia que hace (que no son pocas). Está acongojado. Hay que meterle una inyección de personalidad, de confianza y de fútbol rojiblanco. Vamos, Mariano, que tú has de poder.
Valera, Varela, Legionella... un virus en la banda
El internacional sub-17, sub-19, sub-21 está también para los leones. Todos pueden tener una mala tarde. Pero al igual que Pernía, Valera está abusando del despropósito y, sobre todo, de un regate infantil pisando el balón y dejando la ventaja en todo momento al contrario. Lo de este chaval no sé cómo explicarlo. En principio es un tipo con fuerza, con disparo y con mucho físico; sin embargo se queda siempre en un "ya explotará" (como Gabi). Cada vez que tiene una oportunidad la caga. Lo de ayer contra el Nástic, o sea, contra el colista, fue de juzgado de guardia. Mucha melenita a lo Guti, mucha posturita, mucha filigrana, un regate de cara a la galería y... cuando hay que echarle huevos, no está (como Gabi), cuando hay que jugarse la cara se acobarda (como Gabi), cuando hay que cortar el balón no está (idem) y cuando lo tiene en las botas (cosa rara) hace lo mismo que el ínclito Gabriel: Nada de nada. Un auténtico virus, un cáncer en la banda derecha. Eché mucho de menos al griego.
Torres, Mista, Zé Castro, Pablo...
En un partido tan soso, aburrido y sin capacidad para crear juego y dominar al Nástic (los últimos, señores, eran los últimos) Torres estuvo luchador como cuando se pone a luchar. Recuperó infinidad de balones en nuestra propia área (casi todos los córners y faltas bajó a defender y lo hizo de maravilla. La pregunta es si un nueve tiene que hacer estas cosas). Mista, que entró en la segunda mitad por Antonio López (no entendí el cambio, pero bueno) volvió a demostrar que quiere ser del Atleti, que tiene mucho que aportar, que es un luchador nato y que en cuanto recupere el olfato de gol puede ser brutal.
Los dos centrales se ocuparon de alejar el peligro y evitar que el Nástic se acercara con excesivo peligro pese al desastre de Pernía y Valera.
El Kun Agüero hizo dos cositas que nos levantaron del asiento pero no logró cuajar. Estuvo mediocre con destellos.
Y sin embargo, aunque todos merecieran carbón, creo que hay equipo para estar en la Champions que se nos escapa en el Calderón.
Vamos, Atleti. Vamos.

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